𝟎𝟗

¡Muevan a los rehenes a la cuarta habitación, no dejen que nadie los intercepte!.

Era un día común en el distrito Kyushu, los villanos creando desastres para eliminar la paz que los héroes luchaban por mantener.

¡Dejen libres a los ciudadanos! —habló un oficial a través del megáfono que sostenía con sus manos, ubicado detrás de las patrullas que rodeaban el edificio.

Dentro de dicho lugar, la banda de criminales se encontraba realizando su siguiente movimiento.

¡No nos iremos sin antes lograr nuestro propósito! —habló fuerte y firme el líder de los hombres, mientras se encaminaba hacia el gran ventanal del cuarto piso—. ¡Es nuestro momento, los villanos ya no estaremos en las sombras de los héroes!.

Y así, empezaron de nuevo a moverse.

Lo rehenes fuera del alcance de los oficiales, las armas cargadas para detener a la policía que intentaba infiltrarse y poder retenerlos.

Pero les era imposible a causa de los disparos por parte de los villanos.

¡¿Dónde están los héroes!? —exclamó un oficial resguardandose detrás de una de las patrullas.

Mientras algunos de sus compañeros disparaban contra los ladrones.

¡Ya hemos solicitado ayuda! —contestó otro.

¿Entonces aceptas?.

En lo alto de un edificio, cerca del desastre entre los ladrones y  los policías.

El viento acariciaba las hermosas plumas de sus alas, que se encontraban extendidas con gusto.

No pienso perder —murmuró la heroína de cabellos como la nieve, con simpleza, para luego sin emperar mas, lanzarse a la acción creando un camino de hielo que la llevaba directo hacia uno de los pisos del edificio robado por los villanos.

En cambio, Hawks no pudo evitar reír divertido por la apuesta que habían hecho, y no pudo evitar sentir entusiasmo por lo que obtendría si lograba dicha apuesta.

Tampoco pienso hacerlo —pensó y con aquella sonrisa se dejó caer de aquella altura, hasta extender sus alas y volver a elevarse.

Pues él, no puede controlarse con las cosas que quiere.

Cayó de rodillas intentando ser sigilosa, mientras observaba a él piso en donde estaba.

¿Dónde estarán? —murmuró caminando hacia las escaleras de incendio, mientras decidía si subir o bajar.

Pero un grito del piso de abajo la hizo ir hacia allí, mientras que a cada paso, conjelaba el piso con una fina capa de hielo, con la intención de cubrir el edificio completo, para que luego de liberar a los ciudadanos tan solo sorprender a los villanos y retenerlos gracias al hielo.

Llegó al piso de abajo, notando la presencia de unos hombres con capuchas y armas. Volvió a observar con rapidez notando que no había personas inocentes en el lugar. Por lo cual podía actuar sin limitaciones.

Hawks se encargará del rescate —pensó al observar un diminuta pluma carmesí, que no fue notada por los villanos, sonrió divertida sin poder evitarlo al parecer el héroe alado no la dejaría ganar la apuesta.

Sin esperar más se dejó ver por lo villanos mientras decidía cubrir su rostro con la bufanda de su traje.

¡¿Quién anda ahí?! —gritó uno apuntandola con el arma que llevaba en sus manos, dejando a resaltar lo nervioso que se encontraba.

Aki no contestó hasta que todos le prestarán atención y también apuntarán con sus armas.

¡Dinos quien eres! —habló el que al parecer sería el líder, mientras hacía señas a sus hombre para rodearla.

La albina los examinó, eran 8 hombres tan solo en aquella habitación, por lo que suponía que los demás estarían esparcidos por el lugar y además, debería haber otro grupo con los rehenes.

¿Dónde están los rehenes? —preguntó con simpleza mientras se cruzaba de brazos y observaba a todos con sus filosos orbes plateados.

La mayoría de los hombres extrañados, sonrieron divertidos por su tonta pregunta.

¿Y crees que te lo diremos, héroe? —habló uno mientras se acerca hacia ella.

