ꨄ︎𝐶𝑎𝑝. 21ꨄ︎

Kati
Era raro que Theo me hubiera pedido que les trajera eso, normalmente el hubiera ido a buscarlo y pocas veces Boris.
Pero sabía que Theo estaba enojado, lo entendía, lo había dejado solo todo un día, nosotros tres éramos lo único que teníamos.
Fui a buscarlas a la nevera, habían varias marcas, botellas y latas. Vaya, aquí tomaban en serio.
Después de varios minutos de ver latas y botellas variadas, me decidí por 2 de color azul y plateado, con un águila en medio, caminé hacia la puerta deslizable de cristal y salí.
Al momento de estar allí, vi que Theo estaba ¿Triste? Boris estaba con una extraña media sonrisa.
No entendía que pasaba, pero supuse que eran cosas de ellos, así que solo les entregué las latas y me senté a un lado de Theo, metiendo mis pies al agua.
Había un silencio raro, era como si trataran de no hacer el ambiente incómodo por una plática rara.
Después de un largo silencio, escuché la risa de Boris, al principio sonaba que lo hacía sin ganas, pero después empezó a reírse con más ganas y cada segundo más alto.
No entendía de que se reía, fue de repente, ni siquiera habíamos dicho algo que fuera gracioso o al menos algo.
De pronto, Theo empezó a reír también, repitiendo el proceso de Boris, sonreía y reía, con clara sinceridad, ahora, sabía que el estaba feliz y nos había perdonado.
Me contagiaron de su risa divertida y salvaje, empecé a reír en un tono aceptable, realmente, no suelo reír tan fuerte como si me desesperara hacerlo.
Después de que nos riéramos sin ningún sentido por más de 5 minutos, ya nos dolía el estómago, ellos habían tomado el contenido de la lata y yo tenía sed.
-¿Quieres algo de beber?-Pregunto Theo.
-¿Tanto se nota?-Dije con una sonrisa suave y cálida.
El se levantó y caminó a la cocina, al momento de cerrar la puerta, sentí como Boris me volteó a mirar, con una sonrisa maliciosa y extrañamente feliz.
-¿Qué?-Dije entrecerrando los ojos y riendo suavemente.
-Nada kotenok-Dijo desordenado mi cabello-Solo me gusta mirarte.
Me sonrojé al instante, no era algo que acostumbrará a escuchar, menos de un chico, desvíe mi mirada al agua, esperando que no notara la reacción que causó en mi.
Pronto, Theo llegó con un vaso de agua, realmente, por lo que vi, tienen muchos tipos de alcohol así que supongo que lo único que yo puedo tolerar es el agua.
...
Habíamos hablado y reído por horas, ellos ya estaban borrachos y algo drogados.
Decían ver chispas y ondas de colores en el cielo. Sonaba verdaderamente hermoso, tenía curiosidad de verlo también, pero realmente no quería de esa manera.
-Oigan... Hay que contar secretos-Al momento de que Boris pronuncio esa palabra me sentí tensa.
Había un secreto que les había ocultado desde que los conocí, uno que me atormentaba y no me dejaba tranquila.
No sabía si decirles, estaba asustada, tenía miedo que después de que lo supieran pensaran que tengo la culpa... Como mi madre.
Sinceramente, ellos eran lo único que tenía, los amo con todo mi corazón y no quiero perderlos...
-Mi padre asesinó a un hombre-Dijo Boris, sin sentimiento alguno y es que no me sorprendía, por lo que sabía, era un hombre agresivo-Hizo que se vea como un accidente, el provocó un derrumbe, por eso vinimos aquí.
Me sorprendía con la tranquilidad que el lo decía, estábamos allí, acostado mirando las estrellas, estaba en medio, Theo a mi derecha y Boris a mi izquierda.
El lo decía como si nada, cuando a mi me costaba respirar y mirar cuando tan siquiera pensaba en ello.
