ℂ𝕒𝕡𝕚𝕥𝕦𝕝𝕠 1
Un recinto muy espacioso compuesto por múltiples edificaciones, delineados y creados con la clásica estructura japonesa en su totalidad. Este se encontraba al otro lado de un verde bosque que pintaba de su color tan característico alrededor de 500 metros a la redonda; tan inmenso y hermoso, pero a la vez tan misterioso y oculto por la naturaleza que se alzaba en su entorno.
Los pájaros contando, los hojas moviendose y la brisa resonando al chocar con suavidad en estas eran lo único que se podía escuchar en la llana estructura y en sus meditaciones. No parecía haber una mísera alma que perturbase aquel silencio tan calmo y sereno. O al menos no fuera de ella.
Dentro de aquel peculiar recinto, solo estaban 3 integrantes de aquella organización en la que sus integrantes se denominaban así mismos como 'Hechiceros'.
Este trío estaba ubicado en una misma habitación, aunque todo el lugar estaba en total silencio, las voces llenas de vida y por momentos algo fuertes interrumpían y quebraban aquel silencio tan calmo, pero que para ellos, no era más que algo insoportable, al menos para dos de ellos.
"Puff, que aburrimiento~. Oigan, ¿En verdad no hay nada divertido que se pueda hacer por aquí?" suspiró la chica mientras se lanzaba en la cama y jugueteaba con sus pies mostrando su punto; impaciencia y un sentimiento nato de aburrimiento corriendo por su cuerpo y pensamientos. Clavó su mirada en el techo pensando que podría encontrar algo interesante, por supuesto, se había equivocado.
"Es verdad, ni siquiera hay Wifi, debería haber alguna televisión al menos, y una consola quizás" la acompañó en su pesar un chico peli rosado que imitó su gesto y se lanzó a la cama, pero en vez de buscar algo de su entrenamiento en el techo, lo hizo en la propia cama estando boca abajo, claramente tampoco tuvo resultado en su búsqueda.
"Bueno, en una de las habitaciones hay una televisión y una consola, creo que hasta un ordenador con Internet propio" les dijo un pelinegro recostandose del marco de la ventana y observando a la nada; él a diferencia de sus compañeros no le disgustaba estar sin hacer nada, no era un estúpido que iría por ahí buscando un problema solo para entretenerse.
La reacción de sus compañeros fue justo la que pensó, como si sus columnas fueran unos resortes gigantes se levantaron y se le acercaron con rapidez y estrellas de sus ojos, claramente esperaban que les dijese dónde se encontraba tan maravillosa habitación, él se los diría.
"Creo que se encuentra en la habitación del profesor Gojou, no muy lejos de aquí" dijo tranquilo, el pelirosa y la chica se miraron por un momento y asintieron varías veces, no perderían ni un segundo.
Sin embargo, la voz de pelinegro interrumpió sus mentes llenas de fantasías para hablar con claridad, ¿Y algo de malicia?
"Pero... el profesor Gojou siempre mantiene su habitación bajo llave, y él no se encuentra ahora" a ambos muchachos se les cayo la ilusión tan rápido como se les subió, como si de una montaña rusa se tratase.
"¡Eres un pedazo de cabrón, Fushiguro! ¡¿Para qué mierda dices eso si sabías que no podríamos hacer nada en primer lugar?!" le recriminó la chica, casi lanzandole el martillo que siempre portaba en su cintura; su compañero se sumó en la protesta y Fushiguro decidió ignorarlos, si decía que lo hacía por su propia diversión sería como echarle gasolina de avión a un incendio forestal, y no tenía muchas ganas de quemarse sin necesidad.
El tiempo fué pasando y todo se fué calmando. Las manecillas del reloj contando los segundos del día suplió las anteriores quejas y leves discusiones de los jóvenes Hechiceros.
Pero seguía siendo aburrido. No había nadie en toda la Preparatoria Jujutsu aparte de ellos en ese momento. Por palabras de Fushiguro, Gojou había salido a comer a la ciudad porque según él la comida de la Preparatoria sabia a perro atropellado por un camión de basura, no sabían a que sabia eso pero seguramente era fatal; con esa excusa o parte de verdad, Gojou se fugó un rato a hacer de las suyas, diciéndoles que esperasen tranquilos a su poderoso y genial profe, aunque les dijo que no les traería ni las migajas...
El director Yaga se encontraba en un viaje a Kyoto para una importante reunión con el director de la Preparatoria Jujutsu que recibía en aquella ciudad.
Los estudiantes de 2do año, que se supondría tendrían que instruirlos un poco, no estaban presentes desde que llegaron al lugar, eso alrededor de dos semanas desde que Itadori Yuuji llegó a Tokio para instalarse en la Preparatoria y casi al mismo tiempo esto pasaba con Nobara Kugisaki.
