ℂ𝕒𝕡𝕚𝕥𝕦𝕝𝕠 7

Una mesa rectangular.

Una docena de ojos mirando hacía al frente e interceptandose entre sí, pero a la vez tratando de no hacerlo.

Seis almas sentadas alrededor de la misma mesa y sin ningún ruido aparente más allá de los típicos sonidos de la ciudad sonando de fondo en aquél frío ambiente que era tan frágil como el cristal, capaz de romperse al más mínimo de los toques.

Los seis lo sabían, pero era insoportable estar de aquella manera, tanta tensión era realmente agotadora, y justamente, la quietud hacía que la paciencia de dos personas rubias, si se les podía decir de esa manera, se fuera agotando a pasos agigantados.

El tic tac del reloj en la pared no ayudó en lo absoluto, era como la gota que erosionaba la piedra poco a poco. Era como la cuenta atrás de una bomba a punto de estallar. Y uno de ellos pensaba hacer justamente eso.

"¡Estoy cansada de esta mierda! ¡Si quieren pelear y matarnos ahora mismo pues a qué están esperando!" explotó Power levantándose de su sitio.

"¡De eso hablo maldita sea! ¡Rosadito levántate, sé que quieres hacer esto tanto como yo, no te hagas el niño bueno ahora!" se le unió a su lado un Denji que también esperaba hacer sangre ahí mismo.

Al otro lado de la mesa Nobara le imitó y se levantó, colocando un pie sobre la mesa con violencia.

"Que así sea, malditos" estuvo de acuerdo la castaña observando a la demonio con una mirada oscurecida, Itadori no prestó atención al insulto de parte del rubio, pero, no respondía si este atacaba primero. Se levantó poco a poco y engulló su puño con energía maldita, listo para cualquier cosa. Denji y Power sonrieron ante la escena, sería divertido.

"Acabo de lavar ese mantel..." pensó Aki observando como en el blanco de este quedaba marcada la suela de la Hechicera. Suspiró y decidió dejarlo pasar, ahora era más importante que evitar que sus compañeros dejaran correr su locura ahí dentro.

"Ni se les ocurra hacer una estupidez todos ustedes" comenzó tranquilo el pelinegro aún sentado, captando la atención de los cuatro que estaban por comenzar a hacer de las suyas. "El señor Gojou y la señorita Makima esperan que esta relación entre Caza Demonios y Hechiceros esté en buenos términos, y obviamente, algo como esto es lo peor que pueden hacer ahora mismo. No interesan en lo más mínimo cuales sean nuestros asuntos personales, dejenlos en el pasado" culminó observando a los dos rubios con severidad, al parecer le escucharon alto y claro.

Alguien más se tomó el cuello con fastidio antes de tomar la palabra también, alguien tenía que pararles los pies a los impulsivos.

"No es que me esté posicionando de ningún lado. Pero tiene razón, estas pequeñas disputas personales no nos llevarán a nada, así que será mejor que se calmen y eviten problemas innecesarios, que no somos niños" ahora intervino Fushiguro del lado de los Hechiceros, este tomó por el brazo a Nobara y la observó.

"Solo siéntense, Kugisaki, Itadori, peleando no saldremos de esta" avisó de ante mano, esa no era como una misión de campo en dónde simplemente iban y lo resolvían peleando, ojalá fuera tan simple.

Itadori lo entendió más rápido que nadie y se sentó a la misma velocidad, la verdad es que mucho rencor no tenía, para él era más una cuestión de defenderse.

Posteriormente le siguió Nobara de mala gana, ya que, a diferencia de Itadori, si que era una cuestión de rencor por el encuentro que había tenido con la rubia en el bosque. Tch, no podía olvidarlo tan fácilmente.

Lo mismo pasó del otro lado, Power bufó al ver cómo la chica Hechicera se sentaba, por lo que sabía que ya no habría descontrol, ella junto con Denji se resignaron al ver como sus rivales de sentaban y lo hicieron también, pelear contra la nada no debía ser muy entretenido.

De esa manera, las mentes más frías de cada lado se hicieron notar para calmar a las mentes más calientes del grupo. Y lo habían conseguido.

