𝓟𝓻𝓸́𝓵𝓸𝓰𝓸 ❅
Los tacones de sus botas sonaban al estar en contacto con el piso de aquel gran salón, caminaba a pasos calmados, mientras que en su mano llevaba un café el cual era su favorito. Un café amargo con dos cucharadas de azúcar y muy caliente.
Lo cual era extraño al hablar de su particularidad.
En su mano libre sostuvo los documentos que hablaban de su traslado a otra agencia de Héroes.
—Ese viejo —dijo de forma amarga al pensar en su padre—. Aún luego de 10 años sigue siendo un dolor de cabeza.
Terminando con su café la lanzó de forma certera al sesto de basura.
Odiaba a aquel héroe orgulloso, más por todo lo que había hecho a su familia. Aún recordaba la vez en que todo acabó llegando al límite de huir de su hogar, dejando a su pequeño hermano con aquel hombre. Lo lamentaba pero en aquel entonces no podía hacer nada..
Pero ahora era diferente, tenía un gran futuro como heroína. Su debut como uno fue hace unos meses y ya era reconocida por muchos héroes y ciudades.
Aunque no todo fue por su esfuerzo, sino más bien por su sangre.
Su apellido.
Aquel apellido que lo unía a él, al hombre que arruinó su infancia.
—No se que es más escalofriante —el héroe No. 3 habló leyendo los documentos que aquella joven heroína le había entregado dejando a un lado las patas de pollo frito que estaba comiendo—. La frialdad de tu presencia o tu extrema similitud con tu padre —dijo burlon con una sonrisa en sus labios.
La de largos cabellos albinos sujetos en una coleta alta lo observó sin inmutarse, aunque algo enojada por haberla comparado con su viejo.
Hawks el héroe de hermosas alas carmesines estaba a punto de volver a hablar pero la heroína lo interrumpió.
—No se que es mas perturbador —su voz suave y calmada sacudió el interior del rubio ceniza, y sus ojos grises lo hicieron perderse por un momento—. Tu sentido del humor, o que te comas a tus parientes —dijo dando una rápida vista a las alitas de pollo.
Hawks quedó sorprendido, y más aún al ver según él, la seductora sonrisa en la Todoroki.
Volvió en sí al oír una risa tratando de ser suprimida pero era inevitable, notó a su subordinada reír de su estado.
Bufo por aquello y buscó a la albina pero ya no la hayo en el lugar. Tan solo sintió la briza fresca en su oficina.
Volvió a observar aquellos papeles de traslado y sonrió de lado sin poder evitarlo.
Sin dudas sería interesante, tener a la hija de Todoroki Enji bajo sus alas.
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