𝟎𝟐

Se deslizaba con agilidad mientras el hielo se creaba bajo sus pies, permitiendola desplazarse con velocidad.

Sus orbes grisáceos en un solo punto en particular, dio un salto por los aires, llegando a recibir el cuerpo con sus brazos y sujetandola con fuerza mientras volvía a crear hielo de bajo suyo y así descender a la tierra.

No te preocupes ya estas a salvo —habló con tranquilidad dejando a la persona en el suelo, quien aún se aferraba al abrigo de su traje—. Todo está bien —volvió a decir mientras se alejaba y suspiraba pensando en cómo calmar a la pobre ciudadana.

Había cumplido otra acción heroica.

—¡Bien hecho Copo de Nieve! —gritó el héroe alado y según la Todoroki persona insoportable que tenía como jefe y compañero de patrullaje.

Hawks había salvado a la mayoría de las personas que se encontraban en peligro a causa de un ataque de villanos a un edificio. Y en cambio Shiro se encargaba de apagar las llamas, pero como su compañero se encontraba con todas sus plumas ocupadas, también se encargo de salvar a la última persona que a causa del movimiento brusco del edificio había caído de uno de los pisos. Pero la albina había sido más rápida y la sostuvo antes de que tocará el suelo.

Ahora al haber culminado con éxito su trabajo de héroe, se acercaba según ella la parte más molesta de todas.

Responder a los reporteros de noticias.

Señorita Shiro, joven Hawks. ¿Algunas palabras para las cámaras? —habló un reportero mientras las cámaras los rodeaban—. Segundo todos, ustedes han sido la mejor pareja de Héroes que más casos han resolvido perfectamente.

El héroe alado sonrió de lado causando suspiros en sus admiradoras que se encontraban por allí, con su mirada dorada dio una ojeada al lugar para encontrar a su Copo de Nieve alejándose de las cámaras. Con una expresión divertida en su rostro, extendió una de sus alas carmesines para rodear el cuerpo de la albina con ella.

Aki sintió unas suaves caricias en su hombro y brazos descubiertos, pues se había sacado la chamarra de su traje. Observó unos plumajes brillantes de tonos sangre pegarse a su piel, rodeó los ojos y soltó un suspiró al saber lo que se venía.

Sintió un empujón de aquella ala y luego su cuerpo chocar contra otro más firme.

Así es, sin dudas somos un gran equipo —habló el rubio cenizo para luego soltar una risa y pasar unos de sus brazos por los hombros de la Todoroki.

La heroína aún estando pegada al pecho del joven lo sintió vibrar al oírlo soltar una suave risa. Suspirando se alejó y lo observó de una forma fría.

Shiroi-san, ¿por qué no ha aceptado la transferencia que su padre le ha ofrecido desde hace más de un año? —habló una reportera mientras apuntaba con su micrófono a la albina.

La nombrada frunció aún más el ceño al oírla hablar de su viejo, siempre era lo mismo. Sin importar cuántas hazañas realizará, siempre sería comparada con su progenitor o siempre salía una pregunta sobre su relación con él.

Aki estuvo a punto de contestar pero su mente fue saturada por un recuerdo importante. Parpadeo varias veces, queriendo ser congelada o incluso rostizada por haberlo olvidado.

¿Qué horas es? —preguntó ignorando a la reportera que frunció las cejas, cosa que no importó a la heroína, quien tan solo observaba a su compañero de patrullaje.

El de cabello rubio le devolvió la mirada con confunción, dándole una ojeada a su reloj de muñeca, volvió sus orbes dorados a su compañera de trabajo.

Son las 10:46 a.m —respondió y sintió el cuerpo de la albina tenzarse, pues aún la rodeaba con una de sus alas.

La Todoroki se apartó con brusquedad y comenzó a correr dejando de lado a los reporteros y a Hawks, quien trató de seguirla pero las cámaras y sus fans se lo impidieron.

Corría por las calles esquivando a las personas, ni siquiera se detuvo a quitarse su traje de héroe que tan solo consistía en unos jeans ajustados rasgados, una remera negra pegada al cuerpo, y una chamarra café claro corta, que solía utilizar remangada hasta los codos. Acompañados de unas botas con cordones un poco más abajo de las rodillas de tonos oscuros. También llevando debes en cuando otro abrigo de color rojo sujeto en su cintura, como también algunas veces una bufanda de tono claro.

Parecía tan solo un conjunto casual, pero esta echo de una tela resistente a las bajas temperaturas que su cuerpo podía crear. Aunque tan sólo tenía eso, pues la albina no creía importante utilizar un traje llamativo y colorido, se confirmaba con algo cómodo que le ofrezca mayor accesibidad en movimientos bruscos.

Corría hacia las instalaciones en donde se llevaban a cabo el Festival Deportivo de la U.A.

