【treinta y seis】
ᴛᴜ ᴍɪsɪᴏ́ɴ sᴇʀᴀ́ ᴛᴜ ᴄᴀsᴛɪɢᴏ
—Es que no lo entiendes, si esto continua... —renegaba exasperado el joven Yaksha. Se tocaba las manos intranquilo y sus orbes tan confundidos, a veces molestos, a veces tristes, veían a su amigo.
El recién llegado, que se mantenía de pie junto a la cama, le observó. Cuidaba de la semidiosa sin consciencia, la que poco después de saber que estaba a salvo solo cerró sus ojos y descansó de la paliza que le habían dado una vez más.
Aether jamás pensó que llegaría a encontrar tan increíble desastre.
La cuidad le recibió como el héroe que era, a él y a su amiguita voladora, Paimon, sin embargo, cuando tuvo contacto con sus amigos y los que alguna vez fueron sus compañeros de viaje, supo que Charlie, su querida caballera, había desaparecido sin dejar rastro. Xiangling apoyaba la idea que Hu Tao había dicho como excusa, "que ella solo había vuelto a casa", pero Xingqiu sentía en el fondo que no era tan fácil como el asesor de la funeraria y la directora hacían ver; por su parte, Chonyung se ahorró sus comentarios.
—Está en casa, se fue sin despedirse una noche antes del rito de la linterna. —Fueron las palabras de la cocinera.
—Quiero creer que está a salvo. —Apenas menciono el señorito del gremio de comerciantes.
—No sé qué pensar al respecto. —Mantuvo su línea de margen el exorcista.
Pese a las respuestas de aquel trío, el rubio viajero no pudo más que dudar al respecto, sobre todo porque sabía que el caballero de hebras azulinas tenía un fuerte sentido de justicia, y al mismo tiempo, su compañero un tinte de desconfianza que ni él mismo entendía.
—Las consecuencias de nuestro encuentro y vivencias me arrastraron hasta una decisión que implica consecuencias graves. Sin embargo, el deseo de Charlotte fue continuar viviendo presa de mis errores, y no puedo quebrantar su voluntad por mucho que lo desee. —Zhongli fue sincero con el que podía llamar amigo, mas estuvo avergonzado de hacer saber que había metido a una persona muy importante para Aether en una encrucijada—. Puedes ir a verla en este momento, que estés de regreso le ayudará a sentirse feliz.
—Se encuentra en la morada de Rex Lapis. Está contaminada y no puede dejar que nadie la vea así, de lo contrario Liyue sabría que su Arconte no está del otro lado y se llegaría a la conclusión de que hay algo entre ellos dos. —Pero Hu Tao le dijo toda la verdad cuando le encontró en la montaña de regreso a su funeraria; apenas fueron unas palabras, el muchacho corrió presintiendo que había algo malo después de todo.
Y no estaba equivocado, cuando encontró a Xiao a punto de arrebatarle el aliento, entendió que incluso con la calma del castaño al contarle la verdad, lo cierto era que el desmoronado asesor solo trataba de mantenerse cuerdo, sobre todo porque su querida Charlotte ni siquiera era igual a como la recordaba.
—Xiao, trataste de asesinarla, ¿qué es lo que debo entender? —cuestionó, no molesto, pero si dudoso de su cercano.
El guardian le observó con las cejas arriba, tratando de controlarse, luego negó y le dio la espalda. No sabía que decir, pensaba que sus acciones eran obvias, o, ¿acaso Aether ya no confiaba en él?
Después de todo lo que habían vivido juntos...
—Nada, no debes entender nada. Lo que tengo que hacer no es asunto tuyo —respondió, decepcionado de sus mismos pensamientos.
—¡Claro que lo es! —exclamó el rubio, tratando de entenderlo. Sabía que Xiao era así, que estaba actuando bajo una pauta justificada, nunca haría nada que no fuese necesario—. Se trata de alguien importante para mí, alguien que me ha ayudado desde el inicio. Tú más que nadie sabe cuanto aprecio a los que me dan la mano, aún cuando ni siquiera saben de donde vengo.
