𝙲𝚑𝚊𝚙𝚝𝚎𝚛 𝙸𝙸
Las noches frías pasaban, ya perdió la cuenta de los días y la loción del tiempo desde que llegó a él como un simple sacrificio.
No sabía más del mundo fuera de este lugar, no sabía si su pueblo podía vivir en paz ahora, no sabía si alguien vendría a rescatarlo en algún momento o tendrá que esperar a morir para poder ser libre al fin de todos.
Se encontraba en su cuarto con su mirada perdida hacia la vela que tenía al frente para poder tener iluminación en el estrecho espacio.
Veía como la cera de la vela se consumía lentamente, tomó su collar en sus manos mientras miraba esa hermosa piedra.
-Hermana... -susurró _______ cabizbajo-
Borrosos recuerdos pasaban en su cabeza, una vez cuando ________ aún era un niño, Fuyumi le confesó que quería vivir una larga y hermosa vida, le gustaría casarse con alguien que ame y que la amase a ella también, tener una hermosa familia y compartir todo ese amor con ________.
Sus ojos se llenaron de lágrimas y empezó a sollozar mientras tomaba el collar que su hermana le había regalado.
La vela finalmente se consumió dejando el lugar a oscuras, solo con el pequeño brillo de la piedra rubí.
Las noches en el reino de Sukuna eran complicadas, bastante, _______ era un sirviente más ahí, limpiaba la sangre que Sukuna derramaba ya sea porque vino de matar a alguien o simplemente trajo a alguien y lo mató, tenía que cocinar para él, atenderlo en sus caprichos y demás cosas.
_________ estaba ahora limpiando el lugar que Uraume, un fiel aliado de Sukuna, se tenía que agachar para limpiar las manchas de sangre el suelo con el agua.
Mientras tanto Sukuna que pasaba por ahí, se encontró con el humano, este estaba de espaldas en un posición comprometedora.
Estaba arrodillado y con sus manos en el suelo y había veces que tenía que hacer unos movimientos de forma inocente, ya que las manchas de sangre no desaparecían fácilmente, pero para él, eran unos movimientos bastante provocadores.
Simplemente bufó, que ridículo pensar en eso de un chico humano puberto, no?
Después de unas horas, Sukuna se encontraba en sus aposentos con una mujer (un espíritu maldito también) teniendo sexo con esta.
Vaya manera de distraerse.
Esta mujer se encontraba desnuda encima del Rey de las Maldiciones, moviéndose de arriba a abajo encima de su regazo, se notaba que tenía experiencia.
Ella con una de sus manos abrazaba el cuello de la maldición mientras que con otra acariciaba su rostro mientras gemía su nombre una y otra vez.
-Ahh~ S-Sukuna-Sama~ se siente tan bien~ -decía la mujer entre gemidos-
Pero para Sukuna era una sensación diferente.
Ya no era igual que antes para él.
Claro que seguía sumergido en la lujuria y placer, pero por alguna razón no era lo mismo.
-Sukuna-Sama, se siente bien?~ -le dijo ella de forma coqueta-
Este solamente la miró debido a que estaba tan centrado en sus pensamientos que ni siquiera se dio cuenta con que mujer se metió ahora.
Pero por un momento vio a _______ ahí con él en vez de esta mujer, este le sonreía de una manera que lograba seducirlo como ninguna mujer lo ha hecho.
Tenía un sonrojo en sus mejillas, sus ojos tenían un brillo de lujuria. Oh y esos labios, eran de un color semirosados, eran apetitosos, Mierda, si que deseaba devorarlos hasta que ya no pueda más.
-Sukuna-Sama~ -su nombre resonó en su cabeza, era una voz tan dulce y angelical, este se acercaba a él y juntó sus labios con los de él para poder besarlo de una forma apasionada-
Correspondió su beso tomando su cabeza enlazando su mano con sus hermosos cabellos, mientras más se aferra al "humano" más podía profundizar aquel apasionado y lujurioso beso.
Sus lenguas jugaban entre sí, enlazando la una a la otra, mientras que se escuchaban gemidos provenientes del "humano".
Cuando este beso terminó se quedó mirando a su compañero y se dio cuenta que no era ________, sino otra mujer más con las que suele acostarse.
Este se negó mentalmente, en qué cosas estaba metido ahora?
Puso una de sus manos en la cadera de la mujer he hizo que detuviera sus movimientos.
-Es inútil -dijo el Espíritu Maldito suspirando frustrado por lo que sucedió-
-Sukuna-Sama? -la mujer estaba tan confundida ahora y más porque Sukuna se la quitó de encima para poder levantarse- A dónde va?
-Cuando regrese, no te quiero ver aquí -dijo Sukuna empezando a vestirse-
-Pero aún no hemos terminado -la chica se recostó en su cama abriendo sus piernas hacia él- Relájese y tome todo de mí~
Sukuna la miró con un notorio desinterés y salió de sus aposentos, ahora mismo se dirigía al cuarto que le asignó al humano "para vigilar que no trate de escapar", la puerta estaba entre abierta, no escuchaba nada, ni siquiera un sonido diminuto, así que abrió la puerta y lo encontró dormido plácidamente.
Su vista se centró en él, no había notado lo hermoso que era su rostro, sus mejillas rosadas, esos labios que desearía probar, sus largas pestañas y sus lindos ojos.
Su mirada fue bajando lentamente, su cuello era pálido, se preguntaba, Cómo se vería con una marca de chupones ahí? De tan sólo pensar sentía una sensación excitante. Notaba como el Yukata que tenía puesto dejaba en descubierto su pecho, no era como el de las mujeres, pero eso solo lo hacía más interesante.
El humano se movió un poco quedando boca abajo recogiendo un poco sus piernas hacia él, levantando por accidente un poco más su yukata.
Tragó algo de saliva no pensó que tuviera unos muslos anchos, quería seguir viendo más de él.
Redujo un poco su altura para no despertarlo, acercó una de sus manos para tocar su rostro, se lo veía tan frágil, lo hubiese tocado de no haber sido por un brillo rojo que venía de su cuello.
Era un collar con una piedra rubí que cargaba el chico humano, era una piedra difícil de conseguir para los humanos, se quedó mirando un rato la piedra mientras trataba de recordar dónde la había visto antes.
-Hum... hm... -el chico nuevamente se movió, esta vez boca arriba, para volver a acomodarse abrió lentamente sus ojos pero no vio a nadie, tomó entre sus manos aquella piedra, volvió a cerrar sus ojos para poder descansar nuevamente-
Mientras tanto Sukuna estaba escondido afuera del cuarto de ________, casi lo descubría ahí.
Esto era tan absurdo y sin lógica, porqué estaría tan embobado viendo a un sacrificios, y peor si era un chico adolescente que no era un chamán, no tenía conocimiento sobre la magia, no era para nada poderoso en todos los sentidos, simplemente no tenía nada, ahora hasta en la fecha debería estar ya muerto, pero no sabía porque no era capaz de matarlo y deshacerse de él.
-Mi Señor! Hemos logrado encontrar el paradero de Sukuna! -Uno de los guardias con su respiración agitada-
-Quiero que lleven a los hechiceros más poderosos con ustedes -el gobernador dio su orden- La era dorada de él Rey de las Maldiciones terminará para siempre-
Esto ya era planeado por un gobernante de tantos pueblos que eran atemorizados por Sukuna, pero ya no más, no quería soportar sus humillaciones otra vez, es por eso, que ya idearon un plan perfecto al localizar el paradero de Sukuna.
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