❤Parte 1
Las siete de la noche en punto y Yoongi era amante de la puntualidad. Su traje gris liso estilo Tuxedo, sus mocasines negros relucientes, un caro rolex en su mano derecha y su cabello negro ligeramente recortado. Se miró en el espejo por última vez, no le importaba verse bien, no le importaba dar una buena impresión, le importaba que Min Young Ae le dejara de hostigar día y noche.
Tenía solo 27 años, no quería jodidos niños aun, pero según ella se haría anciana y moriría sin conocer los descendientes de su único hijo. Por dos años trato de jugarle la vuelta con el asunto, ignorando sus indirectas y sus chantajes pero cuando comenzó a amenazar con llevarle mujeres a su apartamento supo que ignorarla no era el caso. Era un serio problema. Mas cuando le concretó un par de citas a ciegas las cuales el rechazo por supuesto, pero en esta ocasión no podría, su madre había sido mas astuta esta vez, le dijo que su cita a ciegas era la hija de uno de sus socios uno con el cual recién realizo un generoso contrato, él no sabía cuál de todos los socios así que estaba en aprietos.
Iría, seria amable, caballero y la rechazaría e invitaría caballerosamente a irse a la mierda.
Estaba bien como estaba hasta ahora, sin preocupaciones, sin presiones, sin responsabilidades, si quería sexo casual lo conseguía, si quería ir solo a beber en algún bar lo hacía, si quería pasar el día entero de holgazán lo hacía sin que nadie le dijera que hacer. Ya no era un chiquillo y su madre debía resignarse a que el se casaría cuando él lo decidiera y con quien él eligiera.
Así que a las ocho llegaría a aquel lujoso restaurante donde su madre lo había citado y cumpliría su parte esta noche.
-Te ves muy bien Hyung -dijo Taehyung observando a Yoongi desde la cama.
-Gracias pequeño.
-No Hyung no comprendes, en verdad te ves muy bien, muy...sofisticado, millonario y papucho, no puedes ir a esa cita ¿Y si te toca una loca? No peor aún, ¿Y si tu cita es una mujer lobo o una bruja, de esas nahuales que les llaman que se transforman en animales? Te ves muy comestible, ahí dice en letras de oro, "Cómeme".
Yoongi soltó una risita sin poder contenerse dando la vuelta y llevando sus manos a su cintura para mirar al menor.
-¿Qué mierdas dices Taehyung?
-¿Qué no escuchaste todo lo que dije Hyung? -Casi grito alterado el menor.
-Tae, solo es Halloween, no te alteres y solo es una cita. Deberías dejar de ver esas películas y leer esos libros. Te están dañando la cabeza. Es solo la noche de Halloween.
-Si por eso, no sabes con que criatura te puedes cruzar en el camino. Una momia o una zombi.
Yoongi se llevo los dedos a puente de su nariz para dar un masaje, se estaba exasperando, miro al chico que estaba sentado al lado del menor pidiendo de su ayuda. Finalmente el rubio mayor miro con desdén a su hermano menor y bufó.
-No le hagas caso a mi hermanito Hyung, pero en algo tiene razón, no sabes la cantidad de locos que sale esta noche, mejor no vayas a esa dichosa cita a ciegas. Quiero decir, no es que te vayas a topar con una mujer lobo o algo así como dice Tae, quizá una loca amante de los gatos o una Darketa amante de la poesía oscura. No sé.
-Si no lo hago madre no me dejará en paz Namjoon, y tranquilo Tae, si me topo con un vampiro llevo mi "estaca" se la voy a clavar.
-Hyung eres un sucio -Se quejo el menor de los tres haciendo una mueca y dejándose caer sobre la cama de su Hyung -Llévate un arma, o no mejor lleva sal, agua bendita, crucifijos, ajos y esas cosas.
Yoongi rodo los ojos dejando su corbata quieta sobre su cuello. Taehyung era tan ocurrente.
Los hermanos Kim eran los mejores amigos de Yoongi. Namjoon trabajaba con él, era su mano derecha, co productor. Yoongi había creado su propia casa productora a pesar que su madre le insistió en ponerlo a la cabeza de la empresa Min. Yoongi no quería eso, el era feliz con la música y componiendo canciones así que rechazó felizmente la oferta de su madre. Entonces ella quedo como la única dueña y Chief Executive Officer o mejo conocido como CEO de su empresa, la señora Min Young Ae. Él por el contrario solo deseaba vivir una vida bastante tranquila. Taehyung era el hermano menor de Namjoon y aunque no trabajaba en la productora vivía pegado a Yoongi, decía que era su Hyung favorito. Era muy mimado por ambos mayores y solo estudiaba en la universidad.
