Reto: Ya no me duele


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Un entrenamiento del FC Barcelona, todo parecía normal, nadie se imaginaba que era el comienzo de una historia que marcaría un antes y un después en dos de sus jugadores, una historia que demuestra claramente que el amor viene de donde menos lo esperas y en el momento que menos lo esperas.

El defensa central procedente de Martorell sube las escaleras de la ciudad deportiva para acceder al césped de entrenamiento junto al delantero valenciano, el cual era su mejor amigo, mientras charlaban sobre el fin de semana, ya que ambos lo habían tenido libre debido a la suspensión del partido de liga que tenía el equipo azulgrana por el clima.

Aunque nada más poner un pie en el verde, el catalán fija su mirada en los chavales del filial que vienen a entrenar con el primer equipo, aunque su atención va sobretodo a uno de ellos, el cual estaba constantemente refugiandose en otro de los chicos, como si tuviera miedo.

Eric: ¿Y ese chico?
Ferran: ¿De quién hablas?
Eric: Del que está medio escondiéndose

Ferran mira hacia los chavales y identifica rápidamente a quien se refiere su compañero.

Ferran: Ese es Gavi, uno de los más pequeños del filial, a lo mejor solo está un poco asustado. ¿Por qué no vamos a animarle?
Eric: Paso, la verdad
Ferran: Vale señor hielo, como usted prefiera

Eric pone los ojos en blanco mientras su amigo se aleja y simplemente cruza los brazos rodeando su abdomen, buscando protegerse.

Cuando ve a Ferran acercarse, el centrocampista andaluz sigue escondiéndose tras Nico, su mejor amigo desde siempre. El mediocentro gallego no puede evitar reírse por la actitud de su amigo, a pesar de que ya está cerca de la mayoría de edad muchas veces se portaba como un niño pequeño que tiene miedo a alejarse de su madre o de su padre.

Nico: Gavi por favor, que no pasa nada
Gavi: Si pasa, esto no es como los entrenamientos de siempre

El futbolista originario de A Coruña va a responder, pero en ese momento Ferran llega hasta ellos, dejando su conversación un poco en stand by.

Ferran: Hola, venís del filial, ¿no?
Nico: Si, hoy es nuestro primer día. Y perdona por la imagen que está dando este chaval, es un poco tímido.

El valenciano se ríe y mira al andaluz, que respira profundamente y se endereza saliendo de detrás de su amigo, dispuesto a enfrentarse a lo que le toque.

Gavi: Mi nombre es Pablo, aunque me llaman Gavi
Nico: Yo soy Nico, quien me llame Nicolas se come el balón
Ferran: Mi nombre es Ferran, encantado de conoceros y espero veros por aquí más a menudo

El andaluz asiente pero su mirada va directamente hacia el central catalán que está un poco alejado de todos dando toques.

Gavi: ¿Y a él qué le pasa?

El gallego y el valenciano miran en la dirección que señala el mas pequeño del grupo, encontrándose el mismo panorama que Gavi.

Nico: ¿Por qué está tan solo?
Ferran: Es Eric, el equipo le llama el chico de hielo pero es buen chaval, lo que pasa es que no es de esas personas que sea muy de dar el primer paso en conocer a gente por cosas de su vida
Gavi: No tiene por qué estar solo, voy a hablar con él

El gallego se queda algo extrañado, su amigo no suele ser tampoco de dar el primer paso, aunque siempre hay una primera vez para todo.

El primer sorprendido fue el andaluz, algo dentro de él le decía que fuera con el central. Lo conocía de ver los partidos y de cruzarse con él por las instalaciones del Barcelona, pero no habían tenido una presentación formal como tal, quizás ahora es su momento.

Eric da un toque un poco más fuerte de la cuenta y pierde el control del balón, pero antes de que pueda corregir su error, es Pablo quien controla el esférico, cogiéndolo en sus manos después de dar dos toques para controlarlo. Mira al catalán a la cara y le ofrece una sonrisa tímida, esperando poder romper el hielo sin que se molestase.

Gavi: Se te ha escapado
Eric: Le he dado más fuerte de la cuenta, un momento de despiste
Gavi: ¿Por qué estás tan apartado?
Eric: Me ayuda a centrarme
Gavi: Soy Gavi, que no me he presentado
Eric: Eric, encantado
Gavi: ¿Te importa si doy toques contigo?
Eric: ¿Por qué no?

