||Capítulo #06|| - S.O.S de Johansi

JOHANSI

- El anuncio que queremos hacerles de conocimiento es que a partir del lunes de la siguiente semana, todos los estudiantes sin excepción alguna portarán de manera obligatoria un uniforme único que saldrá a la venta hoy por la tarde en diversas tiendas de uniformes en toda la ciudad. - Pinche vejete cretino. ¡UNIFORME! Toda mi santa vida había usado ropa de calle para asistir a clases.

Vi como Holden se acercaba al escenario. ¡ALELUYA! Tuvo que aparecer el delegado de clase.

- Disculpe joven Rooney, la decisión ya fue tomada y no será revocada. - Maldición, ni el estudiante favorito del director tuvo palabra alguna para poder revocar la decisión. - Esta petición fue hecha por los padres de Jhonatan Gardner. - Instantáneamente toda la escuela dirigió su mirada hacia él, y a decir verdad, no era una mirada de agradecimiento, sino una de odio y la de Holden, no fue la excepción. - Además, vendrán dos estudiantes de intercambio a nuestra escuela. - Escuché bien, ¿Estudiantes de intercambio? ¿A una escuela pública?

En cuanto el director terminó de dar el anuncio, pidió que nos retiráramos instantáneamente, no quería que nadie lo fuera a ver a su despacho y le recriminara aquella decisión.

Charlotte, Belén, Charles, Adrián y yo nos alejamos de Jhonatan, ya sé, eso no hacen los amigos, pero es que de verdad que estábamos enojados, a causa de sus padres y su estúpido estatus social quería que vistiéramos "Elegantes y con clase, como señoritas y caballeros", como suelen decir ellos, esa era la principal razón por la que ninguno quería ir a casa de Jhonatan, sus padres nos criticaban por nuestra forma de vestir, claro, como a su hijo lo mandaban como a príncipe a la escuela.

De pronto vimos como Holden lo acorraló y tenía su antebrazo en el pecho de Jhonatan, de inmediato nos acercamos y Holden posó su mano en el cuello de Jhonatan.

- Aléjense, esto no es asunto suyo, engreídos. - Nos señaló a todos. - En cuanto a ti estúpido. - Dirigió su mirada nuevamente a Jhonatan. - Tenemos asuntos que resolver. - Y así lo tomó de la parte trasera del cuello de su camisa y se lo llevó a rastras hasta no se donde.

Nosotros decidimos retomar nuestro camino rumbo a nuestras casas.

En cuanto llegamos al paradero para ir a nuestras casas, cada uno tomó camino propio.

En cuanto llegué a mi casa no dudé ni un segundo en tirar mi mochila al sofá e ir a la cocina por un bocadillo en la refrigeradora, las criadas solo me miraban expectantes, en mi casa sabían que cuando andaba de malas iba a la cocina, abría la refrigeradora y comía helado y gelatina.

- ¿A cuántos chicos les has roto el corazón el día de hoy hermanita? - Esa dulce, melodiosa, pero odiosa voz, era de mi hermana mayor, en teoría somos tres hermanas, así es, soy la menor de las tres.

- A ninguno en esta ocasión April. - April, la mayor de las tres, tiene 19 años, alta, cuerpo esbelto, cabello negro y rizado, ella estudia en la universidad de Oxford en la ciudad homónima. - Y no se supone que tú deberías estar en Oxford hermanita.

- Tú misma lo dijiste, se supone, pero me fugué. - Dijo con toda tranquilidad.

- Espera a que se lo diga a mis padres. - Se lo dije con sorna cerrado la refrigeradora con mi pie llevando en mano potes de helado y gelatinas, para de esta manera colocarlo en la isla en el centro de la enorme cocina de nuestra casa.

A ver si les cuento un poco sobre mis hermanas mayores.

April, como dije, tiene 19 años, cuerpo esbelto, cabello negro y rizado, estudia arquitectura en Oxford, siempre ocupó los primeros lugares en la escuela, siempre me compararon en la escuela con April y Amber, por supuesto salía mal adrede para que hablasen con mayor razón, lo sé, algo muy estúpido, pero era la única manera de que me dejaran en paz.

Amber, ella es tan solo un año mayor que yo, así es, tiene 17 años y cursa el último año de bachillerato en mi escuela, lo reitero, de las tres, el caso perdido, soy yo. 

