𝟏𝟕
Podía escucharse sus tacones chocar contra el piso.
Sus tacones de punta fina de tono oscuro, que combinaba con su falda tubo.
La heroína de cabellos verdosos similares a lianas se encontraba yendo de un lugar a otro, cargando documentos, corrigiendo informes, guiando a los demás trabajadores.
—¡No puedo más! —su voz salió cansadora mientras se encontraba recostada sobre su mesa de trabajo, y un aura deprimente la rodeaba—. ¿Como pueden Hawks-san y Todoroki-san con tanto trabajo? —se preguntó recordando a sus dos superiores que siempre los veía con alguno papel en la mano caminando de un lugar a otro en toda la agencia.
—Es porque estamos totalmente coordinados...
La heroína de rosas dio un salto por el susto que tuvo al oír aquella masculina y burlona voz frente a su centro de trabajo.
Al levantar la cabeza pudo descubrir dos par de alas carmesines y al dueño de estas.
—¡Bie...Bienvenido Hawks-san! —saludo con una reverencia nerviosa al ser descubierta en medio reproche por tanto trabajo.
El nombrado solo rió y le dijo que no se preocupara pues no hizo nada malo.
—¿Son los casos de esta temporada? —preguntó sujetando uno de los documentos y dándole una ojeada con la vista.
Poisonous Rose estaba a punto de contestar a su pregunta pero su atención fue a parar a otra parte justo en la misteriosa sonrisa que marcaba los labios del joven héroe.
La heroína sabía que su jefe siempre mostraba una sonrisa despreocupada y divertida, pero aquella sonrisa era diferente.
Se sentía diferente pues parecía como si por primera vez sus orbes dorados hicieran contacto con su sonrisa, pues ambos, tanto mirada como sonrisa irradianban una tranquilidad y calidez llamativa.
—Poisonous Rose... —la muchacha volvió en sí al oír su nombre y sentir la mirada curiosa de su superior en ella.
—Ah... Si.. hasta ahora hemos completado los casos menores —habló rápidamente mientras explicaba todo el progreso que la agencia había hecho mientras el héroe alado se encontraba ausente.
—Bajo la tutela de Shiro-san hemos resuelto los principales casos de este mes —terminó de explicar mientras le entregaba una hoja en donde se encontraba los detalles de los casos ya terminados.
Y ahí esta de nuevo.
Aquella cálida mirada, aquella brillante sonrisa.
—Ya veo... —respondió el joven héroe sumergido en su mundo, que tenía siempre su estación favorita—. Buen trabajo, me encargaré del resto.
Se despidió el de cabello rubio cenizo mientras dejaba a la heroína de las rosas venenosas suspirar aliviada de ya no tener tanto trabajo.
—Por cierto...
Y nuevamente Rose dio un sobresalto al oír la voz de Hawks.
—¡Bonito nuevo corte de cabello! —dijo lo último con una sonrisa mientras por fin desaparecía de su vista.
La joven quedó congelada, mientras su rostro se encendía en un fuerte tono rosa, comenzó a tartamudear preguntándose que sucedía, ¿por qué el cambio repentino de Hawks?.
¿Qué lo había hecho actuar así?.
Rose suspiró dejando aquellas preguntas según ella absurdas y decidió seguir con su trabajo. Ordenó algunas carpetas por importancia que se encontraban sobre su mesa.
—¿Dónde va los archivos de los casos ya resueltos? —murmuró mientras en sus manos cargaba una gran cantidad de carpetas.
—Cada caso resuelto va junto a sus archivo de información..
De nuevo la pobre heroína dio su sobresalto, esta vez por la femenina y fría voz de su compañera. Temblando un poco volteó para toparse con la mirada plateada y la helada presencia de la Todoroki.
—¿Shi...Shiro-san? —murmuró la pregunta volteando totalmente hacia la albina—. ¿No...no debería estar descansando por su herida? —volvió a hablar con tono de preocupación.
Pues toda la agencia había visto a través de las noticias el feroz enfrentamiento entre el anterior Símbolo de la Paz y su eterno rival que había ocurrido hace ya tres días.
—No me gustan los hospitales —contesto de forma monótona mientras sujetaba algunos archivos y los revisaba con calma.
La Winter Heroine se encontraba según ella bien, tan solo mantenía aún los vendajes en su abdomen y una en su mejilla izquierda.
Poisonous Rose parpadeó sorprendida, había notado la extraña serenidad y alegría que su compañera portaba.
—Shiro-san... ¿Se encuentra bien? —preguntó inclinando su cabeza a un lado curiosa, pues la falta del frío ambiente que siempre estaba al rededor suyo la descolocó.
La nombrada frunció las cejas sin comprender y tan solo se limitó en asentir.
—¿Quién se encarga de los casos de esta temporada? —preguntó mientras la ayudaba a guardar algunos documentos asustando aún más a la pobre joven.
—H...Hawks-san —respondió en tartamudeo.
Aki asintió y desvió la mirada al oír ese nombre.