-En fin, debo irme ya. ¿Ustedes dos que hacen en mi casa, en mi habitación? ¿No tienen una fiesta de Halloween que preceder? Deberían estar en su casa esperando a sus invitados.
-Taehyung insistió en venir a detenerte, está obsesionado con esos cuentos oscuros sobre monstruos, vampiros y alimañas de la noche -respondió Namjoon.
-Es que Hyung esta noche es cuando se abren los portales, las vibras oscuras andan mas dispersas y eso, por eso deje encerrada a Minmin en el baño en la habitación, si la ven en la calle, seguro algún loco la lleva para hacer sus rituales oscuros. ¡Se llevan a los gatos! Hay locos en la calle Yoongi Hyung.
-¿Dejaste a nuestra gata encerrada en el baño Taehyung? Por Dios santo, eso es ya una obsesión. Sabes que, vámonos Yoongi es adulto lo suficientemente funcional como para decidir asistir a esa cita a ciegas. Tus iras a sacar a Minmin, pobrecita. Y nada de ver películas de terror esta noche.
Namjoon se alejo arrastrando del brazo a su hermano menor por la habitación de Yoongi y este seguía protestando.
-Te lo juro Nam, a mi me persigue una sombra oscura, la he visto, son reales, ¡Hyung Hyuuuung!
Yoongi soltó un medio bufido medio sonrisa y tomó sus llaves para salir de su apartamento.
Tenía un par de amigos muy locos.
Cuando salió ya solo pudo vislumbrar las luces traseras del auto de Namjoon, marchándose hacia su propia casa.
El restaurante no quedaba muy lejos, a una media hora de distancia sobre la avenida vibrante de la calle peatonal, conocida como Insadong-gil. Muy alegre para estas fechas de Halloween. Toda decorada de naranja y negro y otros colores llamativos como el verde y el rojo.
Al llegar estaciono su auto sobre un espacio vacío cerca de la acera de enfrente del restaurante, al lado a tres cuadras había un callejón bastante oscuro y estrecho que se utilizaba como pasaje para comunicar la calle Insadong-gil hasta la próxima calle más arriba. Y un poco más adelante estaba el Noeul Park.
Dio una rápida mirada hacia el callejón pero en realidad no se alcanzaba ver nada, pero la extraña sensación de ser observado estaba ahí. Se sentía muy extraño, era la primera vez que una sensación así o invadía, era como una sensación de querer salir corriendo.
¿Y si era un ser de esos oscuros que decía Taehyung?
"A la mierda, esas idioteces no son reales" pensó acomodando su pulcro traje y cruzando la calle, paso al lado de un chico que estaba sobre una Harley junto su novia, o eso parecía.
Llego a la entrada y el maître rápidamente lo reconoció por su nombre en la lista así que le dejo pasar y guió hasta la mesa que Min Young Ae había reservado para él.
-Aquí esta su mesa Joven Min y en cuanto venga su cita la hare pasar.
-Gracias -respondió tomando asiento. Esperaba en verdad ser rápido con todo el asunto.
Había quedado en ir a la fiesta de los kim como cada año pero esta vez debía deshacerse de su cita misteriosa primero.
No pasaron si quiera dos minutos cuando el mismo maître se acerco hacia él.
-Aquí esta su cita Joven Min -anunció el hombre, pero Yoongi no veía bien a su cita porque el maître no se apartaba.
Fue hasta que se hizo a un lado que se dejo ver un chico de cabellos negros, ¿o eran azules? No lo sabía a ciencia cierta pero sus ojos fueron lo que mas llamaron su atención cuando ambas miradas se cruzaron.
Por alguna razón aquellos ojos grises penetraron directo en su ser provocándole un escalofrió extraño.
¿Un chico? ¿Un chico era su cita? Seguramente su madre se había cansado de enviarle mujeres bonitas y había optado finalmente por un chico. Nunca había tenido una cita o estado con uno, pero pensó que tal vez sería interesante. Sonrió para si.
"Que astuta Young Ae, piensas que caeré ante tu juego enviando a un chico muy sexy" pensó Yoongi acomodando su postura, porque no sabía que hacer, ¿Le corría la silla? Porque no tenía ni puta idea de cómo debía actuar frente a un chico.
