46. La verdad encontrada
Para llegar a este punto de inflexión en mi vida había sido necesario que ocurrieran muchas cosas, padecer en diversas situaciones y luchar contra muchos acontecimientos y situaciones ocurridas durante el tiempo que pase huyendo y planeando hasta ahora.
Y la vida me había puesto aquí, de una parte cóncava a otra, en la que me encontraba ahora mismo era una situación completa y absolutamente inesperada y sin embargo me dejaba hacer, me dejaba llevar porque sus besos lo eran todo.
Después de que me había confesado que me amaba yo me había desarmado por completo, no tenía nada me agarró con la guardia baja y sin herramientas para poder defenderme. Claro, me había tomado por sorpresa. Entendía su obsesión por mí, pero no podía imaginarme que más allá de eso existían sentimientos verdaderos.
Era difícil para mí creer en ello.
Pero quería probarlo, deseaba probar lo que él tenía por ofrecerme, así que por ello disfrutaba como nunca de aquellos besos delicados y suaves que me estaba dando, disfrutaba como nunca de su toque delicado de sus manos sobre mis caderas las caricias subían y bajaban por mis muslos.
No sabía que sus manos también podían ser tan suaves y delicadas al tocarme.
Nuestras lenguas jugaban con parsimonia y calma sin prisa alguna, saboreábamos nuestros labios, podía probar su saliva mentolada, cuando el beso acabó porque nuestros pulmones lo exigían un hilo de saliva aun nos unía.
Sus ojos no parecían nada oscuros ahora, por primera vez pude notar un castaño achocolatado intenso en ellos.
Me veía de una manera que jamás me había visto, extraña como hipnotizado e ido, su mirada era tan profunda pero no helaba, era cálida. Era como si quisiera marcarme con ella.
—Tu piel, es tan dulce y suave —susurró bajando sus labios hacia mi cuello.
Gemí cuando lo sentí saboreando mi piel succionando todo a su paso lentamente, una de sus manos había subido hasta mi pecho y sus dedos ahora habían comenzado a acariciar mis pezones. No sabía que apenas con ese toque débil y tan superficial podía sentir tanto, jadee de gusto al sentir sus suaves dedos acariciándolos mientras devoraba la piel de mi cuello y bajaba por mis clavículas. Podía sentir su lengua pasearse por todos lados.
Aquel toque sutil que mantenía sobre mis dos pezones con sus dedos meñique y pulgar en cada uno poco a poco había comenzado a hacer efecto en mi cuerpo, el calor se había comenzado a acumular en todo mi ser, más en la parte baja la cual ya sentía dura y lista por atención. Sentí también la otra mano de Yoongi bajando por mi abdomen y meterse entre nuestros cuerpos para sujetar mi polla.
—Ahhh —gemí de gusto.
Sus besos comenzaron a bajar un poco más en mi pecho y sentí cuando su boca se apoderó de uno de mis pezones, su lengua escurridiza jugueteaba con uno de ellos mientras sus dedos pellizcaban el otro, también sentí una leve mordida que me dejo jadeando y viendo estrellas.
Era sencillamente espectacular.
Su mano que acariciaba mi polla se movía lento y tortuoso de arriba hacia abajo acarreando pequeñas descargas eléctricas en mi. No dejó de besar ninguna parte de mi piel, su boca jugó generosamente con mis dos pezones y después se ocupó de besar y saborear mi abdomen, trague saliva cuando se deslizo un poco más hacia abajo, mi dura erección quedo justo en su rostro. La anticipación hizo que mi cuerpo comenzara a arder como si me estuviese quemando.
—Voy a probarte bebé —dijo con la voz gruesa pasando su nariz por en medio de mis piernas y lamiendo mi ingle, sentí mas corrientes eléctricas pegarme con fuerza, apreté mis labios entre mis dientes al sentir la punta de su lengua tomar el liquido transparente que salía de mi polla.
—¡Ohh Dios! —No pude evitar soltar con fuerza cuando se introdujo todo de una sola vez mientras con su mano aparataba y amasaba mis bolas.
