54. Extra
Afuera todo había quedado en calma después de que la mayoría de policías se ha retirado. Ya no hay un caso el cual investigar así que los únicos que requieren estar presentes ahora en la escena son los forenses quienes se encargarán de recoger todos los cuerpos que han quedado dentro de aquel sótano.
No hay un criminal a quien arrestar ya que todo apunta a que fueron ellos mismo los autores de toda esa maldad.
Sin embargo, los ojos de Jung Hoseok no pueden despegarse de ese hombre agonizante en el sillón.
Una infinidad de cosas pasan por su cabeza y emociones adyacentes que van acumulándose en su pecho. Tiene las manos en puños mientras no aparta su vista de él.
El detective Jung se quedó parado, congelado en el tiempo, mientras observaba a su padre moribundo. Su mente estaba llena de preguntas y sabía que muchas de ellas no tendrían jamás una respuesta.
¿Cómo había podido pasar por alto los signos? ¿Cómo había podido creer que su padre era un hombre honesto y trabajador?
La rabia y la frustración se acumularon sin control en su pecho, como una presión que amenazaba con explotar como una bomba de tiempo. Se sentía dolido, traicionado, engañado por la persona en quien más confiaba. Su padre, el hombre que debía darle el ejemplo y guiarlo, resultó ser un criminal repugnante.
Jung recordó las noches en que su padre llegaba a casa tarde, con excusas vagas y ojos evasivos. Recordó las veces que su padre desaparecía durante días, sin explicación. Y recordó las conversaciones telefónicas susurradas, las miradas nerviosas y los gestos furtivos y la infinidad de fiestas sin motivo alguno.
Todo cobraba sentido ahora. Su padre no era un hombre de negocios exitoso, como siempre había dicho. Era un criminal, un hombre sucio que había construido su fortuna sobre la sangre y el sufrimiento de otros.
La ira de Jung se convirtió en una llama que ardía con necesidad de algo negativo. Quería saber más, quería saber todo. Quería saber cómo había podido su padre cometer tantos crímenes sin que nadie se diera cuenta pero ¿Cómo podría?
Se acercó a su padre, que yacía inmóvil en el sillón. Su rostro estaba casi de un color verdoso y demacrado.
—¿Por qué? — le preguntó Jung, su voz baja y amenazante—. ¿Por qué lo hiciste?
Su padre abrió la boca, pero solo salió un gorjeo ahogado. Jung se inclinó para escuchar lo que obviamente no iba a lograr entender.
—¿Qué? —preguntó, su voz más alta y rabiosa por no poder entender lo que decía a falta de su lengua.
Su padre volvió a ahogar guturales sonidos inentendibles y esta vez Jung creyó captar lo que tanto murmuraba.
"Por dinero"
Aún sin su inexistente y asquerosa lengua en sus balbuceos y tartamudeos ahogados pudo diferenciar claramente el gorjeo de aquella simple frase. "Por dinero"
¿Por dinero?
Un revoltijo se le instaló en el estómago al percibir aquella confesión. ¿ Cómo fue capaz de destruir la vida de muchos niños inocentes solo por el maldito dinero?
Asco.
Las inmensas ganas de vomitar lo dominaron nuevamente pero esta vez se contuvo ya que había algo más adentro de él que era más grande incluso a sus ganas de volver el estómago.
Ira.
Una ira irreversible que se comía por dentro todo lo bueno que una vez sintió por su padre, el respeto que le tuvo, el orgullo que tenía en él a medida que se iba volviendo adolescente. ¿Cuántas veces Kim Jimin estuvo en peligro en su propia casa bajo sus narices? No quería imaginar eso porque solamente le provocaba más ira y enojo en contra del hombre.
No obstante, a pesar de todo eso existía algo,una nimiedad que quería extinguir como un incendio. Porque Jung Hoseok no quería sentir nada por ese hombre y sin embargo, sentía decepción porque él mismo se veía atrapado en el camino putrido de Jung Yang Sung.
Decepción.