Shiro suspiró y sonrió también confundiendo al ladrón cerca suyo.

Como siempre, existen personas que juzgan por las apariencias.

Y aquello lo supieron los criminales, que sin darse cuenta de cómo, su cuerpo empezó a bajar de temperatura al igual que el aire.

Volveré a preguntar —habló la heroína con suavidad dando unos cortos pasos, acercándose al hombre que la había subestimado y lo observó a los ojos.

La temperatura bajó drásticamente, ocasionando que las persona no pudieran respirar bien, pues el aire helado se infiltraba en cada inhalación, llegando hasta sus pulmones irritándolos, secando su garganta y tapando las vías respiratorias, impidieo que pudieran respirar.

Era el método más rápido para someter a los villanos, claro a los de acciones menores.

Aki esperó a que ya no pudieran aguantar la falta del aire.

¿Dónde están los rehenes? —preguntó observando al hombre intentar conseguir aire, pero la temperatura era demaciada baja, que los vidrios de las ventanas se habían cubierto de escarcha.

El hombre derrotado contó todo, cuántos eran, cómo estaban distribuidos y dónde estaban los rehenes.

La albina ya confirme desactivó su Kosei, dejando que los villanos respiraran de nuevo, pero al sentir sus cuerpos débiles le fue fácil empezar a desarmarlos y a someterlos.

Pero cuando se encontraba por el quinto villano sometido, dos se levantaron intentado atacarla.

Uno utilizó su Kosei de cambia formas, cambiando su mano a un tipo de arma de corto alcance. La heroína se movió con rapidez y creo una pared de hielo protegiendose de los disparos, mientras notaba al segundo hombre correr hacia las armas con intención de ir en busca de ayuda de sus demás compañeros.

Chasqueó la lengua, no podía dejarlo huir, sino la misión se complicaría aún más, pues podrían herir a los rehenes.

Así que rápidamente dando un salto, dejó el muro de hielo que la protegía, y antes de que el villano del Kosei de armas volviera a disparar se dirigió hacia él sujetándolo del brazo y congelandolo deteniendo el uso de su Kosei.

Luego antes de que pudiera moverse también congeló sus piernas dejándolo echado en el suelo.

Ya deteniendo al primer hombre, fue hacia el segundo, quien ya con el arma en sus manos apuntandola.

¡No te muevas! —gritó con la respiración rápida y tiritando por el frío anterior que había sufrido.

Aki hizo caso, pues sabía que su hielo no sería tan rápido como para detener las balas, observó al villano con seriedad, pensando en que hacer.

Hasta que su mirada de plata, se quedó en un pequeño objeto de tono rubí revoloteando detrás del villano.

Sonrió y bajó la guardia, haciéndole creer que se había rendido.

Tu ganas —murmuró y suspiró rodeando los ojos—. Ganaste la apuesta...

El hombre nervioso no pudo comprender.

¡Que demonios estas diciendo! —gritó ya arto de todo ese caos, ya listo para disparar de una vez por todas.

La albina frunció sus cejas y se cruzó de brazos, esta vez observándolo a él.

No te estaba hablando a ti —exclamó sin preocupación.

Y luego de aquellas palabras el hombre sintió algo incrustarse en su espalda haciéndolo caer y dejar de lado el arma.

El dueño de aquellas plumas carmesínes suspiró mientras caminaba hacia la heroína con una sonrisa despreocupada, mientras sus plumas rodeaban a todos los criminales y los trasladaban hacia los pisos de abajo, donde la policía ya había accedido y se encontraban somentiendo a los miembros restantes del grupo.

¡Ahh, lo has afirmado! —habló Hawks con una sonrisa mientras quedaba frente a ella y no despegaba sus miradas—. Eso quiere decir, que debes cumplir con tus palabras.

El héroe alado sonreía con vigor y picardia mientras la rodeaba con sus alas de forma instantánea.

Pero la albina no contestó, tan sólo se acercó más a él, causándole nervios que trató de ocultar.

