⋆◦★◦⋆ El Dharma del sexo
Esa noche Jimin no pudo dormir muy bien que se diga, en primer lugar se debía a la cama. Era muy bajita, además que el colchón era demasiado delgado.
Así que cuando se despertó y se sentó en la cama su cuello crujio al igual que su columna. Su padre al parecer ya había despertado y observaba el panorama hermoso por la ventana.
—Buen día hijo, ¿Cómo amaneciste? —indagó desde el otro lado de la habitación compartida que se les había prestado.
—Bien, fue tan cómodo como dormir en una roca —Respondió sin ánimos de nada—. Creo que mi espalda necesitará un enderezado en el taller.
Su padre sonrió divertido, Jimin era especial. Especialmente quejumbroso. No le gustaba nada más que su trabajo y quizá alguno que otro Hobby. Aunque no le conocía ninguno.
—Alguien despertó de malas pulgas —bromeó el señor Park.
Era obvio que su hijo se despertó de mal humor. Su cara lo decía todo.
—¿Y quien no? ¿A quien carajos se le ocurre sonar una campana a las 3 de la madrugada?
—Hijo, deberías aprovechar estar aquí, hay mucho por aprender quizá sea un nuevo Hobby para ti practicar el budismo. Ve a ver como inician el día los monjes.
—Ni loco. No hay nada bueno aquí que me guste Papá, además es muy temprano ¿Quién rayos se levanta tan temprano? No saldré de esta cosa disfrazada de cama en al menos unas cuatro horas. Cuando sea una hora más decente.
—Son las ocho de la mañana, ésta en la tercera campanada del día, la que no es para los monjes que viven aquí. Ve a ver que te pones a hacer Jimin. No puedes pasar encerrado todo el día.
¿A qué no eran las 3 de la madrugada? Jimin puso sus ojos en blanco, que innecesario era todo esto solo porque a su padre se le había ocurrido hacer esa dichosa ceremonia de aniversario postumo estilo budista.
Su padre y su maldita manía de buscarle entretenciones. El tenía ya.
Por supuesto, su padre no sabía que el Hobby más preciado de Jimin era el sexo.
Jimin amaba el sexo, y ser muy pervertido, buscar alguna compañía interesante y fornicar. Pero también podía hacer otras cosas como comprar ropa, ir de paseo con sus amigos, ir a bailar y... ¡acosar monjes!
Se levantó de un salto de la cama cuando a través de la ventana vio pasar a un monje con una capucha muy particular, era el único que usaba ese estilo de túnica. Su Kāṣāya era de color como rojo vino y capucha, no la típica color azafrán de los demás.
—¿Sabes qué? Tienes razón, es un bello día iré a ver que hacen los monjes. Ya regreso.
Se dirigió al baño bajo la extrañada mirada de su padre y lavó su rostro, sus dientes y se acomodó el cabello la ropa de dormir, un simple pantalón tipo chándal rojo y negro y una sudadera gris.
Estaba listo, era hora de salir a cazar monjes. Mejor dicho a uno en específico.
—A las diez es la ceremonia de tu abuelo, Jimin quiero que estés puntual en el wat.
Jimin solo le hizo una seña con la mano de que había escuchado y salio de la habitación. El vihara o la residencia donde los monjes vivían era muy espaciosa, limpia y ordenada. Tenía como mínimo unas 10 pagodas con 10 habitaciones cada una.
Era una construcción que constaba de un patio abierto rodeado de celdas abiertas a las que se accedían a través de un pórtico de entrada.
⋆◦★◦⋆
Jimin sonrió cuando al salir del Vihara vio de lejos a aquel monje caminando hacia algún lugar. Le dio alcance rápidamente poniéndose detrás y tocando su hombro. El hombre se sobresaltó un poco pero detuvo su caminar para encararlo. Llevaba su libreta que el día anterior Jimin había visto.
Sus miradas volvían a cruzarse, a Jimin le gustaban mucho los ojos felinos del monje, su nariz perfecta y perfilada y la forma de su rostro perfecto y sincelado, aquella mirada penetrante y a la vez furica de color marrón oscuro. Y los labios, ¡Dios santo! Eran perfectos, rosados y del tamaño adecuado para poder acoplarse con los suyos gruesos. Pero Jimin no estaba preparado para lo que vino después.
—¿Buen día?
—¡Oh my Jesus Lord!
Con eso ya tenían a Jimin en el piso. ¿Esa voz gruesa y ronroneante acaso era real?
