Entré al bar que nos habían indicado e hice contacto visual durante unos segundos con mis aliados. Fui a la parte trasera del local para quitarme la camiseta y pantalones, quedando únicamente en ropa interior y tacones de aguja. Tras entregarle mis prendas a uno de mis subordinados, me dirigí de nuevo a la zona central del prostíbulo, con el objetivo de mezclarme con el resto de trabajadoras del lugar. 

Caminé de la manera más sensual que pude hasta la barra, logrando mi objetivo de obtener varias miradas de los repulsivos adultos del lugar. Una vez la alcancé, pedí un trago al camarero, que también me analizó de arriba a abajo. Aún no tenía la edad legal para beber, pero no era fácil aguantar sin meterles un tiro estando estando completamente sobria. 

Me fijé en un chico rubio que se encontraba unos cuantos asientos a la derecha. Él también parecía menor, a pesar de sus grandes músculos. Agarré mi vaso y me senté sobre la mesa a su lado. Él se giró hacia mí sorprendido y me incliné hacia delante para hablarle sin que nos molestara el ruido de la música, aunque eso hiciera que mis atributos se marcaran más.

— Oye, ¿no eres muy pequeño para estar solo en un puticlub?

— ¿No eres muy pequeña para ser prostituta? — el rubio alzó una ceja con una sonrisa ladina, aunque sus mejillas tuvieran un ligero tono carmín por la situación en la que nos encontrábamos. Reí levemente. Supongo que razón no le faltaba. 

En ese momento, vi a mi objetivo cruzar la puerta de entrada. Rápidamente me bajé de un salto de la barra, dispuesta a llevar a cabo la operación.

— Puede, pero esta pequeña sabe hacer varias cosas — le guiñé un ojo y me alejé del chico, cuyo sonrojo se había intensificado. Ya lejos de él, me bebí de un trago el alcohol y dejé mi vaso sobre una mesa cualquiera. Había llegado el momento de pasar a la acción de verdad. 

Al igual que había hecho anteriormente, fui hasta el otro lado de la habitación moviendo mi cuerpo de manera seductora, pero, esta vez, tambaleándome para parecer borracha. Tal y como habíamos previsto, en cuestión de segundos, el tipo ya se encontraba a mi lado agarrándome de la cintura. Tragué en seco en un esfuerzo por contener mis arcadas provocadas por el olor a tabaco y colonia barata que desprendía. 

— ¿Te encuentras bien, guapa? ¿Quieres que te lleve a mi casa y así descansas un poco? — el hombre comenzó a bajar su mano hacia mi culo, mas, antes de que lo tocara, le di un codazo con todas mis fuerzas en la cara. Me giré rápidamente y en un veloz movimiento golpeé su miembro con mi rodilla. Él cayó al suelo por el dolor y aproveché para sacar mi pistola, la cual llevaba escondida en el sujetador. La cargué y apunté al mayor a la cabeza. El resto de personas del establecimiento habían dejado lo que hacían para mirarme con miedo.

— Dime dónde se esconde.

— ¿Q-quién? Y-yo no... — le interrumpí antes de que empezara a negar.

— Papá Noel, no te jode — solté una pequeña carcajada al ver como el terror en su cara se incrementaba.  Rápidamente, volví a adoptar mi expresión fría y tiré de su corbata hacia mí mientras ponía uno de mis tacones entre sus piernas, indicándole que su capacidad reproductiva amenazaba con desaparecer si intentaba escapar —. Banana fish — antes de que pudiera decir algo más, Luck se acercó corriendo desde su espalda.

— _____, viene la policía.

— Joder — suspiré y solté el cuello del adulto, aún sin desviar la pistola que apuntaba directa a su cerebro —. Atadle. Podéis cortarle algún dedo si sigue negándose a hablar o trata de huir, pero no lo matéis, no hasta que le saquemos toda la información que tenga. 

— Entendido — tres de los chicos dirigieron la mira de sus armas a él para que pudiera apartar la mía —. Levántate.

— P-por favor, no me hagáis daño. Tengo familia y... 

— Te ha dicho que te levantes, no te ha preguntado por tu vida de mierda — le lancé una mirada carente de sentimientos, consiguiendo que hiciera lo que mi compañero le había ordenado. Le escoltaron por la salida trasera hacia la furgoneta a la vez que otro de mis subordinados me lanzaba la bomba, la cual atrapé en el aire con una de mis manos. Activé el temporizador de un minuto mientras hablaba con las demás personas presentes, que seguían admirando la escena asustados —. Si fuera vosotros, me iría de aquí rápido. No creo que queráis que vuestras mujeres sepan que lo último que hicisteis antes de morir fue venir a un puticlub y comeros con la mirada a una menor. 

— _____, la poli.

— Voy — Alex me lanzó mi camiseta, como anteriormente había hecho con el explosivo. Activé este y lo lancé a ras de suelo hasta el centro del local. Todos corrían hacia la puerta principal, tratando de escapar de una muerte segura. 

Salimos rápidamente por donde lo habían hecho los demás miembros de la pandilla presentes mientras me ponía la prenda de ropa. Subí en el asiento del conductor del vehículo y pisé el acelerador con fuerza, tratando de alejarnos lo más rápido posible de la zona de riesgo y de los agentes de policía que no tardarían en llegar .

— Tres... Dos... Uno... — todos dirigieron su expectante mirada a mí —. Boom — la bomba estalló detrás de nosotros, dejando el lugar hecho ruinas y, a los que aún se encontraban en este, muertos —. Misión completada.

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Holiiiii.

 La verdad es que desde que me vi banana fish se convirtió en uno de mis animes favoritos y Ash es mi personaje favorito de todo el universo del anime junto con Killua, así que simplemente necesité hacerle una historia, y más al ver que no había prácticamente ni una. Aún no los pude hacer, pero es probable que para esta historia también haga separadores bonicos ;3. Gracias a todos por leer y espero que os gustara este primer cap uwu. Os amo <3.

Bai <3.