El más joven sonríe y empiezan a dar toques pasándose el balón. El mayor de los dos no puede evitar sonreír mientras el balón va del uno al otro, se sorprende de su decisión porque nunca acepta que nadie esté con él en ese momento de concentración, pero no puede negar que ha estado bien.

Hace ya unos meses de su primera conversación, habían tenido muchas más y algunas veces, cuando su grupo de amigos había quedado en casa de alguno, se habían sentado juntos, por no hablar de buscarse con la mirada en los entrenamientos.

Hoy tienen día libre en la concentración de la selección, el catalán mira el techo de su habitación nervioso, dudando si ir a buscar al andaluz para ir juntos a dar una vuelta y despejarse. No quiere hacer el ridículo ni tampoco sufrir, su corazón ya está muy dañado y no quiere volver a sufrir, pero, ¿Y si es la oportunidad de ser feliz?

Suspira de nuevo y se levanta de la cama mirándose en el espejo de la habitacion, ¿Por qué Pablo se iba a fijar en él? Primero que le gusten los chicos, eso lo primero, pero claramente hay chicos mejores que él. Más guapos, que comenta menos errores, con la vista perfecta, con menos inseguridades, sin daños emocionales...

Llaman a la puerta y el central azulgrana va hacia la puerta para abrir, encontrando al chico que ocupaba su mente.

El mediocentro blaugrana no podía quitarse a su compañero de la cabeza, y en cuanto lo ve no puede evitar sonreír, si de normal le parece un chico bastante guapo, con gafas le parece adorable.

Gavi: ¿Molesto?
Eric: En absoluto, ¿Pasa algo?
Gavi: Quería saber si quieres venir a mi habitación y jugamos a la play, Pedri me ha dejado tirado por irse con Ferran, Balde y Ansu

El andaluz llevaba un tiempo dudando si ir a por su compañero o no, en el equipo todos le conocen como el chico de hielo y no sabía si podría ser él quien lo descongelase, pero quería intentarlo, a lo mejor acababa dolido, pero merecía la pena arriesgarse.

Eric: ¿Y si te propongo otro plan?
Gavi: Te escucho
Eric: ¿Y si vamos a dar un paseo? En la comida les he oído a algunos compañeros que hay una playa aquí cerca que es tranquila, si te apetece.....
Gavi: Es genial
Eric: ¿Te apetece?
Gavi: Si, ¿Quedamos en 5 minutos en recepción?
Eric: Perfecto

El más pequeño vuelve a su habitación a la vez que el mayor cierra la puerta, ambos corazones laten muy deprisa esperando que esa tarde suceda algo que marque sus vidas.

Pasaron una tarde divertida en la playa, pasearon y se bañaron tranquilamente jugando y haciendo tonterías, aprovechando que no había nadie para ser solamente Eric y Pablo, dos chicos jóvenes que tienen una cita, aunque ninguno de los dos la considere así en este momento, y se divierten.

Ahora están viendo el atardecer tumbados en la arena, aunque la mirada de Eric se desvía a su acompañante sin poder evitarlo. Claramente tiene miedo a lo que está sintiendo, aún tiene el corazón herido de su anterior relación y no quiere volver a pasar por eso, pero algo le dice que él es diferente, que puede ser la persona que le complementa. ¿Pero merece la pena arriesgarse?

Pablo tampoco tiene la mente en blanco, en su cabeza no deja de estar presente la posibilidad de que el chico que está tumbado a su lado sea más que un amigo, que sea la persona con quien celebrar las victorias y en quien apoyarse en las derrotas. Pero no se olvida de lo que se comenta en el equipo, de que Eric es el chico de hielo, alguien que está casi siempre solo, aunque en el tiempo que llevan hablando se ha formado la teoría de que él no es así y que alguien le hizo ser así.

El andaluz se gira a mirar a su compañero y sus miradas se cruzan, se quedan mirando fijamente como si buscaran algo en el otro que les hiciera alejarse y dejar de sentir. Los ojos del central solo muestran una mezcla de miedo y esperanza mientras que los del centrocampista reflejan tranquilidad y timidez, aunque ambos dejaban ver el cariño que se tenían solo con fijar la visión en la mirada del otro.

Es el más pequeño quien va acortando la distancia que les separa hasta que sus alientos prácticamente se mezclan, aunque se detiene para evitar malestar en su compañero, aunque todos los pensamientos negativos desaparecen en el momento que el mayor da el paso final y sus labios se unen en un beso lento y lleno de sentimiento.

Siguen besándose al mismo ritmo hasta que se ven obligados a separarse por la falta de aire en sus pulmones, en ese momento ambos se miran a los ojos, pero las palabras sobran.