Parecía que el joven recién llegado había leído sus pensamientos porque se apresuro a tomar asiento el mismo.
-Hola -saludo Yoongi algo tímido y cauteloso.
-Vaya, en verdad eres tan lindo, quiero que seas mío y también quiero tu sangre, por favor -susurro el chico acercándose hacia él, inclinándose casi sobre la mesa.
Yoongi volvió a estremecerse por completo al escuchar aquel susurro de voz sedosa. Había algo en aquél extraño que lo hacía no apartar su vista de él. Parpadeó un par de veces hasta aclarar su mente.
-¿Q-que? -fue lo único que logro articular a duras penas.
¿Había escuchado bien? El chico le había pedido su sangre. ¿Era normal que un chico desconocido te pida su sangre en la primera cita?
¿Pero qué estupideces estaba pensando? No, no era normal, en lo absoluto. Nam tenía razón. Esta noche salía cualquier loco a las calles a hacer sus bromas. Seguro el chico tenía un extraño sentido del humor.
-Es broma, tranquilo Yoongi, es Halloween -habló de nuevo el chico mostrando una bonita sonrisa.
Yoongi estuvo a punto de preguntarle como sabía su nombre pero debía ser obvio, su madre le había hecho cita con el hijo de alguno de sus socios. Eso era. Quizá hasta le había anticipado lo quisquilloso que podía llegar a ser.
-Ahh si, es verdad, humor de Halloween -se apresuro a decir esbozando una tímida sonrisa.
Por su parte Jimin estaba tan divertido, el joven Min creía que estaba bromeando. Podía leer su mente y escuchar claramente sus pensamientos. Pero debía hacer algo para sacar a Min de ahí rápido antes que la verdadera cita de Yoongi llegase y su cena se fuera al carajo. No quería quedarse con hambre, con las ganas de probar la sangre de ese joven muy apuesto que le veía desconcertado creyendo que él era la cita que su madre le había enviado.
-¿No es tan...ostentoso aquí? Me hubiese gustado que tu madre hubiera buscado algo menos bullicioso y más tranquilo.
Yoongi observo al chico y pensó que tenían pensamientos similares, él no se sentía tan cómodo ahí pero es que en realdad no esperaba estar más de cinco minutos frente a su cita, y ya llevaba más de diez minutos con el chico sentado enfrente suyo. Bien podría decirle que se fueran y que la cita no era necesaria, pero es que había algo que no lo dejaba hacer eso.
El chico de verdad era muy guapo. ¿Dejaría pasar la oportunidad? Finalmente su madre si había acertado con sus gustos. Quizá podría darle la oportunidad. Una cena no estaría mal.
Por su parte Jimin se puso alerta. La verdadera cita de Yoongi estaba afuera queriendo entrar. Debía llevárselo de ahí cuanto antes o de verdad perdería la oportunidad de beber sangre de exquisita calidad. Se puso de pie llamando la atención de Yoongi.
-¿Quieres que vayamos a otro lugar? Por mi no hay problema. ¿Quieres que cancelemos esta cita? Tampoco tengo problema con ello.
Jimin no espero a que Yoongi le respondiera simplemente le tomo del brazo y lo llevo consigo pasando por un costado con sumo cuidado para que los que entraban por la recepción no les vieran.
Una vez en la calle Jimin lo soltó y se coloco frente a él. El joven Yoongi era bastante apuesto, su cabello negro brillaba bajo la luz de las farolas.
-¿Acabamos con la cita innecesaria y nos vamos? -cuestionó avanzando unos pasos hacia adelante con una voz muy suave que casi parecía hechizar los sentidos de Yoongi.
El pelinegro por su parte se sentía perdido y confundido, negó. No quería acabar con la cita como originalmente había planeado. Quería seguir conociendo a este misterioso chico.
-En ese caso vamos a un mejor lugar -repuso el chico de cabello negro azul.
Jimin se encargó de encontrar un lugar más adecuado para ellos, entraron a un restaurante un poco más lejos de ahí, a tres cuadras más arriba de Insadong-gil. Era uno mucho menos lujoso ni ostentoso, mas cómodo porque todas las personas ahí, ninguna volteo a ver a Jimin de manera despectiva. No tenían una reservación ahí tampoco pero Jimin se encargo de arreglar eso con solo meterse a la mente del encargado del lugar quien gustoso y feliz los llevo a su mesa, una muy apartada y en la terraza al aire libre.
Una botella de vino el cual les fue servido a cada uno en sus copas y unos platillos de entrada también no tardaron el serles servidos.
