᠂𖡡「𝔲𝔫𝔦𝔠𝔬 𝔠𝔞𝔭𝔦𝔱𝔲𝔩𝔬」𖡡‧

— ¿Seguiras haciendo eso? – pregunto curioso y a la ves burlón.

El castaño solo suspiro y asintió sin prestar demasiada atención, el estaba muy concentrado en escribir una hermosa frase con bella letra en aquel pedazo de papel.

El pelirrojo hizo un moin para después tomar el folder amarillo que necesitaba y marcharse a su cubículo.

Aquellas fracesitas en hermosos papeles de colores ya eran muy conocidas por sus compañeros, pues Jeon Jungkook llevaba haciendo esto hace más de dos meses, fue la única manera que había encontrado para acercarse al amor de su vida, el bellísimo pelinegro que había cautivado su corazón.

Jungkook sabía que esto era muy inmaduro de su parte pero era la única manera, había intentado de todo; hablarle, pedirle que tomaran un café, ir a platicar de trabajo, incluso quiso ayudarle a limpiar, nada funciono.

Esas eran sus estrategias de conquista, pero nada parecía funcionar, el pelinegro era difícil de flechar.

Los papelitos con forma de corazón fueron una loca idea que apareció en una tarde de un día de aquellos, solo se preguntaba que hacer para llamar la atención del hermoso hombre y vio las pegatinas que habían en cada cubículo de aquella oficina, cada uno de los papelitos contenían un pedido o un mensaje de algún documento, eran pequeños detalles que impedían se olvidasen de las cosas importantes, fue en ese momento que el se decidió a hacer aquellos papelitos con frases de buenos días y buenas noches, más los escritos que tenía en aquel libro de poesía que tenía escrito por el, pues el amor que le tenía a el hombre había llegado a ser tan grande que incluso lo inspiraba a escribir cursis frases de amor.

Ahora estaba muy feliz de poder escribir esos pequeños y tímidos mensajes, porque sabía que el pelinegro los leía todos, esperaba que pronto surgiera el amor en el corazón de su amado.

Los minutos habían pasado muy rápido, ya era el momento de ir a pegar los pequeños mensajes.

Jungkook se subió los lentes que se habían resbalado un poco de su nariz, acomodando estos en el inicio de ella. Su vista busco su reloj para ver la hora.

— Cinco menos cuarto. – susurro, ya iba un poco tarde pues sabia que el entraba a las Seis de la tarde.

Apresurado tomo su cuaderno amarillo donde se encontraban todos los papelitos pegados, se puso de pie y salió corriendo hacia el baño, ahí era donde el trabajaba.

Llegando al baño se dispuso a pegar frase por frase en el gran vidrio que hacía de espejo.

A su mente llegaron flashes del día en que lo conoció, aquel momento en que sus miradas conectaron y el sintió el bombeo de su corazón.

Park Jimin era el nombre de la persona que más amaba en este mundo, un enamoramiento algo tonto y complicado pues el pelinegro nunca le había dirigido más de cinco oraciones en los casi seis meses que llevaba trabajando ahí. El sabia que Jimin era un estudiante de Contaduria en la Universidad de JeunDo, de echo... el sabia muchas cosas del pelinegro, sabia cual era su color favorito, que su nariz se fruncia al oler aromas fuertes y que odiaba el aroma a fresas del limpiador, en el tiempo que Jimin llevaba trabajando ahí, había sido observado de lejos por un Jungkook que siempre lo veía con ojitos brillantes, esperando el momento de poder hablarle y confesarle sus sentimientos.

Habían pasado casi tres meses cuando Jungkook se decidió a pedirle una cita al pelinegro, pero su corazoncito dolió al recibir un "No puedo, estoy ocupado" de su parte, para cualquiera eso significaría un -alejate- pero para Jungkook fue un incentivo a conquistar el corazón de Jimin. Los demás días el se había acercado más al pelinegro, intentando sacarle conversación de varias cosas, le hablo de el y de que amaba la leche de banana, de que le gustaban mucho los juegos y que sus edades eran casi iguales. Lo malo de esto fue que le llegó a fastidiar al pelinegro, ya que días después este le dijo que lo dejase trabajar tranquilo, ese fue un dolor directo al corazón, el contuvo sus lágrimas y lo dejo solo.

Ese fue un día muy triste para Jungkook, pues el se había enamorado del pelinegro.

Esa noche pensó varias formas de poder entrar en la mente y corazón de Jimin, sus ideas fueron tan locas que llegó a la conclusión de limpiar toda la planta de abajo más los baños de todo el edificio para poder hacerlo feliz, mala idea. Jungkook fue regañado y casi despedido después de haber teñido de café el fino azulejo blanco con un limpiador que se usaba para los escritorios, sin duda la peor humillación de su vida y fue aún peor cuando Jimin le dijo que dejara de meterse en su trabajo y lo dejase en paz, nuevamente su corazón salió herido.