Creen que a las justas si terminaré el bachillerato, si es que primero no quedo embarazada, pues por el camino en el que voy, hasta los vecinos creen que en cualquier día de estos salgo con el domingo siete. 

Mis padres ya han pensado comprometerme con los hijos de uno de sus socios, claro, para evitar que termine en domingo siete, claro, desháganse de la tonta de la familia.

¿Quieren saber quién es una de las familias candidatas?

La familia Müller, una familia alemana, su única hija, Alessa Müller tuvo dos hijos con un hombre de estatus social media, cuyo nombre los medios desconocen, sus nietos, ¿Nombres? Nadie sabe, tras la muerte de Alessa Müller su viudo e hijos han sido todo un misterio, nadie sabe como son o cuales son sus nombres, solo se sabe que sus dos hijos eran varones, y aunque suene estúpido, dicen que su hijo mayor, que en aquel entonces tenía dos años, causó el accidente automovilístico que conllevó la muerte de Alessa y su hijo saliendo ileso, lo sé, demasiado estúpido, no es posible que un niño de dos años sea el causante de la muerte de su progenitora, a veces pienso que los medios no saben ni que inventarse.

No es que realmente no sepa ni donde este parada, por supuesto, gracias al estatus social es que en un principio llevaba clases de economía para principiantes y demás.

Digo, ella y mi hermana Amber eran sus hijas prodigio, las favoritas, mientras que yo era considerada un caso perdido, y que una de ellas se escape, eso sería un delito para mis padres, y uno muy grave que se castiga con la mesada.

- Ni te preocupes Johansi, mis padres ya lo saben, yo se los dije antes de venir. - ¡Mierda! Ahí se fue una oportunidad para arruinar a una de mis hermanas.

- ¡Qué odiosa eres!

- Ay querida, por favor, Amber me dijo que últimamente no has hecho de las tuyas desde que iniciaste el penúltimo año de tu bachillerato. -  Amber chismosa. - Así que dime de una vez quien es tu víctima a engatusar.

- ¡Qué insinúas April! - Bien, Amber y yo estudiamos en la misma escuela, más no creo que Charlotte le haya ido con el chisme del reto a Amber, ella odia a Amber. - No pienso engatusar a alguien. Dije comiendo un bocado de helado.

- No te hagas hermanita. - Rodó los ojos. - ¿Trabajo de literatura? - Pero que entrometida. - ¿Llegar a las 10 de la noche a casa? No inventes hermana, osea, que te traes entre manos.

- Qué tiene de malo querer esforzarme en mi penúltimo año de bachillerato.

- Eso es lo malo, es que eres mala mintiendo. - Tras acabar el primer pote de helado, arrojé el mismo al bote de basura con fuerza, la verdad ya me estaba hartando de la presencia de April.

Cuando niñas, eramos muy unidas, nos hacíamos llamar las "Hermanas Tendo", como en el anime Ranma 1/2, April era Kasumi, Amber era Nabiki y yo era Akane, justo en el orden de nuestro nacimiento y forma de ser de cada una, pero todo cambió hace ya dos años cuando aun el hecho que me acostaba con cualquiera era un secreto, secreto de dos, de April y mío, en aquel entonces tenía 14 años y April 17, estaba ya en su último año de bachillerato, cuando le va con el chisme a Amber, quien era la boca suelta de las tres.

- Y eso a ti que April.

- Ay vamos Johansi, todos en esta casa sabemos que te enredas con cualquiera que se te cruce. - Bien, sí, hacía eso, pero era una noche y adiós, no daba chance alguna.

- ¡Ya cállate April! - Le ordené ya harta.

- Todos sabemos que eres una cualquiera. - Le di una bofetada. Todas las criadas se nos quedaron viendo.

- Ni se les ocurra intervenir y sigan en lo suyo. - Les ordené a las criadas señalándolas. - Y tú una chismosa de primera. - Volví a dirigirme a April quien sostenía su mejilla enrojecida por la bofetada. - Amber y tú, son unas chismosas.

- ¿Te duele que te digan la verdad?

- ¡NO! ME DUELE QUE MI MAYOR CONFIDENTE Y HERMANA ME HAYA TRAICIONADO DE LA PEOR MANERA CON LA MÁS CHISMOSA DE LAS TRES. - Como bien dije, esa traición fue gracias a Amber la chismosa.