Esta era la primera vez que alguien hacía ésto conmigo.
Mi espalda se arqueó y mis manos apretaron las sabanas de la cama.
Estaba sintiendo mucho placer.
Yoongi se ocupaba se succionar por completo todo mi miembro sin detenerse, estaba siendo demasiado, ahora mis gemidos no paraban de salir de mi boca con insistencia, rogando por más. Quería más de ese placer desconocido y apabullante que Yoongi me obsequiaba.
—¡Oh mmm Yoongi, ahh!
Las sensaciones eran demasiadas e incrementaron cuando pude sentir sus dedos colándose dentro de mi agujero y moverse de afuera hacia adentro, ya estaba bastante preparado por la sesión de sexo de antes pero aun así él parecía querer ir lento y cuidadoso. Con un sonido de succión mi polla fue liberada.
—Tu sabor es único Jiminnie, delicioso como todo tú.
Jamás en mi vida me había sonrojado tanto, y menos con Yoongi, por primera vez me había puesto tan tímido él ya me había follado por todos lados y en todas las posiciones sin embargo, que me dijera esas cosas me habían hecho poner así.
Sentía mis mejillas calientes.
Volvió a buscar mis labios y nos unimos de nuevo en un beso feroz, deseado y anhelado, buscando llenarnos del dulce néctar de la pasión que nos fundía como el hierro al fuego.
Ambos jadeamos en desesperación cuando él con una mano se alineo en mi entrada recorriendo por afuera con la punta de su pene, regando todo el liquido pre seminal en mi agujero, mi culo palpitó desesperado por sentirlo.
—¿Listo? Voy a entrar cariño, lo hare despacio y te mostraré que el cielo es digno de tí —dijo suave sobre mis labios.
Asentí apretando mis labios, lo sentí introducirse despacio como había dicho, llenándome de a poco al mismo tiempo que me besaba con devoción, tuve que cerrar mis ojos ya que todo se volvió un sinfín de sensaciones.
Jadeamos al unisonó cuando finalmente toco lo más profundo dentro de mi.
Se quedó ahí detenido como si deseara retener ese momento por toda la eternidad con sus ojos fundidos en los míos.
— Quiero que seas para mí solo, mi muñeco —habló moviéndose un poco, saliendo de mi lentamente casi por completo y haciéndome gemir.
No me di cuenta cuando sujetó mis manos y ellas solas se habían entrelazado, unificando nuestras almas en cautiverio, trazando un destino.
—Yo… yo quiero ser solo tuyo Yoongi —respondí con mi voz cortada por la excitación y embriagada por el licor del deseo y la pasión.
Volvió a introducirse lentamente y así poco a poco fue tomando un ritmo lento pero muy constante golpeando justo ahí haciéndome delirar sin control.
—¡Ohh Dios, Yoongi!
Mi grito salió desesperado, huyendo de mis labios cuando el arremetió mas fuerte pero sin dejar de ser tan delicado conmigo, no paraba de besar mi cuello y de vez en cuando me dejaba chupetones por donde avanzaba.
Apreté mis ojos, solo sintiendo todo aquello que estaba despertando en mi, era como si me hubiese convertido de pronto en un volcán dormido a punto de despertar. Solo sentía como iba recorriendo mi boca, bebiendo de mi cuello, exprimiendo mi piel, en busca de mil recovecos de mi cuerpo, aumentaba poco a poco más mi temperatura al tiempo que él aumentaba sus sacudidas de caderas, haciendo que en cualquier momento me sintiera a punto de estallar en mil pedazos.
¡Mierda! ¿Qué era esto? Sentía ganas de llorar, estuve a punto y él lo notó así que me beso con fuerza mientras apretaba el agarre de nuestras manos.
—Ohh Jimin, esto es tan… quiero volver aquí una y otra vez y sentirme tan dentro de ti… —Arremetió más fuerte sin soltarme y gemí como nunca antes—. Que no podamos separarnos y no nos quede más remedio que llegar al final, juntos, muy juntos.