Fushiguro se encargó de al menos darles los nombres de estos: Maki Zen'in, Toge Inumaki, y...
"... ¿Panda?" preguntaron extrañados. Fushiguro dijo que no valía la pena explicar, solo que esperasen y lo verían con sus propios ojos.
Y así, el sentimiento de aburrimiento volvió a persistir. Itadori empezó a recordar al cerrar los ojos, el cómo habían sido sus primeras dos semanas en la Preparatoria y con sus nuevos compañeros.
Nada había pasado en ese transcurso de tiempo, aunque si entrenó, y bastante, aunque no de la manera que ni él y sus compañeros esperaban.
Vieron películas, MUCHAS películas. Pero solo un puñado de estás valían la pena y eran interesantes de ver, casi que de la noche a la mañana podían distinguir que película era buena y cuál era mala, muy mala. Hacer mucho de algo puede ser tedioso, pero de una u otra manera, te hace ser mejor en aquello que haces sin que te des cuenta.
Los clichés abundaban en ese montón de cinematografía que habían visto en poco tiempo. Siempre los mismos mensajes repetitivos que todos sabían, pero el repetir algo a menudo solo mermaba lo que quería transmitir el mensaje, que por tan bueno que fuese, los métodos y los clichés de estos degradaban todo lo bueno que intentaba pasar por medios audiovisuales a los consumidores.
'La amistad lo puede todo, si tienes amigos, todo estará bien'
'Si te esfuerzas puedes conseguir cualquier cosa'
Eran los dos mensajes que más se encontraban, debían decir que creían firmemente en ambos conceptos y trabajaban en aplicarlos en su día a día. Pero de algo ellos estaban seguros, nada es color de rosas, no todo puede terminar bien y no todos puedes encontrar la salvación, ellos experimentaron en carne propia todo eso.
Por eso a pesar de simpatizar con el mensaje, lo que sus ojos veían no era más que un mundo, así sea imaginario y de pura ficción, lleno de mentiras. Mentiras en las que trataban de poner todo tipo de trabas en la trama, intentos de hacer algo más oscuro y peligroso para los personajes principales y hacer a los villanos mucho más terribles.
Armar todo eso, solo para que al final del día, todo termine de la misma manera cientos de veces...
Un final felíz, nadie pierde a nadie a pesar de que ellos sabían que eso no podía ser posible; villanos con razones vacías haciendo todo porque sí, siendo solo una herramienta para demostrar que el protagonista nunca estaba equivocado por mucho que lo estuviese, pero claro, debía morir el malo, porque en los papeles y en la vista de todos es el malo, incluso si contadas veces este lleva razón sobre el 'Héroe'.
Por ello, películas donde se muestra una cara más real del mundo, en dónde hay púas por la mayoría de caminos; las que no eran actas para todo tipo de público, esas eran las mejores sin ningún tipo de dudas.
Se salían de los estereotipos de Hollywood, no mostrando un mensaje gastado para mostrar lo que en verdad era vivir una vida dura, en dónde la gente que en otro tipo de películas sea impensable que les pase algo, ahí se mostraba que nadie escapaba de la realidad y de la crueldad de abunda en todos lados, de esa manera, se podía empatizar más con los personajes, sentirlos mucho más humanos que simples protagonistas que te escupían en la cara que eran buenas personas y que nunca se podían equivocar, cuando es justo lo contrario; la equivocacion y la rectificación, es lo más humano que puede haber.
Un mundo dónde no hay ni buenos ni malos, solo personas que están en una constante búsqueda de aquello que más anhelan; un mundo mejor para todos, amigos, gente con cuál compartir de igual a igual sin reparos ni barreras, incluso experimentar el verdadero amor. Para unos pueden ser metas insignificantes, pero para otros, puede ser su mayor tesoro...
Se habían vuelto buenos en ese tipo de cosas la verdad, y también lo hicieron en el manejo de su Energía Maldita en consecuencia. Por mejorar en ese aspecto, podía no solo dotar de aún más fuerza sus golpes que ya de por sí eran sobre humanos, sino que también podía detectar anomalías en el ambiente hasta cierto rango, sintiendo la energía maligna de otros seres vivos.
Lo mismo aplicaba para Nobara, sin embargo, no habían podido emplear nada de lo que habían aprendido, ya que había sido nula la actividad de Maldiciones en Tokio todos esos días.
"Creo que puedo decir algo, y no equivocarme en ello. Según mi experiencia hasta ahora, ser una Hechicera, es muy aburrido a decir verdad" soltó Nobara con simpleza. Itadori asintió un poco y se dispuso a hablar.
"No puedo decir que estás equivocada. Sinceramente me esperaba algo más..."
