39. Lugar equivocado
Omnisciente
Las ironías de la vida a veces él no lograba entenderlas, no sabía si era una mala broma o casualidades pero fuera lo que fuera no le estaba gustando nada. Miró al chico desmayado atado a la silla y después miró a Yoongi quien se mantenía frente a él sin borrar una pequeña sonrisa de su rostro, esperando atento una reacción.
Dio un paso hacia adelante, Kook se movió dando un quejido pero no abrió sus ojos aún.
—¿Kookie? —dijo finalmente cuando por fin pudo articular una palabra —¿Por qué Kookie está aquí? No vas a hacerle daño, a Kook por favor no.
Yoongi volvió a reír mientras ponía un dedo sobre su mejilla y apretaba, Kookie volvió a moverse parecía estar teniendo problemas para poder despertar bien.
—Este niño es un entrometido de mierda mi amor, siempre metiendo las narices donde no debe —respondió el pálido pelinegro.
Yoongi se alejó de él y sobre la mesa había un cubo con agua fría, lo tomó y se lo arrojó encima, eso hizo que Jungkook despertara abruptamente y de inmediato comenzó a temblar,el sótano era muy frío además el clima helado de la temporada no ayudaban en nada.
Sus ojos aun desorientados buscaban por todos lados reconocer algo o a alguien y se abrieron desmesuradamente cuando le vio a él, al rubio.
—¡J-Jiminnie! —Gritó—. ¿E-estás b-bien? Y-yo, yo
—¡Cállate niño idiota! —ordenó Min Yoongi.
Él se tensó al escuchar la voz de Yoongi y se encogió en la silla, tratando de hacerse pequeño.
El rubio caminó hasta arrodillarse a su lado, sus manos estaban atadas con unas sogas y no con las cadenas de metal que pertenecían a la silla esa de tortura.
—Jungkook... ¿Cómo? ¿Estás bien? —Preguntó tomándole por las mejillas y haciendo que le mirara a los ojos.
No sabía el propósito de la presencia de Jungkook en éste lugar pero él no tenía que estar aquí. Yoongi estaba realmente loco.
—J-jimin y-yo...
—Cállate Kookie no hables —Pidió el rubio ya que el sobreesfuerzo que estaba haciendo por hablarle a Jimin mientras temblaba de frío de pies a cabeza le hacía trabarse con las palabras.
—Estuvo metiendo las narices por todos lados ¿No es así "Kookie"? —Preguntó Yoongi con sorna.
Los ojos negros de Jungkook dejaron de mirar a Jimin y se desviaron hacia él. Rápidamente se achicaron con la decepción pintada en ellos.
—U-usted es una m-mala pe-persona —Dijo a penas sin parar de temblar.
Yoongi tomó a Jungkook de las mejillas aplastandolo con fuerza, ésto para evitar que le dejara de ver mientras le hablaba.
—Claro que soy una mala persona niño, qué crees que es aquí, ¿El parque de diversiones? —Pronunció con la voz fría y monótona que denotaba molestia.
Lo soltó bruscamente y Jimin aprovechó eso para acerqué más a Jungkook para tratar de calmarlo un poco, él temblaba mucho y el rubio no sabía bien si por el frío o el miedo.
—Te dije Kookie, que no te metieras, eres un tonto —reclamó poniendo su cabeza en su pecho. Las lágrimas habían comenzado a salir de sus lindos ojos castaños.
El azabache se movió ligeramente, quizá con el deseo de poder abrazar a Jimin pero las ataduras lo detenían. Min Yoongi los veía de pie a su lado con su mirada filosa sobre ambos.
—Muy bien, muy bonito todo aquí pero, Jimin no traje a Jungkook aquí para eso —replicó.
Jimin lo observó caminar hacia un lado donde estaba su mesa con cosas y buscar algo, tocaba cada instrumento de tortura y la analizaba, finalmente tomó un garrote con púas y entonces el rubio sintió pánico, así que se levanté y fue a encararlo de frente haciendo que Yoongi se sorprendiera un poco.
—¡No le harás nada a Kook, él no hizo nada malo! ¡Déjalo en paz! —Gritó golpeándolo en el pecho con sus puños.
Yoongi soltó una risa de esas que demostraba lo malvado que era, que le valía mierda el mundo si era posible.
—Ah mi precioso muñeco, ¿Tanto te importa el niño? ¿Estás enamorado de él acaso? Él si lo está de ti, ¿No es una ternura? —sonrió siniestro.