-El servicio aquí parece ser más eficiente ¿No lo crees Yoongi? -trató Jimin de romper el silencio incomodo.
Yoongi por su parte veía al rededor, no era un restaurante barato pero tampoco los extremadamente lujosos a los que su madre le enviaba, se sentía un poco más cómodo. Lo de poco era porque aquella inquietante y casi podría decir que penetrante mirada del chico lo tenía intrigado.
-¿Y... entonces hijo de cual socio de mi madre eres? -pregunto finalmente bebiendo de la copa de vino.
Jimin dejo de observarlo fijamente lo cual Yoongi agradeció internamente y dibujo una suave y podría jurar que perfecta sonrisa en sus labios rojos. Tan rojos que por algún motivo eso le hizo pensar en el color de la sangre.
-Creo que si dejamos eso para el final, la noche pasara con menos presión ¿No crees Yoongi? -Respondió Jimin inclinándose un poco más hacia él.
-Si... bueno no lo había visto de esa forma, quizá tengas razón.
Jimin sonrió, Yoongi pensó que era una sonrisa bastante bonita. Nunca se había detenido a ver como un chico sonreía. Pero Jimin parecía tener algo diferente. Algo que atrapaba a vista.
Jimin en cambio estaba conteniéndose, el aroma personal de Yoongi era bastante adictivo mucho más de cerca, le provocaba salivar y querer encaja sus colmillos en ese fino y pálido cuello. Se estaba desesperando, tanto que se veía tentado en morderlo.
-Tu perfume... huele delicioso Yoongi -Dijo acercándose aun mas. Tan cerca que Yoongi pudo percibir su aliento sobre él, era extrañamente frio pero, agradable. Sus bellos se erizaron sin querer.
El chico se había inclinado demasiado hacia él y pasaba su lengua por el filo de sus dientes. Se hizo para atrás algo nervioso, uno porque el aroma que desprendía del chico extraño era rico, le llenaba su sentido del olfato maravillosamente y dos porque sentía que en cualquier momento iba morderlo. Su amigo tenía razón, la gente en Halloween se vuelve loca. Ese chico debía estar loco, con algún complejo gótico raro o algo así y él lo estaba mucho más por querer quedarse en lugar de salir corriendo.
-Ti-tie...nes... Mmm ¿Tienes hambre? -Soltó inquieto mirando hacia otro lado-. Si quieres comer ya, llamaré al mesero.
Jimin moría de risa internamente porque le estaba gustando mucho como el joven de ojos rasgados se ponía inquieto con su cercanía, nunca había jugado así con su comida, solo los tomaba, bebía su sangre y los dejaba desorientados por ahí. Eso habría hecho con Yoongi al salir del otro restaurante pero no supo por qué exactamente es que quiso seguir con el juego de la cita. Era como una adrenalina distinta, una sensación muy extraña y diferente a como cuando bebía sangre y se sentía en el éxtasis.
-Si -respondió en un susurro sibilante que hizo vibrar algo en Yoongi-. Tengo mucha hambre, dile al mesero que te ponga para llevar.
Cuando Jimin dijo eso y le guiño un ojo Yoongi creyó que el aire se le escapaba de sus pulmones. ¿Cómo podía sentirse atraído por lo que el chico loco acababa de decir? No podía explicarlo, tampoco podía explicar lo que sucedía bajo la mesa, específicamente bajo sus pantalones y en medio de sus piernas.
El pelinegro se mordió el labio inferior creyendo que el chico Jimin tenía una manera muy peculiar de bromear. Pero bueno, era Halloween así que él podía esperar lo que sea. Los chicos tomaban Halloween como algo bastante literal y después se comportaban extraño.
"Si se pone raro aun puedo salir corriendo" pensaba Yoongi a cada rato mientras que Jimin reía internamente por los pensamientos del Joven de piel pálida y apetecible. Le parecía bastante gracioso.
La cena llego en poco tiempo y Jimin lo degustó, aunque no consumía comida humana usualmente lo había hecho de vez en cuando pero no le parecía asquerosa sin embargo esa comida no le llenaba cuando tenía hambre.
-¿Te sirvo mas vino? -ofreció Yoongi cortésmente a lo que el vampiro asintió. Realmente lo estaba pasando muy bien en esa cita. Lastimosamente después de eso debía alimentarse de Yoongi y no lo volvería a ver.
Min por su parte jamás se había sentido tan cómodo a pesar de que el chico era extraño, aun así disfrutaba de aquella cita.