No fue hasta días después cuando una idea se le vino a la mente, y fue la que hasta ahora le había funcionado.

Dejarle hermosas frases de amor en papelitos de colores con forma de corazón pegados en el gran espejo del baño.

— Espero que siga funcionando– susurro para el mismo.

Los papelitos ya se encontraban pegados por todo el espejo, pero había uno en especial.

Aquel papelito color Verde agua con una frace que cambiaría todo.

"Quizás no sea lo suficiente para ti, pero tu eres más de lo que yo puedo soñar, en este tiempo me fui enamorando sin conocerte, quizás sea un tonto en busca de felicidad, pero solo puedo decir que... no puedo seguir sin ti"

La hermosa confesión de su amor, si el veía que Jimin leía aquel papelito y sonreía, sería lo mejor del mundo, pues en ese momento había planeado quedarse en los baños para ver la reacción de Jimin al leerlos.

El tintineo de su reloj le anunció que ya era hora de esconderse, Jimin llegaría pronto.

Tomo su fiel cuaderno y se lo metió dentro del saco, entro a uno de los cubículos y dejo la puerta semi abierta. Quería ver todo.


--------------☆°

Su día había sido de una puta mierda, estaba en el último año de su carrera a pocos meses de terminarla y los licenciados parecían querer retenerlo en la universidad, pues estos estaban más intensos con sus notas y su desempeño, era de esperarse porque el tenia una beca y debía de estar en el mejor promedio para mantenerla.

El había llegado de Busan hace ya siete años, los primeros dos años los usó para poder ganar un poco de dinero y estudiar con mayor facilidad luego de postular a la beca, ese dinero le había ayudado los primeros años pero ya después tuvo que hacer cualquier trabajo de medio tiempo para poder seguir estudiando y cumplir sus sueños. Estuvo así hasta hace casi seis meses, cuando conoció a un hombre llamado Namjoon quien tenía una empresa de exportaciones y era amigo de su mentor, el le había ofrecido un pequeño trabajo de dos días, para probar que tan bueno era con los números, Jimin no lo había decepcionado así que el hombre le dijo que le daría un trabajo de medio tiempo hasta que se graduará y el pudiera contratarlo como su contador y gerente de finanzas, era una gran oportunidad para Jimin, lo que no se esperaba era que su trabajo fuera de limpieza, esto era empezar desde abajo, como le había dicho su futuro jefe.

Los primeros días fueron los más complicados ya que se encontraba en medio de exámenes y también debía de cumplir su horario en el trabajo, aparte de ser acosado por un pequeño castaño de cuatro ojitos bambi, o así le decía Jimin. Para el fue muy sencillo darse cuenta de aquel pequeño acosador, pues este era muy obvio.

Fue así hasta que casi llegaba al tercer mes, en esos días el se encontraba más que saturado con las preocupaciones ya que estaba en las finales y debía de presentar su tesis de grado para poder graduarse.

Recuerda claramente cuando aquel pequeño acosador fue directo a el y le pidió que fueran a una cita, el quería reír y llorar por dentro. Jamás en su vida había visto un rostro más hermoso y sonrojado, aquel bello muchacho era un Ángel en vida, pero lastimosamente el tuvo que rechazarlo, pues no tenía tiempo.

Los días pasaban y aquel chico interrumpía más en su vida, no paraba de hablarle de sus cosas favoritas, he incluso le dijo su nombre "Jeon Jungkook", así se llamaba su pequeño acosador, los primeros días fueron amenos para el, tener a alguien que le hacía olvidar sus tediosos días era satisfactorio en cierta forma. Aunque como siempre, lo tenía que arruinar.

En un momento de enojo porque habían rechazado su trabajo, le gritó al castaño, pidiéndole que lo dejase de fastidiar, el no iba  a negar que se arrepentía de aquello, de echo quería pedir disculpas al día siguiente, solo que las situaciones y el regaño que recibió no lo dejaron. Aquel pequeño había causado un desastre inmenso que le fue descontado a el de su sueldo.

Los días después fueron algo extraños y tristes para el, porque ya no tenía esa hermosa voz que le contaba sus días, aquella que le decía sus gustos y disgustos, entendió en ese momento que el pequeño castaño que lo acosaba, se había vuelto algo importante para el, porque podía notar su falta.

Fue un día soleado cuando vio los primeros papelitos color rosa en el espejo del baño, algo aturdido bajo cada uno de ellos y leyó las notas que habían escritas dentro.

"¿Como has estado?

"Espero que comas una deliciosa cena hoy"

"Ayer soñé contigo, quizás me emocioné tanto que cai de mi cama"

"Los suspiros que te dedico podrían dejarme sin habla"

"Algún día podremos estar juntos, tomados de la mano y compartir un beso, pues eso es lo que tanto anhelo"

"Si pudiera ser una nube te perseguiría dia a dia, sería tu sombra de día y tu estrella de noche"

Cada nota lo hacia sonreír, algunas eran extrañas y otras demasiado cursis. El sabia quien se las escribía.