Jimin sintió un agujero en su estómago que no tenía nada que ver con comida, miró a Jungkook a su lado, sabía que si decía que si, Yoongi lo iba a matar sin dudar, si decía que no, no tenia seguridad si lo iba a dejar vivo de todos modos. La mente de Yoongi era muy confusa y trabajaba de maneras muy retorcidas.
Su mirada y la de Kookie se cruzaron, él sabía y lo supo desde siempre. Jungkook nunca le fue indiferente porque cuando lo conocio su sonrisa le llamó mucho la atención. Sabía que le gustaba a Jungkook, y aunque a él también le gustaba un poco nunca quiso agrandar ese gusto ni convertirlo en nada más, porque no quería poner a Jungkook en peligro por su culpa, no con ese hombre detrás de él. Quería a Jungkook, pero tenerlo como amigo era mejor.
Volvió a arrodillarse al lado de Kook y se abrazó a él. Sus ojos furiosos miraron a Yoongi una vez más, él sabía leerlo perfectamente y lo único que hizo fue sonreír más con autosuficiencia, acercándose a él. Una de sus manos acarició su mejilla y la otra le entregó el mazo de púas. Su boca se secó al instante.
—Calma mi muñeco, el chiquillo ese estuvo en el lugar y la hora equivocada nada más. Dejemos de jugar amor y dale la bienvenida a tu verdadero regalo de navidad, sigue esperando por tí.
Yoongi le tomó de la cintura y lo hizo levantarse de donde estaba arrodillado con Jungkook y le hizo dar media vuelta, pero su cabeza giró para ver a Jungkook quien tenía sus ojos cristalinos. ¿Acaso dijo que Jungkook no era el objetivo?
¿Entonces?...
—Ji-jimin —Susurró Jungkook. El azabache quería a toda costa alejar a Jimin del mayor.
El pecho de Jimin se estrujó demasiado mirando a Jungkook.
Se detuvieron nuevamente un poco más allá alejados de Jungkook, Jimin no se había dado cuenta ya que su mirada estaba fija en Jungkook aún pero Yoongi lo tomó del rostro suavemente para que voltease a ver hacia al frente. Sus ojos se agrandaron aún más y algo caliente cubrió por completo su cuerpo.
Sintió a Yoongi a su lado acercarse y susurrarle al oído suavemente.
—Feliz navidad amor mío.
Lo era, la mejor navidad de todas las que pasó en mi vida y Yoongi lo sabía perfectamente, ya que aquella voz insistente en su cabeza había comenzado a repetirle una y otra vez lo que debía hacer:
"Matalo" "Mátalo Yoongi"
Los ojos de Jimin miraban fijamente a Yoongi y después de eso finalmente le sonrió. El pelinegro dejó un beso corto en sus labios.
Una vez más la vista de Jimin se posó en el objetivo frente a él.
Estaba atado con cadenas, pero no en una silla como Kookie, él estaba colgado del techo, su cabeza caía hacia un lado, no estaba muerto se notaba, sus ojos los tenía cerrados pero sus párpados temblaban.
—E-ese maldito —Susurró apretando el garrote en sus manos, sintiendo la adrenalina apoderarse de sus entrañas al ve al maldito viejo asqueroso Jung Yong Sung.
En ese momento todo lo malo que podía sentir una persona por otra renació en su interior. El odio, el rencor. La aversión y el aborrecimiento nunca antes habían sido tan descomunales dentro de su pecho mientras que el miedo que siempre sentía cuando él estaba cerca de él también se hacia presente.
Instintivamente una de sus manos que sostenía el garrote lo soltó y fue directamente hacia arriba de su ombligo en donde tenía aquella horrenda marca hecha por él y apretó ahí con sus dedos como deseando borrarla de su piel, como queriendo arrancarla de él porque era algo que aún lo mantenía enlazado con ese tipo.
Yoongi a su lado le miró y tensó su mandíbula y Jimin podría jurar que sus ojos se habían oscurecido de enojo contenido, sus manos se habían vuelto puños. Lo vio alejarse un momento, así que se quedó viendo al maldito que estaba colgado enfrente suyo.
—¿Te gusta tu regalo cariño? Puedes jugar con él como tú quieras, es todo tuyo —Susurró Yoongi en su oído causando un estremecimiento fuerte en su cuerpo.