Le había prometido que asistiría, y sin portar las consecuencias lo cumpliría.

Sin importar encontrarse con su padre.

Hawks suspiró ya aliviado de haber podido escaparse de sus seguidoras, se encontraba sobre una antena de comunicaciones. Observando las calles, buscando con la mirada una cabellera tan blanca y pura como la nieve que cubría la ciudad, se preguntaba por qué había salido corriendo con un gesto de preocupación en su rostro.

Suspiró dejando salir el aire helado de sus pulmones, sus alas siendo acariciadas por el viento helado, las abrió y se lanzó de las alturas para continuar con su búsqueda.

Tratando de recordar en donde debía ir Todoroki Aki. Tan apurada.

Subió las escaleras a paso rápido, hasta encontrarse con los alargados pasillos de paredes grises del lugar. Oía la voz de Present Mic en los altavoces dando por comenzada la última etapa del festival, suspiró aliviada de haber llegado, por lo cual comenzó a caminar a pasos calmados, tratando de regular su respiración, pues había corrido más de diez cuadras para poder llegar a tiempo.

Tenía la esperanza de que su presencia no sea llamativa, ni de mucho menos toparse con su viejo.

Pero como siempre su suerte era un asco.

Sus botas quedaron pegadas al suelo al verlos.

El héroe No. 1 se encontraba frente al No. 2, All Might frente a Endeavor.

Suspiró por el pésimo momento que estaría por vivir, si no fuera tan importante cumplir su promesa, tan sólo daría la vuelta y volvería por donde había venido. Pero no podía, cumpliría su promesa sin importar que.

Siguió su camino, entrando por aquella puerta y llamando la atención de ambos héroes veteranos. Quienes observaron a la joven heroína de dos forma muy distintas.

El de cabellera rubia y puntiaguda sonrió sin poder evitarlo, acercándose a su ahora joven compañera de trabajo.

¡Shiro-jōnen, que bueno es volver a verte! —dijo acompañado de su común risa mientras desordenaba los blanquecinos cabellos de la nombrada—. Hace tiempo que no nos vemos, ¿qué tal tu nueva agencia?.

Toshinori trataba de apasiguar el ambiente sofocante y a la vez helado que se sentía en el lugar con ambos Todorokis.

Un gusto verlo de nuevo Toshinori-san  —habló la albina con cortesía, aumentando el engrosor de la sonrisa del rubio—. Me ha ido bien.

—Es bueno oírlo —sonrió y vio la mirada algo fría de su antigua pupila, suspiró comprensivo de aquella situación.

La Todoroki se despidió del Símbolo de la Paz, para luego dirigirse a las escaleras que daban a las gradas en donde uno podría observar los combates que se llevaban a cabo.

Pero un dura y potente voz la detuvo.

¿No fui claro que al decir que no te quería cerca suyo? —habló el héroe de fuego aún de brazo cruzados, observando a su hija con repulsión.

La albina no volteó a verlo tan solo apretó sus manos en forma de puños, volviendolas blancas.

All Might sintió el sudor correr por su frente al sentir el ambiente subir de temperatura de forma drástica.

Ya deberías estar al tanto de que no me importa nada de lo que tu digas, hagas o pienses —dijo con voz fría y dándole una leve mirada, notó como el gesto de su padre se descomponía aún más al sentir el cambio drástico de la temperatura a uno mucho más frío y anormal.

Eres una... —fue interrumpido al sentir las flamas de su cuerpo casi extinguirse.

Tus amenazas ya no tienen efecto viejo —dijo mientras seguía caminando y sus pies cubrían el piso con una fina capa de hielo a cada paso que daba—. Recuerda que yo no soy Fuyumi —su voz sonó fría—. No me aléjare de Shouto solo porque a ti se te de la haga.

Sin más se fue del lugar, dejando de nuevo a los dos héroes.

Tsk... —el Todoroki frunció el ceño con rabia, observó a su rival para luego voltearse y alejarse a grandes sancadas.

Toshinori suspiró sin saber hacia dónde ir. Aquel encuentro lo había dejado en medio de dos polos opuestos, él sabía que los koseis de padre e hija eran totalmente opuestos.

Tanto que se habían encargado de destruir el lazo que unía a ambos, sin portar que fueran familia.

La batalla de su hermano menor había culminado, la albina se encontraba corriendo por los pasillos en dirección a la enfermería.

Al llegar abrió la puerta sin siquiera pedir permiso. Llamando la atención de los que se encontraban adentro.

Aki notó a unos jóvenes en el lugar, además de Recovery.

¡¿Qué es esa forma de entrar niña?! —gruñó la vieja heroína mientras se acercaba a ella a pasos lento con ayuda de su bastón.

La albina suspiró calmandose.