"... ¿Divertido?" intervino Fushiguro, al parecer algo más serio de lo normal. "No sean estúpidos" les recriminó después. Estos arrugaron en entrecejo e iban a responder, pero este se les adelantó.
"Esto no es un juego. Piensen en esto, por cada minuto que ustedes están aburridos en este lugar, una vida, por muy pequeña que sea, en alguna parte de Tokio está siendo salvada de una Maldición por la ausencia de estás. Lo único que están haciendo es llamar a una tormenta de la cuál se pueden arrepentir, puede que en cuestión de semanas, días, y en el peor de los casos..."
Algo perturbó la atmósfera, como si se tratase de una corriente eléctrica que pasaba por todos los sentidos de los Hechiceros. Itadori se levantó de golpe de la cama y Nobara se incorporó en esta portando una expresión muy seria en el rostro mirando en dirección en que aquellas energías tan extrañas se acercaban más y más.
"Justo ahora..." termino Fushiguro mientras sus ojos se apagaban. Era el peor de los escenarios, sin nadie en la preparatoria y presuntos invasores llegando a su posición. Tenían que hacer algo.
"No hay nadie en la preparatoria ahora, ni siquiera el director Yaga que esta en una importante reunión con el director de la Preparatoria Jujutsu en Kyoto. Solo nos queda una opción..."
"Iremos, y haremos nuestro primer trabajo como equipo, aunque no me gusta nada el ambiente que se formó de repente" dijo Itadori con seriedad apretando sus puños.
"Hagámoslo. Si son maldiciones acabaremos con ellas y si son unos brujos, los reducimos a punta de patadas y les enseñaremos que se metieron con las personas equivocadas" exclamó Nobara tomando su martillo con fuerza y un par de clavos en su mano libre, había pedido acción, ahora sin dudas estaba por tenerla.
Decididos a ser una frontera impenetrable que defendiera a su nuevo hogar, salieron con sigilo de la Preparatoria en dirección al envolvente bosque que los cubría, adentrándose y perdiéndose en aquel color verde que saturaba y desbordaba por dónde quiera que vieran.
XXXxxxXXX
Los rayos del sol pasaban levemente a través de los árboles y aterrizaban tanto en ellos como en su camino.
No tardaron en hacer contacto visual con los invasores. Parecían ser normales en cuanto a su apariencia, pero su presencia y energía les dictaba todo lo contrario.
Más que todo la de los rubios, eran pura oscuridad y desbordaban maldad por dónde quiera que se viera, el pelinegro no se quedaba demasiado atrás. Fushiguro llegó a una sola conclusión después del análisis rápido, eran peligrosos, muy peligrosos, más que todo el par rubio; y a ese paso no tardarían nada en llegar a la Preparatoria, por lo que...
"Atacaremos a matar, no podemos permitir que avancen de este punto" habló por lo bajo Fushiguro con mucha seriedad, bajo ningún concepto tenían que dejar siquiera que vieran la Preparatoria.
"Entendido. Yo prepararé el primer golpe. El que pega primero pega mejor" dijo Nobara alejándose del grupo en dirección a un árbol cercano, considerando que era un buen lugar para asestar un clavo con absoluta precisión.
Sin embargo, alguien dudaba de todo eso. A Itadori Yuuji no le cabía en la mente el matar a alguien, fuera o no humano; dar una muerte digna se supone era lo que se había propuesto, no había nada de digno en matar a alguien en un ataque sorpresa, no, morir asesinado no era morir dignamente para empezar. "Fushiguro, ¿Estás seguro de esto?"
"Tenemos que hacerlo"
"¿Estás seguro de que no son tan solo unos humanos perdidos?" quería darse esperanzas de alguna manera. Pero Fushiguro negó con la cabeza mientras se levantaba.
"No son humanos. Itadori, recuerdas las películas, ¿Verdad?" este no entendió a qué venía la pregunta en ese momento, pero asintió en respuesta. "Te volviste muy observador y exigente con las películas. Te gustaban mucho más en las que hay dificultades y decisiones difíciles que hacen que los personajes tengan que evolucionar para sobrevivir, un mundo mucho más real..." y con eso se retiró, saltando a un árbol cercano y dejando a Itadori con la duda y hundido en sus pensamientos.
Una cosa es la ficción y otra cosa es la realidad, pero eso distancia se acorta dependiendo de que tan cercana es esa ficción a la realidad misma. ¿Qué tan pequeña era la diferencia entre es ficción que tanto le gustaba y esa realidad a la que temía en ese momento? si tuviera que apostar, diría que era...
Casi nula.
Había llegado su momento de protagonismo, una decisión difícil que podría cambiar su manera de vivir y ver las cosas.
Matar o no matar.