Pero nada se escapa a de la mirada plateada de la Todoroki.

No lo creo —murmuró en su oído con lentitud, causando un sin fin de emociones en el joven de cabellos rubios cenizos.

Pero, según Keigo, el "romántico" ambiente fue eliminado en el momento en que la albina creó un pedazo de hielo que noqueo a un criminal que venía hacia ellos por detrás del héroe alado.

Quién al estar tan perdido en sus pensamientos a causa de las acciones de su compañera, no había notado la presencia del hombre.

Pues ahora estamos iguales —terminó de hablar Aki, con una pequeña sonrisa mientras se aleja a totalmente del rubio y se dirigía hacia el pobre hombre que había noqueado.

En cambio Hawks suspiró derrotado, por no haber ganado la apuesta definitivamente.

Debí haber dicho el que lo hiciera primero —murmuró con una sonrisa mientras desordenaba sus cabellos.

La apuesta que habían hecho antes de realizar su trabajo de héroe, trataba de que, si uno de los dos se encontraba en apuros y el otro lo ayudaba. El que fue ayudado perdería la apuesta y cumpliría el pedido del ganador.

Pero, como ambos se habían ayudado, habían quedado en un empate.

Pff.

El joven volteó hacia su compañera, notando la sonrisa casi invisible en sus labios.

Debía admitirlo, adoraba conseguir aquella sonrisa, pero más que todo.

Adoraba ser la causa de ellas.

Muchas gracias, Hawks-san, Shiro-san.

Habló un oficial mientras ya todo se encontraba controlado, con los villanos sometidos y los rehenes siendo atendidos por los médicos que habían llegado a la escena.

Siempre es un placer ayudar —contestó el rubio con una sonrisa mientras observaba al oficial.

Pero al hacerlo notó el comportamiento del hombre hacia su compañera, quien no prestaba atención, sino que se encontraba observando a los ciudadanos ser atendidos.

Takami también notó las intenciones del policía de ir hacia su compañera, pero no se lo permitió.

Pues con la ayuda de sus alas, rodeó a Aki, quien no pudo evitar sorprenderse y observarlo esperando una explicación de su acción. Pero el rubio tan solo se quedó observando al oficial.

Si eso es todo, debemos retirarnos. Aún falta  llenar el informe sobre el caso —dijo Hawks con una sonrisa de lado mientras pegaba a él, el pequeño cuerpo de la Todoroki.

El oficial trató de hablar pero la mirada dorada del héroe le hizo tragar sus palabras.

Sin decir más, Keigo comenzó a caminar arrastrando a Aki consigo.

Quien aún estaba casi en shock por las palabras de su jefe de agencia.

¿Llenar informes? ¿Tú? —preguntó sin dejar de caminar, notando la actitud extraña del rubio, quien tosiendo dijo que sí, que tenía la intensión de cambiar y ser más responsable a partir de ese momento.

La albina suspiró y sonrió divertida mientras  cruzandose de brazos se detenía, logrando que él también lo hiciera.

Me alegra que esa sea la razón —habló, notando cómo Hawks fingía orgullo, mientras la observaba acercarse a él de nuevo hasta quedar a centímetros de su cuerpo.

Causando de nuevo aquellas emociones en él, aquellos sentimientos.

Y no sea por las acciones del oficial —terminó de hablar mientras lo rodeaba y seguía con su camino a paso calmado—. Idiota —susurrando lo último en forma de broma.

Hawks suspiró al ser descubierto, y derrotado por segunda vez, pero como siempre se dice.

La venganza...

Quizás si lo sea  —murmuró mientras la detenía de nuevo, haciéndola voltear hacia él otra vez.

Aki sintió sus mejillas pálidas teñirse un poco de carmín, al notar la punzante mirada de tono oro del héroe puesta en ella, de una forma totalmente diferente a las de antes.

Pero, ¿quién fue la persona que reclamó a este idiota como suyo? —susurró con lentitud y diversión en cada palabra.

Sin duda es dulce.

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