- Algún día mis padres se iban a enterar de lo que hacías.

- Sí, pero se iba a enterar por mi propia cuenta, porque yo se los iba a decir, no porque Amber lo gritó a los cuatro vientos. - Estaba exaltada, estaba haciendo ademanes en el aire mientras que April me miraba confundida.

- Gracias a ello fue que nos mudamos de Manchester a Londres. - Exacto, huimos del escándalo armado en esa basura aristocrática.

- ¡Ves! - Agité mis manos frente a ella exaltada. - Teníamos una vida hecha en Manchester, amigos, parejas, y todo se fue por el caño cuando Amber me delató. Nos empezaron a despreciar. Oh no fue esa la razón por la que Jason te terminó y decidieron dar por roto tu compromiso. - De no haber sido así, April ya estuviese preocupada por los preparativos de su boda.

- En parte la culpa fue también tuya.

- Si yo se los hubiese dicho a mis papás, el secreto se mantenía en la familia y no hubiese sido propagado en toda nuestra aristocrática y mugrosa sociedad.

- Touché. - Chasqueó los dedos.

- Pero sabes que, mejor me voy a mi habitación, quiero descansar, voy a salir a las 4:00 p.m

- ¿Ha? - Preguntó April.

- Solo, voy a salir y ya. - Respondí secamente.

- Ocultas algo. - Maldición, cómo es que sigue teniendo esa habilidad para descifrar a las personas muy fácilmente. - Mentirosa. - Sentenció.

- Es posible enamorarse de alguien con tan solo verlo una sola vez. - Primera pista decirle que me gusta un chico.

- No puede ser. - Me miró emocionada. - Estás enamorada.

- Algo parecido, pero no le vayas con el chisme a Amber. - La señalé con el dedo índice.

- ¿Qué chisme? - Hizo acto de presencia la voz de mi otra hermana mayor, Amber, una chica de cabello castaño y lacio, algo que nos caracterizaba a las tres, era que habíamos heredado los ojos azules de nuestro padre.

- Ninguno que te interese Amber. - Respondió rápidamente April.

- Sí, no te metas en asuntos ajenos, urraca. - Vi como rodó los ojos y tomó rumbo a la sala de estar. - Bien, yo me voy a mi habitación.

- Esto no acaba aquí Johansi Arlette Brown Stone. - Bufé con diversión y me dirigí a las escaleras que llevaban obviamente al segundo piso que era donde se encontraba mi habitación.

En cuanto llegué abrí la puerta y en cuanto entré, cerré mi puerta y me tiré a mi cama.

Dulce y cómoda cama.

Tomé mi MP4 que se encontraba en mi mesa de noche a un lado de mi cama y conecté mis audífonos y me los coloqué y empecé a colocar mi playlist de canciones favoritas, pero no sin antes poner alarma en mi celular a las 4:00 p.m.

No sé cómo, ni cuándo, pero me había quedado dormida.

Empezó a sonar la bendita alarma que apagué instantáneamente.

Me estiré y bajé a la sala de estar donde había dejado mi bolso de la escuela, no había almorzado, pero iría a la cafetería a realizar aquella sublime acción.

- Vaya, vaya, me pregunto si el chico que te gusta, le gustarán las chicas sin virginidad y que se enreda con cualquiera que se le cruce. - Esa voz. Era imposible, April me prometió que no se lo diría. Oh Dios, de quien hablo todavía, April la imprudente.

- Mejor cierra la boca antes de que te haga volar las muelas Amber.

- Y si no, ¿Qué? - Me miró divertida y desafiante.

- Lo siento. - Dijo April haciendo acto de presencia en la sala de estar. - Estaba en mi habitación y por casualidad lo comenté en voz alta mientras ella pasaba. - Habló apenada con la mirada baja. Porque pese a nuestra discusión cuando llegué, ella siempre será mi mayor confidente, un poco inoportuna e imprudente, pero confiable.

- No te tienes que disculpar April. - La tranquilicé. - Igual la urraca que tenemos por hermana se enteraría de una u otra forma. - Rodé los ojos con obvia molestia. - Solo espero que esta vez, sea más prudente y no tengamos que irnos de Londres a Liverpool, Oxford, Cambridge o Sheffield.