Al solo escucharla Jimin sentía que podría desmayarse, su piel completa se había erizado, como si una corriente eléctrica le hubiera atravesado todo el cuerpo.
—¿Perdón? —Habló una vez más el monje al ver que al parecer el chico tenía problemas para poder hablar adecuadamente.
—Digo... no hay día bueno porque bueno estás tú —respondió sin vergüenza alguna a pesar que seguía sonrojado.
El monje parecía analizarlo detenidamente como si Jimin fuera algún especímen extraño de alguna criatura que se había escapado de un laboratorio. Le volvió a hacer una reverencia y se dio la vuelta con la intención de alejarse, pero Jimin no iba a dejarlo escapar esta vez. Tenía que hacer algo para que el monje le prestara atención si quiera un poco.
—No espera no te vayas, yo solo ummm, sabes no conozco este lugar, no se nada de aquí quizá podrías ayudarme —Le pidió tratando de calmarse y no ser un desvergonzado para que no se alejara lo cual de por sí ya le costaba demasiado porque Jimin tenía el serio problema de no quedarse callado y decir todo lo que pensaba.
Mordió internamente su lengua para no soltar otra cosa que hiciera espantar al guapo monje.
Por el contrario el hombre misterioso relantizo su andar nuevamente y dejó que Jimin caminara a su lado pero sin voltear a verlo en ningún momento.
—¿Te interesa ir a algún lugar en especial? O...
—Si pudieras darme un recorrido para no perderme, me gustaría —Interrumpió Jimin.
No le importaba verse desesperado por pasar tiempo con él o estar a solas. Pero lo quería, debía tomar al monje con la guardia baja. Porque le gustaba mucho. No importaba si lo expulsan de ahí.
El monje le miró brevemente y Jimin creyó que se negaría pero para su buena suerte le dio un leve asentimiento.
—Bien... creo que puedo hacer eso. Solo sígueme, en silencio —Pidió el hombre.
Jimin levantó sus dedos índice y pulgar y los unió y con ellos fingió un cierre imaginario para cerrar su boca.
Así que caminaron juntos uno al lado del otro afuera de las pagodas de vihara, por los jardines donde se podían ver las estupas, aquellas que representaban la mente de Buda.
—¿Entonces es la primera vez que vienes a un lugar como éste?
Jimin alzo la vista y asintió sin saber si podía responder con palabras o no y el monje parecía entender su dilema y le sonrió. Con eso ya Jimin llevaba un segundo desmayo en la cuenta. La sonrisa ladeada del monje era preciosa y perfecta. Demasiado para un hombre sexy que dedicaba sus días a la vida monástica.
"Super sexy" Pensó, no podía decirlo porque no quería que el monje se alejara.
—Puedes hablar sin parlotear cosas raras.
Jimin quería darse topes contra la estupa más cercana que tenian del lado izquierdo.
—Si, mi abuelo era un... bueno no era un monje pero se pasaba aquí parte de su vida —Respondió.
—Un laico budista —Explicó el monje.
—Oh si eso y hace un año murió y pues están preparando una conmemoración para su aniversario póstumo.
Por aquí y por allá Jimin pudo ver a los monjes realizas actividades. Muchos se dirigían hacia algún lugar en específico que Jimin no conocía en absoluto.
Por lo menos entendía que los templos budistas eran espacios sagrados que reflejaban la diversidad y la riqueza espiritual del budismo, aunque él no les profesara ningún respeto.
Se detuvieron un momento a observar a un grupo de budistas hacer yoga al aire libre.
—Esa donde estas recostado es una estupa, guardan reliquias de Buda, son sagradas —Explicó el monje y Jimin con las orejas rojas se separó de donde se había recostado un momento—. Todo aquí es sagrado hasta las pagodas y viharas que sirven como centros de enseñanza y meditación.
Jimin observo con asombro al monje y sus ojos comenzaron a llenarse de curiosidad y admiración. No sólo era guapo, también era un sabio conocedor de la religión budista. Seguro era un gran devoto y él solo había pensado en follar con él.
Ahora hasta sentia algo de vergüenza.
Siguieron con su camino aunque al parecer no tenían uno fijo. El castaño pudo darse cuenta con cada paso que daban que el templo era mucho más que eso. Mucho más que una estructuta donde se congregaban las personas.
El templo se destacaba no solo por su importancia religiosa, sino también por un arquitectura única que había evolucionado a lo largo de los siglos, reflejando las tradiciones y culturas locales en diversas regiones del mundo.