Aki observó a Fushiguro con detenimiento, y este también lo hizo, sus frías miradas chocaron en unos segundos dónde parecían analizarse mutuamente, rápidamente llegaron a una misma conclusión.

"Somos las malditas niñeras en esto..." pensaron al mismo tiempo de forma monótona.

Por parte de Fushiguro tenía unas ganas de arrancarle la cabeza Gojou realmente increíbles. Lo imaginaba riéndose de él en algún lugar por ahí pensando en la tarea que le había dejado, conociendolo debía estar haciendo eso mismo mientras lo pensaba.

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"Mmm, porque siendo que alguien está levantando una calumnia contra mí..." pensó Gojou mientras su cabeza se movía de un lado a otro. Alzó los hombros restándole importancia.

"Bueno, no importa. ¿En qué estaba? a sí, pensaba que seguramente los chicos la deben estar pasando genial, sobre todo Megumi" rió sentado en una mesa mientras observaba a la pura nada.

Llevaba ahí unos pocos minutos, sentado con una pierna sobre la otra de la manera más casual posible, no importandole realmente lo que dijeran de él.

"Pero bueno, sé que Megumi puede manejar eso, ese chico es muy bueno para mantener la calma y estar bajo control; además, estoy seguro que ese otro muchacho llamado Aki le será de gran ayuda, ya que parecen estar en la misma página" pensó ahora con más seriedad sobre aquello.

La verdad era que no estaba reuniendo a Caza Demonios con Hechiceros solo por diversión, aunque también.

Lo que buscaba era que realmente estos pudieran congeniar entre sí llegar a un punto de armonía, para empezar no creía que los Caza Demonios y los Hechiceros debían estar polos separados, le parecía ridículo si ambos trataban de pelear contra lo que las personas normales no podían.

Entonces, ¿Por qué su actitud no había sido la más amigable con los Caza Demonios, aún si pensaba que no debía haber conflictos entre ellos? era respuesta era muy sencilla, demasiado a decir verdad.

Los sujetos con poder en el mundo tenían un grave problema, siempre quieren más poder. Quieren controlar a todo y a todos bajo sus alas y así llenar su propio ego hasta el límite. Por eso era que su objetivo era cambiar el sistema de la Preparatoria Jujutsu en general, o mejor dicho, mandar a los vegetes arrogantes a un asilo por lo que les quedaba de vida, dando paso a una nueva generación de muchachos que él se encargaría de guiar.

En resumidas cuentas, eran una molestia esa clase de gente, lo peor es que así era en la mayor parte del mundo. Por supuesto, Seguridad Pública no era la excepción.

Poniendo las cosas en perspectiva, ¿Qué era lo que pasaba cuándo dos personas querían tener total control sobre la otra, pero ningúna cedía? fácil, conflictos. Elevando un poco más la escala y llevandolo a al caso que tenía entre manos...

¿Qué pasaba cuando los Hechiceros querían tener bajo control a los Caza Demonios y viceversa? Creía que ni siquiera hacía falta decirlo por lo evidente.

De ahí nacieron los problemas entre las entidades, y por ello para pararle un poco a las dispuestas recurrieron al trato ya mencionado con anterioridad.

Pero aún no había respondido la primera pregunta formulada por él mismo. ¿Por qué no fué del todo amable con los Caza Demonios aún si pensaba que era una ridícula dispuesta? ciertamente era sencillo.

Él no tenía problemas alguno con los Caza Demonios en sí y en verdad quería hallar una manera de que Caza Demonios y Hechiceros lograsen congeniar. Dicho de esa manera, con quién realmente tenía problemas era con...

"Tardé un poco, disculpa la demora. Toma esto como compensación, Gojou" interrumpiendo su pensar, Makima pasó a su lado colocando lo que parecía ser un refresco y sentó al otro extremo de la mesa, esta se quitó cuidadosamente su chaqueta y la colocó en el espaldar de la silla.

"Hablando del diablo" pensó Gojou un poco divertido ante la oportuna llegada de esta, que lindo, justo estaba pensando en ella. ¿No será que lo sabía y lo esperó para hacer su gran entrada?

Sonaba a broma, pero había algo de esa mujer le decía que podía ser capaz de hacer algo como eso. Siempre fué demasiado sospechosa, desde la primera vez que la vió supo que algo andaba mal con ella; más con esa sonrisa de mal gusto que siempre llevaba plasmada en el rostro, por supuesto ese momento no era la excepción.