- Si es que el chico primero no te humilla públicamente. - Como si Holden fuese capaz de hacer algo como eso.

- Sabes que, mejor me largo, aun no he almorzado y no quiero amargar mi hígado antes de hacerlo. - Muy tarde, ya lo amargué.

- Apuesto que el chico que te gusta es virgen, y le gustan las vírgenes, digo, para no sentirse inútil e intimidado. - ¿Intimidado? ¿Holden? Ay por favor, Holden es quien intimida con su mera presencia a muchos nerd's y no nerd's en la escuela. Además, no creo que un chico como él sea virgen aun, digo, que chico o chica es virgen a sus 16 años, ah cierto, mis hermanas y todas las señoritas de esta putrefacta sociedad aristocrática.

- Y Dios sabe quién será el chico con el que pasaste la noche la otra vez. - Si ella jugará a meterse en mi vida privada, pues yo sabía jugarlo mucho mejor. - Apuesto a que no es un chico de nuestra sociedad, de seguro es un vagabundo que te habló bonito por primera vez y te revolcaste con él.

- Amber. - Habló April autoritaria. - Explica cómo fue eso.

- No fue nada April. - Pero qué cínica.

- Era un chico de como 20 años, con tatuajes y un piercing en el labio. - April se asustó ante la descripción del chico. - Quizás no importe mucho si es de nuestro estatus o no, pero, su apariencia, por Dios, si nuestra comunidad se enterara, el escándalo que se armaría. - Hablé supuestamente indignada.

- Sabes Johansi, conociendo tus gustos, el chico que te gusta a de ser un malandrín que tiene tatuajes en el cuello, piercing en el labio y tiene horadadas las orejas. - Se defendió Amber.

- Miren las dos, tú. - Señaló a Amber. - Ahora que estoy acá, me aseguraré que vengas a dormir a la casa.

- Pero qué dices de Johansi, ella anoche no vino a dormir a la casa tampoco.

- Es cierto, no pasé la noche en nuestra casa, pero sí en la de nuestra tía. - Era cierto, la casa de la hermana de mamá quedaba en la calle Brick Lane.

- ¿En casa de la tía Jhoana? - Asentí. - Bueno, pasaste la noche con un familiar, pero me gustaría saber la razón. - Y ahora como le digo que seguí al chico que me gusta hasta su establecimiento de trabajo y me quedé ahí hasta que cerraron y me acompañó a la parada de taxis y le di esa dirección porque venir hasta acá me quedaba lejos y ya quería dormir. Ay cierto, pero que mensa, así de fácil es.

- Son detalles que te omití, pero prometo contártelo en cuanto vuelva a casa. - Tomé mis cosas antes de que el interrogatorio de April comenzara. 

- ¿Tienes que ver con el chico que te gusta? - Ay....

- Osea sí, pero no. - Sonreí nerviosa.

- Apuesto a que pasó la noche con él y no lo quiere decir. - Sonrío Amber victoriosa. - Apuesto a que en esta ocasión a quien le dieron como chance solo una noche es a Johansi.

Harta ya, dejé mis cosas nuevamente en el sofá y tomé a Amber de los cabellos atrayéndola al piso, empezó a gritar y quejarse del dolor. Lo siento cariño, pero nadie se atreve a hablarme así.

- Johansi, suelta a tu hermana. - Demonios.

La voz ronca, madura y autoritaria de mi padre se hizo presente en la sala de estar, no tenía opción, solté a Amber y ella como niña llorona que es, se fue corriendo a abrazar a mi papá.

Lágrimas de cocodrilo.

Tomé mi bolso y me dirigí a la puerta de la casa, ni aunque mi padre me hablara detuve mi andar.

Imagínense caminar de la calle Belgravia hasta el paradero de taxis más cercano, claro que para ello tenía que salir por completo de la calle, puesto que vivo en un barrio de lujo.

Para resumirlo, así estaban las cosas.

Mi escuela, quedaba en todo el centro de Londres, es decir, mi calle, mientras que el trabajo de Holden quedaba fuera del centro de Londres, es decir en Brixton, una de las más peligrosas de la ciudad y para llegar allá, debía tomar el transporte público en la estación Victoria en Westminster, pero prefiero tomar un taxi que me lleve hasta allá a tardar 10 hasta llegar a la estación.