—¡Mmmg Yoongi!
Fuerte, esto era más fuerte que yo, no sabía si iba a poder contener ese huracán que Min Yoongi estaba despertando en mi interior, una turbulencia de deseo que iba hirviendo por dentro que arrasaba todo a su paso como él con sus besos.
Quería que ambos explotáramos juntos, no sé cómo, no sé por qué ni cuándo pero yo me había incorporado y le había empujado suavemente haciendo que cayera él sobre la cama pero ahora nos estábamos besando vez más y yo había comenzado a subir y bajar intensamente sobre su polla sin detenerme, no podía detenerme y no lo haría hasta que todo ese torrente de pasión se desbordara.
Esta posición era perfecta porque su polla daba justamente en mi próstata, me hacia delirar, me hacia gemir como nunca.
Mi primer orgasmo llegó abrupto y enfurecido, temblé sobre él y grité su nombre con fuerza manchando todo su abdomen.
—¡Yoongi, Dios si, desnúdame siempre de esta manera, desnúdame el alma —pedí casi sin aliento.
Una vez más me cambió de posición, no esperó a que yo pudiera recuperarme y yo no lo creía necesario, estaba ahora debajo de él nuevamente pero ahora con mis piernas elevadas sobre sus hombros.
—Dulce… eres tan dulce y perfecto mi muñeco.
Era una locura, esto jamás lo había experimentado antes, yo solo conocía el abuso disfrazado de sexo, solo estuve con Yoongi voluntariamente pero no era lo mismo definitivamente.
Deseaba todo de Min, quería que me atara la noche a los ojos,
Quería estar ciego, para solo poder sentirlo. Quería estar sordo para solo poder escucharlo a él porque él me veía con sus manos, sus caricias, bebía de mi boca, de mi pecho, de mis muslos. Estábamos mojados, tan mojados, la cama estaba mojada, se movía al compas de nuestros cuerpos. Los gemidos abundaban en la habitación.
Nuestros cabellos lucían desordenados, las gotas de sudor eran nuestras únicas cómplices, nuestros gemidos sordos nuestro secreto, y el deseo con la pasión bailaban impúdicas a flor de piel.
¡Estallé una vez más, no lo creí posible!
Cuando me tomó por la cintura y se hundió con fuerza y delicadeza al mismo tiempo.
—¡Ohh Yoongi!
—¡Jimin, mierda!
Mi semen salió despedido una vez más, pintando nuestros cuerpos y pude sentir como él me llenaba por completo jadeando sin control.
Nuestros cuerpos acababan de contar sus más íntimos secretos, había sido una bella conversación sin voz, acabábamos de amarnos mil veces por dentro hasta la locura, así habíamos llegando al éxtasis del clímax, justo cuando la aurora huía avergonzada.
Nos quedamos así unidos por un largo momento esperando recuperar el aliento.
—Entonces… —Jadeó Yoongi saliendo despacio de mi interior y acomodándose a mi lado—. ¿Lo logré cariño?
Mi pecho subía y bajaba sin poder controlarse aun pero sonreí satisfecho con mi cabello mojado pegado a mi frente.
—Creo… creo que podría amarte si lo repetimos más veces.
—Eso es un si para mí —respondió satisfecho—. Te amo, con este loco y enfermizo amor, te amo.
Giré mi rostro para poder velo a los ojos, la escasa visibilidad ya de la habitación no ayudaba pero podía ver sus ojos. Le sonreí. Creo que fue mi manera de decirle que lo amaba también.
Él lo sabía, no necesitaba palabras. Esta era la verdad y ya la había encontrado. Si lo amaba.
Sonrió feliz y me volvió a besar, volvió a meterse dentro de mí y comenzó con un nuevo vaivén renovado. Así pasamos el resto de la noche, aprendiendo a hacer el amor, hasta quedarnos dormidos.
...
Capítulo especial dedicado a mi bonita del alma MellaChur te lo debía por tu cumple preciosa, espero te guste.
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