—Eso de ahí es la pagoda central, con su diseño que apunta hacia el cielo, representa los cinco elementos: aire, fuego, tierra, agua y sabiduría espiritual.
Jimin asintió observando el lugar donde el monje señalaba. En ese momento muchos monjes estaban en ese lugar reunidos escuchando un sonido que jamás había sentido eran como ondas invisibles que retumbaban en sus oídos.
—Por aquí esta el Ubosot o salón de ordenaciones también llamado Bot, aquí solo pueden entrar los 25 monjes de rango alto, por lo general los laicos no pueden entrar al Bot así que te recomiendo no vayas ahí porque es el corazón del monasterio y más arriba por allá encontraras el Vihan o salón de la asamblea, ahi es donde se llevará a cabo la conmemoración de tu abuelo.
—Son muchos lugares, está como fácil perderse por aquí en algún lugar—Señaló Jimin con medía sonrisa coqueta.
El monje le devolvió una mirada que Jimin no lograba entender todavía, no sabía si era molestia o desagrado o algo así. Era intensa y penetrante.
—Si buscas la cocina esa es más abajo, el comedor está vacío así que si quieres comer algo puedes ir ahora —Continuó como si no hubiese escuchado lo último que Jimin mencionó.
—¿Todos desayunaron ya?
—Algunos si, otros no lo hacen, se saltan el desayuno otros el almuerzo y otros la cena. Es uno de los tantos ritos que se practican en este lugar.
—¿Qué más hacen? —Se animó a preguntar Jimin tomando una vereda hacia el jardín central siendo seguido de cerca por el monje.
La verdad le importaba una mierda todo eso pero quería alargarse para encontrar el momento perfecto y atraparlo, hacer que lo folle contra lo que sea. Su polla en sus pantalones de dormir estaba despertando con solo imaginarlo.
—Los ritos del Budismo son muchos puedo mencionarte algunos. Escuchar el Dharma, son las enseñanzas de Buda, Los cuatro jhānas, Meditación budista, El Brahma-vihara, Prajñā, son algunas prácticas budistas y algunas también incluyen ofrendas de elementos como agua para la purificación, fuego para la luz del conocimiento, y comestibles que representan la prosperidad y la sabiduría.
Jimin soltó un largo silbido, todo parecía bastante complicado de seguir. Definitivamente él no estaba hecho para todo eso.
—Bien, creo que te mostré todo lo que puedo mostrarte —habló el monje deteniéndose en medio del camino—. Si estás satisfecho entonces nos vemos en la ceremonia.
—No, no me has mostrado algo muy importante —soltó acercándose unos pasos para poder alcanzar bien al monje. Éste estaba casi contra un árbol robusto, se hizo dos pasos más hacia atrás para tratar de alejarse de Jimin. El castaño alargó su mano y con sus dos dedos índice y anular comenzó a moverlos sobre el brazo del hombre fingiendo hacerlos caminar hasta llegar a su pecho y subir a su cuello. El monje estaba impávido—. Tu habitación ¿cuál es? Es por si necesito un recorrido nocturno... por mi cuerpo.
Era ahora o nunca, no tendría otra oportunidad así ya que al terminar la ceremonia se iría. No se retiraría del lugar sin haberse acostado con el monje más guapo que había podido conocer.
El monje en cuestión pareció salir de su asombro parpadeando más de tres veces y negando con su cabeza.
—¿Cómo dices que te llamas? —Preguntó sujetando los dedos de Jimin para alejarlos de él.
Su mano era tibia pero su toque caliente, Jimin sintió calor con el simple toque sin terceras intenciones.
—Me llamo Park Jimin —fue su rapida respuesta.
—Bien Park, ¿Si te has dado cuenta que estás en un templo religioso no es así? Estás faltando a uno de los votos importantes de aquí.
—Lo sé y me importa una mierda ni si quiera deseo estar aquí. Lo siento por su "Dios" si ofendo con mi presencia, soy como soy y nadie puede cambiarme, me gustas, me atraes, me calientas la polla con solo mirarte me provocan ganas de coger duro contra ese tronco. ¿Me iré al infierno, mi sensual monje? —concluyó formando un puchero con sus gruesos labios.
El hombre de mirada penetrante abrió la boca para responder pero parecía tener algún problema, su ceño estaba ligeramente fruncido. Apretó su libreta contra su pecho.
—No existe un Dios en el budismo Park Jimin, es una religión No Teista, sin Dios creador al cual seguir.