Ahora que lo pienso bien, es una hora de Belgravia hasta Brixton, y Holden vive y trabaja en Brixton, es decir, que ayer lo seguí como idiota toda una hora, a pie es decir.

~Johansi Arlette Brown Stone, a este paso te convertirás en Raquel Mendoza. ~ Me regañé mentalmente.

¡FASCINANTE! 

El incompetente del conductor se tardó media hora en llegar, "Me equivoqué de dirección señorita", santo revuelo que dimos, no es tan difícil, bueno, al menos supe el nombre de la cafetería en la que trabajaba Holden, no pensé que un cafetería por esas calles fuera tan conocida, aunque bueno, su comida era buena, y el servicio, ni hablar, comenzando por los meseros que están buenísimos, no los culpo.

Ingresé a la cafetería con cara de pocos amigos, tomé asiento en el mismo lugar de ayer. Al notar mi presencia Holden se había acercado a mí para tomar mi pedido, obvio pedí lo mismo que ayer.

La tarde transcurrió tranquila, una que otra ocasión miraba a Holden disimuladamente, mientras simulaba mirar mi teléfono, la verdad lo que había hecho fue leer los "Documentos" de la escuela, por no decir que leía Wattpad, sí, por eso digo que si hay una segunda o tercera, cuarta, quinta o siga a escondidas a Holden de por vida, me convertiré en Raquel Mendoza.

La noche cayó y ni cuenta me di, pero fue peor cuando no me di cuenta de la hora, ya pronto serían las 10:00p.m, me percaté sutilmente que Holden se acercaba a mí, supongo que era para pedir que me fuera.

Le pedí indicaciones, a decir verdad casi no le preste atención, simulé mirar mi teléfono y levantar mi mirada por momentos, lo último que escuché fue que dijo que fuera a la mano derecha en cuanto llegara a un edificio que me dirigía a dos calles distintas, asentí, guardé mi teléfono en mi bolso y me fui de la cafetería.

Seguí sus indicaciones, salí de la cafetería, a la mano derecha siguiera de frente para llegar al dichoso edificio. Cuando llegué, me detuve frente al edificio tratando de recordar a que dirección dijo Holden que debía ir.

~ Dijo que fuéramos a la izquierda ~ Dijo una parte de mí

~ No, dijo que a la derecha, tonta ~ Mientras que mi otra parte decía lo contrario.

- {Estoy segura que él me dijo que fuera a la derecha} - Susurré para mí.

Y me dirigí a la derecha, a decir verdad era una calle bastante oscura, mientras estaba fuera de esta calle, sentía una brisa fresca y cálida, pero cuando me interné en esa calle, la brisa se volvió algo fría y espesa, daba aires de peligro.

[Vete al carajo Holden]

Le escribí a Holden, odiaba el hecho que me mandara a un lugar que gritaba peligro.

[Loca]

[Maldito, loco tú por mandarme a un lugar tan peligroso, no pensé que hablaras en serio con lo de dejar que me secuestren mafiosos]

Había caminado lento, por lo que había avanzado poco hasta aquel momento en el que logré divisar dos sombras, eran dos hombres, se podría decir que eran altos, uno era robusto y el otro era de una contextura delgada se aproximaban a mí, sentí como el miedo me empezó a invadir, necesitaba de salir de ahí de una vez, aceleré el paso.

[S.O.S]

Escribí rápidamente un mensaje de auxilio a Holden, pero después, ese mensaje de S.O.S lo necesitaría él, porque lo mataré.

Caminé con la mirada baja y distraída, grave error, no me había percatado cuando uno de ellos, el robusto me estampó contra la pared, haciendo que tirara mi bolso y mi celular.

Gemí de dolor, me estaba sujetando fuertemente de los hombros.

El hombre estaba acercando sus labios a los míos, alejé rápidamente mi rostro, sentí su respiración en mi cuello, luego sus labios, en ese momento solo sentía asco, quería que todo acabara.

Luego sentí como sus manos bajaban lentamente hacia mi cintura, cuando mis hombros fueron libres, las alertas en mi cerebro hicieron que con mis manos quisiera apartar al hombre, pero era inútil, era fuerte.