No escuchaba lo que decían, estaba muy concentrada pensando en cómo decirles este peso en mis hombros que traía desde hace tanto.
-... Y cuando llego al apartamento, ella se ha ido, se fue por que...-Su voz se entrecorto-Por que piensa que es mi culpa, que ella muriera.
Al voltear para mirarlo, vi como una lágrima bajaba por su mejilla izquierda, me sentí triste, tomé su mano ligeramente, haciendo que el girara su cabeza a mi, yo le sonreí, el sorbio su nariz y sonrió también.
-Eso no es un secreto-Dijo Boris mirando las estrellas, para luego mirarme a mi-¿Y tú?
-¿Yo?-Dije frunciendo el ceño, nerviosa.
-Si, tu-Dijo con cierta obviedad-Cuentanos un secreto.
Estaba más que nerviosa, pasé mi mirada al cielo, pensando aún si contarles o no.
Por que era algo tan duro, algo que me hacía sentir terrible, como una rosa marchitandose poco a poco por falta de agua.
Solté un suspiro pesado, sintiendo ya el enorme nudo en mi garganta y ardor en mis ojos, que picaban suplicando que dejara salir las lágrimas, pero las retenía.
Entonces... Decidí contarles, después de todo, ellos habían sido lo suficientemente valientes para contarme sus secretos. Yo debía contarles el mío.
Flashback
Era un hermoso día, lleno de nieve y felicidad al rededor, estábamos en vísperas de navidad, estaba como siempre solía estarlo, feliz y animando a quien estuviera triste.
Mi padre venía a buscarme hoy, por que mamá tuvo un inconveniente, así que el venía a buscarme.
No me molestaba, yo amaba a mi padre más que a nadie, tal vez sea mi favorito pero no le digan a mamá.
Estaba esperándolo, fuera de la escuela como siempre, tenía una gorra de lana anaranjada igual que mi bufanda, hacía frío y salía vaho de mi boca.
Amaba la nieve, aunque cuando te tiras a ella duele, al igual cuando te tiran una bola de la misma.
Después de unos minutos, mi padre llegó, yo salí corriendo cuando salió de auto.
Abrió sus brazos y me atrapó en el aire, dándome un fuerte y cálido abrazo.
-Papi, que bueno que llegaste, estaba muriendome de frío.
-Puedo notarlo, mi pequeña estrella-Con su dedo me dio un ligero toque en la punta de mi nariz.
Sonreí y nos metimos al auto, en el auto, recordé mi clase de historia, sobre un museo de obras hermosas.
-Papá, ¿Puedes llevarme un rato al museo?-Dije con entusiasmo.
-Mmm... No lo sé querida, tenemos que llegar a casa-Respondió frunciendo sus labios.
-Por favor-Dije con ojos de perrito.
Sabia que el no se resistía a eso, soy su única hija y se que me ama demasiado como para negarlo.
Tenemos una gran relación, donde le cuento sobre todo, después de insistirle varias veces acepto.
-Ve por ahí-Dije, ya que por ese camino era más rápido llegar.
-No lo sé querida, tiene mucha nieve y es peligroso.
-Vamos papi, por favor.
El acepto de mala gana, por que realmente era algo peligroso, pero traté de animarlo poniendo nuestra canción favorita.
En cuanto puse Billie Jean, de Michael Jackson el se alegro, empezamos a cantar sin para de reír, estábamos divertiendonos.
-Billie Jean is not my lover
She's just a girl who claims that I am the one.
-But the kid is not my son
She says I am the one, but the kid is not my son-Siguio el, amábamos esa canción.
Estábamos mirándonos, pero cuando regresé la vista al camino, vi la curva que nos llevaría al museo, pero por la distracción, estábamos apunto de salir del camino y chocar con un árbol.
-¡PAPÁ!-Dije cuando lo note, el al mirar el camino de su rostro se desvaneció de su cara y giro el volante bruscamente, haciendo que el auto derrape de la calle.