Todavía tenía fresco en su cabeza lo que pasó hace un año en el Desfile de las Mil Maldiciones comandado por quién alguna vez había sido su amigo más cercano, Suguru Geto.

En ese entonces, Makima apareció de la nada e hizo algo que no le gustó para nada, al contrario, lo puso furioso. Pero por ahora no quería recordar aquello, si no su cabeza no iba a estar tan fría como debería.

Ahora, volviendo al tema, que alguien como ella fuese la actual líder del Departamento de Seguridad Publica de Tokio... creía no necesitar explicar más, debía traerse algo entre manos; ella le acusó de no tener pruebas de ello, pero estaba seguro de que hasta Makima sabía que lo que decía era mentira, que más prueba que mandar a sus chicos a buscar pelea con los suyos sin una razón aparente, él sabía que eso no era posible.

Siempre había una razón para todo, lo más insignificante podría pasar a ser todo lo contrario si se sabía el contexto y el porqué; por ahora ya sabía que una era Itadori por el recipiente del Rey de las Maldiciones, ese era el porqué para él, pero aún le faltaba lo más importante, el contexto, para qué lo quería exactamente. Nadie quiere tener bajo control a Ryumen Sukuna por nada.

¿Como era el dicho? ¿Tus amigos cerca y a tus enemigos aún más cerca? lo llevaría a cabo de esa manera.

Trataría de averiguar las respuestas a esas preguntas siguiendole el juego que había propuesto el día de ayer.

Justo para eso estaban en la mesa de aquél restaurante barato, para discutir sobre negocios. La cosa se iba a poner interesante, el Hechicero más fuerte quería saber que era lo que tenía que decir esta para persuadirlo a ayudar, y él como era buena gente y alguien incapaz de desconfiar de la palabra de otra persona, no le creería ni una sola palabra.

"Oye, gracias por el juguito, te lo pagaré al salir" bromeó Gojou iniciando con aquello de forma bromista, seguir siendo él mismo era lo que tenía que hacer para poder lidiar con Makima.

"No te preocupes, yo pagaré por eso y por la comida vendrá pronto" le restó importancia la mujer con su siempre habitual sonrisa.

"Ya lo dije, seré yo el que pague por todo" desestimó el ofrecimiento, normalmente no le importaría que otro pagase por la comida y de esa manera solo por fastidiar dejarlo en banca rota. Pero con ella era diferente, no le daría la iniciativa ni para pagar una cuenta.

"Eres muy amable Gojou, como gustes" rió un poco Makima en su sitio. "Ahora, creo que mientras llegan los pedidos, podríamos comenzar a dialogar un poco sobre lo que te dije ayer" dijo colocándose un poco más erguida en su silla.

Gojou asintió un poco. "Por supuesto, no vinimos a vernos las caras durante toda la mañana por mero gusto, Makima. Adelante, escucharé lo que tengas que decir, ya que ayer no expusiste todos los detalles" le motivó este, destapando la lata y tomando un poco de su contenido.

Makima colocó los codos en la mesa y cruzó sus manos frente a su rostro, tapándolo por completo a excepción de sus siempre tan envolventes ojos dorados.

"Bien. Como ya sabes de ante mano, nosotros los Caza Demonios no tenemos experiencia alguna ni casi información con respecto a las Maldiciones, por lo que tratar con estás puede llegar a ser algo complicado. Por eso te pedí ayuda a tí y a tu gente para lidiar con Maldiciones de Categoría Especial en nuestra Zona de trabajo" comenzó esta su explicación, Gojou entrecerró un poco sus ojos trás la tela y se hundió en sus pensamientos.

"Mmm, con que haciendo un pequeño resumen, aunque gracias a el me dí cuenta de algo. Ellos tienen gente entrenada en sus filas e incluso con contratos demoníacos con la suficiente habilidad para tratar con Maldiciones, sus muchachos son la prueba de eso, ya que mantuvieron una batalla con mis estudiantes, y yo sé de lo que son capaces. Si pueden pelear contra un Hechicero, entonces por mera lógica pueden tratar con una Maldición por sí mismos" él expuso en su mente, era una curiosidad. Le daría solo un poco el beneficio de la duda, ya que en verdad la Categoría Especial podía ser un problema incluso para Hechiceros experimentados.

