8. El obediente Minnie


¿Qué mierda?

¿Lo que veían mis ojos era real si quiera?

La habitación en sí era bastante grande, con un amueblado de sofá  de cuero negro en el centro casi pegado a la pared forrada de terciopelo rojo, estaba decorado al estilo clásico  atemporal, el techo era alto y los ventanales tenían cortinas de tela delicada de colores neutros sin estridencias. Arriba en el centro decoraba una esplendida lámpara de araña, todo gritaba elegancia y cierto toque señorial.

Tal como lo era el señor Min.

Pero toda esa elegancia se quedaba atrás definitivamente al ver el resto de la habitación, del medio hasta el fondo.
Parecía un museo, con cuadros, bustos de mármol, estatuas, pinturas.

En la pared derecha, la  decoraban varios cuadros de pinturas, todo estaría bien si el que estaba en cada uno de esos cuadros no fuera yo.

Era yo,  pintado y fotografiado por todos lado, pinturas al oleo de Kim Jimin, pinturas de acrílico de Jimin, Jimin al claroscuro, arte abstracto de Jimin… también habían fotografías mías, era como un mural dedicado a mí. 

¡Una estatua de Jimin!

Un mural psicópata.

Mi interior tembló cuando me vi por todos lados en aquella pared. Por donde quiera que mirara estaba mi rostro, o un cuadro de mis ojos o de mis labios otro de mis manos.

Min Yoongi detrás de mí,  observaba mis reacciones y yo solo estaba parado con la boca abierta sin saber que decir. El señor Min estaba obsesionado conmigo.

¿Desde cuándo había surgido esa atracción enfermiza de él para conmigo?

Su mano se coloco sobre mi hombro y acerco su rostro a mi costado derecho para hablarme de cerca.

      —¿Qué te parece mi mural de arte, Jiminie? ¿No es precioso? El Louvre de Paris tiene a La Mona Lisa, EL Museo del Prado tiene a las Tres Gracias y  yo tengo a Kim Jimin, mi precioso Jimin. Lo  mejor de todo es —Él coloco ambas manos  en la curva de mi cintura y me pego hacia atrás, mi espalda y mi trasero quedaron totalmente pegados a su cuerpo. Podía sentir sus músculos duros contra mí— Que ya no te tengo solo en pintura al oleo, te tengo de carne y  hueso, para mí, para mi diversión, para mi devoción,  para mi adicción.

Mi corazón volvió a latir tan rápido que temía que se pudiera escuchar el tamborileo en la habitación.

Mis piernas temblaron al sentir su voz ronca pegar contra mi cuello, su agarre en mi cintura se había intensificado, me estaba presionando tan duro, era como si quiera evitar que yo me alejara de él.

     —Así… me gustas, cuando tiemblas de miedo mi pequeño muñeco asustadizo. Huele a miedo… huele delicioso.

Tuve que tragar con dificultad la saliva que se había arremolinado en mi garganta cuando su nariz acorraló mi cuello para aspirar profundamente.

Me soltó así tan repentinamente como me había sujetado y me alejó de él.

     —Pero mi verdadera obra de arte es aquella de allá, creo que la viste al entrar ¿no es así?

Mi vista volvió hacia lo que había enfocado al nada más entrar en esa habitación bizarra, a mí.

Era yo.

Estaba parado sobre una base de metal, con mi cabello color rosa, un suéter rojo a cuadros combinado con un pantalón de vestir gris con decorados de cuadros de colores   y sostenía un racimo de uvas rojas  a la altura de mis ojos.

Era Yo y me veía tan realista.

Cada detalle era tan exacto, era como si  Min Yoongi se hubiese pasado horas y horas observándome para tomar apunte de cada detalle en mí para después plasmarlo en ese… ¿Muñeco? Tamaño real.

Mis pecas a penas visibles, mis labios gruesos, el color de mis ojos, la forma de mis cejas, el tamaño y la longitud de mis dedos. Hasta tenía la copia exacta de la joyería que yo solía utilizar, el collar había sido un regalo de… en realidad no sé, no lo recuerdo. Los anillos también.

Era sencillamente aterrador verme ahí y eso no era todo, no había solo una copia mía, habían más, y cada una era en una pose más y más sugestiva e insinuante  que la anterior. Diferente ropa, color de cabello etc.

Había una en particular que estaba lejos del resto,  estaba de rodillas sobre un trozo de alfombra vistiendo únicamente una camisa de vestir larga que me cubría  hasta los muslos, el resto de mi parecía estar desnudo.  Mi cabello era rubio, como el actual y mis manos yacían a ambos lados de mi con las palmas apoyadas sobre la alfombra.  

A simple vista era como ver un muñeco de silicona tamaño real, pero no sé por qué al verlo me daba la sensación de que era algo más. Creo que cualquier cosa podía esperar.

Me quede observándome por un par de minutos sin salir de mi asombro hasta que él se acerco a mí una vez más.

     —¿Te gustan tus representaciones de silicona, bebe? Esos de ahí solo son estatuas de ti, pero éste…

Señaló al que yacia de rodillas.

     —Éste es mi obra maestra. Ven, observa.

Se veía tan orgulloso como un coleccionista mostrando entusiasmado su colección de monedas antiguas. Me tomó del brazo y me hizo colocarme a un costado de mi otro yo de silicona.