Xiao volvió a negar con la cabeza, avergonzado, y amenazó con retirarse de la sala sin decir otra palabra. No valía pena pelear con el viajero, él no lo iba a entender nunca y era una lástima.
—Xiao, por favor... —rogó el muchacho una vez más.
No tuvo las agallas para detenerlo, no estando así, no obstante, quien sí pudo, fue la menor, que al escuchar el anterior grito abrió sus orbes y escuchó. De alguna manera supo que no estaba bien dejarlo ir así, por lo que se levantó y lo atrapó del brazo cuando este caminaba haciendo que se detuviera.
—Te entiendo perfectamente —dijo—. En tu lugar, haría lo que fuese necesario para salvar a alguien importante para mí.
Charlie entendía a la perfección la misión que este mismo se había echado a los hombros. Lo entendía, pero no deseaba morir, así que solo lo expresó:
—Estoy tratando de hacer lo necesario para quitarme la cadena del cuello, pero no puedo prometer nada, porque no estoy segura de que pueda hacerlo —confesó—. Aún así, no quiero morir de esta manera, no sin hacer todo lo posible por proteger al señor Zhongli.
El tacto en su mano se tornó cálido, aunque en ningún momento el de los orbes brillantes le dio la cara, solo, después de unos segundos, desapareció dejando tras de sí una brisa verdosa y oscura que antes ya había presenciado la muchacha; siendo el caso, dio la media vuelta para ver a su caballero, aunque apenas pudo mirarle, ya que repentinamente se echó a llorar, y cuando menos lo esperó el otro, ya la tenía entre brazos.
—Te he extrañado tanto... —lloriqueó en su pecho.
Parecía que el asunto cambiaba, pero extrañarle todo ese tiempo, el que Aether no pudiese ayudarle cuando lo peor sucedió y el que él tuviese tanto que afrontar nada más llegó, solo era una consecuencia del mismo y retorcido tema.
—Lo siento, no estuve para ayudarte. Debía protegerte, Charlotte, hacer lo necesario... Por mi culpa Tartaglia te lastimó, terminaste en el calabozo por algo que no hiciste, y ahora... —negó abrazándole con fuerza—. Debí volver a tiempo.
Había estado retenido en la región de la Arconte Electro todo ese tiempo, al final la solución viable dio lugar al termino de los conflictos y una vez más se vio salvando el día. También, producto de ello, había hecho contactos y cercanos compañeros de viaje con su hazaña, recordando en ese momento al par de hermanos Kamisato, porque su Charlotte le recordaba la elegancia que ellos desprendían, y al mismo tiempo, Ayato y Ayaka Kamisato le recordaban la inteligencia y valentía de la caballera; más curioso era el hecho de que incluso en apariencia eran similares...
—Tardaste mucho, pero he sobrevivido por milagro —aceptó la dama, sonriendo por la broma—. Ahora es más complicado, pero espero que me ayudes como siempre lo has hecho, Caballero Honorario.
Con cuidado el rubio le llevó a recostar una vez más, pues sabía que la factura de sobrevivir al Cazador de Demonios no era algo fácil. Después le hizo algo rico de comer y le consintió mientras le platicaba su aventura en Inazuma, a lo que, interesada, la extranjera puso mucha atención.
—Paimon está en el restaurante Wanmin —contestó él cuando se le hizo la pregunta—. Dijo que tenía mucha hambre y subir la montaña seguro sería agotador, así que se quedó. Al final no entiende del todo el tema de la contaminación.
Charlie asintió, observando como el muchacho comenzaba a recoger los platos sucios. Estuvo a punto de ayudarle, sin embargo, un pensamiento asaltó su mente curiosa, algo que hizo conección de repente.
—Xiao parecía muy triste —soltó imprudente, haciendo que el mayor se detuviera y ella lo mirase con las atención debido a la reacción que esperaba—. Supongo que algo debe pasarle al señor Zhongli con todo esto de la contaminación, pero, para ser sincera, no sé que sucede. Él parece estar bien y no me dice nada que no sea necesario.
—Cualquier consecuencia que exista, no es justificación suficiente para tratar de asesinarte —concluyó, poniendo una mala cara el joven—. Por eso no puedo entenderlo por más que quiera.