Ensuciar sus manos con sangre de por vida o no ensuciarlas y mantenerse a la expectativa; sabía que en ambas se podría arrepentir, un 50/50.
La batalla comenzó mientras pensaba en ello, y su mente solo pensó en ayudar a los suyos y actuó en consecuencia, todo eso mientras aún pensaba, que lo que hacía estaba mal...
- Momentos Después -
"Lo hice, realmente lo hice..." susurró mientras apretaba sus puños y dientes. Tenía que olvidarlo y tenía que hacerlo ya.
Se alejó a paso lento del cadáver del rubio, no sin antes decir por lo bajo "Perdóname"
- Tiempo Actual -
Conmoción. Era la única palabra que podía describir a los Hechiceros al ver tal bestia emerger de la nada, no, emerger del chico rubio que apenas segundos antes Itadori le había aplastado el cráneo junto con sus vértebras y columna.
Era algo inexplicable, tanto que se haya levantado como que hubiera tomado tal forma tan aterradora. Itadori escuchó a Fushiguro gritarle en advertencia, pero sinceramente no prestó atención, su mirada y pensamientos eran todos y exclusivamente para el ser para a metros de él, el cuál desprendía pura sed de sangre a la vez que cruzaba en forma de cruz ambas motosierras; se preparaba para atacar, así que con una gota de sudor bajando por su frente, alzó su propia guardia y engulló sus puños en Energía Maldita.
Si ese Demonio o lo fuera que fuese, quería pelear y derramar su sangre, no se quedaría sin hacer nada para evitarlo.
Tanto los Hechiceros como los Caza Demonios se quedaron en silencio y a la expectativa de la situación tan tensa que se había formado, observando como el Motosierra caminaba a paso sospechosamente sereno hacía el pelirosa que le esperaba con la guardia bien el alto y sin dejar apertura alguna. Aki debido a su pequeño encuentro con la castaña, ahora estaba tratando por medio de la distracción de esta, descansar un poco y contraatacar con rapidez; ya no debía preocuparse por Denji, él nunca moriría.
Su prioridad pasaba a ser su persona, y Power, que se encontraba peleando nuevamente contra el pelinegro que al parecer salió de su shock con rapidez, esta vez en combate cuerpo a cuerpo en el que parecía estar perdiendo terreno.
Con gracia, rapidez y presión, con una espada tan negra como su vestimenta, Fushiguro estaba dominando con facilidad a una Power que no le encontraba respuesta al torbellino de ataques cortantes que le propinaba este, y cuando por un momento quería tomar la iniciativa, se llevaba uno o dos cortes en sus brazos, piernas o torso; cuando quería tomar distancia, tampoco le dejaba, era como si quisiera de escapar de una...
"¡Maldita sombra! ¡¿Qué mierda debería hacer contra este tipo?!" el enojo comenzó a correr por sus pensamientos, era endemoniadamente frustrante pelear de esa manera, si no fuera semi-inmortal estaría muerta hace ya varios cortes.
Fushiguro quería terminar todo en seguida, sus ojos en ese momento estaban tan afilados como su propia espada que miraban en dirección de una rubia con un gran ceño fruncido y sangre corriendo por su cuerpo y cara; podía acabar con ella.
Su pensar fue interrumpido por un estruendo muy cerca de el. Una persona había tenido un aterrizaje forzoso en un árbol a su lado, no sabía de quién se trataba. La corteza del árbol fue cayendo producto del impacto, haciendo un sonido seco en cuanto entraba en contacto con la fría tierra, Fushiguro reconoció a Itadori porque una mano normal se posaba por fuera del agujero que hacía creado en golpe; estaba sorprendido, que alguien como el pelirosa fuera enviado a volar de esa manera tan estrepitosa solo decía que su rival era de su misma envergadura.
El Hechicero pelirosa fue emergiendo el agujero poco a poco, al levantarse en su totalidad, Nobara y Fushiguro vieron algo que no podían creer.
Este había perdido su brazo derecho...
La sangre salía a borbotones por la ausencia de la extremidad que había sido amputada en un corte para nada limpio desde poco más abajo del hombro. Este apretaba los dientes por el dolor y trataba de no mirar la herida porque incluso él podría entrar en pánico al ver tan brutal escena; se limito a romper un poco de chaqueta y hacer un torniquete simple para detener la hemorragia.
Su respiración se comenzaba a entre cortar por el dolor, todo mientras seguía mirando como frente a él, aquél Chainsaw Man le veía fijamente.
Nobara no sabía que había pasado, lo había visto pero no lo entendía.