De todo lo que Jimin le había insinuado ¿Eso fue lo que había decidido que era lo más importante responder? ¡Joder! Definitivamente parecía que este monje había nacido en el templo y llevaba el budismo en su sangre. Imposible.
Jimin no quería fracasar con él pero le estaba costando horrores.
—¿Entonces quién mierda es Buda? —Chilló enojado por que no estaba funcionando nada de lo que estaba haciendo.
—Un príncipe hindú que renunció a su posición y riqueza para buscar la iluminación como asceta espiritual, alcanzó su objetivo y, al predicar su camino a otros, fundó el budismo en la India, si es todo lo que quieres saber, me retiro.
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Jimin se quedó con las palabras en la boca porque el monje se había ido más corriendo que andando dejándolo solo ahí parado en medio del jardín.
—Ahshaj es una reverenda y viva mierda ¡Quiero irme de éste lugar! —Susurró jalandose sus cabellos.
Se encontraba haciendo su berrinche cuando su teléfono comenzó a sonar con insistencia. Lo sacó de su bolsillo mirando en la pantalla que no era nadie más que su amigo del alma Taehyung.
—¡Tae! —Casi Gritó por el auricular. Se sentía exasperado muy enojado.
"Pero Jimin ¿Qué son esos gritos? ¿Por qué no has regresado a Seúl"
—Estoy en un templo budista Tae.
"No te escucho bien, ¿Templo qué?
—Budista...
"¿Qué rayos estás haciendo en un templo nudista? Jimin por Dios, ¿no dejas tus fetiches raros un solo día?"
—Budista Taehyung BU-DIS-TA y hay un monje que esta rico rico pero no me pela, le insinue abiertamente que follaramos y solo se dio la vuelta y se fue ¿Lo puedes creer?
"No se que rayos estas diciendo, no entiendo una papa pero si quieres coger como conejo con ese tipo no le digas solo hazlo y ya, me extraña eres Park Jimin, nadie te ha dicho que no y nadie se te ha escapado. ¿Cuándo regresas?
—Hoy en la tarde, salió algo de último momento así que por eso estoy aquí. Saluda a los chicos por mí.
"Suerte con el chico monje y El templo nudista, love u"
La llamada acabó y Jimin resopló. Taehyung tenía razón. Si el monje no aceptaba él haría que aceptara.
A las 10 de la mañana y después de haberse encontrado en la cocina con su padre y comer algo, ya se encontraban ambos en el Vihan, tal y como había dicho el monje guapo antes.
Todos estaban reuidos, varios monjes ya muy ancianos pasaron a leer un libro grande y Jimin no entendió una mierda. También hicieron ritos con fuego y agua como lo había descrito el monje.
Eso duró casi toda la mañana y para las dos de la tarde Jimin moría de hambre y de decepción, ya era casi hora de irse y no había logrado su objetivo. Había fracasado pobremente.
Muchos monjes también se saltaban el almuerzo tal y como dijo el monje, así que la cocina volvía a estar vacía. Ahí se encontró de nuevo con el hombre que despertaba su interés y su pene, pero éste sólo le dió una breve mirada y se dedicó a comer junto a otro monje más joven que él con el cual hablaba de vez en cuando.
Cuando acabaron salieron de ahí, el monje en cuestión le dedicó otra corta mirada pero esta vez Jimin no se detuvo a verlo por mucho tiempo. Llegaron al vihara estaba listo para hacer sus maletas. Pero su padre le detuvo.
—Espera Jimin. Hay algo importante que necesito que hagas por mi.
Jimin miró al mayor con en entrecejo fruncido, pidiendo una rápida explicación. Mientras más rápido se fueran de ahí mejor seria, olvidaría su humillación más de prisa.
—Él es Jinseo.
Hasta ese momento Jimin se dio cuenta que en el Vihara con ellos había otro monje.
—Mucho gusto Park Jimin —Se presentó. No era tan mayor como los otros que habían precedido la ceremonia.
—Jinseo me dijo que tu abuelo dejó algo importante para nosotros. Pero el monje encargado de guardarlo esta de viaje allá en Nepal y regresa en una semana. Yo no puedo esperar, ya mañana tengo una reunión muy importante, deberás hacerlo tú.
Jimin sonrió internamente, no estaba feliz por quedarse, estaba feliz porque tenía siete intentos más para ganarse el premio mayor con el monje sexy. Estaba seguro que sólo necesitaría uno o dos a lo máximo.
—Pero papá mis vacaciones —Fingió reprochar. A su padre le parecería demasiado extraño que aceptara con una sonrisa en los labios.