El hombre al notar eso y tenerme de la cintura, me volteo bruscamente y empezó a frotarse contra mi trasero, en esta ocasión me tenía de la muñecas, moverme sería inútil, si me movía, solo despertaría a su amiguito y me pasaría algo peor.

¿La otra sombra?

Estaba de campanilla al inicio de la calle.

Mis ojos se empezaron a empañar de lágrimas, no por tristeza, sino por asco y miedo.

Maldita sea Holden, te voy a matar por esto.

¿Mi voz? ¿Por qué no gritaba?

Sencillo, sentía un enorme nudo en la garganta que me impedía hablar, así de sencillo.

Como tenía el rostro viendo el principio de la calle, vi como otra figura pareció, una más jovial, alto también, pero jovial, su rostro no lo podía divisar, estaba hablando con el amigo del imbécil que se está masturbando contra mí, mi respiración se estaba volviendo agitada.

Con mi vista nublada logro alcanzar a ver como el recién llegado golpeó en el estómago al compañero del imbécil este, haciendo que se arrodille por el dolor provocado por el golpe.

Dejándolo ahí, empieza a caminar a paso lento hacia nosotros.

- ¡AUXILIO! - Agradezco que el nudo en mi garganta se haya deshecho.

El hombre me gritó en un idioma que no entendía y después me dio una bofetada que me tiró al suelo, ni un minuto tuve para poder reaccionar cuando este nuevamente me tomó y me estampó contra la pared con la cara pegada a la fría pared.

El recién llegado aceleró el paso con dirección a nosotros, hasta quedar detrás del hombre, el recién llegado empezó a hablar en un idioma que no entiendo, ¿Por qué demonios hablan en un idioma que no entiendo?

La voz de aquel recién llegado me resultaba familiar. No me había equivocado, era un joven, su edad no la podría deducir fácilmente, pero se podría decir que tenía entre 16 a 18 años, su voz era madura, autoritaria, gélida, pero con ese toque angelical juvenil. Estaba exaltado.

Y cuando menos lo esperé, estaba libre del agarre del hombre fornido, cuando volteé, el hombre estaba arrodillado cogiendo sus partes íntimas, en aquel momento aproveché en tomar mi bolso que se encontraba en el suelo, ¿Mi celular? No lo sé.

El recién llegado se pronunció nuevamente, estaba enojado, el tono de su voz lo decía todo, mientras que el otro hombre arrodillado pareciera que lo maldijera.

Y aquí vamos otra vez, cuando menos lo esperé el recién llegado me tomó de la muñeca y empezamos a correr con dirección en salida de aquella oscura calle, cuando salimos de aquella oscuridad en esa calle logré ver el rostro de aquel muchacho.

- Te voy a matar Holden Rooney.

- Sí, sabes, no hay de que.

Estábamos corriendo con dirección a la cafetería en la que trabajaba.

En cuanto llegamos a la cafetería él retomó sus labores, de no ser porque Jhonatan abrazó por detrás a Holden sorprendiéndolo.

¡Alto! ¿Jhonatan?

¿Qué hacía Jhonatan en este lugar?

Conociendo a sus padres, no hubieran dejado que su único hijo venga a esta peligrosas calles y más a altas horas de la noche.

Eso no fue lo que me sorprendió, me sorprendió el hecho que cuando Holden se zafó del abrazo de Jhonatan, el mencionado lo tomó del rostro y lo besó, sí, lo besó.

Era poco decir que Justin, Aidon, Adam y todos los clientes los miraron sorprendidos.

Su quijada llegaba al suelo por el asombro, metafóricamente hablando.

- ¡Amor mío! No sabes cuanto te extrañé, dijiste que viniera a tu lugar de trabajo a partir de las 10:00p.m, llegué a las 10:15p.m, pero no estabas, ¿Dónde te metiste? - Luego dirigió su mirada hacia mí y me miró horrorizado.

Yo sabía que era gay

¿Pero qué estaba saliendo con Holden?

Hasta donde sabía, le gustaba Adam, el amigo de Holden, pero esto sí que era nuevo.

- ¡Qué te pasa estúpido! - Habló exaltado para después empujar a Jhonatan. - ¿Acaso te has drogado? o ¿Qué?

- ¿Estás molesto? - Jhonatan hizo un puchero. - Es por lo de los uniformes verdad, ya te dije que no es culpa mía, es culpa de mis padres, tus suegros.

