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El viento era frío, el suelo poco a poco se pintaba de blanco gracias a la nieve que ya empezaba a caer. Gon se maravillaba con las hermosas lámparas que colgaban de los puestos todas llenas de pinturas hermosas, artesanías y libros.
La música también era protagonista de la noche junto con las preciosas voces de las damas que acompañaban las melodías. Muy pocas veces se había dado el gusto de ver festivales y aunque entendía que era por su propio bien la idea de poder salir siendo un simple varón seguía rondando su cabeza aún cuando ya era mayor el sentimiento prevaleció en su sentir.
Recordaba los festivales a los que fue cuando aún era un niño, extrañaba mucho esos días dónde podía obtener todo el amor y el cariño que su chichi tenía para darle.
Aún así su cabeza siempre se preguntaba, ¿qué hubiera pasado sí...? Muchas veces su tía le obligó a ver el presente, preocuparse por el futuro, pero advirtiendo que no se obsesionará con el pasado. Aunque lo intentaba lo cierto era que no podía evitarlo, no solo replanteando decisiones del pasado si no su misma existencia.
¿No pudo haber nacido normal? Sin ser está cosa que era. Aunque si hubiera nacido como un hombre común conocer a Killua jamás habría sucedido.
Y eso... No le gustaba. Le costaba imaginar una vida sin que el albino estuviera en ella, no solo en forma romántica si no como amistad.
Miro de reojo al ojiazul que miraba las figuritas de madera que les habían regalado. Estaba muy pensativo, demasiado. Gracias a Kumiko antes de salir del castillo se enteró que el emperador había pasado parte de su tarde en la habitación de la princesa.
Eran amigos, es obvio que en cualquier momento Killua querría hablar en privado con su mejor amiga de la infancia. Quiso obligarse a pensar de la forma más sana posible, dejando que esa parte tan horrible y egoísta de su ser se escondiera de sí mismo.
"Es normal que te pongas celoso, es tu esposo" pensó para justificarse... Sin embargo, ¿en verdad era suyo? No, no lo era ni tantito.
Suspiro pasando su mirada a los nobles que veían la obra de teatro con emoción. Si ellos no hubieran llegado esto no estaría pasando, sobre todo esa niña que veía a Killua como si fuera la mejor carne en la mesa, no le agradaba. Peor aún cuando a su mente llegaban los idiotas del concejo si habían planteado que el emperador tuviera un harem obviamente aprovecharían la oportunidad de una niña bonita y fértil paseándose por el castillo.
Dieciocho años, eran años ocupados. Al menos para una joven dama de buena posición porque estás debían empezar a buscar un buen pretendiente además de seguir con el aprendizaje de todos los tipos de arte y aprender la sabiduría detrás de ser una buena esposa para luego convertirse en una madre honrosa.
Entendía que la muchacha tendría que estar buscando un buen pretendiente la capital le dejaría las puertas abiertas para un príncipe o un general de alto rango, siguiendo esa lógica ¿era necesario fijarse en el emperador?
¿Uno que además ya tenía emperatriz?
Aunque bien sabía eso no importaba, si el emperador fuera como los demás ya tendría un harem. Pero Killua no era así. Su Killua no podía ser así.
Sonrió con ironía por el pensamiento, su Killua, se escuchaba tan lindo y tan lejano.
—¿Pasa algo Sayuri?—preguntó de repente el albino mirando con curiosidad.
—Eso es lo que te quiero preguntar, estar muy pensativo—le dijo jugando con la figura en sus manos para calmar los nervios.
—Estoy confundido—suspiró—Solo eso, ¿a ti te pasa algo?
—No... Bueno, me dijeron que tuviste un pequeño percance con la joven Inoue—respondió mirando la expresión de su rostro y su lenguaje corporal.
—Oh—suspiró con fuerza—Si algo así, pero, no paso nada. Retz me ayudó a quitarmela de encima.
—Me alegro que estuviera cerca para ayudarte—le respondió sin sentirse bien.
—Si...—hubo un silencio, ninguno de los dos se miraban—Aunque habría sido más sencillo quitarmela de encima si hubieras estado ahí.
—¿Ah?, ¿por qué?—le tomo por sopresa la última oración, volviendo a verlo con desconcierto.
—No lo sé, pienso que nos lo hubiéramos arreglado fácilmente.