Observe como sacaba del bolsillo de su jeans su teléfono y abría algunas aplicaciones.

Después caminó hacia  el Jimin arrodillado frente a él y entonces confirmé que ese no era un muñeco normal como los demás.

¡Se movió!, su cabeza estaba ligeramente hacia abajo se levanto un poco.

     —Cariño, estoy aquí, Papi está aquí.

Mis entrañas se revolvieron cuando vi como el Jimin de silicona reaccionó a su voz, levantó  más su cabeza y quedo con sus ojos mirándolo directamente, después sonrió.

Sonrió de una manera tan dulce y siniestra a la vez.

Min Yoongi alargo una de sus manos y la acercó hasta sus cabellos donde le acaricio de una manera tan delicada, como… como si fuera una persona real pero lo bizarro no fue eso, fue a continuación cuando un dedo pulgar del Señor Min se acercó hasta sus labios, el Jimin falso abrió la boca y recibió el dedo mientras el hombre reía complacido.

Sentí que me estaba asfixiando cuando me di cuenta que ese era un juguete  sexual de mi… De MÍ.

El Jimin falso le estaba succionando el dedo al señor Min.

Miré la escena, se veían tan íntimos, la mirada del hombre sobre ese muñeco era extraña, había cambiado, era muy oscura, casi tan oscura como la noche anterior.

Era retorcido, estaba apreciando un trastorno psicosexual en vivo, por segunda vez en lo que llevaba aquí.

Sin duda alguna eso que estaba apreciando era  agalmatofilia, estatuofilia, o amor por los maniquíes o muñecos  o agalmatosexualismo.

Otra parafilia.

El señor Min estaba lleno de ellas al parecer.

        —Basta cariño, no estamos solos ahora, hay un invitado especial este día. Mira allá.

Mis pies se sintieron hundir en el suelo cuando el Jimin falso soltó  el dedo del señor Min y volteó su cabeza hacia mí.  Era como estar viendo una película de terror muy realista. O muy surrealista.

Min Yoongi me tomó del brazo y me hizo arrodillarme al lado de mi otro yo, pero no mirando hacia al frente sino mas bien mirando al Jimin falso.

Ambos nos miramos directamente a los ojos y entonces sentí mucho pánico, esos ojos iguales a los míos daban miedo porque carecían de la luz de la vida ahí dentro.

Era como estar viéndome muerto.

El Jimin falso me sonrió de manera que podría decir  dulce y después miro hacia el señor Min y abrió la boca, hasta ese entonces no me di cuenta que el señor Min estaba tocando su entrepierna mientras nos observaba. 

Podía ver el gran tamaño dentro de sus pantalones de mezclilla haciéndose más grande mientras se tocaba por encima.

     —Obedece a mis exigencias, según la programación que le he instalado. ¿Ves que mis habilidades en la empresa de tus padres no son para desperdiciarse? Mi idea de crear Droides potenciados por inteligencia artificial para representar bebes de juguetes y muñecas de tamaño real las cuales ahora hacer ganar millones de dólares al año a Toys Core Company vino realmente de ti.

Bajó su cierre del pantalón mientas me observaba. 

     —Te creé a ti primero muñeco, te imaginé, te di vida artificial. Fuiste mi prototipo. Este precioso es totalmente capaz de dar y sentir placer sexual. Todo por medio de su  "artificial mind", el chip que funciona como su cerebro principal que se maneja a través de una app por supuesto. Es el único de su tipo jamás creado y con él me haría tan millonario o quizá más que tus queridos papis si decido patentarlo y venderlo como un juguete sexual de vanguardia. ¿Te imaginas? Miles de tú siendo  utilizados como juguetes sexuales.

Negué rápidamente, por supuesto que no quería eso.

     —Así es precioso, eso nunca pasará porque tú eres mío, solo mío bebé —gruño sacando finalmente  su polla de sus pantalones.

Mis ojos casi se desfiguraron cuando lo vi, acto reflejo me hice hacia atrás creyendo que se acercaría a mí, pero no.

Vi como metía su trozo de carne duro y goteante en la boca del Jimin de silicona y comenzaba a mover sus caderas. Increíblemente el droide como él le había llamado también comenzó a actuar, cerraba sus ojos y succionaba esa polla y también movía su cabeza hacia atrás y adelante.

¡Le estaba practicando una mamada, frente a mí!

Una de sus manos se había enredado en sus cabellos pero lo más visceral era que Min Yoongi me observaba a mí mientras follaba la boca del robot.

     —Oh si cariño, eso es mi obediente Minnie.

¡Oh Dios! hasta tenía un nombre, se llamaba Minnie.

En realidad yo no sabía cómo sentirme en ese momento. Pero casi no me dejó tiempo a acomodar mis ideas porque luego lo soltó y se acerco a mí.

     —Abre la boca muñeco, veamos que tan obediente eres, si más que Minnie o mucho mejor.

Negué echando mi cuerpo hacia atrás, pero su mano grande y venosa me agarro de mis cabellos de forma brusca.

     —Ahh n-no, por favor.

     —Ohh por favor si bebé. Abre esa boca por las buenas o por las malas.

Mi cuero cabelludo trono por la fuerza con la que sacudió mi cabeza, me había dolido mucho. Mis lágrimas habían comenzado a salir. 

Abrí la boca lentamente y el sonrió complacido.







Imágenes para alimentación visual.







Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top