ℂ𝕒𝕡𝕚𝕥𝕦𝕝𝕠 4

Sede Principal de las Oficinas de Seguridad Pública

1:00 AM

A pesar del cambio de escenario, la ambientación a las afueras de las instalaciones seguía manteniéndose, con ligeros pero importantes cambios.

La noche continúo, pero las estrellas que yacían ocultas durante casi toda la contienda en el oscuro y tenebroso bosque, salieron y se dejaron ver en toda su gloria y esplendor, adornando el cielo e iluminando la ciudad desde lo más alto, como tenues bombillas encendidas que estaban ahí para hacer compañía a los desamparados.

Podía llegar a ser una luz guía, mostrando el camino al cuál recorrer.

Aunque para las personas dentro de aquella edificación, no era nada de lo anteriormente mencionado, no traía compañía, no la necesitaban; y no mostraba el camino, ya que no había ninguno para recorrer en primer lugar.

Tres individuos, portando camisas blancas y corbatas formales, estaban uno al lado de otro en un pequeño banco, ubicados en un pasillo que era tan blanco que podía llegar a ser cegador; uno de ellos estaba de pie, producto de la falta de espacio de la banqueta, no parecía importarle en lo absoluto, con una tranquilidad, sello de su persona, tomó un cigarrillo y lo encendió, una probada seguida de una nube de humo se hizo presente en el lugar.

"¡Aki, para ya con el maldito cigarro, ya tengo suficiente con tener que estar aguantando esta basura!" protestó Power apretando los dientes desde la banca, claramente enfadada y algo descencajada. Nada que Aki no hubiera visto antes, por lo que alzó un poco los hombros como si no le importase y prosiguió con los suyo. Producto de ello, algo de humo llegó a la nariz de Denji a lado suyo, haciéndole toser.

"Y-ya maldición, por una vez estoy de acuerdo con el Demonio de Sangre Putrefacta" se quejó, a la vez que se refería a la rubia a su lado, un insulto de parte de esta no se hizo esperar, pero tampoco le prestó atención y siguió con lo suyo. "¡Ya tengo suficiente teniendo que verles la cara a estos hijos de puta en frente mío sin que pueda hacer nada, ya los hubiera hecho una asquerosa comida para gatos!" culminó, apretando con fuerza su puño en señal de impotencia.

"¡Oh sí, comida para gatos! ¡A Nyako seguro que le encantará!" apoyó la idea Power, sonriendo locamente ante la posibilidad.

"No se diga más. Una pequeña pintura de color rojo no le vendría mal a estás paredes blancas, sería un lindo decorativo" rió Denji, preparándose para levantarse. Power le imitó, ambos estaban listos para hacer una estupidez de proporciones bíblicas.

"Ni siquiera se molesten. La señorita Makima fué más que clara, diciendo que no le iba a gustar para nada que sus invitados fueran tratados de manera irrespetuosa" advirtió Aki, parandolos en seco a sus dos compañeros Caza Demonios. Al ver que le habían escuchado fuerte y claro, continúo. "Hagan una estupidez como esa y puede que ella se enoje, mucho..."

"Tch, ni tenía tantas ganas" bufó Denji, no queriendo ver a su amada jefa enojada con él, eso podría restarle puntos con Makima, cosa que no se podía permitir. Power a su lado solo calló y sudó ante la posibilidad ver a su jefa enojada, un escalofrío recorrió todo su cuerpo por ello.

"Así que son buenos perritos, al parecer les tienen la correa muy bien puesta, perdedores" escucharon muy cerca de ahí. Denji alzó un poco los ojos que antes tenía incrustados en el suelo y miró el lugar de donde provenía aquella provocación.

Al igual que ellos, a no más de dos metros de distancia, los Hechiceros estaban sentados frente a ellos, habiendo escuchado en todo momento las intenciones de Denji y Power, por ende, también la advertencia del pelinegro.

