Reto: Paralyzed
https://youtu.be/7iWV5DdVUMg
REALIZADO POR Martiqueta
—Tío, ¿me estás escuchando?
No. Por supuesto que no. Llevo un rato ensimismado en la visión más perfecta que alguna vez mis ojos contemplaron, no puedo evitarlo. Durante un segundo, mis ojos se desplazan de su objetivo para centrarse en mi amigo, que me observa con una expresión de preocupación en el rostro. Como si esta pequeña acción, que fue corregida al segundo para volver a admirar lo que me había hecho perder la noción de la realidad, fuese una afirmación mi compañero continuó con su discurso.
—Te lo vuelvo a repetir, tienes que empezar a olvidarte de...
Y mi mente vuelve a perderse.
Minutos atrás, mientras me encontraba con Logan en la mejor cafetería de la zona, sentía cómo si el peso del mundo estuviese sobre mis hombros e intentase aplastarme con toda su fuerza. Caytlin, la que fue mi novia durante los últimos dos años, me había dejado días atrás con un mensaje de texto que llegó a mi teléfono cuando me encontraba leyendo la lista de la compra que tan cuidadosamente habíamos preparado la noche anterior. Ha sido un duro golpe, sobre todo el llegar a casa y encontrarme con que había recogido todas sus cosas y lo único que quedaba como testigo de nuestro amor era el maldito sofá verde manzana que ella había querido comprar con tanto ahínco.
Logan lleva un rato intentando, con todas sus fuerzas, que pase página. El nunca se ha tenido que enfrentar a esto, pues su relación más larga había sido con su novia del instituto, que duró dos meses. A partir de ahí su vida se ha basado en el desenfreno y los ligues de una noche, pero yo llevo tiempo queriendo asentar la cabeza y pensaba que con Caytlin lo iba a lograr.
¡Qué equivocado estaba!
Y después de dos cafés bien cargados y muchas frases motivacionales, había conseguido salir de mi desánimo al ver entrar al establecimiento a la que estaba seguro que sería la protagonista, durante los próximos días, de mis sueños.
En el momento que abrió la puerta, una pequeña campana que se encontraba encima de esta comenzó a sonar y, a pesar del bullicio que había en el interior de la cafetería, escuché perfectamente el sonido, como si de trompetas celestiales se tratasen. Me quedé completamente paralizado viendo la luz asomar por detrás de su esbelta figura. Alta, voluptuosa, con la mirada agobiada mientras echaba un vistazo alrededor, probablemente buscando con dificultad una mesa vacía donde sentarse. Cuando la encontró, una pequeña sonrisa apareció en sus labios y pensé que esos dientes ligeramente torcidos eran lo más dulce que había visto en mi vida. Avanzó deprisa hacia la mesa, que estaba justo detrás de Logan, con una pequeña mochila que colgaba de sus brazos. Sacó un ordenador y comenzó a teclear con rapidez, concentrada, mientras el camarero le tomaba la comanda y levantaba la vista sin parar de escribir para dedicarle otra de sus sonrisas que deseé que hubiese sido para mí.
—Voy al servicio, pide la cuenta que vamos a ir a preparar con Carlos y Kendall la salida de esta noche.
Asiento, como un autómata, y creo que emito un ligero gruñido, pues Logan abandona su asiento sin dirigirme la palabra. En este momento, la chica de mis sueños a puesto un bolígrafo entre sus labios y continúa mirando el ordenador con el ceño fruncido, cosa que me parece adorable.
Mientras intento reconectar con la realidad y que mis músculos vuelvan a moverse antes de que alguien se de cuenta de que la miro como si fuese un pervertido, comienzo a pensar en por qué me está pasando esto.
¿Qué me ha llevado a fantasear así con una completa desconocida?
Mi psicólogo diría que el sentimiento de abandono y la falta de cierre en mi relación con Caytlin, de la que solo han pasado un par de días, me están haciendo obsesionarme y buscar otro objetivo para encontrar la validación que esta no me ha dado. Mi madre, que estoy siempre pensando en lo mismo y, a pesar de que nunca me había pasado algo similar. Y Logan, bueno, si se llega a dar cuenta me dirá que le pida el teléfono, la invite a la fiesta de esta noche y me dé una pequeña alegría.
Pero, en mi cabeza, estoy seguro de qué algo mágico está pasando. No es normal que quiera pasarme el día contemplándola, ni que quiera sentarme a su lado para preguntarle cómo se llama y saber todo sobre ella, aunque sea incapaz de mover un musculo en este momento. No solo eso, siento miedo, pues sé que no es normal obsesionarse tanto con una persona que no conoces y has visto por primera vez hace unos minutos.
—Macho, ¿no has pedido la cuenta? Te lo voy a perdonar porque sé que no estás en tu mejor momento, pero esta noche invitas tú a los chupitos.
No me he dado cuenta de que Logan volvió, por lo que pego un pequeño respingo. Cuando intento que salgan palabras de mi boca noto como se dirige hacia mi izquierda, probablemente a la caja a pagar sin esperar mi respuesta. Vuelvo a mis pensamientos mientras sigo contemplando a la chica, que parece hablar por teléfono.
De repente, levanta la vista y durante un instante nuestras miradas se cruzan. Sus ojos son tan verdes que puedo verlos desde aquí. Unas largas pestañas enmarcan su mirada haciendo que parezca más intensa de lo que podría parecer. Los nervios invaden mi cuerpo, pero soy incapaz de apartar la vista de ella.
Gracias a un nuevo designio del destino, parece que no se ha dado cuenta de que estoy observándola, y continúa pasando su vista por el local cómo si ese momento entre los dos nunca hubiese sucedido, a pesar de que mi corazón está tan acelerado que noto como se va a salir de mi pecho. Justo cuando he decidido que voy a levantarme, saludarla y preguntarle por su nombre, veo que su sonrisa se ensancha y saluda a alguien con entusiasmo.
Y no a cualquiera, a Logan.
Se levanta mientras noto el sudor comenzando a salir de todos los poros de mi cuerpo, porque mi amigo se acerca a ella y está dándole un cálido abrazo. No estoy preparado para conocerla, por mucho que hace unos segundos pensará que sí.
¿Y si me pongo nervioso y se me escapa algún eructo? ¿Y si digo algo estúpido, perdiendo mi oportunidad de causar una buena impresión? ¿Y si no le parezco atractivo?
Todas estas inseguridades me atacan mientras los dos vienen a nuestra mesa. Intento levantarme, pues Logan me ha señalado y parece indicar con la cabeza que quiere que una a ellos, pero al ver que no me muevo de mi sitio le dice algo al oído y acaban los dos a solo unos centímetros de mí, donde no puedo dejar de mirarla, embobado.
A tan corta distancia, noto su aroma dulce y avainillado, mezcla que hace que mi cerebro se active y empiece a desvariar pensando en como sería el tacto de su cuerpo. Una sonrisa, esta vez nerviosa, se dibuja en su cara y escucho a Logan comenzar a hablar.
—Sé que no es un buen momento, con todo lo que te ha pasado, pero quiero presentarte a Ramona —dice mientras la coge de la cintura y ella comienza a sonrojarse—. Nos estamos conociendo y, bueno, todo va viento en popa, tío.
Veo la complicidad que tienen, ignorando completamente durante unos segundos mi presencia, mirándose entre ellos, como si nada más existiese alrededor. En ese instante, puedo moverme. Ya no estoy paralizado. Llevo una mano hacia mi rostro y, con voz trémula, solo una palabra escapa de mis labios:
—¿Qué?
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