Pero, él tenía una duda con respecto a eso y así la dejaría ver mediante sus palabras. "¿Desde cuándo han estado causando problemas? uno no descubre eso de un día para otro" cuestionó el peli blanco, comenzó a tener esa pregunta desde que abandonó Seguridad Pública por la noche, y algo no le encajaba.

"Por supuesto que no. Estas han aparecido desde hace unas cuántas semanas y los números han estado aumentando gradualmente, eso me ha llevado a la petición que te estoy haciendo ahora mismo" se explicó la pelirroja bebiendo un poco de su propia bebida también.

Por supuesto, una Maldición grande atraía a otras más pequeñas, como las polillas siendo atraídas por la luz. Satoru Gojou lo tenía muy claro, pero...

"Tch, ¿Qué está pasando?" pensó el Hechicero ante lo escuchado, algo no tenía ningún sentido para él.

"¿Por qué el director Yaga no me ha dicho nada sobre eso? ella dijo que el problema comenzó hace unas semanas, normalmente sería de los primeros en enterarme para tomar cartas en el asunto; pero me entero justo ahora, con alguien que es totalmente ajena con la preparatoria Jujutsu. No tiene sentido, ¿Por qué mantener oculto algo como eso?" debatió en su ágil mente.

No podía evitar pensar mal sobre lo que estaba sucediendo con los de arriba. ¿Por qué alguien como Seguridad Pública con la que se supone que la Preparatoria Jujutsu tenía sus diferencias, era la que ahora le estaba avisando sobre algo que ya debía saber por medio de su gente? no tenía lógica, era como si su enemigo le estuviese avisando del peligro antes que sus propios aliados.

Él no siempre estaba en Tokio, ya que siempre viajaba a otras partes para resolver asuntos con Maldiciones en cualquier otro sitio, era el precio a pagar por ser el más fuerte. Quizás aún si lo sabía no podría tratar con el personalmente, pero siempre había algún Hechicero fuerte para hacerse cargo; ahí radicaba el problema, al parecer estos tampoco sabían de la situación.

Ya haber llegado a la conclusión de que Makima sabía que Itadori era el contenedor de Ryumen Sukuna le había sentado muy mal. La única explicación que alguien filtrara esa información tan delicada.

Les daría una pequeña visita luego a los ancianos, para preguntar amablemente que fue lo que sucedió ahí.

Pero por ahora estaba ocupado, se llevó una mano al cuello para sonarse el mismo. "Bueno, entiendo un poco más de qué va todo esto. Ciertamente necesitan algo ayuda con eso, pero..." este se acomodó en su asiento y sonrió un poco.

"¿Qué gano yo con eso? ¿Las gracias? si es así simplemente podría negarme y se acabó la discusión" dijo con astucia el peli blanco, tratando de jugar un poco para calmar su mente de los pensamientos anteriores.

Makima alzó una ceja ante esas palabras, los labios que ya tenía curvados en una sonrisa se movieron un poco más, colocó una mano en su mejilla y cruzó las piernas. "Mmm, creo que tengo algo que darte. Seguro te gustará" rió un poco al decirlo.

"Interesante, quisiera saber que es eso, ya que soy algo exigente con mis gustos a decir verdad. No creo que sea tan bueno como para hacerme ayudarte, si es así por favor iluminame" contestó Gojou de la misma manera. Ya sabía para donde iba eso, solo quería saber si ella era capaz de decir lo que creía que iba a decir.

"¿Qué dirías si te dijera que me tienes a mí?" Gojou rió al escuchar esas palabras salir de la boca de Makima, en serio lo había dicho.

"Je, probablemente diría que no soy tan barato con mi trabajo la verdad. No importa, me basta y me sobra si con esto salvo a las personas que deben estar aterrorizadas por esas Maldiciones, así que amablemente rechazaré tu propuesta. Ya sabes, soy un hombre de recto y de buenos principios" contestó divertido terminando de un solo trago la soda que le quedaba.

"Ya veo, es una lastima la verdad" ella habló con la misma diversión. En su zona de visión entro lo que parecía ser la camarera con la comida que había pedido.