—Solo una semana, tienes dos meses de vacaciones Jimin por favor.
Suspiró resignado. El monje Jinseo le veía algo apenado. Finalmente asintió.
—Oh, gracias Park Jimin. Ya verá que después de un día aquí se sentira en paz con la vida. Después de todo, la vida es como un viaje y el monasterio ofrece serenidad y paz en un barco que cruza seguro el mar de Samsara navegando hacia el Nirvana.
Jimin asintió haciendo una reverencia pero sin haber entendido ni coño de lo que el monje había dicho.
Cuando su padre se fue y como no tenía obligación de participar en los ritos del templo se dedicó a observar a lo lejos al monje. A veces lo veía con el otro monje más joven casi colgado de su brazo, y la mayor parte del tiempo solo, apuntando cosas en su libreta.
Jimin se preguntaba que cosas escribiría ahí. Cosas aburridas sobre Buda.
Logró dar con la habitación del monje, la mayoría estaba en la cena y otros en la meditación de la noche. Se logró escabullir en el Vihara del monje apuesto con sigilo. Lo bueno es que los monjes predicaban y adoraban mucho la privacidad así que no habría otro por ahí.
Se deslizó en el Vihara y lo primero que hizo fue tirarse sobre la cama. Olía delicioso, a hombre, a macho fuerte.
Comenzó a quitarse prenda por prenda hasta quedar totalmente desnudo sobre la cama. Dejó su ropa doblada a un lado de la mesa de noche y se acostó otra vez restregando su cuerpo contra la cama y las sabanas. Su polla comenzó a ponerse dura así que se llevó una mano para tocarse y masturbarse. Mordía su labio inferior para no soltar jadeo alguno por si pasaba un monje por afuera.
La puerta del Vihara se abrió de repente y un monje se había quedado de piedra observando la escena que se llevaba a cabo sobre su cama.
Jimin le sonrió y guiñó un ojo al verlo ahí parado sin poder reaccionar.
—Mmmgg, Joder... gemiría tu nombre, precioso pero no me lo sé aún —Soltó sin dejar de mover su mano con precisión sobre su goteante polla.
El monje se veía más pálido que de costumbre, cerró la puerta rápidamente y se acerco a la cama con una toalla para tapar a Jimin.
—Fuera de aquí Park Jimin, estás traspasando un límite.
Jimin se puso de pie pero no para irse si no para acercarse mucho al monje que ahora retrocedía. Tenía sus manos apretadas en puño.
—¿Hyung? La cena esta lista Hyung.
La puerta del Vihara fue tocada y entonces todo fue caos. El monje tomó a Jimin del brazo y lo llevó con prisas hasta el baño y lo dejó ahí cerrando la puerta.
—Emm Hyunjin, creo que no cenaré.
—¿Estas saltando la cena? Oh Hyung, eso significa que haz cambiado de opinión.
Jimin no entendía de qué hablaban pero sonrió feliz, había logrado algo por lo menos porque no pasó desapercibida aquella mirada que el monje le había dedicado de pies a cabeza.
Quizá no lo follara esta noche pero la siguiente sería.
La puerta del baño se abrió una vez más y entonces el monje entró cerrando con seguro. Jimin se había quedado con la boca abierta y seca cuando lo vio aproximarse sin la usual capucha que solía llevar en la cabeza. Se sorprendió aún más al ver una gran mata de cabello negro brillante como la brea, pensó que era pelon como los demás y tenía una sonrisa lasciva en su perfecto rostro.
—¿Así que no te has dado por vencido Park Jimin? Te has atrevido a mucho esta noche.
Jadeo cuando el monje lo tomó sorpresivamente por los brazos y lo giró pengandolo contra la pared.
—¿Qué rayos está...?
—Me llamo Yoongi, por si quieres gemir mi nombre. ¿No era eso lo que querías desesperadamente, zorrita? Pues lo vas a hacer una y otra vez mientras meto mis dedos profundo en tu agujero y te hago venir. ¿Entiendes? Yo predico mi propio Dharma, el del sexo.
Jimin estaba ido. Su cerebro no podía procesar con rapidez lo que estaba pasando y menos lo que el monje —Yoongi — estaba diciendo.
¿Un monje pervertido? ¿Más pervertido que él?
Dios santo. ¿A quien le debía el milagro? ¿A Buda? Al día siguiente iría al vihan a dar las gracias.
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Dharma: Significa Doctrina, es enseñanza que se predica para encontrar una guía espiritual.
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