Ahora es el catalán quien acorta la distancia y el andaluz quien finalmente la elimina por completo, fundiéndose en otro beso igual de sentimiento que el primero, pero sin duda con muchos menos nervios y miedos.

Pensar en el futuro ahora no tiene importancia, para ellos no existe nada más que ese momento de los dos, después pasará lo que tenga que pasar, pero eso ya vendrá, ahora sólo quieren pensar en sus corazones latiendo muy deprisa solo por unos besos que pueden significar mucho

Meses han pasado desde ese día en la playa, y hoy es un día especial, hoy Pablo cumple la mayoría de edad.

Entre él y Eric las cosas están muy bien, tienen pequeñas citas siempre que el fútbol se lo permite y aunque no han vuelto a besarse, no hay momentos incómodos, todo es bastante natural.

El centrocampista nacido en Los Palacios contempla la ciudad condal desde un mirador al que le ha traído el central proveniente de Martorell, lleva varios años viviendo en ella, pero nunca la había visto desde este punto de vista.

Gavi: Esto es precioso
Eric: Sí que lo es, si
Gavi: ¿Vienes mucho por aquí?
Eric: Cuando necesito paz y tranquilidad
Gavi: La verdad es que es muy tranquilo
Eric: Bastante, no voy a mentir

El andaluz se gira para mirar al catalán y no puede evitar sonreír al verle

Gavi: ¿Te he dicho ya que con gafas estas mejor que con lentillas?
Eric: Puede, solo unas 4 o 5 veces

Los dos se ríen, pero el central azulgrana no puede evitar que dentro de él haya un debate sobre creer las palabras de su compañero. Si tiene que destacar una de sus mayores inseguridades es su miopía, con las lentillas se sentía más tranquilo porque así nadie lo sabía y sin duda era su plan para hoy, pero tiene revisión ocular mañana y para que sea realista tiene que estar sin usar lentillas tres días antes.

Pablo se acerca al chico y entrelaza sus manos, hoy ya es mayor de edad y a ojos de la ley son libres de empezar una relación si ambos están de acuerdo. Él lo tiene claro, quiere intentarlo con Eric a pesar de que saben que le lloverán comentarios no muy buenos, ve las redes y sabe lo que se dice, pero no va a dejar que esa gente decida su felicidad.

Eric aún tiene sus dudas, una parte de él le dice que lo intente, pero otra le dice que no se arriesgue. Sabe que lleva una carta que puede desequilibrar la balanza, pero le da miedo sacarla, sin duda es un arma de doble filo, pero debe hacerlo simplemente para dejar de comerse la cabeza.

Eric: Tengo una cosa para ti
Gavi: ¿Más? Si con la sudadera, el libro y la cena has hecho mucho
Eric: Esto es un poco más sentimental, y puede que no te guste porque...
Gavi: ¿Por qué que?
Eric: Solo espero que no estropee el dia
Gavi: Seguro que no

El catalán saca del bolsillo un sobre que le tiende al andaluz, quien lo coge y lo abre con miedo, sacando de él la mitad de una hoja doblada, encontrando unas frases escritas a mano:

Quise curar mi corazón y contigo lo conseguí
Yo quise querer de verdad y contigo lo descubrí
Yo quise olvidarme de todo y que mis sentimientos solo hablen de ti
De ti no quiero separarme, la distancia duele
Por ti sí que vale la pena
Y es contigo con quien quiero despertar

¿Aceptas a este chico que solo quiere que ambos seamos felices? ¿Intentamos ser más que amigos? ¿Quieres ser mi pareja?

Las lágrimas se acumulaban en los ojos del pequeño y abraza a su compañero sin dudarlo, sin duda sabía la respuesta a la pregunta y un claro sí, estaba en una nube y no podía tener mejor regalo de cumpleaños.

Eric: Puedes pensar tranquilamente la respuesta, y si esa respuesta es un no, lo entenderé
Gavi: Ya tengo mi respuesta, y sin duda es un sí. Si te acepto, si quiero que lo intentemos y por supuesto quiero que seamos pareja

Una sonrisa se instala en la cara de Eric y ambos se funden en un tierno beso que ambos estaban deseando, que necesitaban y que marcaban un antes y un después en sus vidas. Se separan un momento y se miran a los ojos, ambos felices por el desenlace del momento.

Eric: Te quiero
Gavi: Te quiero

Sus labios vuelven a unirse, con la intención de que esos besos sean parte de su día a día de aquí en adelante

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