Una maldita e incomponible decepción que increntaba a medida que descubría cosas de ese monstruo. Todo lo que él se esforzó por hacerlo sentir orgulloso, seguramente se reía a sus espaldas de la carrera policial que eligió y eso solo le hacía enfurecerse más ante la situación impudica y aberrante.
Su vida, su carrera pulcra, su reputación se vieron afectadas con todo esto. ¿Que sentido tenía ahora todo por lo que trabajó? ¿Cuál era su camino ahora?
Su mirada no vaciló mientras decidía que hacer pero llegando a este punto solo conocía una salida.
Sustrajo del bolsillo de su usual saco largo su placa que lo identificaba como detective de la policía y la examinó dándole vueltas en su mano sopesando sus posibilidades.
Trabajó tanto para llegar a ser el gran detective Jung Hoseok. Se sentía orgulloso, y creía hacer feliz a su padre, creía que estaba orgulloso también de él en cambio, solo era una burla para Yang Sung.
—Jefe...
El oficial Chan no se movió de su lado en ningún momento, él era tan leal y fiel un excelente policía.
Le tendió su placa y sacó sus dos armas sin embargo solo entrego una de ellas más la insignia plateada al oficial quien se quedo con la boca abierta y una expresión confusa en su rostro.
—No soy más tu jefe Chan, renuncio.
Las palabras de Jung Hoseok retumbaron revueltas en la cabeza del oficial incapaz de decir si quiera algo lanzando una mirada de incomprensión hacia el detective.
—Pero jefe...
—No me juzgues por favor, hay una razón muy grande. Buen trabajo Chan, puedes... puedes volver a la estación sin mi. Estoy seguro que serás un excelente detective.
El hombre dudó un momento tratando de decidir si Jung estaba bromeando pero no era así, su mirada dura y penetrante le decía que no.
—S-si señor —Respondió antes de dar media vuelta y comenzar a subir lentamente por las escaleras para salir del sótano.
A medio camino se detuvo ante un murmullo que no logro descifrar por parte del ex detective y su cuerpo brincó al escuchar el claro sonido de un solo disparo.
...
Cuando entró en la sala de aquel hospital solo tenía un objetivo claro: Saber como se encontraba Yang Minho.
Los parámedicos lo trasladaron de inmediato al centro asistencial más cercano. Min se negó a ir con él, prefirió ir con Jimin a la estación de policía donde el oficial Chan estuvo a cargo de iniciar con la declaración.
Él por otro lado solo quería alejarse de todo.
—¿Si? ¿En que puedo ayudarlo? — Indagó la mujer recepcionista al verlo.
—Entró un paciente recién a este lugar, se llama Yang Minho. Necesito saber como se encuentra.
La mujer asintió mientras tecleaba en su computadora y después de unos minutos que a él le parecieron largos levantó la vista.
—Si, está en cirugía ahora mismo ¿Usted es familiar? ¿Me podría dar su nombre?
—Jung Hoseok.
Esperó paciente a que ella anotara su nombre y cuando finalmente lo hizo le dejó entrar a la sala de espera.
Pasó dos largas horas ahí esperando hasta que el doctor salió preguntando si había un familiar ahí, por supuesto que estaba Yang Yi Jeong ahí y fue el primero en entrar a ver a su hermano.
Cuando el hombre salio le dedicó una mirada corta y asintió hacia él. Jung tomó la señal implicativa de que podía pasar y así lo hizo.
Entró en la habitación donde ahora Minho se recuperaba de su cirugía. La bala pegó justo sobre su pecho pero afortunadamente se alojó a escasos centímetros del corazón.
Estaba sedado por la anestesia pero despierto ya que le sonrió al verlo entrar.
Después de lo que pasó en aquel sótano, las palabras que le dedicó a su padre antes de apiadarse de él y acabar con su sufrimiento, se sentia vacío y solo.
Solo pensó en una persona en la que podía mantener su atención por el momento mientras el cúmulo de sentimientos se asentaban de nuevo. No sabía por qué.