- Disculpen que interrumpa su pelea de enamorados. - Cortó Justin. - Pero ayer nos habías dicho que te gustaba cierta chica y ahora resulta que tienes por enamorado al idiota de Jhonatan. - Hizo una pausa. - Dime Holden, ¿A qué estás jugando?

- ¿Te gusta alguien más? - Jhonatan se mostraba indignado.

Oh Holden Rooney, si resulta ser cierto el hecho que tú y mi mejor amigo están saliendo, y lo hieres de una u otra forma, ya no necesitarás el S.O.S para tu salvación tarado.

Holden solo se sobaba su sien, creo que todo este asunto ya lo estaba sacando de sus casillas.

- Miren, sí, me gusta esa chica. - Afirmó Holden. - Él - Señaló a Jhonatan - Y yo. - Se señaló a sí mismo. - ¡NO SOMOS NADA! - Gritó a viva voz asustando a todos los presentes.

- ¿Por qué me niegas? - Habló Jhonatan melancólico.

- Saben que. - Empezó a sacudir sus manos en desesperación. - Ya no importa nada.

HOLDEN

¡Cómo ese estúpido se atrevió a besarme!

Y para el santo colmo, dijo que eramos novios y que YO lo estaba negando, porque solo a mí me suceden este tipo de cosas señor, apiádate de esta pobre alma en desgracia.

- Oye. - Joshua tocó mi hombro, en aquel momento solo me refugiaba en la cocina de la cafetería. - Holden, de verdad eres bisexual.

- Oh vamos, están jugando verdad. - Alcé las manos ya harto. - Él y yo, no somos nada, él es solo uno de mis amigos de la primaria, sí le gustaba, pero eso fue hace ya 4 años, a él le gusta otro chico, en cuanto a mí, me gustan las chicas, soy H-É-T-E-R-O-S-E-X-U-A-L -  Deletreé la última palabra.

- Sí, claro, como tú digas.

Los odio.

¿Dónde estaban Johansi y Jhonatan? Pues ellos estaban sentados en la mesa que había ocupado Johansi antes de irse. Así de simple.

El tiempo había pasado volando, ya era media noche.

Al fin, ya era hora de cerrar la cafetería.

Despedimos a todos los clientes restantes, que en su mayoría, eran universitarios.

En cuanto terminamos de cerrar, me dirigí a Johansi y Jhonatan.

- Hora de irnos. - Le indiqué a ambos.

- Como digas bomboncito. - Una más y juro que respondo a golpes.

- Vamos enamorados, o necesitan estar solos para resolver sus "asuntos". - Miré a Johansi horrorizado, de verdad pensaba que.

- Para tu información aun soy virgen. - Tierra trágame, por lo que más quieras, hazlo.

Dios, mis mejillas las sentía arder de la vergüenza, no debí haber dicho eso.

- No mientas tesoro, yo ya te la quité. - Justin, Adam y Johansi estaban estupefactos ante lo dicho por Jhonatan, ¿Aidon? Aidon sabía que Jhonatan estaba actuando, por eso no decía ni hacía nada, los tres nos conocemos a la perfección.

Pero su actuación la estaba llevando muy, pero muy, muy, lejos.

Mis mejillas estaban ardiendo por la vergüenza causada por Jhonatan, de verdad lo iba a matar.

- Sabes, yo recién me entero que ya no soy virgen. - Dije con obviedad.

- Quizás te violó. - Pronunció Justin entre dientes. - Denúncialo. - Dijo entre dientes nuevamente.

- ¡Oye! Todo fue con el consentimiento de Holden. - Maldito, esta actuación no.

- Saben que, nos tenemos que ir. - Me paré a la orilla de la calle y detuve un taxi. - Primero Belgravia, es la calle más cercana, ¿Va?

- Porque dices Belgravia primero, si Johansi y yo vivimos en la misma calle. - Dice Jhonatan alzando los hombros con obviedad.

Ahora que reacciono.

- ¿Johansi? - Mi respiración se acelera, el temor de que le haya pasado algo peor el día de ayer y no haya dicho nada.

- Fui a casa de mi tía en Brick Lane. - Dijo rodando los ojos. - Gracias soplón.

- Oh, vaya, la señora Jhoana, es buena gente.