"Ya llegó el pedido. Comamos y luego saldremos a dar una vuelta por los lugares dónde suelen aparecer las Maldiciones con mayor frecuencia. El transporte llegará luego" avisó la pelirroja apartando los brazos de la mesa para que la chica colocase el plato.

Ambos dieron las respectivas gracias por el servicio y comenzaron a comer en silencio. Al terminar como el mismo Gojou había dicho, pidió la cuenta y la pagó con una transferencia.

Al terminar de hacerlo se quedaron sentados unos momentos en silencio, el Hechicero observó en su teléfono la hora, era casi medio día, en verdad la mañana había pasado rápido.

"Como les estará yendo a los chicos..." pensó colocando una mano en su mano en su barbilla. Se le ocurrió una pequeña travesura en ese momento.

Este se levantó de su sitio, Makima lo miró interrogante cuando este se paró a su lado. "¿Se puede saber que estás haciendo?" preguntó al ver como este alzaba su teléfono.

"Una selfie para enviarsela uno de mis estudiantes, seguro al ver lo genial que sus jefes se llevan les motiva a llevarse bien. Tu solo has lo que mejor sabes, sonreír" bromeó este preparándose para la foto.

"Ya veo, buena idea" estuvo de acuerdo y observó a la camara del teléfono, sonriendo como siempre lo hacía.

El sonido de que la foto se había tomado con éxito se escuchó, este la observó, había quedado perfecta, así que se apresuró en enviarla.

"Seguro que a Megumi le gusta" rió un poco pensando en la cara de este al ver la imagen, junto con el mensaje que esta llevaba.

-Aquí promoviendo las buenas relaciones, espero que se estén llevando tan bien como nosotros, bye bye-

Le dejó un emoji de paz junto con un corazoncito al final del mensaje para darle el toque, mmm, si con eso no se motivaban no lo harían con nada.

Bueno, ahora con eso, Gojou y Makima se dispusieron a abandonar el local y seguir con lo suyo, que era importante lo que estaban por hacer.

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"... ¿Por qué será que no me sorprende?" se preguntó Megumi con una vena en la frente observando la imagen y el mensaje que esta tenía.

Todo eso mientras de fondo se escuchaban gritos e insultos de distintas voces haciendo eco en su cabeza, creía ya estar acostumbrando a eso en tan poco tiempo.

Si alguien escuchara eso seguramente pesaba que esa vivienda era un pequeño manicomio; la verdad no estaba muy lejos de la realidad, la mayoría ahí dentro estaban locos, y al parecer su nivel psicótico estaba aumentando unos puntos más a medida de que el tiempo pasaba.

"Tch, cállense de una maldita vez. Vamos a hacer lo que dijimos justo ahora" habló fríamente Aki desde la mesa.

Es cierto, Megumi recordó que estaban por hacer algo que aún no habían tenido oportunidad de hacer, quizás eso ayudaría un poco a que las cosas fluyeran. Él y Hayakawa habían llegado a esa conclusión para buscar romper el hielo de alguna manera.

"¿Quienes se presentaran primero, ellos o nosotros" Itadori preguntó alzando la mano con duda. Aki le miró antes de responder.

"Pueden comenzar ustedes si gustan, no tengo problemas con eso" dejo en claro el Caza Demonios. Le traía sin cuidado la verdad, no era relevante. Pero para alguien si que lo era.

"¡Yo no estoy de acuerdo, quiero comenzar yo!" gritó Power desde su sitio con enfado.

"Cierto, ni una mierda voy a ir después de ellos!" se sumó Denji al unisono de su compañera Demonio.

"Que necesidad de gritar, malditos simios con retraso" dijo Nobara con rabia mientras se tapaba los oídos. La Demonio por supuesto al escuchar eso no se quedaría callada, Denji sí porque... la castaña le había dirigido la palabra, lo tomaría como un avance.

"No soy un simio, soy un Demonio, pequeña e insignificante humana, que te quede bien claro en tu pequeño cerebro. Tengo una IQ muy elevada como para compararme con esos brutos animales" se defendió inflando el pecho.

"Una IQ muy elevada para no tener cerebro estúpida, si quieres que te regalo el cerebro de una rata y te lo pones, seguro funciona mejor que el tuyo" Nobara insultó con veneno en sus palabras. A la Demonio se le había ocurrido una brillante idea para probar quien era más inteligente.