Nobara fué la primera en pronunciarse en referencia a ello y en hacerse notar, de una manera que ha ella le caracterizaba, burlesca y provocadora. Al lado de la misma estaba Itadori, fastidiado pero relativamente tranquilo ante las filosas palabras que salían de parte de ambos Caza Demonios; a lado del pelirrosa estaba el siempre tranquilo Fushiguro, esta ocasión no era excepción alguna, sabiendo que esas promesas con claras malas intenciones no podrían llegar a cumplirlas, solo quedando en palabras vacías.

Aki decidió pronunciarse ante las palabras de la Hechicera. "Ustedes no están en mucha mejor posición que nosotros. Por lo que tengo entendido, ese sujeto peli blanco también les dejó claro que se comportasen mientras estuviesen en este lugar" expuso su punto mientras se terminaba el último cigarrillo que tenía, maldijo la falta de los mismos al revisar sus bolsillos.

"A nosotros no nos importa" aclaró Fushiguro cruzándose de brazos, hablando por él y sus compañeros. Nobara no pudo estar más de acuerdo con eso y decidió volver a tomar la palabra.

"No se trata de estar en mejor posición o no. Esos dos fenómenos de ahí no paran de lanzar provocaciones e insultos tan vacíos como sus propios cabezas, si siguen así se están ganando a pulso una rotura de cráneo gratis con mi martillo" contestó chasqueando la lengua y cruzándose de brazos. Una rápida respuesta por parte de la Demonio no se hizo esperar demasiado.

"¡Cállate! ¡¿Además de que martillo piensas que estás hablando?! ¡Yo corté ese juguete de mierda inservible hace rato, estúpida! ¡No romperás nada a nadie, fuiste salvada por la campana! ¡De no ser por ese pelos locos de ahí me habría hecho un estofado con tu cabeza!"

"Esto no terminará bien..." pensó Fushiguro observando la escena, más sabiendo como era su compañera castaña; obviamente no se quería sin hacer nada ante los variados insultos en solo segundos.

Y estaba en lo cierto, rápidamente Nobara se levantó y busco en su pequeño bolso varios clavos, engullendolos de su Energía Maldita; no necesitaba el martillo para que estos explotasen, por lo que simplemente se los lanzaría a la cara a la basura que tenía justo en frente. Power se levantó sonriendo locamente ante el inminente ataque de la Hechicera.

Ataque que nunca llegó a destino, los clavos ni siquiera fueron lanzados para empezar. Itadori Yuuji sostuvo a su compañera justo antes de que se dejase dominar completamente por la rabia, manteniéndola en su sitio, lo hacía con relativa facilidad incluso ante los erráticos intentos de soltarse de Nobara para continuar con su ataque.

"¡Itadori suéltame! ¡Le enseñaré a respetar a esa perra!" gritó forcejeando, sin éxito alguno.

"Ya Kugisaki, no vale la pena" trató de calmar, en ese momento; Denji decidió pronunciarse nuevamente, ahora en contra del pelirrosa en específico.

"Porqué no en vez de actuar como un niño bueno, ¿Terminamos con lo que empezamos allá atrás? ¿Qué dices, rosadito?" rió burlesco y sonrió agresivo, alzando su mirada con superioridad. "Una vez que te despedace, sin dudas deberé tratar con la escoria que llevas dentro; quiero la revancha y la quiero lo antes posible" culminó, su entrecejo se contrajo con molestia por el amargo recuerdo de él siendo barrido completamente por el supuesto Rey.

Antes de que Itadori pudiera contestar, una nueva voz en el lugar se le adelantó. "Lo esperaré con ansias mocoso" la expresión de Denji adoptó una extraña expresión, al igual que la de Power y clara sorpresa en Aki; cuando del rostro de Itadori, por debajo de su ojo derecho, salió una boca, llevando marcada una sonrisa macabra que llevaba muy malas intenciones grabadas en ella.

