⋆◦★◦⋆Samatha Sensual
Yoongi.
—Ahhh
La puta gloria, la mismísima puta gloria para mi, ¡Joder! Por fin poder escuchar un gemido como ese mientras tenia atrapado al chico llamado Park Jimin contra las baldosas del baño y metía mis dedos tan profundo estirando sin cuidado alguno sus paredes anales, sintiendo aquella sedosidad envolver mis dedos.
Y es que hacia aproximadamente diez meses que mis oídos no se regocijaban ni eran bendecidos con un gemido como ese, tan real y no solo una fantasía.
Exactamente los diez putos meses de mierda que llevo encerrado en este templo con la única compañía de los viejos monjes.
Hay un punto que aclarar, Yo Min Yoongi no soy Gay o bisexual o al menos no lo era antes de esto, ésta es mi primera experiencia con otro hombre. Pero era la primera oportunidad de tener sexo que se me había presentado así de la nada en bandeja de oro desde hacia tiempo. Así que no importaba si Park tenía pene, podía follármelo sin sentir remordimiento más tarde, igual soy un enfermo.
Lo único que deseaba era un buen lugar donde enterrar mi polla con urgencia.
Definitivamente yo no estaba hecho para el celibato ni la castidad y estar aquí era el peor castigo que podían aplicarle a alguien como yo.
Un adicto al sexo.
A mi yo de 29 años le encanta el sexo.
Amo el sexo matutino, el sexo vespertino, un sexo rápido después del sexo vespertino, el sexo nocturno, un exprés después del sexo nocturno, el sexo no tan rápido, el sexo casual, el sexo en la ducha, en la alfombra, sobre la mesa o la encimera. Tengo un gusto especialmente por el sexo en el escritorio de la oficina en mi trabajo. Con mis asistentes, por eso nunca duran más de una semana, lamentablemente las enviaba a despedir después de acostarme con ella porque no es por presumir, pero soy muy bueno follando y ellas se volvían un culo en el grano… que diga un grano en el culo.
Siempre queriendo más, mientras yo me aburro rápido de una misma mujer y voy en busca de otra.
Lo más jodido es cuando después del sexo se vuelven melosas y piden cariño. Puto asco.
En fin.
Mi padre y mi madre me castigaron por ser un maldito promiscuo adicto al sexo y me enviaron aquí. Dijeron que si no enderezaba mi camino me iban a quitar mi parte de la herencia del abuelo Min, la de ellos y también mi puesto en la empresa familiar.
¿Y saben qué? Me vale verga.
Si me voy a quedar pobre no me importa. Puedo empezar mi imperio yo solo. No soy un estúpido. Sé cómo hacerlo. Soy totalmente competente, tanto en el sexo como en los negocios.
El problema fue cuando a mi padre se le ocurrió que quitaría la herencia también para Koo. Mi hermano no tiene culpa de mis estupideces y de mi vida desordenada. Pero conozco a papá, con tal de castigarme y hacer que yo ceda haría eso y mucho más.
No entiendo cual es la molestia si es mi vida no la de ellos. Ah… quizá la de veces que me ha encontrado jodiendo duro a alguna chica en la oficina ya le fastidio.
En fin.
Por mi hermano Koo, hago lo que sea y si es cumplir un año es este templo rancio lo hare, o eso creo.
Si meterle los dedos a un chico con el culo bien gordo y rico me agrega mas meses que más da, ya llevo encerrado diez meses. Estoy por cumplir el año y nadie se enterará que no cumplí a cabalidad. Espero.
Maldito Park Jimin, a decir verdad yo estaba bien, cumplía con lo pedido al pie de la letra, todo por mi hermano, llevo diez meses sin tener sexo, sin tocar una sola teta o un culo, sin masturbarme, sin ver la pagina de Porn.Hub, en realidad después de un mes aquí comprendí que quizá debía cambiar ciertos aspectos de mi vida, tenía que dejar de ser tan adicto al sexo y ser más responsable. Lo estaba intentando lo juro, pero justo se me viene a ofrecer un jugoso filete cuando llevo meses pasando hambre.
—¡AHHH!
Mis dedos se mueven con insistencia en su apretado agujero, mi polla esta erguida y palpita en mis pantalones bajo la maldita túnica de monje.
—Lo sé, te mueres por mi polla, perra, pero se silencioso o no obtendrás nada hoy.