Llegó a observar como el Motosierra se abalanzaba con locura hacía Itadori, este le esperó en guardia hasta el último segundo estando seguro de su velocidad y fuerza para hacerse cargo; a menos de medio metro para colisionar, el Motosierra balanceó ambas sierras a máxima revolución contra la humanidad del pelirosa. Pero este con una velocidad cegadora saltó y mucho antes de que las sierras hicieran contacto, piso los bíceps de aquel ser, porque allí no había ningún tipo de peligro; con las sierras inmóvilizadas por sus pies, tenía vía libre para asestar un golpe certero justo en el pecho del mounstruo.
Un Golpe Divergente. Uno solo era lo que necesitaba para acabar con él. Lo tenía listo, su puño cubierto de su furiosa Energía Maldita, lo lanzó con toda su fuerza.
Pero hubo un factor que nunca esperó. Este era, que las Motosierras que utilizaba el mounstruo, no se limitaban solamente a su cabeza y brazos.
De la nada una sierra extra se emergió de la pierna de este y lanzó una patada ascendente, justo hacía la cabeza de Itadori con la intención de cortarla por la mitad; el pelirosa la vió venir y casi al último momento logró evitar sufrir una muerte segura, a costa de su brazo...
El pánico por el dolor repentino hizo que lanzara una patada al estómago de su oponente, y la fuerza hiciera que tanto él como el Motosierra salieran disparados en direcciones contrarias, aterrizando él en un árbol y solamente haciendo retroceder un poco a su rival.
Todo lo observó Nobara a detalle, pero sabiendo cuán fuerte era Itadori, verlo perder en las primeras de cambio de esa manera, era...
"No, él no perderá. Primero tendrán que cortarle todas las extremidades y la cabeza para que eso ocurra" pensó al ver como los ojos de Itadori cambiaban radicalmente, su mirada y su aura reflejaban que él no moriría ahí.
Sabiendo eso, creyó que primero tenía que encargarse de sus propios asuntos y después ayudar a Itadori si hacía falta; por lo que tenía que acabar con el pelinegro al que hace un momento le estaba dando una paliz-
"¿Eh?" sintió un pequeña picazón por detrás de la rodilla, dicha picazón paso con rapidez a ser un dolor intenso, haciendo que cayera de rodillas al suelo y que casi la hace gritar a más no poder, pero apretó los dientes para no hacerlo.
Aki aprovechando su distracción, descanso todo lo que puso y le hizo un corte por detrás de la rodilla para inmovilizarla y alejarse de ella, su objetivo era llegar a Power y salir de ahí, pero todavía había un obstáculo con nombre y apellido, Megumi Fushiguro.
Llegó a ver un poco en el futuro y preparó su jugada anticipándose a la de su rival; Megumi iba a invocar a sus Lobos de Jade, pero no pudo al ver como Aki desenfundaba dos armas calibre 46 y comenzaba a dispararle para hacer que se alejase de Power, siendo sabedor que solamente con dos armas de fuego no lo mataría, pero si podría retrasarlo y apartarlo.
Sabía que Power inminentemente se quedaría, qué huir era de cobardes y toda esa basura que no serviría de nada si estaban muertos, así que la tomó del brazo y llevandola a rastas ambos se perdieron en el bosque mientras que él seguía disparando para evitar que los siguiesen.
"Maldita sea, se escaparon, tengo que ir por ellos" dijo con molestia Fushiguro. Pero antes miró a su compañera que se había recostado en un árbol cercano a su posición, claramente estaba arrugando su entrecejo por el dolor en una zona tan sensible como lo era en la parte posterior de la rodilla.
"Kugisaki, me ahorraré las preguntas estúpidas e iré al punto. ¿Puedes levantarte?" ella sonrió con dolor por la pregunta.
"Por supuesto que puedo hacerlo, ahora mismo lo har-" ahogó un grito de dolor cuando intentó incorporarse. Fushiguro negó con la cabeza ante eso, no podía seguir peleando.
"No te preocupes por nada, solo quédate aquí y descansa, yo iré por esos do-"
"¡Ni una mierda! ¡Dije que puedo hacerlo y lo haré! ¡No me subestimes! ¡Ese maldito con esa patética cola en el cabello me las va pagar!" le gritó, con ello rompió una de las mangas de su chaqueta y se vendó la rodilla con mucha fuerza; con dificultad llegó a levantarse, pero no le interesó y motivó a Fushiguro a ir a por ellos.
Fushiguro pensó que esa chica sin dudas estaba loca, pero era fuerte, muy fuerte tanto física como mentalmente; vió como casi cae pero en seguida le ayudó pasando uno de sus brazos por detrás de su cabeza para ayudarla con su andar. "No te adelantes a los acontecimientos. De nada sirve que esos estúpidos anden por ahí en un bosque que no conocen, pero que yo si lo hago. Jugamos de locales, hay que aprovechar la ventaja del terreno a nuestro favor y enjaularlos como ratas" propuso el pelinegro y la chica estuvo de acuerdo; sonrió con rudeza a pesar de estar muy limitada de movimientos, ella y Fushiguro eran más que suficiente para atrapar a dos ratas escurridizas.