- Saben que, ya no importa, suban. - Hice ademán para que Johansi y Jhonatan subieran al taxi.

Jhonatan subió rápidamente al taxi jalando a Johansi con él dentro del mismo.

Que bueno que sepa el muy cobarde que lo voy a matar por su escenita.

Ya en el auto el silencio fue el que reinó entre los tres.

- Holden. - Johansi rompió el silencio que reinaba entre nosotros. - Por casualidad, ¿Cuántos idiomas hablas? Digo, porque en aquel callejón le hablaste en otro idioma.

- Ah, eso, pues, además de nuestro idioma nativo el inglés, hablo español y alemán. - Le respondí.

- Entonces, el idioma en el que le hablaste fue.... - Dijo ella esperando mi respuesta.

- Alemán.

- ¡Alto! De qué calle hablas, Johansi. - Cállate Jhonatan, cállate.

- Habla de la calle "Wood" -  La verdad que esa calle tenía otro nombre, solo que era un nombre código que nosotros empleamos para comunicarnos.

- Ah, esa calle, si sabes que debes ir a la izquierda verdad. - Dijo Jhonatan con obviedad.

- Pensé que me mandó ahí para que me hicieran daño.

- Holden no le desearía ir a ese lugar ni a su peor enemigo.

- A ti sí, tarado. -  Cuando dije eso Jhonatan puso como escudo a Johansi.

- Oye, cambiando de tema... - No la dejé terminar, sabía de que quería hablar.

- Él y yo, no somos nada, estaba actuando el malnacido. - Fulminé a Jhonatan con la mirada, este solo reía asustado.

- Admítelo, soy buen actor. - Sinvergüenza.

- Entonces, de verdad no hay nada entre ustedes no. - Johansi nos miró a ambos.

- Por supuesto que no, cerebro de nuez.

- Y dale con eso. Pero, ¿De dónde se conocen?

- Estudiamos juntos en la primaria, junto a Aidon. - Sencilla y directa, por favor, que no pregunte más.

- ¿En qué escuela?

- Y eso a ti que, entrometida.

- Crashwood en Oxford. - Además de sinvergüenza, delator.

- Ese es un internado exclusivo, y no es por nada Holden, pero.....

- Ahí por favor señor. - Corté rápidamente a Johansi, sabía lo que diría, pero ese asunto, es historia aparte y larga.

Le pagué y bajamos del taxi, es la carrera más cara que he pagado en toda mi vida.

- Esto no se que da así Rooney. - Me advirtió Johansi.

Solo bufé y rodeé los ojos, ya es otro día y significa borrón y cuenta nueva. 

Dejé a Jhonatan en su casa y después acompañé a Johansi en la suya, estábamos en el umbral de la puerta de su casa, estaba buscando algo en su bolso.

- ¿Qué buscas?

- Las llaves de mi casa. - Y cuando menos lo esperamos, hay abrió la puerta desde adentro, había salido un señor alto, fornido y con porte autoritario, estaba en bata y pantuflas.

- Entra Johansi. - Habló el hombre secamente.

- Señor, aguardé, fue mi culpa que llegara tarde, le prometí que la traería en cuanto terminara de trabajar en la cafetería en la que laboro, pero no contaba que tuviéramos que cerrar tan tarde. - Mentí un poco, era para salvarla. Johansi solo me miró agradecida. - Discúlpeme señor.

- ¿Y tú? ¿Quién eres? - Escuché cierto tono despectivo en su voz.

- Soy compañero de clases de Johansi, le pedí que fuera para realizar un trabajo de la escuela. - Ya sé, me crecerá la nariz como a Pinocho, pero era para salvarla.

- Bueno, ahora sí. Adiós. - Me cerró la puerta en la cara, pero que señor.

Tomé nuevamente un taxi hasta mi casa, agradecía que mi padre estuviera dormido, porque solo quería llegar y dormir en mi cómoda cama.

En cuanto me cambié mi ropa de trabajo por mi ropa de pijama, me acosté en mi cama con los brazos detrás de mi cabeza.

- Si que ha sido un día de locos, mientras más tiempo te veo, más fuerte se vuelve lo que siento por ti.

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Bueno, aquí estoy otra vez, quise retroceder un poco para presentar un día normal en la vida de nuestra Co-protagonista, es bueno conocerla un poco.

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