"No mereces ser mi padre así como no merezco ser hijo tuyo, tampoco mereces mi piedad sin embargo voy a hacerlo no por tí, no para liberarte de tu destino lo hago por mi y por Jimin lo hago porque no puedo con este odio que acabas de crear en mi"
La mano fría de Minho tomó la suya sin dejar de sonreír y entonces eso fue suficiente para que las pocas lágrimas que quiso derramar se devolvieran furiosas a su lecho. No iba a llorar después de matar a su padre, ese monstruo no merecía lágrimas de nadie. No iba a sentir arrepentimiento. En lo absoluto.
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La televisión permanecia encendida mientras Jungkook buscaba afanosamente en el mueble de enfrente la película perfecta para ver.
Los últimos dos meses habían desarrollado una rutina entretenida. Las clases en la universidad acabaron así que buscaban con que divertirse ya que Taehyung no quería salir. Después de lo que le pasó a Jimin se volvió algo aprensivo.
—¿Te parece bien esta? Creo que es buena no la he visto.
Jungkook o mejor dicho su padre poseía una espléndida colección de las mejores películas de la época dorada del cine de Hollywood. A Taehyung también le gustaban y aprovechaba eso para verlas junto a su amigo.
Un aparador con cintas como Rebelde sin causa, La ventana indiscreta era un thriller psicológico que atrapaba a Jungkook a la primera o Casablanca, El ciudadano Kane o Psicosis, entre otras era el tesoro más valioso para Jungkook y su padre y a éste le encantaba compartirlo con su mejor amigo Taehyung.
Pero al parecer alguien estaba muy ausente. Ante el silencio palpable del castaño el joven Azabache se dio la vuelta encontrándolo sentado un poco cabizbajo observando sus pies descalzos.
—¿Ocurre algo Tae? — preguntó un poco desconcertado ya que regularmente su amigo no solía comportarse de esa manera tan callada.
—Mmm no...
Ok... definitivamente aquella respuesta tan escueta y a la vez dura le dio a entender que efectivamente sí tenía algo y debía averiguarlo en ese momento.
Dejó de buscar la película adecuada y caminó hasta sentarse a su lado se detuvo a mirarlo detalladamente en silencio tratando de comprender que era lo que le pasaba pues hasta esa mañana todavía había estado bien, hablaron por teléfono para quedar como cada viernes para ver películas y se suponía que todo estaba bien no le dio ningún indicio de que estuviera raro o que se sintiera mal ¿quizá estaba mal de salud? ¿algo le pasaba o le dolía?
—Eso no suena a nada Tae ¿Está todo bien? No eres tan callado ¿Sabes? —Bromeó tratando de levantar el ánimo del castaño pero eso no funcionó.
Taehyung le dedicó una mirada algo aprensivo y molesto definitivamente trae estaba molesto por algo y él no sabía por qué.
—Dime que pasa ¿No quieres ver películas hoy? Podemos salir si quieres.
El leve espasmo que sacudió el cuerpo de su amigo hizo que se callara repentinamente sabía que Tae no quería salir aún y no podía presionarlo de aquella manera.
Pero cómo demonios iba a saber qué era lo que le pasaba si él no le decía, no eran unos pequeños de diez años eran adultos ambos podían hablar y entenderse.
—No es eso es solo que...
Volvió a quedarse callado quizá sobrepensando lo que quería decir y eso estaba desesperando un poco al chico de cabellos azabaches.
—Tae...
—Tú y Jimin están muy raros. Eso pasa Jungkook. ¿Qué tienen?
El azabache abrió ligeramente la boca debido a la sorpresa con la que fue tomado. Había pasado un tiempo desde que por fin jimin fue "encontrado" según todos. Su primo Taehyung fue una de las primeras personas en verlo y reencontrarse con él, lloró mucho cuando lo vio porque en realidad pensó que lo había perdido. Taehyung quería mucho a Jimin.
Pero a petición de jimin no habían dicho absolutamente nada de lo que en realidad pasó y cuando se veían los últimos días en la universidad y ocasionalmente en alguna reunión que tenían habían miradas nerviosas entre ambos que era imposible que taehyung no se hubiera dado cuenta de ello, ahora entendía todo, entendía la molestia de su amigo.
—No Tae no tenemos nada... Al menos no en ese sentido que estas imaginando —Se apresuró a decir al adivinar las preguntas debajo de todo.