"Aún no he terminado contigo, la diversión apenas comenzaba cuándo me tuve que retirar, pero pronto tendremos tiempo de sobra, así que sé paciente y como buena presa, espera a que llegue tu verdugo" amenazó con un voz profunda y maligna, sin dudas era más una promesa que una llana amenaza cualquiera, ya que venía de un Rey.

Denji estaba a punto de responder con un insulto muy claro y conciso ante las palabras de superioridad y arrogancia dedicadas hacía él, pero recordó algo y se le ocurrió una mejor idea.

"¿Dices que te tuviste que retirar? que mal chiste, todos vimos como ese sujeto albino te dió la paliza de tu vida en tan solo un parpadeo. ¿Cuántos segundos fueron, a Rey? ¿2? ¿3? fue tan rápido que no pude ni contarlos, y fué muy, pero MUY patético" provocó sacando la lengua con diversión y malicia.

"Eso. Habla, ríe, disfruta. Te aseguro que el desquite será todo lo que te hice hace minutos multiplicado por mil, mocoso. Y como principal diferencia, no habrá nadie que te salve de mí, nadie..." amenazó por última vez la Maldición más antigua y poderosa de la historia antes de desaparecer del rostro de Itadori, que estaba muy confundido por las palabras que él rubio y Sukuna habían intercambiado en solo momentos.

Denji tragó un poco de saliva ante la muy fuerte amenaza por parte del Rey. Puede, solo puede, que haya hablado de más, como casi siempre lo hacía; un leve chasquido de lengua por parte de este y un suspiro le quitó importancia al tema.

Miró por un momento a Nobara y está dándose cuenta de ello, lo observó a él, en sus adentros pensó que era su momento.

"Hola, hermosa"

"Puah, ni siquiera se te ocurra, bicho raro" repudió la Hechicera tomando aún más distancia, si eso se podía.

"Joder, ni siquiera le he dicho tres palabras y ya la cagué..." pensó depresivo ante su nula capacidad de seducción.

"Denji..." comenzó Power a su lado. "Eres todo un marica, creo que tendría más suerte con un hombre" culminó burlona, dándole leves palmaditas en la espalda, el semblante de este se oscureció ante la burla.

"Y yo creo que es mejor que cierres la boca. Si sigues así sabes que en mi puta vida te vuelvo a dar un milímetro más de sangre, ¿Verdad?"

"N-no he dicho nada" la rubia tembló ante la posibilidad, por lo que simplemente se sentó tranquila y se calló; podía ser una estúpida pero sabía lo que le convenía. Aunque... "Entonces tú olvídate de tocar esto" soltó repentinamente indicando sus pechos. Esa Denji no se la esperó, una bola rápida sin oportunidad de reaccionar.

"Tú, hija de..."

"...que vergüenza..." pensó Aki a un lado de estos mirando de reojo todo, alejándose levemente de lado estos.

En verdad eran dos par de sin vergüenzas, ¿Qué no podían ser un poco más normales? para nada, pedía demasiado, sabiendo que eran dos Humano-Demonios, más bien, con mucha suerte puede que encuentren más de su especie mejores que ellos, cosa que dudaba seriamente.

"Bueno, al parecer de algo sirvió tan baja escena. Las cosas parece se han calmado un poco" meditó. Vió como Denji y Power discutían entre sí, dejando de prestar atención a los Hechiceros delante de ellos, que no hicieron nada por volver a iniciar una pelea; aunque a la chica aún se le veían ganas de continuar, al parecer se retuvo de buena manera y así, al menos por ahora, dejar las cosas como estaban.

Aki en sus adentros agradeció que estos no fuesen como su par rubio e idiota, lo cuál hizo todo más fácil.

Ante la falta de cigarrillos para consumir, sacó su encendedor, del cuál comenzó a darle mecha para que finalmente pudiese salir aquella pequeña pero cálida llamarada, se le quedó mirando por breves momentos, y por ella, recordó el como ese sujeto con apariencia muy parecida al tipo frente a él llegó a la escena luego de haber lidiado con Denji.

Las llamas, iluminando el bosque por completo y dándole un aire de peligrosidad y majestuosidad a la vez, algo casi divino...