Su teléfono comenzó a sonar en el bolsillo de su pantalón así que después de decirle a Jimin un "lo siento" lo sacó para apagarlo. En la pantalla se reflejaba el nombre de su madre.
No entendía ¿Por qué le había enviado a una cita si iba a estar molestando?
La llamada acabó y Yoongi estaba por apagar su celular cuando una nueva llamad cayó.
Esta vez era Namjoon.
¿Namjoon? El nunca le interrumpías si no se trataba de nada serio realmente. Miró a Jimin frente a él quien observaba muy interesado la copa de vino en su mano, moviendo el líquido de un lado al otro.
-¿Te importaría si respondo? Sé que no es correcto pero podría ser algo importante.
Los hechizantes ojos del chico frente a él se clavaron en los suyos y Yoongi sintió hundirse en su silla, pero después vio como negaba con una sonrisa de lado.
-Adelante Yoongi.
¿Por qué cada vez que el chico le llamaba por su nombre su estomago se volvía un revoltijo de sensaciones?
Rápidamente decidió responder la llamada de Namjoon llevándose la gran sorpresa de que no era él, era Taehyung debió haberlo imaginado.
-Tae -comenzó apartando la mirada de Jimin, verlo por mucho tiempo le causaba cosas-. Estoy ocupado...
"Hyung, pon el altavoz... ¡El altavoz Hyung de prisa!"
Yoongi frunció la frente pero hizo caso a lo que Taehyung l decía, quizá Namjoon quería hablar con él también. Los dos al mismo tiempo. Pero tan pronto lo había hecho se arrepintió. La voz chillona de Tae salto por todos lados atrayendo la atención de Jimin.
"Yoongi cielo ¿Dónde se supone que estas a estas horas? Te he estado esperando en casa con nuestros siete hijos, los cinco gatos y los dos perros, ven a casa pronto amor, te amamos, no te tardes. Si te tardas sabré que me estas engañando y pediré el divorcio y no veras a nuestros hijos ni a los gatos ni a los perros y...
-Tae, cállate, esto es vergonzoso...- Yoongi tapó el auricular con una mano mientras lo alejaba un poco ya que Taehyung no se callaba-. Lo lamento, espera voy a colgar.
Yoongi se disculpo con Jimin quien simplementge mantenía aquella sonrisa maliciosa en sus labios, observando cómo su rostro se había puesto colorado al escuchar hablar sin sentido al chico del otro lado de la línea.
-Kim Taehyung ya cállate -volvió a decir ahora sin el altavoz activado-.Estoy bien, no debes fingir que eres mi esposo. Te digo que estoy bien cálmate... llegaré no te preocupes. Guárdame algo de comer, si si Tae está bien. Los veré allá.
Yoongi logro colgar la llamad ay antes que algo más pasara apagó el teléfono.
-Era Tae, mi amigo. No creas lo que dijo no estamos casados, no tenemos hijos ni perros, bueno él tiene una gata se llama Minmin pero... Él es un poco nervioso, no quería que viniera a la cita, dice que esta noche salen criaturas extrañas -explico, aunque no entendía del todo la razón por la que quiso explicar todo aquello al desconocido a l frente de él-. Cree que soy como un bocadillo o algo así.
Jimin sonrió divertido ante la perorata que soltaba Yoongi sin parar, evidentemente se había puesto nervioso. Se veía lindo así de torpe.
-Pues en algo tiene razón tu amigo Yoongi. Estas para chuparte -interrumpió en un susuro.
Solo fue un susurro al aire pero Yoongi logró escucharlo y aquello logró erizarle los bellos de la nuca. Tragó saliva ya que el chico de cabellos azulados repentinamente estaba más cerca. Sus mejillas se pusieron mas coloradas aun.
-Eres... muy coqueto y atrevido -respondió jugando con sus dedos, estaba nervioso.
Jimin le sonrió hermosamente y Yoongi sintió que el aire se le escapaba a bocanadas de sus pulmones.
-Creo que voy a hiperventilar... no me siento bien, es extraño -Y era verdad, jamás se había sentido así tan acalorado de pronto y sintiendo que no podía respirar.
-Descuida no te pasara nada se ve que eres muy saludable, tus venas en el cuello, me encanta como se te marcan Mmm y estoy seguro que eres tipo O.
Yoongi arrugo el ceño sin comprender de pronto nada de lo que hablaban, parecía que de un punto a otro la conversación estaba dirigida solo a él y a lo bien que se veía.