—No mientas sé que algo esconden lo he notado y lo he visto los he encontrado a medio pasillo de la universidad y cuando me vieron se dejaron de hablar. ¿Hay algo mas sospechoso que eso? ¿Por qué Kookie? ¿Por qué me ocultan cosas?
—Tae no te oculto nada...
—¡Juralo!
—Pero Tae...
—Entonces, dime la verdad de lo que ocultan.
Un nuevo silencio se hizo entre ambos jóvenes, los grandes ojos marrones de Taehyung se endurecieron ante la vacilación del contrario y fue justo eso lo que le hizo levantarse de golpe.
—Tae...
—Si me ocultan cosas, creí que eramos amigos, creí que Jimin confiaba en mi —Replicó Taehyung mientras se colocaba los zapatos y se ponía de pie.
El azabache estaba perplejo e inmóvil en el mismo lugar sin saber que decir.
No fue hasta que vio como Taehyung abría la puerta de su casa que pudo reaccionar y corriendo lo más rápido que pudo se puso de pie para poder alcanzarlo a duras penas.
—¡Taehyung no es como estas pensando! ¡Tae espera por favor!
Sin embargo, sus suplicas fueron ignoradas por completo y un sentimiento de amargura se instaló en su boca. Quería salir corriendo detrás de Taehyung pero lo conocía muy bien y no dejaría que se acerque para insistir.
No podía decirle todo de una una vez además fue un acuerdo que hizo con Jimin.
...
Días después Taehyung y Jungkook no se hablaban y Taehyung estaba distante con Jimin.
El azabache había intentado buscarlo pero Tae seguía muy molesto con él. Así que cansado de esperar a que su amigo quisiera hablar decidió detenerlo a medio pasillo del centro comercial. Lo cual no resultó como se lo imaginó:
—Tae detente debemos hablar y arreglar esto.
—No tengo nada que hablar contigo ni con Jimin —Repuso con algo en su voz, un suave deje de resentimiento.
—¿Conmigo que cosa?
Ambos chicos se dieron vuelta para encararse de frente con Jimin quien les veía con una ceja alzada, esperando que alguno de los dos respondiera.
Ese día habían salido juntos de compras y mientra Jimin se fue al baño Jungkook se encontró con Tae.
Sin embargo el castaño se limitó a morderse nerviosamente el labio inferior mientras jugueteaba con las correas de su bolso, tensandose de inmediato.
—¿Taehyung? —El tono de advertencia en la voz de Jimin hizo vacilar a su primo. Entonces bajó sus hombros rendido.
Así que en un arrebato de valor dio dos pasos hacia Jimin y con su dedo índice le señaló mientras soltaba lo que tenía por decir.
—Que tú y Jungkook están actuando tan extrañamente, susurrandose y apartándose cuando yo llego... yo, creí que confiabas en mí y que me contabas todo pero ya veo que no. Son un par de... de...
—Ni si quiera sabes que decir Taehyung estas haciendo tormentas en tu cabeza —Se defendió Jimin
Jungkook se colocó a su lado nervioso mirando el piso sin saber si debía decir algo o no.
—¿A caso estoy inventando que tú y Jungkook están saliendo a mi espaldas? ¿Qué tiene de malo que lo sepa?
Esta vez el azabache levantó su rostro con su boca ligeramente abierta preparado para objetar pero Jimin le detuvo con un gesto de la mano y se quedó paralizado de inmediato.
—¿Así que todo esto es porque crees que Jungkook y yo...?
—Eso creo —Respondió Taehyung seguro de si mismo.
—Bien... ¿Y que pasa si te digo que efectivamente Jungkook y yo estamos saliendo desde hace meses, que somos novios y nos amamos mucho?
Por un momento en los ojos del castaño hubo un atisbo de temor y vacilación y mientras jimin más sonreía y tomaba la mano de jungkook esta iba cambiando rápidamente algo más extraño hasta que por fin pudo decir algo.
—Ohh
—¿Qué pasa Tae? ¿Hay algún problema con eso?
—Yo este... —Balbuceó con dificultad—. No, no pasa nada con eso yo... felicidades supongo. Solo me molestaba que no me dijeran nada.