Me disculpo Recovery-san, tan solo quería saber como se encontraba mi hermano —se disculpó.

Luego de un corto regaño de la enfermera de la Yūei, pudo acercarse a la camilla del bicolor, bajó la atenta mirada de al parecer compañeros de su hermano.

El vieja heroína pidió que los dejaran a solas.

La albina notó como el muchacho de cabellos verdosos y desordenados, de tiernas pecas se sonrojada mientras susurraba cosas acerca de la heroína. Le regaló una pequeña sonrisa pues le parecía adorable aquel pequeño.

Ya solos, observó como su hermano abría sus orbes de distintos colores, posándolos en ella.

Has cumplido con tu promesa —susurró cerrando los ojos un poco por el cansancio.

La joven heroína no pudo contenerce y lo rodeó con sus brazos, colocando su cabeza en su pecho.

No te defraudaria nunca, no a ti Sho-kun —susurró y lo sintió temblar.

Sabía su estado luego de la batalla que había tenido contra el muchacho de las pecas, sabía que su cabeza estaba hecha un lío.

Sintió que Todoroki le correspondía y se acercaba mas a ella, ocultando su rostro en el hueco entre su cuello y hombro.

Aki suspiró y acarició las bicoleres hebras de su cabellera, como solía hacerlo cuando eran apenas unos niños.

Se quedó ahí junto a su querido hermano menor, pues ya no lo volvería a dejarlo solo. Como lo había hecho antes.

Cerro la puerta de la habitación de huésped en donde había dejado al menor de los Todorokis descansar, pues el había pedido quedarse junto a ella.

Sonrió un poco sin poder evitarlo, sin importar la fría personalidad de su hermano, aún seguía siendo el cariñoso y mimado pequeño que solía pedirle que lo arropara.

Como lo había extrañado.

Se adentró a su habitación, sin encender las luces, mientras soltaba sus cabellos color nieve de aquella coleta alta que solía utilizar. También comenzando a sacarse las botas y chamarra de su traje. Se detuvo antes de continuar devistiendose al notar una sombra en el balcón de su habitación.

Suspirando, dio un bajo gruñido y sujetando su pijama se metió en el baño, para luego salir ya cambiada y observar con enojo al intruso.

¿No puedes no hacerlo por lo menos por un día? —se quejó mientras se sentaba en su cama y lo veía entrar por las puertas del balcón, notando que él llevaba una sonrisa divertida —. No me encuentro de ánimos Hawks.

El nombrado soltó una baja risa mientras acariciaba sus hombros, pues el frío había atravesado su abrigo, a causa de haber esperado largas horas a que la albina llegara a su departamento. Adentrándose a la habitación se sacó su abrigo dejándose abrazar por la cálida temperatura del lugar.

Tan sólo estaba preocupado por ti, no puedes juzgarme, ni acusarme  —bromeó mientras se dejaba caer al lado suyo y la observaba con atención, perdiéndose en los detalles de su rostro que el perfil de la Todoroki le dejaba apreciar—. ¿Todo en orden Copo de Nieve? —murmuró en tono bajo mientras notaba el bajo ánimo de su compañera de agencia.

Una de sus hemosas y carmesines alas se extendió por sí sola cubriendola, como si deseara acobijarla y cubrirla de todo.

Aki volteó a verlo y tan solo asintió con una pequeña sonrisa en sus labios, su semblante demostraba el cansancio que llevaba consigo.

No es nada Keigo —murmuró cerrando los ojos dejándose llevar por la reconfortante sensación que aquellos suaves plumajes le daban en cada rose que tenían con su piel.

Takami tan solo suspiró y se dejó llevar hacia atrás, cayendo de forma suave en la cama y llevando consigo a la albina, cubriendola está vez con ambas alas, para que no pasara frío en aquella noche de invierno.

Descansa Aki —murmuró dando suaves caricias en sus largos y según él hermosos cabellos albinos.

Quizás llevaban tan solo un año de conocerse, pues ese era el tiempo en que habían trabajado juntos y en la misma agencia. No sabía cómo habían llegado a tal punto de ser tan unidos, como para estar en aquella situación tan intima. Pero aquello no le importaba.

Después de todo el invierno le gustarle cada día más.

Y para albina aquellas alas carmesí que le daban suaves caricias le gustaban cada día más.

Nota de la Autora:
Hola!.
Capitulo nuevo, que lo disfruten!.
Quería comentar que en esta historia será diferentes a las otras en donde los personajes, se conocen y conviven por un largo tiempo. Aquí he acelerado el tiempo un poco, aunque eso no quiere decir que todo vaya tan, tan rápido.

Tan solo como se trata de personajes de una edad no tan temprana —como las otras historias de BNHA— pensé en hacerla de este modo.

Eso es todo, espero que les guste el nuevo capítulo.

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