Charlotte parpadeo cuando le observó apretar los ojos con fuerza.
—¿Xiao y tú?... —Se detuvo antes de preguntar algo que no debía.
El otro solo parpadeó y suspiró de manera cansada.
—No es algo que esté tratando de esconder —respondió abochornado—. Pero es extraño que alguien lo descubra, porque él es tan complicado y al mismo tiempo tan transparente con lo que siente. Desde que lo conocí es igual siempre, nunca he podido entenderlo, por mucho que me mienta y diga que sí. Es un enigma.
—Lo entiendo, el señor Zhongli es igual, así que al final, ninguno sabe que es lo que verdaderamente sienten, no hasta que lo dicen con sus propias palabras. —Rio la joven tras apoyar.
El hecho de que los dos estaban tratando de comprender a alguien que amaban era solo un lazo más entre ellos, uno que se enredaba con los demás y se perdía...
—¿Estás h-herida?
Las palabras y la risa se esfumaron con las voz del recién llegado, que de pie en la puerta observaba con espanto las heridas de su amada semidiosa. Se acercó lentamente, y una vez frente a ella, levantó los brazos y sus manos fueron hasta la herida en su frente.
Al ver la mirada preocupada del castaño, la joven solo pudo impresionarse y al mismo tiempo sentirse mal; por su parte, el viajero se quedó en silencio, pues no deseaba echar de cabeza a su Guardian.
—¿Qué sucedió? Tienes... —Apenas pudo hablar, tomo sus manos, sus orbes dorados revisaron cada parte de su cuerpo, y la sensación de vértigo no desapareció del asesor.
—Fue... —Aun si no quería decir que su Yaksha había sido el responsable, Aether debía hacer lo correcto.
—Fue un descuido mío —mintió la extranjera, interrumpiendo al rubio—. Estaba entrenando, me alejé de la casa y un monstruo me atacó. Afortunadamente, Aether llegó a salvarme a tiempo.
Sus miradas se entrecruzaron por un segundo, la de Charlie expresó que todo estaba bien, pero la del viajero apenas pudo soportar tal mentira por proteger a Xiao.
—Siempre tan temeraria. —Suspiró el mayor bajando la mirada—. Debes tener más cuidado, o de lo contrario, no podré tener la confianza de dejarte a solas una vez más.
—Estoy bien, no debes preocuparte tanto, incluso antes me he lastimado peor por mi trabajo. —Avergonzada de admitir su torpeza en algunas ocasiones, cerró sus ojos con fuerza y sonrió.
En ese momento, Zhongli le soltó y se alejó unos pasos, colocó las manos detrás de su espalda y después observó al rubio para agradecerle. Unos segundos después, hizo algo que dejó con la boca abierta a los restantes en la habitación.
—Xiao —llamó.
A su espalda, no pasaron segundos, el muchacho que se había ido anteriormente de la casa, volvió. Recargaba una rodilla sobre el suelo y apenas levantaba la mirada. De inmediato, Charlotte pensó que su mentira no había sido efectiva, después de todo un monstruo no podía derribarle tan fácilmente y Zhongli era tan inteligente como para caer, no obstante, sus órdenes fueron las siguientes:
—A partir de hoy, necesito que cuides a mi amada Charlotte cuando no esté presente. Además de hacerle compañía cuando se encuentre a solas; es una misión importante que te confío solo a tí porque te tengo en alta estima.
—¡No, espere!... —La mencionada brincó de la cama tras la sorpresa, pero Aether le detuvo de cualquier cosa que fuese a decir.
—Es una misión que Xiao puede cumplir a la perfección. Le ayudaré si es necesario —apoyó. Coincidencia o no, tener la tarea de protegerla, entonces eso significaba que no debía hacerle daño por segunda ocasión.
La joven miró al Guardian con lastima, no creía que eso fuese necesario, no después de saber que él apoyaba la idea de deshacerse de ella, por lo cual sería un castigo para él mismo.
—Entiendo, acataré esta orden tal como lo desea, Rex Lapis —aceptó el Yaksha sin objeción de por medio.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top