☆Capítulo 10

Salir de un agujero profundo no era algo fácil, algo que decías con la boca pero no podías realizar con acciones así de simple. Jimin había caído una y otra vez... Las drogas, el alcohol y el sexo sin control nuevamente se apoderaron de él después de la partida de Yoongi.  Él pensó que podía superarlo fácilmente pero no fue así.

Pero jamás deben dar por hecho algo.

—¿Precioso, vamos a divertirnos un rato? ¿Eh? Veo que tienes ganas, lo dice tu carita hermosa de zorra hermosa.

Jimin sonrió dando un último tragó a su Martini y se relamió los labios mirando al chico frente a él.

     —¿Y Vamos a bailar? —Volvió a hablar el chico.

     —Mmm Si, me gustaría bailar, tienes razón tengo ganas de divertirme. —Dijo tomando de la mano al chico a su lado quien se sorprendió por el repentino movimiento de Jimin y luego sonrió con una perfecta sonrisa geométrica.

El chico que hacía unos segundos había estado acosando a Jimin se les quedó mirando ofendido.

Jimin arrastró a Taehyung hasta la pista de baile donde la música a alto volumen mantenía a todos adictos a ella quienes bailaban sin sesar al ritmo de toxic. Jimin sonreía genuinamente mientras bailaba moviendo sus caderas de manera sexy y lenta mientras levantaba sus brazos llamando la atención de más de alguno por ahí.

Tae le veía y también se permitió reír, estaba orgulloso de Jimin, se había sabido controlar estando en ese club al que había aceptado ir con él con algo de miedo en su ser.

Los primeros días para Jimin fueron un verdadero suplicio, pasaba largas noches de insomnio y temían que volviera a abusar de sus pastillas para dormir, también bebia demasiado pero lograron que entrara en rehabilitación y había dejado de hacerlo.

Habían sido 8 meses donde verdaderamente Jimin había estado luchando con sus demonios internos tratando de no caer de nuevo en sus garras, solo que había uno que desistia de desprenderse de él.

Y claro tenía nombre y apellido.

     —¡Park Jimin!

El nombrado abrió sus ojos, estaba tan entretenido bailando con Tae que no pudo refutar en cuanto fue arrastrado por entre la multitud y llevado afuera.

Sacó el aire de sus pulmones y luego se cruzó de brazos.

     —Jungkook déjame en paz, me has quitado la diversión.  —Se quejó.

El azabache sonrió ladino, sus ojos oscuros atravesaron los claros de Jimin.

     —Jimin tú eres mío, yo elijo cuando dejaras de servirme ¿Entiendes? —Rápidamente sujetó a Jimin de los brazos atrayendolo hacia él con fuerza y buscando sus labios.

Jimin apretó los labios, no quería besarlo porque eso significaría volver a caer y volver a eso que no quería,   a las drogas, no quería depender nunca más de Jungkook y su maldito vicio.

     —Deja a Jimin en paz, maldito drogadicto.

Jimin alzó ambas cejas cuando Taehyung apareció en la luz que los rodeaba a ambos.

Jungkook miró a Taehyung y lo analizó, luego alzó la ceja retador.

     —¿O qué?

     —O te las veras conmigo imbécil. —Recitó Taehyung con sus brazos cruzados.

Jungkook no pudo evitar reír ante el estúpido  valor que emanaba el pelirrojo frente a él.

     —Bonito. —Sonrió. —Pero estúpido.

Volvió su rostro ahora a Jimin de nuevo y volvió a buscar sus labios pero fue obligado a soltarlo. Taehyung lo había alejado de su presa y luego un puño se estrelló en la mandíbula de Jungkook.

El azabache lo miró con ojos de furia llevándose la mano a la mandíbula y parte de su labio roto con un hilito de sangre bajando por ahí.

     —Te vas a arrepentir Cerecita. —Le dijo antes de irse de ahí.

Taehyung rodó los ojos y se volvió hacia Jimin quien tenía sus ojos levemente cristalizados y se abrazaron.

     —Tae Tae... gracias creí que me llevaría otra vez a la fuerza como la última vez. —Murmuró impidiendo que sus lágrimas arremolinadas salieran a flote.

El pelirrojo lo abrazó fuerte, había aprendido que Jimin era un buen amigo una buena persona solo que con un camino desviado, algo que se podía arreglar.

Ya no tenía ninguna comunicación con Yoongi pues él al llegar a su destino cambio de número. Pero sabía que si Yoongi veía a Jimin luchador se iba a enamorar un poco más.

     —No volverá a tocarte Minnie, estoy yo aquí.

Jimin sonrió, al principio desconfiaba de Tae pues apareció así de sorpresa en su casa haciéndose amigo Rápidamente de Taemin y MinHo pero después le tomó un cariño especial a él y a Hoseok. De alguna manera le hacían sentir cerca de Yoongi aunque ambos decían no saber nada de él.

     —¿Volvemos adentro? —Preguntó Taehyung y el rubio negó.

     —Tae... quiero caminar.

El pelirrojo asintió y comenzaron a caminar por la acera, Jimin sentía algo nuevo dentro de él. Hacía meses que estaba limpio, desintoxicado y había comenzando a beber alcohol de manera cuidadosa en compañía de sus amigos pero él solo jamás por temor a descontrolarse y caer.

     —¿Sabes algo de Yoongi? —Preguntó. 

Taehyung negó, le daba pena pues Jimin cada día preguntaba por Yoongi y Tae temía que en verdad Yoongi ya se hubiese olvidado de Jimin, pues simplemente dejó de responder sus llamadas y sus mensajes y un día no supo más de él.

