Ú𝓷𝓲𝓬𝓪 𝓹𝓪𝓻𝓽𝓮

Advertencia: Violencia, maltrato psicológico.
Relaciones tóxicas.


Cuando conociste al brasileño tu primer pensamiento fué que daba miedo, que tenías que alejarte pero terminaste enredada con el. Era veneno mismo bendecido con belleza.

Siempre fué alguien temperamental, pero tú eras su "chica", a la cual nunca trataría mal, eso prometió cuando te llevo de paseo en motocicleta para ver las estrellas, ambos jóvenes, y enamorados. Ahora ese recuerdo ya no era suficiente.

Contrario a lo que muchos pensarían, sus maltratos no empezaron con una bofetada, empezaron con sus "pequeños" actos, con sus burlas, con sus apodos, cuando te prohibió salidas excusándose en el constante miedo a perderte, y de ahí escaló hasta lo que eran ahora.

Creíste que solo necesitaba un poco de amor, comprensión y tiempo, se negó a ir a terapia, de hecho cuando lo sugeriste terminaste internada en un hospital, dos costillas rotas y el cuello lleno de marcas. Tu mayor pecado fué amar a un mounstro.

Entendiste que no era amor, era solo miedo que te causo por años, te diste cuenta que no había nada en su corazón, y que no cambiaría por ti.

Ahora tratabas de escapar de su amor tan violento, de su temperamento, de el. Cada golpe, grito, cada empujón, y humillación lo hacían más fácil. Te gustaba pensar en que si te quiso en algún momento, era mejor que darte cuenta, que de hecho, nunca lo hizo.

Preparabas tu maleta de forma apresurada, tenías pensado viajar a cualquier lugar lejos de Japón, lejos de él mounstro que tanto de costaba dejar.

-¿Qué demonios haces?- una voz grave irrumpió el sonido de tu llanto, te causo un escalofrío en todo el cuerpo.

-Me voy, y no voy a regresar- casi como un acto de reflejo tomaste tu maleta poniéndola frente a ti, lista para arrojarsela si era necesario.

-¿Es por lo de ayer?- veía la mordida de tu cuello, esa marca de tonalidades verdosas y rojizas en tu piel pálida.

Al no obtener respuesta, el gigantesco hombre alzó la mirada encontrándose con tu ojo hichado, morado, algunos moretones en tu cara, marcas de cualquier tipo de maltrato eran lo que adornaba tu cuerpo.

-Estas siendo dramática- trono su cuello, el verte así lo puso de mal humor -No te portas bien y ese es tu castigo.

-De verdad te dejaré- lágrimas salian de tus orbes, pero ya no había rastro de pavor en ellos.

-Tu no irás a ningún lado- caminó hacia ti, con esa mirada tan imponente, tan salvaje.

-Ya no quiero estar aquí, contigo- mordias tu labio para no gritar.

El te manipuló por mucho tiempo, sabía cómo hacerte ceder cada que amenazabas con dejarlo, nunca habías estado más decidida que ahora y en el fondo le aterraba.

-Las parejas tienen problemas todo el tiempo- tomó tu cabeza acercándola a su pecho, la diferencia de altura era exagerada -Lo podemos solucionar.-

-No me importa lo que hagas, o digas, ya no tengo miedo South- te alejaste cortando su tacto, sabía desde hace un tiempo que ese momento llegaría.

-Nena, no quiero lastimarte otra vez- rodeó tu cuello con sus grandes manos, habías perdido la cuenta de cuántas veces lo hizo -Debes conocer tu lugar.

Lo mirabas esperando que te soltará, pero no paso, al contrario, solo hizo más presión cortando tu respiración.

-¿Me matarás?- un hilo de voz alcanzó a salir de tu garganta junto a jadeos desesperados.

-No tengo más opciones- te dedicó esa sonrisa macabra, intentabas soltarte golpeando sus brazos, tratando de arrañar su cara, dando la mejor lucha de tu vida.

Supiste que no había forma de ganarle, tu mirada era borrosa, pudo romper tu cuello desde hace minutos, pero te torturaba, lo hacía para que cedieras y te quedaras con el.

Con tus pocas fuerzas le sonreiste, aunque te privará de la vida no te quedarías con el, no estarías más para escuchar sus gritos, ya no recibirás sus golpes, no estarías en lo que el llamaba "malos ratos".

El ahora tenía miedo de quedarse solo.


Si sufres violencia de cualquier tipo puedes comunicarte a la línea de emergencias de tu país, entrar a los distintos sitios de ayuda en internet.

No están solos.

El amor no duele, no maltrata, no asusta.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top