La muchacha de Kosei de rosas venenosas, curiosa movió un poco su mirada para ver el rostro de la albina. Casi dejó caer los documentos que sostenía al presenciar, como un delicado tono rosado había pintado sus mejillas.
—Entonces iré a pedirles algunos para empezar a trabajar —habló Shiro llamando su atención y sacándola de la nebulosa de preguntas que la había consumido.
Rose la vio marcharse, al fin pudo respirar con calma, ese día no podía ponerse más raro.
Pero... Estaba equivocada.
—Por cierto Poisonous Rose —la voz de la Todoroki la sacudió de nuevo y la dejó firme aún sosteniendo los documentos—. Me gusta tu nuevo corte.
Dicho eso Shiro se despidió con una pequeña sonrisa y desapareció del lugar.
Dejando a una pobre Rose con la mente perdida y el alma a punto de huir.
Pensando, ¿que rayos les pasaba a esos dos héroes?
—Te había dicho que descansaras.
La albina suspiró y decidió dejar el documento que se encontraba leyendo, ya era la cuarta vez que el héroe alado le recriminaba el por qué había vuelto antes de tiempo al trabajo.
—No me gusta los hospitales —volvió a decir mientras intentaba leer de nuevo el informe pero una de las plumas carmesines del joven se las arrebatada—. ¡Hawks!.
El nombrado no contestó y tan sólo se acercó hasta quedar frente a su asiento y encerrarla colocando sus dos brazos en las reposeras del asiento. Acercando su rostro al suyo.
—No estoy bromeando Aki, ni ahora ni antes —susurró mientras sus pupilas triangulares y doradas no dejaban de cazar los plateados orbes de la heroína invernal.
Justo como hace tres días, justo como aquella situacion.
Sus respiraciones deseando unirse como si un imán los estirara entre sí.
—No bromeaba al decirte que me gustas —murmuró mientras detallaba cada rasgo del rostro de su copo de nieve.
Mientras más se acercaba, mientras más deseoso se sentía.
—No bromeaba... Al decir que te robaría...
De volver a probar aquel sabor que se había vuelto su droga favorita.
—Y te mantendría sólo para mí...
—Ese maldito pollo carnívoro.....
Murmuraba la Todoroki mientras caminaba por las calles de la ciudad, aún pobladas por una gran cantidad de personas pues aún era temprano.
Aún sentía sus mejillas calientes por el sucio truco de su compañero alado.
Quién había hecho ese seductor movimiento para poder eliminar todas sus defensas y obligarla a volver a su departamento a descansar.
Si, todo había sido un macabro plan de Hawks, para lograr su cometido. Aunque siendo sinceros. Todo lo que había dicho no era más que la verdad.
Puel el héroe de cabellos rubios cenizos y hermosos alas carmesí se preocupaba por la salud de su Copo de Nieve y no volvería a dejar que se sobre esforzada.
—Tsk...ese idiota —pensó Aki mientras lanzaba un suspiró rindiendose y cumpliendo con las palabras de Takami, ir a su hogar y descansar.
Mientras caminaba estaba tan metida en sus pensamientos que no notó que un individuo había chocado con ella de repente.
—¡Lo..Lo siento! —escuchó la joven voz del muchacho con el que había chocado.
—¿Te encuentras bien? —fue lo único que dijo mientras lo observaba levantarse y sacudir su vestimenta que al parecer era un uniforme escolar.
El joven estudiantes estaba a punto de contestar pero otro adolescente que llevaba el mismo uniforme paso corriendo a lado suyo.
—¡Apurate llegaremos tarde! —lo escuchó gritar sin detenerse.
La albina curiosa notó como el menor se asustaba y realizaba una reverencia para luego correr detrás de su amigo.
Aquel joven le hacía conocido y más aún al notar.
—¡Kotaro esperame!...
El tono naranja de sus cabellos y ojos.
—Nesaan estas congelando tu café.
La voz de su hermano menor la hizo salir de sus pensamientos mientras que la nombrada dejaba la taza cubierta de hielo en la isla y suspiraba agotada.
Durante todo el día no había podido sacarse la declaración de Hawks de su cabeza, y más aún lo sucedido esa mañana.
—Maldita ave.. —murmuró mientras sentía nuevamente sus mejillas y corazón caer rendidos a la calidez de aquellos recuerdos.
Ocasionando de nuevo.
—Nesaan estas congelado mi soba...
El descontrol de su Kosei.
Causado por cierta persona de ojos dorados y encantadoras alas carmesí, quien era el responsable.
De aquellos cálidos recuerdos.
Nota de la Autora:
Mil disculpas por no actualizar cuando dije que lo haría!!!.
Estaba pensando estar al día con mis historias pero adivinen que - _-. Mis finales se delantaron una semana, así de la nada.
Es por eso que no pude hacerlo.
Espero que les agrade el capitulo y de nuevo disculpen la tardanza.
También, estaré editando una nueva portada para esta historia :) veremos como sale.
Gracias por leer!
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