Escucho como ahoga un gemido cuando mis dedos se curvean hacia arriba, no sé exactamente lo que hago. Mi mejor amigo es Homosexual y a veces se le suelta la lengua de mas y solo sé que los Gays sienten placer sexual por el culo, y al parecer así es. Es lo que escucho cuando gime y se retuerce para poder darse la vuelta, pero no tengo la puta intención de soltarlo. Él me provoco y voy a castigarlo por ser tan impertinente e inoportuno.
—N-no eres un monje normal —logra articular por la dificultad que ocultar sus gemidos le provoca —Jo…joder Mmgg ¿Qué clase d-de monje eres?
—Dije que te calles Park —Tiene problemas con quedarse callado así que lo que hago es dejar correr el agua de la ducha.
Mis dedos —tres de ellos— dan vuelta, giro mi muñeca encontrando otro ángulo que hace que el chico tiemble y tire hacia atrás su culo para follarse contra mis dedos desesperadamente. Sus piernas tiemblan tanto que lo hacen tambalear pero uno de mis brazos lo tiene sujetado con fuerza rodeando su pequeña cintura.
Soy un poco más alto que él así que su cabeza se echa hacia atrás y queda perfectamente recostada contra mi hombro. De esa manera puedo ver perfectamente lo que solo mis dedos causan en él y esto provoca que mi propia polla salte más desesperada en su lugar.
Se ve tan sensual y sexual, con sus mejillas rojas y sus ojos lagrimean no sé exactamente por qué, y su boca de gruesos labios se abre para atrapar en sus pulmones lo mas que pueda de oxigeno.
Me despego un poco de él y cuando bajo la vista hasta donde mi mano se une con su culo puedo ver también como mis dedos entran de manera veloz en su agujero y como gotean.
¿Ya había dicho que tiene un buen trasero? Lo tiene. Es grande y bastante respingón, quizá el mejor culo que he visto en mi vida sexual activa la que por cierto inicié a los 16 años, un culo muy bonito a pesar de ser de un hombre.
—Y-yoongi… por favor —Suplica.
Una risa burlesca llena de satisfacción recubre mi rostro. Comenzó a rogar, es lo que más amo de estas cosas. Que rueguen por mi polla.
Dije que iba a castigarlo pero, ya llegamos hasta aquí así que ¿Qué más da si me lo follo rápido?
—Vaya vaya niño, si se te quedó mi nombre —digo con sorna, divertido de ver como poco a poco se impacienta. Su cuerpo se remueve mucho más debajo del mío.
Será la primera vez que hago eso, tener sexo con un chico pero no debe ser tan diferente, es un agujero, meter y sacar mi pene duro en su interior hasta correrme y hacerlo correrse a él también.
—Joder si, ahora Yoongi fóllame ya.
En este momento suelto su cuerpo y él tiene que colocar sus manos contra la pared del baño para no caerse, y mientras mi mano derecha sigue escurriéndose en su agujero con fuerza la otra traza un camino desde su nuca hasta su espalda baja, ahí hay un tatuaje bastante peculiar que no había notado muy bien hasta ahora, con las fases de la luna pero mi mano no se detiene al final del tatuaje, sigue su camino más abajo directo a sus redondas y grandes nalgas, entonces al fin mi mano se despega de su cálida piel y se alza para tomar vuelo y darle una palmada firme observando su culo rebotar en el acto lo que provoca otro salto de mi polla, me hace imaginar como se vería su culo rebotando sobre mí, enterrándose fuerte.
Observo fascinado como mi mano ha dejado una huella roja ahí. Le escucho maldecir por lo bajo y soltar otro débil gemido. Creo que le ha gustado tanto como a mi así que vuelvo a repetir la acción sintiendo como se sacude con insistencia sin dejar de sostenerse de la pared.
Hace demasiado calor, y supongo que se debe a la situación más el agua de la regadera que ha creado ahora un vapor insistente.
—Mierda… ¡Yoongi!
Sonrío nuevamente, puedo imaginar la presión y frustración que esta sintiendo al no poder recibir lo que tanto quiere. Es lo mismo que yo he estado experimentando desde hace meses aquí, pero multiplicado por mil.
Negarle a un adicto al sexo un agujero donde liberarse es como negarle a un Diabético su insulina.
—Lamento informarte precioso que no tengo condones aquí. Es un templo ¿Si te habías dado cuenta de ello? —Hablo sarcástico.
Un gruñido de molestia es su respuesta, pero por mucho que desee follarlo no lo hare si no tengo un condón. Desde que supe que el sexo era mi adicción me comprometí con mi salud, tengo sexo dónde sea y con quien quiera pero no sin un puto condón. No quiero ser una fuente de infecciones y enfermedades andante.