"Por qué no mejor te sacas el tuyo y yo el mío y vemos cuál de los dos es más grande" propuso la Demonio con una loca sonrisa. El rostro de la Hechicera fué un poema al escuchar lo que esta había dicho.

"... eso sonó demasiado extraño. Por favor alguien póngales un tranquilizante, si no es para elefantes seguro no sirve" pensó Itadori tratando de esconderse en su sitio.

Aki Y Fushiguro sudaron ante ello, no tardaron en dar unos cuantos regaños hasta que de alguna manera comenzaron las presentaciones; irían por turnos, primero un Hechicero y luego un Caza Demonios y así hasta terminar definitivamente.

Quién iría primero sería el pelirrosa, los demás se callaron para escuchar lo que tenía que decir, este suspiro, ya habiendo encontrado las palabras correctas, o eso creía.

"Mi nombre es Itadori Yuji, tengo quince años y soy un estudiante de primer año en la Preparatoria Jujutsu. Lo que quisiera es que cada persona al momento de irse de este mundo, tenga una muerte digna, sea quien sea, me haré fuerte y trataré de que así sea con todo lo que tengo. Eso sería todo" terminó severo en sus palabras, Itadori lo tenía claro; se hizo un Hechicero por una razón, aparte de no tener otra opción, tenía la oportunidad de obtener la habilidad y fuerza tratar de llevar a hechos lo que creía.

"Fiuu, te felicito. ¿Incluso le darías una muerte digna a un malnacido como yo?" preguntó Denji desde su lugar con algo de seriedad. El pelirrosa estaba por responder a ello.

"Incluso a un bastardo como tú" Itadori dijo con una leve sonrisa, Denji también pero de una manera diferente, algo sádica.

"Lo tendré en cuenta, rosadito. ¿Bien, a quién le toca ahora?" preguntó el rubio cambiando el tema, nadie contestó, por lo que supuso que sería él. No había de otra entonces.

"Muy bien, entonces me toca a mí. Empecemos con esto. Me llamo Denji, tengo dieciséis años y comencé a trabajar como Caza Demonios en Seguridad Pública hace unas cuantas semanas, mi vida antes de conocer a la señorita Makima era una basura, quince años y medio desperdiciados, aparte de perder a mi único compañero casi al mismo tiempo que comencé a trabajar" Denji empezó con extraña tranquilidad, sorprendiendo a la mayoría. Este continuaría.

"¿Mi objetivo? ¿Mi meta? no tengo ninguna en particular, solo quiero tener que vivir una vida normal, comer, dormir, ver televisión; lo que es una vida aburrida para los demás, es la felicidad para mí. Y si pudiera ser avaricioso, tendría otro objetivo en mente. No todos los Demonios son malvados ahí afuera, Power y yo creo que somos prueba de ello, de esa manera, puede que quizás algún día humanos y demonios encuentren un punto de equilibrio y pueden estar juntos sin matarse, suena estúpido y probablemente sea imposible, pero intentaré que pase" culminó observando a cada uno en la habitación con una decisión inaudita en sus palabras y expresión, dejando ver qué hablaba muy en serio.

"Vaya puede que me haya equivocado con él, está algo loco, pero..." Itadori pensó en sus adentros, al parecer era una buena persona con unos tornillos fuera de sitio. Lo mismo habían pensado su compañero y compañeros sobre el rubio.

Denji miró la expresión del pelirrosa hacía él, en ese momento bajo su segura mirada hacía la mesa, y en su mente...

"Je, el bastardo se la creyó. Mi verdadero objetivo y meta ahora mismo es tocarle las tetas a tu compañera querido rosadito, si te metes en mi camino te voy a matar 'Dignamente'. Jeje, JAJAJAJA" rió plenamente en sus pensamientos.

"Oye, estúpido" escuchó el como Aki le llamaba, Denji se volvió con una expresión irritada en el rostro.

"Ahh, ¿Ahora qué mierda quieres? ¿Qué no ves que estoy ocupado pensando?" contestó con molestia, eran pensamientos absolutamente necesarios, un plan perfecto que nadie podía anticipar ni saber.