Todo paso en cámara lenta, mis gritos, el sonido de las llantas rosando con el asfalto y el carro volteandose.
Escuche el estruendoso ruido del carro al chocarse con el piso, por un momento, veía todo realmente borroso, un dolor en cabeza, brazos y espalda.
La espalda era la que más me dolía, solté un grito desgarrador al moverme, escuché un hombre hablar, se escuchaba con eco y lejos.
-Tranquila... La ambulancia viene en camino.
Mire a mi izquierda, aún veía borroso, pero distinguía la sangre que salía del cuerpo de mi padre, quería llamarlo pero no tenía fuerzas.
Termine por sentir los párpados pesados, la garganta terriblemente seca y al final, todo se volvió negro.
...
Me dolía todo, tenía fuertes punzadas en la espalda.
Abrí mis ojos lentamente, veía borroso, pero después de unos minutos pude ver bien donde estaba.
Llacia en una cama de hospital, la habitación era ordinaria, tenía unos tubos en mi nariz y pude mirar a mi madre dormida en una silla.
-Ma... Mamá-Hable con dificultad, sentía la garganta reseca.
-Katiuska-Hablo mi madre, tenía los ojos rojos, hinchados y la voz ronca de tanto llorar.
Había algo distinto en el tono de su voz, se escuchaba dolor y enojo, enojo ¿Hacia mi?
-¿Qué... Qué pasó?-Pregunte intentando levantándome pero sintiendo un dolor pesado y horroroso en mi espalda.
-Tuvieron un accidente-Respondió apunto de llorar.
-¿Dónde... Dónde está papá?-Dije preocupada-Mamá ¿Dónde está mi papá?
-Tu papá... Esta muerto-Solto en llanto allí mismo.
Quede en shock, ¿Muerto? No, no puede, mi papá no puede... No puede estar muerto.
-No, no es verdad, el.. El no puede...-No contenía las lágrimas, no podía ser verdad, no quería creerlo.
Solté un grito desgarrador, esto tenía que ser una pesadilla, un doctor y dos enfermeras entraron a mi habitación.
No me importaba el dolor físico que tenía, no me importaba las heridas, trataba de soltarme del agarre de las enfermeras.
Lloraba, estaba histérica, no quería aceptarlo, sentí un pinchazo en mi brazo, que poco a poco nublada mis sentidos y cai rendida a la cama.
Final

-Yo... De algún modo... Se que es mi culpa-Solte con la voz quebrada, derramando cascadas de lágrimas.
-No lo es Kati, no es tu culpa–El apreto mi agarre, queriendo darme consuelo, de alguna forma, me sentía un poco mejor.
-Yo... Tengo una marca, una cicatriz en mi espalda–Me quite la chaqueta, que era de mi padre.
La llevaba por 2 cosas, sentía que lo tenía serca, por que aún olía a él, y la llevaba, por que cubría la cicatriz en mi espalda.
Al dejar la chaqueta en el suelo, sentí la brisa algo fresca por el atardecer rozar con mi espalda descubierta. Ya que tenía un vestido de tirantes.
De pronto, sentí unos largos y gélidos dedos pasar suavemente cada centímetro de la cicatriz. Un escalofrío pasó por mi columna vertebral, sabía que la mano era de Boris.
Me sentía ya algo aliviada.
Por que sacar ese dolor y peso que tenía me hizo sentir aliviada, no podía contenerlo más.
Senti como Boris se levantó, crei que se iría, por que vamos, quien quiere estar conmigo.
Pero el solo me extendió su mano.
-Vamos kotenok–Me le quede mirando, tome su mano, y me levante, quedando a su lado, con la mano izquierda, hizo lo mismo con Theo, los 3 tomados de la mano, nos lanzamos a la piscina.
Para sumergir nuestras penas.
SWEETGIRL
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