Pero antes de continuar con su camino, se detuvieron un momento y observaron sobre su hombro, para mirar a su compañero. Ellos se sorprendieron cuándo Itadori también los miraba a ellos con una ligera sonrisa, como diciéndoles 'No se preocupen por mi'
Ellos sabían que era un tipo duro, el más fuerte de su grupo sin dudas era él; sus ojos en contacto con los suyos de alguna manera los tranquilizaba y por momentos los hacía olvidar que ha este le faltaba una extremidad.
"Si mueres, juro que te mataré" dijo Fushiguro. Eso hizo que de alguna manera Itadori soltase una risa con algo de dolor.
"Entiendo. No querría morir y luego que verte a tí siguiéndome hasta el infierno para rematarme. Cuídense, Fushiguro, Kugisaki, nos veremos tan pronto termine por aquí" lo dijo con una calma inaudita para la situación en la que estaban, en la que ÉL estaba.
"Tch, eso deberíamos decirte nosotros, idiota. Fushiguro no será el único que te atormentará si te atraves a morir" bufó Nobara volviendo a mirar al frente. Fushiguro por su parte no dijo nada más y comenzó a caminar, ya dijo todo lo que tenía que decir, aunque...
"Eso sonó, como una despedida..." pensó con algo de recelo. Sintió un leve golpe en la frente por parte de la castaña, frunció el ceño por ello.
"Fushiguro, deja de estar pensando en lo que creo que piensas. Confiemos en él" le regaño creyendo firmemente en sus palabras. Fushiguro decidió dejar de dudar y confiar en aquella persona que decidió salvar.
Con ello, se alejaron de la escena bajo la atenta mirara de Itadori, que apenas estos salieron de su campo de visión su expresión cambio totalmente y se puso más serio que nunca. Posó su mirada sobre el Motosierra, que al parecer... ¿Se estaba riendo?
"Je, estúpido afeminado. Tu no saldrás de aquí con vida, no sabes cuándo duele que te hagan polvo las vértebras de un golpe. Yo creo en el ojo por ojo, así que..." el humo comenzó a brotar de las sierras por velocidad de rotación que ahora llevaban, si tuviera que apostar que clase de expresión tenía, sería la de...
Furia.
"Primero sufrirás mientras te arranco los nervios de la columna, luego morirás. ¿No te parece un trato justo?"
"¿Trato justo? para nada, un trato justo para tí sería que salieras en una pieza de este lugar"
"¿Así como tu no lo harás hoy, verdad?" rió el mounstruo refiriéndose a su brazo amputado.
"Un brazo me basta y me sobra para acabar contigo" dijo con seriedad Itadori mientras caminaba hacia este, el Motosierra hizo lo propio y también se acercó.
"Tengo que acabar con él justo aquí, si me derrota sin dudas irá tras Fushiguro y Kugisaki para ayudar a los suyos. Un descuido me costó un brazo, eso no puede volver a pasar" pensaba a la vez que la Energía Maldita corría hacia su puño izquierdo.
5 metros...
3 metros...
2 metros...
1 metro...
50 centímetros.
Se pararon uno frente a otro siendo Itadori un poco más alto. Al pelirosa le dejo de importar su apariencia cuando tomo en cuenta que no era el único que estaba en peligro, si perdía, sus compañeros también pagarían las consecuencias.
Apenas uno se movió un milímetro de su sitio, el otro respondió como si fuera una amenazaba y atacó al contrincante, comenzando así la batalla.
Hicieron del bosque en general su campo de batalla, árboles cayendo cortados por doquier era el reflejo de la brutalidad de la batalla; Itadori usaba estos como escudo para evadir las casi inevitables sierras, sabiendo que un solo contacto más con estás podría costarle más que un brazo, la vida.
Denji con locura de siempre, cortaba todo lo que se le pasaba por delante, los animales terrestres y pájaros cercanos tampoco se les escapaba. Más sin embargo, quería terminar rápidamente con ello, sabía que usar la Motosierra por demasiado tiempo cuesta mucha sangre, creía que aún podía durar un buen rato en esa forma, pero tenía que asegurarse, le tenía que quedar algo de tiempo para torturarlo un poco.
Otro corte, otro árbol que caía, pero está vez por muy poco la sierra hace contacto con la cabeza del pelirosa. Era complicado pelear a la defensiva y contando con un solo brazo no podía atacar a gusto, pero pensaba que incluso si tuviera los dos era muy difícil asestar un golpe directo a este.