Pero por supuesto no lo era ni de cerca, su presencia no era muy distinta a la de un Demonio, lo noto tan solo segundos después de haber entrado en su campo de visión. Todo ello, más la reciente discusión con Denji, desde esa... extraña forma de comunicarse por medio del pelirrosa.

Había escuchado por parte del propio Denji, que él había muerto, pero Pochita, el Demonio Motosierra le había servido de corazón en post de cumplir con sus sueños; tomando eso en cuenta y suponiendo que otro tipo de criatura pudiera llevar a cabo lo mismo, entonces puede que ese pelirrosa...

"¿Sea como Denji? ese sujeto posee algo dentro de sí, como el propio Denji. Pero la gran diferencia radica en que ambas partes no están en sintonía, sea lo que sea que sea esa cosa dentro de ese sujeto, a diferencia de Pochita, no quiere estar ahí, y toma posesión del cuerpo de su huésped" dedujo, apagando la llama de su encendedor y cambiando su punto de atención.

Punto de atención al que Fushiguro ya estaba poniendole el ojo desde hace rato, analítico como lo solía hacer siempre; sabiendo que no debía preocuparse por el auto control de Itadori y al parecer tampoco del de Nobara, decidió enfocarse en otra cosa a la cuál dirigir su interés, un punto en dónde tanto él como Aki, que eran las mentes frías, calculadoras y serenas de sus respectivos grupos, decidieron poner toda su atención.

Ese algo, o más bien, que era lo que estaba sucediendo trás ese algo.

Una puerta.

Al final del pasillo, resaltaba mucho por sobre todas las cosas por el simple hecho de ser la única puerta cercana al lugar, en dónde solo habían paredes blancas por doquier.

Detrás de esas puertas, ellos tenían presente que algo muy importante debía estar pasando, ya que sus líderes estaban en ese lugar, en ese preciso momento, dándole resolución a todo lo acontecido hace solo minutos...

Despacho Principal de la División Especial

Silencio absoluto y ensordecedor.

Era lo de denotaba y se respiraba en el ambiente dentro de aquél despacho.

Silencio que era roto constantemente, como si de una gota de agua erosionando lentamente a una roca se tratase; las manecillas del reloj en la pared rompía aquel silencio, una y otra y otra vez, marcando el pasar de los eternos segundos para las dos almas dentro de la recepción.

Frente a frente, guardando una debida y cuidadosa distancia, ambas cabecillas se miraban fijamente y sin perder ningún detalle; aún cuando Makima no podía ver al peli blanco directamente a los ojos, no hacía falta, eso no le impedía llegar a una conclusión tan fácil como esa, por lo que se mantuvo tranquila en su escritorio, sonriendo como siempre lo hacía; sin embargo, la intensidad en el dorado resplandeciente e hipnotizante de sus ojos era más intensa de lo común, parecía brillar mucho más que antes y su sonrisa se amplió un poco más solo un segundo después en consecuencia, esperaba algo, deseaba que pasara algo.

"Con que eso quieres... bueno, ya que insistes" pensó el Hechicero más fuerte, llegando rápidamente a dicha conclusión, no perdiendo ni el más mínimo detalle desde su asiento. Cruzó la piernas frente a él casualmente, preparándose para ser el primero en iniciar aquella conversación, dado que al parecer la mujer a pocos metros de distancia no lo haría, más bien, esperaba que él lo hiciera por ella, que considerada.

"¿Entonces? llevo esperando exactamente 10 minutos a que me des algún tipo de explicación sobre lo que sucedió allá atrás, y no soy realmente alguien muy paciente; al contrario, no me gusta esperar" comenzó con algo de seriedad poco vista en él, creyó que era la mejor manera de iniciar aquello.

Una mirada algo incrédula por parte de la Caza Demonios se hizo presente, y con ella su contestación. Para Gojou todo aquello era indicativo, de que las cosas se pondrían interesantes apartir de ese punto. "¿Explicación? según mis hombres, fueron tus chicos los que iniciaron el fuego cruzado; en tal caso, estás agrediendo a personal autorizado sin ninguna razón aparente, por lo tanto..."