-Amm si, Me... me gusta comer sano, me como todas mis verduras y... ¿O? no entiendo a que te refieres con tipo O.
Aquella mirada intensa que el chico extraño le dedicaba lograba que él se sintiera como en otro lugar. A demás susurraba cosas muy locas y su voz a su vez era tan seductora de alguna manera. Lo tenía como bobo.
Movió nervioso las manos por la mesa y pasó su dedo distraídamente en el borde de su copa de vino sin despegar su mirada de la contraria.
-Ouch, que rayos...
Su dedo, ahora sangraba un poco, miró la copa y la orilla tenía un borde astillado, afortunadamente fue su dedo la víctima y no su lengua o sus labios. Trato de limpiarse pero accidentalmente arrojo la copa al piso la cual se hizo añicos al instante derramando todo el vino que había en ella. En su desesperación también su plato de comida se fue al piso, haciéndolo sentir miserablemente torpe.
-Dios que torpe soy... lo siento Jimin.
Se agachó rápidamente para levantar algo del desastre mientras su dedo desprendía pequeñas gotas de sangre por el piso, provocando que los colmillos de Jimin picaran por retraerse, mientras el mesero corría en su ayuda desde lejos.
-No deberías desperdiciar así la comida Yoongi -susurro agachándose frente a él.
Yoongi miró todo el desastre en el piso, la carne tirada y la ensalada y asintió avergonzado, tanto que no supo en qué momento Jimin tomó su dedo sangrante y lo llevó su boca.
Se quedó más ido que nunca observando como Jimin se llevaba todo rastro de sangre con sus esponjosos y húmedos labios. Sus entrañas se revolvieron furiosamente cuando vio como con lentitud y devoción aquella lengua salía y chupaba todo rastro de sangre en su dedo. Sentía que en cualquier momento podía dejar de respirar.
Logro tragar saliva con dificultad, incluso cuando sus ojos se clavaron directamente en los de Jimin. La llegada del mesero rompió la burbuja donde estaban. Ambos volvieron a sus lugares nuevamente.
El resto de la cena trascurrió con normalidad, hablando mucho y de vez en cuando sonriendo por alguna ocurrencia de Jimin.
-Eres muy gracioso -respondió Yoongi a la última ocurrencia que Jimin dijo.
-Sabes, yo no soy mucho de hablar con la cena pero tú, me agradas mucho, eres lindo-soltó cuando ya los restos de la comida habían desaparecido por completo, a Yoongi le habían llevado un plato nuevo y una botella de vino mas.
-Querrás decir "En la cena" y gracias... tú también eres lindo, tienes una mirada hermosa -respondió pensando que sus bromas eran las más extrañas que había oído jamás.
-Se me apetece un postre, dulce como tú.
-Que cosas dices, me haces sonrojar -respondió sintiendo toda la sangre aglomerarse en su rostro.
Nunca un chico o chica había sido tan directo con él, Jimin era extraordinario.
-Solo mira, ese color rojo tuyo es tan atrayente. ¿Te gustaría que fuéramos a otro lado? Me gustaría dar un paseo a la luz de la luna -Jimin se puso de pie repentinamente.
Yoongi hizo lo mismo no sin antes sacar de su billetera un billete de cien y lo dejo sobre la mesa comenzando a seguir a Jimin.
-¡Espera Jimin, dijiste que querías un postre!
-Por eso, que mejor lugar para degustarlo que bajo la luz de la luna.
Era la hora, Jimin no podía seguir alargando mas el momento, quería beber la sangre de Yoongi, desesperadamente.
Jimin no dejó de caminar y Yoongi no hizo más que seguirlo, por extraño que fuera, no podía evitar ir detrás de él.
Al salir el aire fresco de otoño golpeó sus rostros revolviendo traviesamente sus cabellos y arrastrando consigo las hojas caídas de los arboles, haciéndolas bailar en una danza mística.
-Ven no seas tan tímido -llamó Jimin al más alto, cruzando la calle hacia el parque mas allá. Yoongi cruzo también lo imito pasando la avenida y acercándose a él.
Caminaron juntos sobre la acera, sus pasos hacían eco por el lugar Jimin unos pasos delante de Yoongi y el pelinegro siguiendo sin saber exactamente por qué. Se internaron a un espacio un poco oscuro de arboles altos.
Yoongi pensó que si Jimin fuera un criminal, bien podría asaltarlo fácilmente, pero aun así él iba detrás, siguiéndolo como un perro fiel a su amo.
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