Aun así mi mano no deja de hacer presión en su interior y es por ello que Park sigue frustrado.
—Y-yo…yo, en mi billetera, en mi p-pantalón —logra susurrar.
Ahh un chico bastante prevenido vale mucho.
Mis ojos están ahora en busca de su ropa pero recuerdo que cuando lo encontré masturbándose en el vihara la ropa estaba sobre mi mesa de noche y yo me negaba a sacar mis dedos de aquí, de este lugar tan apretado y caliente. Maldición.
Estoy por soltarlo finalmente y pedirle que me espere que iré por su ropa cuando escucho una vez más la puerta del vihara ser tocada.
Rayos.
Debe ser Hyunjin. Nuestros cuerpos se tensan por completo, puedo sentir la respiración de Park bastante agitada así que mi mano libre sube para tapar su boca.
—¿Hyung? ¿Estás aquí Hyung? Ya acabe la oración de la noche, vine por tu lección.
Su voz resuena adentro en el Vihara, Hyunjin es persistente cuando se lo propone, tenemos lecciones nocturnas todas las noches.
—Me estoy bañando Hyunjin, vuelve en un momento —hablo algo fuerte para que escuche mi voz por encima del sonido del agua que corre.
—Voy a esperarte Hyung, creo que te has dejado tu ropa aquí.
¡Santa mierda! Es la ropa de Jimin. Solo espero que no se le ocurra tomarla.
Debo salir de aquí rápido, mi mente está pensando en que hacer para salir de esto sin exponernos pero luego no logro procesar nada porque Jimin se ha girado, mis dedos resbalaron de su interior cuando se dio la vuelta. Mis ojos se detienen a ver sus pezones erguidos, son de color café claro, su cintura es reducida y sus caderas anchas, tiene una perfecta línea en “v” el cinturón de Adonis perfectamente formado sobre su pelvis. Creo que Jimin debe ser descendente directo de algún Dios Griego, porque también pude ver que tiene dos precioso hoyuelos de Venus en su cadera.
Veo como se acerca peligrosamente hacia mí y me acorrala contra la pared contraria, sus labios buscan con rapidez los míos y los encuentra, es un beso sucio y desesperado lleno de candente seducción que correspondo sin oponer resistencia.
Si antes no era Gay, ahora lo soy completamente.
Sus labios son tan sedosos y suaves, calientes que recorrer sin pudor alguno mis labios y bajan hasta mi cuello donde se ocupa de succionar.
Dios, joder, necesito follarlo contra algo en este instante.
Pero recuerdo que Hyunjin sigue afuera, en el vihara. Así que lo único que hago es elevar una de sus piernas para que la coloque alrededor de mi cintura y como puedo logro subir un poco mi estorbosa túnica, bajar el borde de mi pantalón y sacar mi gruesa polla para tomar también la de Jimin y masturbarnos a ambos a la vez mientras mis dedos se vuelven a enterrar en su agujero.
Ambos gemimos de total satisfacción.
Mis dos manos se mueven con ligereza arrancando más gemidos bajos desesperados del chico castaño, los cuales vuelvo a atrapar en mi boca para qué no se escuchen. Lo siento tensarse por completo, creo que es por la doble estimulación.
No suelto su boca en ningún momento, lo hago para que no se desvanezca en gemidos fuertes que puedan delatarnos, también yo siento mi cuerpo contraerse, concentro todas mis energías en llevarnos a ambos al punto más alto del placer.
Cuando finalmente lo logro un gruñido se escapa de mi boca que aun aprisiona la suya y yo me bebo su fuerte gemido sintiendo como su cuerpo convulsiona y como nuestro espeso semen se mesclan en la palma de mi mano.
Su pierna baja lentamente, temblosa y su cabeza se deja caer sobre mi pecho, es el momento en que nuestras respiraciones se van nivelando y clamando poco a poco disfrutando de esta liberación que nos envuelve en un manto de tranquilidad. Era como practicar el Samatha por las mañanas, pero más placentero definitivamente.
Extrañaba esto.
—No eres un monje normal —Susurra contra mi cuello y yo solo sonrió soltando un suspiro de tranquilidad.
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El Samatha (Meditación para encontrar la calma): Consiste en mantener la atención en un objeto, una imagen de Buda o un mantra durante un período prolongado de tiempo hasta encontrar la calma y estar en paz.
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