"Justo a eso me refiero, acabas de pensar en voz alta..." Aki dijo de forma apagada, una grillo se escuchó en la habitación debido al silencio que se había formado.

Silencio que fué roto en el momento en que Power comenzó a reir a carcajadas golpeando la mesa en el proceso. El rubio sudó, quería desaparecer.

"... Mierda" dijo Denji viendo las caras de los Hechiceros hacía él, sobre todo de la chica, espera... ¿Ella estaba sacando su martillo? ¿Pero no qué estaba roto? joder, si no fuera inmoral diría que estaba a punto de morir.

Y justamente, un segundo después sintió el como su cráneo era destruido y sus sesos aplastados de parte de un buen golpe proveniente de Nobara que estaba envuelta en rabia, los Demonios parecían ángeles a lado de ella en ese momento.

A Itadori y Fushiguro no les dió ni tiempo de intentar detenerla de lo rápido que actuó

La risa de Power solo aumentó al ver la escena, aún más porque algo de sangre de Denji le salpicó y le cayó en la boca, buen provecho decía para sí misma.

Aki sudó ante la idiotes de Denji que no parecía tener límites. Creyó que por está vez si se lo merecía.

Con algo se sangre que había en el refrigerador, Aki consiguió sanar a Denji para seguir en lo que estaban. Quién lo iba a decir, una mala presentación le costó la vida a Denji, era increíble.

El rubio se sentó nuevamente en su sitio estando totalmente inexpresivo, tenía vendas por la cabeza y su ropa manchada de su propia sangre. Ya que, veía que más pasaba con esas presentaciones, para él eran una total mierda.

O eso pensó hasta que dió con que era Nobara la que seguía. Prestaría atención por esa vez.

La Hechicera aún estando de malas pulgas con lo anterior, trataría de ser rápida en lo que diría.

"Escuchen bichos raros. Mi nombre es Nobara Kugisaki, voy a primer año en la Preparatoria Jujutsu; mi edad no les importa, mis motivos y metas tampoco" terminó con seriedad y con la misma expresión de molestia en el rostro.

Su molestia aumentó cuando vió como la Humano-Demonio la miraba con una expresión indescifrable.

"Nobara... ¡¿Kagasaki?! ¡Vaya apellido más estúpido te cargas humana JAJAJAJA!" se burló la Demonio volviendo a explotar en risas.

"¡Es Kugisaki maldito fenómeno!" le gritó Nobara con una gigantesca vena en la frente.

A Denji que estaba a su lado le salió un signo de interrogación sobre su cabeza. Esta vez se aseguraría de decir lo que iba a decir en su mente.

"¿Nobara Kawasaki? nah, mejor le diré tetona" sonrió para sí mismo mientras a su lado estaba por explotar una guerra de chicas muy peligrosa.

"Ya ya, ahora quédate calladita, ya que es mi turno. ¡Para tu información ser inferior yo no tengo un apellido estúpido como el tuyo, tengo un único nombre, así que escúchalo bien porque es el más increíble que escucharás en tu vida! ¡Mi nombre es Power! ¡La Demonio más fuerte del mundo!" gritó con orgullo colocando una mano por delante de sí y otra por detrás en una pose que demostraba superioridad.

Nobara observó con pena ajena la escena que estaba haciendo la rubia. "... parece un nombre sacado de un programa para niños de tres años. Si me disculpas voy vomitar, me dieron náuseas escuchar tu presentación y tu ‘Increíble’ nombre, bye" dijo la Hechicera con ironía mientras abandonaba la mesa para irse en dirección al baño.

"M-maldita, ¡Como se atreve a burlarse de mí!" gritó con molestia la Demonio mataleando en su sitio. Una de esas patadas llegó a Denji, en cuál se molestó y comenzaron a discutir nuevamente.

Fushiguro y Aki suspiraron, parece que la idea de las presentaciones estaba avivando las llamas en vez de apagarlas, era como echarle gasolina. Pensaron que era todo por ese día, sus presentaciones no importaban, ya sabían que les había salido el tiro por la culata con esa idea.

El panorama no era muy alentador para los siguientes días, tenían paciencia, pero no sabían cuál era el límite de la misma.

Seguro estaban por comprobarla.

Continuará...

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