Tenía que acercarse, y mucho. Pero esos sierras eran todo un peligro sobre todo a corta distancia y su estilo de pelea cuerpo a cuerpo no le ayudaba demasiado en esta situación. Volvió a esconderse, esta vez sobre una rama y observó a Denji que miraba a todos lados con clara molestia.
"¡Qué sucede maldito! ¡¿No querías pelear! ¡¿Ahhh?! ¡Tú atacaste primero, sin embargo también lo eres en esconder el rabo entre las patas y salir huyendo! ¡¿No qué un brazo te bastaba para matarme?! ¡Eres todo un cobarde rosadito! ¡Me decepcionas!" exigió desesperado, quería que corriera sangre por sus sierras y lo quería ahora.
Itadori podía ser idiota de muchas maneras, pero no un estúpido. No se iba a dejar provocar y caer en una trampa así de fácil. Pero alguien que al que apenas iba conociendo, intentaría hacerlo cambiar de opinión.
"Qué sucede mocoso, es vergonzoso que mi recipiente sea insultado de esa manera. Indirectamente es un insulto hacía mi persona, y eso es algo que no puedo permitir" una pequeña boca por de debajo de su ojo derecho se hizo presente y le hablo de forma algo exigente, pero con algo de burla.
Ryumen Sukuna era alguien con un ego por las nubes, y con razón. Por algo era el Rey de las Maldiciones y Venenos, siendo la Maldición más terrible en la historia. En su Área Inhata, estaba sentado por encima de una tétrica pila de cráneos, con una mano en apoyada en su mejilla y con una sonrisa muy arrogante.
Algo captó su total atención desde que Itadori hizo contacto con aquel grupo, era realmente extraño que algo en verdad lo hiciera de esa manera siendo que él no era el más interesado en los que lo rodeaban, hasta ese momento solo Satoru Gojou le había sacado de sus casillas y había dictado pena de muerte para él justo en el momento que pudiera salir y emplear su máximo poder.
Pero eso había pasado a segundo plano, ahora había algo mucho más interesante, y que lo hacía acercarse a su objetivo, hacer que sobre el nuevo mundo volvieran a caer las tinieblas.
Con la misma sonrisa arrogante que le caracterizaba, volvió a tomar la palabra. "Con tu patética fuerza no creas que podrás salvar a alguien, ni siquiera puedes protegerte a tí mismo en este momento, y por eso huyes. ¿Hacer que las personas tengan una muerte digna? no me hagas reír, ese mocoso ingrato de ahí tiene razón, no eres más que un cobarde con una meta sin sentido para poder darle algo de valor a tu vida, la cuál no vale nada para los demás siendo que puedes contenerme a mí. Es de risa, un mal chiste, tu sola existencia terminara matando a las personas que tanto anhelas proteger. No hay muertes dignas, alguien que no tuvo una vida digna no puede morir como si lo hubiera hecho, esa arrogancia para creer que puedes decidir como mueren las personas, o como vas a morir tu, será lo que te lleve a la tumba"
"Cállate" Itadori apretó los puños, esas palabras si que las escuchó con claridad. Sukuna se dió cuenta que tocó un nervio y decidió seguir.
"Eres un herramienta que tratan como un humano. Lo que vives, es una mentira, y tus supuestas metas, son tan falsas como tu propia vida"
"Cállate"
"Vamos, no es tan difícil de aceptar. Estás vivo sola y llanamente porque te necesitan para retenerme. JAJAJAJAJA al menos me sirves como entretenimiento, ver a un estúpido luchar desesperadamente por algo imposible es lo mejor que hay"
"¡Qué te calles!" ahí la boca de Sukuna desapareció del rostro de Itadori. No lo entendió, lo provocó y lo provocó, ¿Solo para irse así nada más?
No, debía haber algo más, quiso hacer algo, él quiso hacer algo...
"Te encontré" escuchó frente a él y se congeló. Sus oidos fueron inundados por el sonido de motosierras acelerando más y más.
Ahogó un grito en cuanto sintió como una de las motosierras se enterraba en su abdomen y las cadenas de esta trabajaban furiosamente en rebanar y desgarrar su carne y abrirlo como si fuera un cerdo. Trató de levantarse y hacer presión en la herida, pero su vista se nublo debido al dolor y la perdida masiva de sangre, perdió el equilibrio y inevitablemente cayó del árbol e impacto con violencia en el suelo.
Casi se rompe el cuello por la caída y se hizo un gran corte en la cabeza. La sangre cayó por su cara y el sabor de la misma emergió de su boca, hizo el intento de arrastrarse hacía el árbol para recostarse, pero por entre los dedos que presionaban la herida, salió lo que parecía ser un intestino, apretó sus dientes cuando el dolor de sentir este colgando y arrastrándose en el suelo.