Yoongi había regresado a su lado y no lo había notado, pero en su mano ahora traía un Taser el cual encendió para probar y de inmediato soltó una descarga en el aire.
—Voy a despertarlo para ti, cariño.
Observó atento sus movimientos, caminó lento hasta colocarse detrás de él y colocó el Taser justo en la parte de atrás de sus costillas, donde estaba el pulmón. Lo encendió y de inmediato la descarga eléctrica hizo que el hombre suspendido en el aire con aquellas cadenas pegara un brinco junto a un grito y comenzara a convulsionar.
La risa de Yoongi no se hizo esperar, parecía que le gustaba, se veía como un niño feliz probando un juego nuevo. Estaba ansioso por demostrarle a Jimin todo lo que podria hacer por él.
El viejo comenzó a soltar quejidos cuando despertó, sus ojos poco a poco se abrieron, fue más cruel en despertar al depravado que a Kook al menos eso estaba bien por ahora, Jimin no sabía al final por qué Yoongi tenía a su amigo aquí y qué haría con él.
El viejo Jung terminó de abrir sus ojos pero se tardaron en enfocar su vista, parecía perdido y muy aturdido, una descarga más con el Taser hizo que su cuerpo comenzara a convulsionar una vez más y pegara un grito de dolor, casi volvía a perder el conocimiento pero parecía que la intención de Yoongi era otra más que desmayarlo.
Finalmente enfocó su vista en Jimin y su rostro se deformo en una expresión de tremenda sorpresa. Lo repaso de arriba hacia abajo y de regreso y después trato de moverse pero vio que estaba firmemente atado a dos grandes cadenas unidas a dos armellas de metal pegadas al techo, volvió a mirar a Jimin.
—Kim… ¿Kim Jimin? —Dijo con la voz bastante ahogada por estar colgado del techo.
El rubio tragó saliva, aún le tenía terror a ese hombre frente a él, aún temía a su mirada sobre él, a su voz llamándolo. Pero debía ser valiente.
—No sé si debería llamarme Kim, ¿Verdad? —respondió armándose de valor.
Sonrió y casi se ahoga con su propia saliva, se movió aún más tratando de soltarse.
—Te lo dije pequeño, tú me perteneces a mí, desde siempre lo has hecho, llevas mi preciosa marca en tu delicado cuerpo —El viejo se paso la lengua por sus labios llevándose todo el sudor que su rostro regordete exudaba—. Ven bájame de aquí pequeño.
Negó apretando la mandíbula, una vez más su mano tocó la asquerosa maraca de los Jung y su cuerpo tembló.
—¿Qué es este lugar? ¿Aquí es donde te tienen mi pequeño? ¿Quién es el maldito imbécil que ha osado llevarse lo que me pertenece? —cuestionó con enojo.
Una carcajada sonó detrás de él, no era de alegría, era de desprecio, el viejo quiso voltear a ver pero su posición no se lo permitía. Yoongi estaba sintiendo que dentro de poco aquella bestia en él podía despertar.
—¿Quién eres tú malnacido? —volvió a replicar Jung.
—Que curioso ¿No Jung? Solo porque Jimin tiene una maldita marca dices que es tuyo pero, ¿sabes una cosa?, las marcas viejas pueden cubrirse con otras más indelebles, y este chico ya tiene las mías por toda su piel ¿No es así, cariño?
Jimin se estremeció por completo cuando lo dijo, con la voz grave y firme mirándolo a los ojos. Pasó saliva una vez más. Su corazón golpeteaba en su boca como loco.
—Sal de ahí maldito cobarde y da la cara quiero ver quien eres y pelea como hombre.
Yoongi rio nuevamente dándole otro toque eléctrico con el Taser lo que le hizo convulsionar más fuerte y jadear.
—Creo que no te has dado cuenta que no estás en condiciones de exigir nada, Jimin precioso dale la bienvenida a este huésped, tu sabrás como tratarlo eres al anfitrión esta noche.
Jung miró a Jimin sin comprender aún que el único rehén en ese lugar al parecer era él, que se lo habían servido al rubio en bandeja de plata y que esta noche era su noche.
Jimin dio un par de pasos hacia él, con el mazo apretado en sus manos. Se iba a divertir, podía sentirlo mientras que la voz creciente dentro de Yoongi se hacía más y más fuerte.
...
Hola mandarinas pido perdón por no actualizar esta semana estuve muy ocupada pero les traigo una pequeña maratón, espero la disfruten.
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