Taehyung agachó la cabeza después de eso y no dijo nada más, encogió sus hombros y se aferró más a su bolso mientras Jungkook le daba una mirada con duda a Jimin.
—¿No te molesta eso o si Tae? —Jimin volvió a empujar. Sabía que estaba ejerciendo demasiada presión sobre su primo pero era necesario él lo sabía ya después se lo agradecería.
—No ¿Por qué me molestaría que salgan? Es su vida —Dijo pero para nada convencido.
—¿Seguro? Si nos besamos enfrente de ti ¿No pasa nada verdad? No queremos incomodarte. Ustedes son amigos y eso... ya sabes.
En ese momento los ojos claros de Jimin pudieron ver como los dedos de Taehyung se apretaban a las correas del bolso con más fuerza y sus hombros volvían a estar tensos y los labios levemente crispados. Sonrió con malicia.
—N-no... háganlo.
Jimin entonces se apartó y tomó a Jungkook por la nuca, avanzando de a poco hacia él. El rostro de Jungkook reflejaba terror. No quería que algo pasara, no queria morir si Yoongi se enteraba que Jimin lo había besado. Su cabeza se hizo hacia atrás oponiendo algo de resistencia y su respiración se detuvo mientras los labios de Jimin avanzaban hacia él.
—¡Basta!
Ambos se sobresaltaron ante el grito de Taehyung quién estaba evidentemente pálido, Jimin soltó a Jungkook y el azabache soltó el aire que estaba reteniendo mirando hacia todos lados como si Yoongi de verdad estuviera por ahí.
—¿Qué pasa? ¡Dijiste que no te importaba! —Soltó Jimin divertido.
—Si, no... no es eso es que es algo incomodo porque es nuevo... será nuevo verlos así. Yo no se. Olvídalo. Nos vemos más tarde.
—¡Taehyung! —Llamó Jimin deteniendo al castaño por el brazo—. Di de una vez que lo que te provoca son celos. Dile a Jungkook que te gusta y ya.
El azabache levantó el rostro lleno de sorpresa mientras que el de Taehyung se tornaba rojo de inmediato.
—Jimin yo no, nunca dije que...
—¡Hay por favor Tae! Sé que babeas por Jungkook siempre lo he sabido. Mira, él y yo no somos nada no somos novios y nunca lo hemos sido, a mí no me gusta ni he sentido nada por él pero lo dije porque necesitaba que te dieras el valor de admitir tus sentimientos. Porque en esta vida el que no arriesga y lo juega todo por el todo nunca saldrá ganador.
Lo que jimin acababa de decir dejó estupefactos a ambos chicos parados a su lado uno aún con su rostro lleno de sorpresa y de un poco de alivio y otro más aliviado que otra cosa.
—Yo...
—Bueno los dejo que hablen, ya vienen por mi —Dijo Jimin despidiendose de ambos.
—¿Quién? —Quiso saber Taehyung.
—Mi novio por supuesto. Descuida te contaré todo lo que quieres saber pero será poco a poco ¿Si? Por ahora habla con Jungkook.
Jimin se fue dejando a sus amigos quienes evidentemente tenían mucho de qué hablar él por el momento debía ir a la mansión Kim. Tenía mucho que hablar con ellos. Su novio Yoongi lo esperaba afuera.
—Jungkook yo...
—O sea que eso era —Dijo con la voz calma aunque por dentro estaba muy nervioso.
—Si, tú me gustas.
Jungkook ya no estaba herido por lo de Jimin, es más pensándolo en retrospectiva se dio cuenta que tal vez quizá nunca hubiera tenido una oportunidad porque jimin solo lo miraba como su mejor amigo. Sin embargo él no estaba cerrándole las puertas a la oportunidad de sentir algo lindo por alguien y como jimín había dicho si no se juega el todo por el todo jamás sabría si podría salir ganando algo mucho mejor en esta vida.
Así que sin pensarlo demasiado se acercó al chico que acababa de confesarle que le gustaba y dándole un tierno beso en la frente le respondió:
—Tú también me gustas Tae.
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