El peliblanco soltó una leve risa involuntaria, ya sabía a dónde iba todo eso, y si ella quería jugar, iban a jugar; él también podía ser muy juguetón. "¿Me acusaras con papi? ya estamos algo grandecitos para eso" rió. "Tanto tú como yo sabemos que tus niños no fueron de excursión y a hacerse un lindo picnic en el bosque, iban camino a la Preparatoria Jujutsu, entonces desde ese mismo instante has roto el trato establecido entre ambas partes" expuso, algo más serio, aún así seguía sonriendo de manera despreocupada, como si no fuese nada importante cuándo en realidad tanto él como la mujer sabían que si lo era.

Al igual que ha este, de parte de Makima también se hizo presente una leve risa. "No tienes pruebas" dijo simplemente.

"No las necesito, actúo bajo lo que creo correcto" aclaró, poco a poco dejando de lado su sonrisa.

"Eso que crees correcto no son más que suposiciones vacías de alguien embriagado en arrogancia" contraatacó la Caza Demonios sin dudar ni siquiera un momento, al contrario que Gojou, su sonrisa solo se pudo ampliar aún más por mera diversión.

"Soy arrogante, el más arrogante que existe, la verdad es que soy muchas cosas. Y puedo ser lo que quieras, incluso tu peor pesadilla si con ello defiendo a los míos" advirtió.

"Puedes ser lo que creas conveniente, no me interesa. Y en dado caso, con respecto al trato pactado, yo tendría que discutirlo directamente con el director de la Preparatoria Jujutsu, Masamichi Yaga, así que no tengo que darte ningún tipo de explicación al respecto"

Ante aquella audaz respuesta por parte de la pelirroja, Gojou se levantó de golpe de su asiento; por un breve instante, la sonrisa que prevalecía en las facciones de Makima desapareció por completo. Ella lo sabía, que estaba jugando con fuego y en algún momento se podía llegar a quemar.

Con todo y eso, la sonrisa que antes adornaba su rostro volvió tan solo un segundo después, al ver como el más poderoso de los Hechiceros se deshacía de la tela que cubría sus ojos; dos perlas, tan brillantes como las más hermosas de las estrellas, y tan profundos como el propio océano se posaron sobre ella, seriedad junto con algo de ferocidad eran dos de las características abundantes en aquella mirada.

"Si las miradas mataran..." pensó con diversión la mujer desde su asiento. Gojou caminó hacía ella, por lo que esta, sin intención de ceder un milímetro, se levantó y le imitó, acercándose poco a poco.

En medio de aquella oficina que en dónde oficina, ambos cortaron casi en su totalidad la distancia que los separaba, como si se tratase de un reto lanzado hacía el otro, ambos no apartaron sus miradas en ningún momento; ahora, frente a frente, Makima tuvo que alzar la mirada para poder mantener el contacto visual, ya que el Hechicero era visiblemente mucho más alto que ella, cosa que para nada le intimidó.

Gojou desquebrajo en mil pedazos la seriedad en su mirada, por consiguiente, de su expresión, para que en sus labios se curvasen, dando forma a una sonrisa implacable; para nada distinta a la que acostumbraba a llevar la Caza Demonios en jefe, que les respondió con una de las suyas.

"Te voy a aclarar una cosa. Estos ojos pueden ver mucho más allá de lo que tú podrás ver jamás. Cualquier cosa que se intente, cualquier cosa que pase, nada se escapa de ellos, ni siquiera tú, Makima" advirtió lentamente. La seriedad abundaba en aquellas palabras, las cuáles hacían total contraste con la sonrisa que tenía plasmada en su rostro. La mujer no tardó en responder aquella amenaza, y con ello, discutir la validez de esas palabras por parte de Hechicero.

