☆Capítulo 15


La mudanza oficialmente había dando inicio y Jimin tenía una montaña de cajas regadas por toda la sala del apartamento donde ya no viviría con Taemin y Minho.

Taehyung y Hobi también estaban presentes ayudando con la mudanza.

     —Tae ¿Podrías dejar de esculcar mis cosas? El camión de mudanza viene en media hora.

Taehyung hizo un puchero con sus labios y dejó la caja de fotografías de Jimin en la entrada.

     —Ay no puedo creer que Minnie ya se va a mudar. —Chilló Taemin.

     —No llores  los vendré a visitar seguido. —Repuso Jimin mientras dejaba otra caja más donde llevaba su gran colección de zapatos.

     —En realidad lloro de felicidad, al fin dejaremos de escuchar tus gritos de perra exagerada cuando Minho deje sus chones colgados  en el baño. —Habló Taemin.

     —O cuando Taemin deje comida dentro del microondas.  —Añadió Minho.

     —O como  cuando nos comíamos tus...

     —Ya ya OK, ya entendí malos amigos. —Protestó Jimin.

En ese momento Yoongi entró por la puerta de la entrada hacia la  sala. Llevaba su cabello agarrado en una coleta, lo usaba así solo cuando estaba de descanso.

     —¡Amor!

     —Traje la comida, así comemos todos juntos antes de irnos.

Jimin le Arrebató las bolsas a Yoongi y las dejó sobre el piso y se tiró a sus brazos dramáticamente.

     —Te extrañé.

     —Bebé, me fui media hora. —Sonrió Yoongi.

     —No importa para mi fue una eternidad.

     —Oye Jimin, esta caja de consoladores y dildos ¿Las tiro? No creo que ya los vayas a usar ya que tienes una de Carne real.

A Jimin se le habían puesto sus mejillas coloradas por la imprudencia de Tae.

     —¡Kim Taehyung, deja de esculcar mis cosas! —Jimin le quitó a Tae la caja con la cara aun rojita. —Ay Dios que vergüenza. —Susurró.

     —No importa bebé,  él tiene razón ya no las vas a necesitar.  —Yoongi le sonrío elevando sus cejas traviesamente.

     —¡Yoongi!

     —Ya par de tórtolos vamos a comer.

Hobi entró también a la habitación con más cajas y las colocó también en la entrada.

     —Listo Jimin, creo que es todo, acabamos a tiempo antes de que viniera el camión. ¿Qué es eso? —Preguntó mirando la caja que Jimin tenía en sus manos.

     —Son de Tae. —Jimin se las devolvió a Taehyung quien con su mirada estaba por asesinar a Jimin.

     —¿Aún tienes el que se llamaba Yoongi? —Preguntó Taemin revisando en la caja. —Oh si, este es.

Jimin quería que se lo tragara la tierra y lo escupiera en cualquier lugar lejos de esa bola de malos amigos.

Yoongi lo tomó por la cintura y le habló al oído.

     —¿Así que Yoongi eh? ¿Cómo me imaginabas amor?

     —Y-yo... ay que... noo Yoongi.

Yoongi sonrió dejando besos por el cuello del rubio quien volvía a estar con sus mejillas encendidas.

     —¿No pueden esperar a estrenar su casa? Par de cochinos. —Les regañó Minho pero sin borrar su sonrisa de sus labios.

Almorzaron entre risas y bebieron un poco y al final acabaron llorando a lagrima viva y moco tendido porque Jimin  se iba a ir.

     —No me iré lejos, es cerca a una hora.

     —Lo sabemos es solo que...

Taehyung ya no habló y se dedicó a llorar sobre el hombro de Hobi quien dejaba varias caricias en su cabello.

     —Ahora cuando vayamos a casa vas a Mostrarme como usabas a ese tal "Yoongi".  —Susurró Yoongi señalando con la vista la caja de los consoladores y las mejillas de Jimin se volvieron a poner rojas por el calor que eso le provocó.

Luego fue una emotiva despedida que duró otra media hora más y como el camión de la mudanza ya se había ido debían alcanzarlos para que hubiese alguien en la casa del lago que los reciba.

Horas más tarde...

La mudanza había quedado a medio desempacar.

Los ojos de Yoongi estaban dilatados al ver como Jimin se introducía aquel dildo hasta los más profundo, ya tenía una gran erección debajo de su ropa al ver la escena que Jimin le estaba montando, con sus piernas bien  abiertas, la cabeza hacia atrás y su boca abierta dejando salir varios jadeos.

     —Mmmhg Ahh Y-yoon. —Jadeó con fuerza enfocándo sus ojos en el pelinegro.

     —Si bebé aquí estoy.  —Su voz era más gruesa de lo normal debido a la excitacion.

Yoongi se quito el botón de su jeans y bajó el cierre acercándose a Jimin mientras con una mano sacaba su miembro y lo masajeaba y ya desprendía pre semen por lo intensa de la situación.

     —¡ahh Yoongi! —Jimin movía con más insistencia aquel dildo dentro de él.

     —¿Qué bebé? ¿Me quieres a mi? ¿Eso quieres?

Se acercó para ponerse frente a él en la cama y Jimin asintió con sus labios apretados.

     —Yoon p-por favor mmmhg ahh...

Yoongi no quiso hacerlo esperar más además de qué él mismo ya estaba demasiado excitado y de un sólo movimiento se introdujo en él para luego comenzar a moverse con frenesí dentro del rubio.  Jimin Chilló con algo de dolor por la intromisión brusca pero luego ahogaba pequeños gemidos agónicos llenos de placer al ser tomado de aquella manera  sin piedad y eso lo estaba llevando a la locura y a la gloria.

     —Mmm Jiminie estás tan apretado amor, m-me encanta cielo. —Gimió Yoongi en su oído.

De un movimiento Yoongi les dio vuelta a ambos y así Jimin quedó sobre él,  comenzó a saltar más rápido sobre Yoongi escondiendo su cabeza en el cuello del contrario.

     —Ahh Yoongi si... mmmm ahh. —Sonaba por todo el lugar.

El pelinegro levantó una mano y dió una fuerte palmada sobre una voluptuosa nalga de Jimin quien jadeó de exquisitez por ese acto.

Se movían al unísono como un sólo cuerpo, una sola alma. Así eran ellos unidos, guiados por el destino hacia un mismo lado. Sus cuerpos eran uno solo, llenos de placer a flor de piel. Así se amaban, así se deseaban como nadie.

Las embestidas comenzaron a ser más cortas pero más rápidas provocando el roce del pene hinchado sobre las paredes anales de Jimin quien jadeaba sin parar, comenzó a menearse sin control sobre su amado ya que éste le golpeaba la próstata sin piedad con su duro y largo miembro.

     —Ji-Jiminie Dios... —Yoongi pudo sentir como las  paredes anales de Jimin se contraían apretando más su miembro y lo sintió delicioso y mortal que no quería correrse jamás.

     —Mmm Yoongi ya n-no... — Gimió o más bien Gritó sin contenerse, sólo las cuatro paredes de esa habitación pudieron apreciar el momento exacto cuando aquellas dos almas llegaban juntos a la cima del placer.

     —Vaya, que excelente manera de inaugurar nuestra casa amor. —Sonrió Yoongi calmando su respiración y dejando besos por todo el cuello de Jimin.

El rubio sonreía con cada beso dado y Yoongi apreció todas esas marcas que había dejado en la piel del rubio, ahora sabía que Jimin era suyo, solamente suyo y nunca jamás  seria de nadie más que no fuera él.

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