Jimin por su parte no le había tratado de llamar ni escribir,  había pactado poner tierra y mar de por medio para sanar sus heridas y pensar en Yoongi las mantenía abiertas haciendo difícil sanarlas.

La recuperación no era nada fácil, habían pasado solo 8 meses aún y temía caer de nuevo.

Pero la ayuda de sus amigos fue la clave principal para no caer nuevamente. Le habría dicho a Yoongi sobre eso, y muchas veces se recriminaba el haberlo alejado y arrojado a los brazos de otro, Yoongi podía haberlo ayudado también pero no podía con la vergüenza. Eso lo mataba.

Aún así ponía todo de su esfuerzo para salir de ese agujero negro llamado adicción. 

Él no lo sabía pero  el proceso de recuperación de las adicciones a sustancias producían  importantes cambios tanto a nivel cerebral como psicológico, cambios que se manifestaron a través de signos y síntomas de índole físico y psicológico que el rubio a penas pudo soportar sucumbiendo un par de veces nuevamente.  Pero Taehyung y los demás siempre estuvieron ahí.

Fue precisamente Taehyung quien lo llevo a la primera terapia y ahí mismo Namjoon el especialista  le explicó que iba a pasar por cuatro fases de recuperación y que éstas no eran para nada fáciles de sobrellevar.

Jimin acepto, él quería ser una persona diferente,  quería ser un chico normal que se divierte de la manera normal y por sobre todo quería dejar de depender de Jungkook y sus drogas, del sexo irresponsable y del alcohol.  Así que Aceptó y comenzó sus terapias de rehabilitación yendo con Namjoon todos los jueves, viernes y sábados.

Asi que al igual que un guerrero que va a la guerra armado con su mejor espada se enfrentó a la  primera fase de recuperación,  la de retirada o síndrome de abstinencia, empezó con el primer abandono del consumo de las drogas  que duró dos semanas pero fue terrible ya que eso desencadenó en deseos intensos de consumir de nuevo, entró en  depresión, le dio ansiedad, su energía estaba baja todo el tiempo y también se mantenía irritable siempre tratando mal a sus amigos, también el maldito insomnio e incluso se volvió paranoico, comenzó también a tener problemas de memoria y asustado se acercó a su mentor Nam quien le dijo que todo eso era normal, que si podía superar es fase lo demás seria menos complicado, sufrió mucho si... pero la superó finalmente.

La segunda fase fue mas fácil   ya que se trataba de la de abstinencia temprana y esa se  caracterizaba por la presencia de un estado de bienestar e incluso euforia al sentir o pensar que sus problemas con las drogas  estaban prácticamente resueltos. Se sintió feliz por ello ya que realmente vio un cambio positivo,  fueron 6 semanas y se sentía muy relajado su energía sufrió un  aumento  y también se sentía más optimista, la paranoia era menos insistente... lo que Jimin no sabía era que estas sensaciones lo podían llevar  a tener un exceso de confianza que podia causarle  problemas ya fácilmente pudo pensar que no era necesario prolongar el tratamiento, pero de nuevo Taehyung,  Hobi, Taemin y MinHo estaban a su lado todo el tiempo sin soltar su mano, y eso lo agradecía infinitamente ya que fácilmente pudo evitar algún disparador que lo llevase de nuevo a consumir así como había pasado antes, ya que fueron más de tres veces que Jimin intentaba pasar por el tratamiento de rehabilitación.

Taehyung y Hobi sólo así pudieron entender cuan profundo era el problema de Jimin y no lo culparon entonces por los errores que había cometido con su amigo antes. Debían ponerse en sus zapatos y la mejor prueba de que realmente no era una mala persona era que Jimin se dejaba ayudar, caía derrotado y se volvía a levantar incluso sin armas a su favor.

Cuando por fin el rubio llegó a la  tercera fase de recuperación que era la abstinencia prolongada o fase del muro sin duda, una de las más temidas  ya que lo vivió  como un retroceso debido a que el nivel de energía bajó, emocionalmente Jimin  se sentía  apático, triste, experimentó sentimientos de tristeza y rabia, soledad, incliso tuvo muchos conflictos con sus amigos y lo peor de todo fue que las ganas de consumir nuevamente había llegado.

MinHo y Taemin lograron llegar a tiempo antes de que cometiera alguna locura, y el rubio simplemente de echaba a llorar en su hombro.

La cuarta y última fase que era  la de adaptación y resolución... esa duró 4 interminables meses,  ya había  superado los síntomas de la abstinencia física, mejoró casi todos sus efectos, después de eso comenzó  por realizar actividades que le gustaban, y poco a poco se incorporó a su nuevo estilo de vida y estaba seguro se que no lo hubiese logrado sin la ayuda de sus amigos.

     —Tae...

     —¿Umm?

     —Gracias por no dejarme caer, por estar conmigo a pesar de haber lastimado mucho a Yoongi.

Taehyung sonrió comprensivo, ¿Cómo podía juzgarlo si no había estado en sus zapatos? Aún así veía todo el esfuerzo físico y mental que su amigo había hecho para salir adelante.  No... no podía juzgarle mal si verdaderamente Jimin había luchado por superar todo eso.

     —Te quiero Minnie y estoy orgulloso de ti, y sin duda Yoongi lo estaría también.

Jimin suspiró soltando una risita, ¿Sería verdad?

¿Qué sería de Yoongi? ¿Cómo estaría? ¿Seria feliz?

Quiza...

Quizá lo era.

Sonrió un poco con melancolía, sintiendo algo en su pecho pues aún lo amaba pero era feliz de imaginar que Yoongi estaba siendo feliz cumpliendo sus sueños al lado de alguien que lo amara y no lo arrastrara con él a ese pozo del que le había costado salir.


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