"Y justo ahí, es dónde te equivocas, Satoru Gojou. Tú y yo nos parecemos, más de lo que puedes llegar a imaginar, incluso hasta dónde pueden llegar nuestra visión" contestó calmadamente a la vez que entrecerraba un poco sus brillantes ojos bañados en oro puro, en búsqueda de mostar su punto, cosa que logró ampliamente.

"No seas pretenciosa. Tú y yo no nos parecemos en nada. Ya quisieras ser una cuarta parte de lo que soy" el Hechicero mantuvo su sonrisa, pero un claro vacile se hizo notar mínimamente, pero lo suficiente como para que Makima se diese cuenta del mismo, por lo que ella carcajeó levemente por la respuesta poco sensata y argumentada, acercándose un poco más a la humanidad del peli blanco antes de zanjar el tema.

"Justo a eso me refiero. Yo puedo ver algo que tu nunca verás, a menos que alguien te lo demuestre justo frente a los ojos que tanto enorgullecen. Puede que veas a través de mí, pero eso mismo pasa al contrario, aún cuando ni siquiera te das cuenta de ello" sentenció con claridad. Dió medía vuelta al culminar, volviendo con suma tranquilidad y clase a su asiento.

"Entonces, lo único que tengo que hacer es no esperar a que me muestres nada. Tan fácil como eso" Gojou rió soltando una carcajada, volviéndose a sentar en su sitio; aquella provocación por parte de la mujer solo hacía que sus ganas se multipliquen por mil, subestimarlo era el peor error que cualquiera podía cometer en su vida. Volvió a colocarse la tela lentamente, y con ella ocultar su mirada que solo poseía determinación y confianza.

"Aunque..." comenzó Makima desde su asiento, con un leve suspiro, cosa que no pasó desapercibida para el peli blanco. "Antes de resolver cualquier disputa entre dos entidades como la tuya y la mía, primero habría que resolver unos cuantos asuntos muy importantes..." Gojou alzó una ceja con interés, no sabía a dónde quería llegar, solo sabía que debía desconfiar lo máximo posible, pero le seguiría el juego y vería a dónde quería llegar.

"¿Asuntos? ¿De qué tipo de asuntos estamos hablando?"

"Asuntos que los Caza Demonios de Seguridad Pública no podemos resolver nosotros mismos" culminó, colocándose una mano en la mejilla algo pensativa. La traducción esas palabras llegó rápidamente a la mente del Hechicero, por lo que decidió preguntar.

"¿Acaso estás pidiendo ayuda? ¿O acaso estoy escuchando mal?" un leve asentimiento por parte de la mujer le dió la razón. Este solo se le pintó una sonrisa juguetona en sus facciones por ello, debía ser una broma.

"Ahora, creo que deberías explicarme. ¿Por qué debería brindarte mi ayuda y la de mis muchachos, de todas las personas, a alguien como tú? si no me satisface lo que digas, bueno, no necesito decirte lo que haré, o más bien, lo que no haré. ¿Verdad?" se cruzó de brazos, a espera de una clara respuesta. Una sonrisa victoriosa por parte de la pelirroja se hizo presente, y con ella, una respuesta tan clara como el agua.

"Oh, ni siquiera te imaginas cuán satisfecho vas a quedar..." Makima dejó un aire de incertidumbre con aquellas palabras. El Hechicero se llevó una mano a la cabeza y meditó en sus adentros lo que estaba a punto de hacer.

"Tch, al parecer tiene el sartén por el mango" pensó. Era claro que sería algo de su interés y que no podría resistirse; algo que le convenía a él, pero seguramente más a ella. Estaba por hacer una apuesta arriesgada, pero sin riesgo no hay recompensa, rió para sí mismo por esos pensamientos.

"Muy bien, me dejaré engañar por tí. Te escucho" afirmó, poniéndose cómodo en su sitio.

Con luz verde dada por parte del Hechicero, Makima se preparó para hablar, y con ello, jugar sus cartas en aquel peligroso juego que estaba a punto de comenzar.

Continuará...

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