Parecía un cadáver, llego a duras penas a colocar su espalda contra el árbol, pero la mínima esperanza se esfumó cuando Denji cayó frente a él riendo con diversión por la escena.
Se lo había dicho, que lo haría sufrir antes de matarlo, esto no era nada para lo que tenía pensado. Quería sacarle los intestinos y ahorcarlo con ellos, sacarle los ojos poco a poco mientras aún estaba consiente; lo iba a disfrutar.
Por un momento se perdió en esos pensamientos. Poco a poco hizo retroceder su forma Motosierra y volvió a la normalidad, su filosa mirada se clavo en el pelirosa, más sin embargo, este no se movía para nada, ni siquiera respiraba, espera... no podía ser...
"Jodas... ¡¿Ya lo maté?! ¡¿Pero y mi diversión?!" entro en pánico y se le acercó rápidamente para darle unos golpes y unas cachetadas. "¡Oye despierta! ¡Ni se te ocurra morirte todavía, aún no hemos terminado! ¡Hey!"
Después de varios intentos, se rindió. No había respuesta alguna de este o signos de fuera a despertar, sino estaba muerto estaba a las puertas de estarlo. Tch, la había cagado en grande esta vez, era como cuando se rompía un juguete nuevo.
Se dió vuelta para pensar, solo tenía dos opciones. La primera era profanar un poco el cadáver para entretenerse un poco, nada divertido la verdad; la segunda era ir a buscar a Aki y a Power, la última vez que los vió estaban huyendo de ese de los pelos parados... y esa chica...
"Uff, decidido. De una u otra manera tengo que tocar esas tetas antes de morir, aunque no sé cómo le haré; quizás solo tenga que preguntarle amablemente si puedo darles una caricia y si puedo también pegarme como un ternero recién nacido, jeje" dijo riendo a la vez que comenzaba a caminar.
Sin saberlo se estaba riendo de una manera algo retorcida, puede que esté mucho más loco de lo que pensaba. Se puso un poco más serio, su risa en verdad daba algo de miedo incluso para él. Pero era extraño...
¿Por qué cuando había dejado de reír aún la seguía escuchando?
Solamente, que no fuera él el dueño de aquella risa tan maligna en primer lugar. La risa sonaba con más fuerza y la locura en está iba aumentando a pasos agigantados, los pájaros y animales próximos al lugar abandonaron la zona; ellos sabían algo, que él no sabía.
El sonido venía de su espalda, no pensó demasiado y se volteó con molestia.
El que se suponía estaba muerto estaba teniendo ligeras convulsiones a la vez que reía por lo bajo, no podía ver su rostro, pero no necesitaba verlo para saber que clase de expresión tenía. Lo más llamativo era que tatuajes comenzaban a marcarse en su rostro y cuerpo, inclusive la herida en su estómago sano y dónde antes no había un brazo, ahora lo había nuevamente, como si nunca hubiera pasado nada.
Las convulsiones se detuvieron y las risas cesaron, el rostro mirando al piso de pelirosa fue poco a poco levantándose para mirar a Denji y este sonrió al ver que aún seguía vivo.
"Parece que aún tienes más, trae la basura que tengas y diviérteme un poco ma-"
"Cállate, escoria" le interrumpió una voz totalmente diferente. Cuando sus ojos se encontraron Denji se dió cuenta de que no era como antes, era otra persona. Por lo que retrocedió un poco y le señaló con el dedo para acusarlo.
"¡Oye! ¡¿Quién mierda eres t-" antes de poder terminar, su brazo hasta la altura del codo, ya no estaba. Con un ligero movimiento de manos fue suficiente para desprenderle una extremidad al rubio quién se encogió por el dolor.
"Conoce tu lugar. No te dí permiso de dirigirme la palabra, vagabundo" sentenció mientras sonreía con malicia. Lo había logrado, tomar el control, y no solo eso, había encontrado una de las llaves para hacer que el mundo fuese suyo.
Los planetas se alinearon de ese día. ¿Era el destino? ¿Casualidad o causalidad?
Eso ya no importaba. Se trono el cuello y se arrancó lo poco que quedaba de la chaqueta de Itadori; tomando en cuenta de este estaba al borde de la muerte cuando decidió aprovechar y cambiar, tenía el suficiente tiempo para divertirse, y lo quería aprovechar.
"Preguntas quién soy. El solo hecho de preguntar tal cosa merece la muerte, pero antes de hacerlo te dejaré conocer el nombre de la última persona que verás en este mundo" rió mientras hablaba, llevaba mucho sin disfrutar de estás cosas. Se paso una mano por el cabello y dió la más intimidante de sus sonrisas.
"Ryumen Sukuna. Ese es el nombre del que será tu verdugo el día de hoy. No es nada personal, escoria, pero estás en mi camino"
Continuará...
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top