Fueron pasando los días y lo único que el esperaba al llegar al trabajo, era encontrarse aquellas lindas notas de colores pegadas en el espejo.

Ya habían pasado casi seis meses desde que empezó a trabajar en ese lugar, y estaba a menos de un mes de graduarse, solo esperaba los documentos porque ya estaba más que aprobado, le habia dejado la boca cerrada a esos maestros hijos de su mamá, se encontraba muy feliz.

Y como siempre, hoy quería llegar lo más rápido posible, para poder leer los pequeños papeles en forma de corazón.

Al entrar a su lugar de trabajo, lo primero que hizo fue llegar a la bodega, donde se cambió por su uniforme y tomo los instrumentos para poder ir a trabajar.

Camino algo apresurado, porque ese día el quería encontrarse al pequeño castaño y dejarle unas palabras, quería darle a conocer sus sentimientos, porque si, el había aceptado que sentía cosas muy extrañas por el castaño, sabia que esto no era aprecio, sino que era algo más, se sentía extrañado de aquel sentimiento porque jamás había experimentado algo así.

Como siempre, divisó los papelitos en el espejo apenas y se acercaba, pero algo más llamo su atención, por el reflejo podía ver que en uno de los cubículos había una persona, se notaban los cabellos castaños asomándose ligeramente. Sonrio algo nervioso, era Jungkook quien estaba ahí dentro, por dios, podría reconocer aquellos cabellos castaños en cualquier lado.

Respiro profundo y camino fingiendo tranquilidad, entro y vio los papelitos en el espejo, despego cada uno de ellos leyendo los mensajes, cada papelito tenía un mensaje más hermoso que el anterior, cada uno era de un color diferente, pero hubo uno que llamó su total atención, pues era de su color favorito, verde agua.

Lo tomo entre sus dedos y leyó el mensaje que tenía escrito.

Sus ojitos brillaron y su corazón palpito rápidamente.

El pelito tenía algo muy especial, porque en el estaba escrito aquello que el pequeño castaño sentía por el.

Jungkook observo desde su escondite como Jimin se quedaba leyendo su papelito, el nerviosismo de saber que pensaría o como actuaria lo in...

— Sal de ahí –

¿Esta hablando solo? Nunca había visto esa actitud en el – penso.

— No estoy loco si esa es tu pregunta. –

Los nervios de Jungkook se crisparon al verse descubierto, Jimin levanto la vista y fijo sus ojos en los suyos a través del espejo. Las mejillas se le calentaron mientras el abría muy lentamente el cubículo del baño, tratando de maquinar una excusa creíble.

— Eh... ¿Hola? Yo... yo solo quería, ya sabes... – se rasco la nuca tímido– ¿hacer pipí? – se golpeó imaginariamente, pero que idiota era.

Jimin casi carcajeo divertido, esa expresión de timidez más mejillas sonrojadas, hacia a su corazón ablandarse, aquel pequeño era un total caos, su caos.

— Tus sentimientos son correspondidos. – soltó sin más.

Sus ojos vieron divertidos como Jungkook se sorprendía y casi quedaba con la boca abierta mientras lo miraba.

— ¿Eh? – cuestiono el castaño.

— Que yo también empiezo a sentir esas cosas tan extrañas que tu sientes conmigo, no soy muy expresivo y me esta costando un poco decirte esto... – se sentía de cierta manera expuesto, jamás en su vida había tenido aquellas sensaciones con nadie, esto se sentía de una manera mucho más fuerte que las otras sensaciones, era difícil de entender – Pero, quisiera poder empezar a amarte. Porque ya siento cosas profundas por ti, pequeño acosador.

El rostro de Jungkook no podía expresar mejor su confusión.

Acaso... ¿Era una confesión? ¿Jimin correspondía sus sentimientos?

¡Esto lo había soñado más de siete veces!

— ...¿Lo dices enserio?— cuestiono algo contento.

— No creo que sea un asunto para bromear, creo que ambos so...

— ¡Estoy feliz! – como si fuera un niño pequeño empezó a dar pequeños saltitos — ¡Gracias al universo!

Jimin observo con una sonrisa como Jungkook saltaba y sonreía.

Aquella sonrisa se repitió los próximos meses y años, porque ellos se habían encontrado y pudieron ser felices el uno al lado del otro, compartiendo el mismo sentimiento, porque se amaban y nunca dejarían de hacerlo.




°~ Quisiera volver a verte, para poder darte mis papelitos de colores, aquellos que guardo en un cofre llamado amor. ~°

De: Mi
Para: Ti


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Un One Shot, este en lo personal lo ame, tiene una historia muy linda y me recuerda muchas cosas.

Quizás algún día lo convierta en una historia, o talvez no, el tiempo lo decidirá.
Que tengan hermosos días.

(ㅅ´ ˘ ')♡

Ever Dreams♤

Más amor, Por favor♡

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