Cómo un equipo, pensó. Desde el inicio trataron de serlo, creía que ahora era el mejor momento no para tratar serlo si no para volverse en uno. Hubo un silencio bastante prolongado, tenía tantas cosas que quería hablar pero... No podía, estaba nervioso.
—¿Quieres bajar?—le miro Killua, con una pequeña sonrisa.
—Claro—el albino le sonrió tomando su mano para guiarlo a las pequeñas escaleras. De inmediato la gente se quedó viendo cómo el emperador ayudaba a su emperatriz a bajar, la música se intensificó y los ánimos subieron escuchándose el bullicio de toda la gente.
Killua miro por un momento sus manos sujetadas, le gustaba el contacto que tiene con Gon, jamás se fijo en eso porque era ya tan normal y rutinario que no le puso la atención necesaria a sus emociones, lo feliz que se pone cuando Gon acepta sin chistar que lo toque, la calma que le da sentir su piel aún cuando sea una simple agarrada de manos. A su cabeza el recuerdo de abrazar al moreno o simplemente dejar su manos en su cintura o caderas también le gustaba... Y mucho, demasiado.
Oh, dios mío.
Sus orejas se pusieron rojas así como sus mejillas por un momento dejo de escuchar lo que Gon le contaba estando frente a un puesto que parecía vender pinceles de la mejor madera de la capital.
—¿Se siente bien, emperador?—le preguntó el anciano de cabellos blancos y ojos curiosos. Gon lo miro preocupado al ver su rostro rojo.
—¿Te enfermaste?—le preguntó alzando una ceja y tocando su frente.
—¿Yo?—el moreno asintio, la luz de las lámparas hacían que los ojos dorados de Gon brillarán de una forma tan hermosa, sentía que podía perderse en ellos y siendo sinceros no tenía problema si eso pasaba—No, estoy bien.
—¿Seguro?—preguntó dejando el pincel en la mesa para verlo mejor—Podemos irnos, si te sientes mal.
—Estoy bien Go...—tanto los ojos del moreno como del albino se abrieron, le sonrió pidiendo disculpas con la mirada—Sayuri, estoy bien. Compra lo que quieras.
El chico le sonrió al vendedor que los miraba con una inmensa sonrisa.
—Lleveselo mi emperatriz, no es nada—le respondió el anciano.
—Claro que es—interrunpio el emperador—Es su trabajo y se tiene que pagar.
—Es un gran trabajo, siga así—dijo el moreno sosteniendo las cajas llenas de pinceles. El hombre les sonrió con agradecimiento viendo cómo el matrimonio caminaba a los siguientes puestos.
—Perdón—le susurro Killua a lo que Gon nego la cabeza.
—Sinceramente me encantaría que pudieras llamarme así en público—le dijo con una sonrisa forzada—Se que no se puede, pero, me gustaría que las cosas no fueran así.
Killua se quedó callado, a el también le gustaría poder llamarlo por su nombre que todos conocieran al grandioso hombre que estaba a su lado. Tal vez en otra vida, si se encontraban le gustaría llamarlo siempre por su nombre real y no por uno falso.
Antes de poder seguir con su caminata Reiko se acercó a ellos con una sonrisa tierna.
—Buenas noches, el festival es tan divertido y precioso, ¿no lo cree emperador?—la niña le sonreía de una forma que a Gon le hacía querer rodar los ojos.
—Lo es—respondió Killua, ¿por qué?, quería estar a solas con Gon, pasar estas horas con el moreno, si por eso le pidió a sus guardias que estuvieran unos metros alejados y que las doncellas también siguieran esa regla; que solo una de ellas se acercará para cargar lo que el moreno comprará.
—Me preguntaba si podía acompañarlos en su caminata, ya que es mi último día aquí—su voz era tan suave y dulzona que le generaba repulsión al moreno—Me encantaría pasarlo con el matrimonio imperial, ¿puedo?—la muchacha batió sus pestañas, sonrió con inocencia.
Protocolos de concubinas, aunque su padre no acepto un harem; una vez encontró en la biblioteca de su hogar varios libros y pergaminos que hablaban sobre los protocolos de las concubinas y las consortes principales.
Una concubina siempre acompañaría al emperador, era como si se turnara el tiempo con la consorte principal. La emperatriz tendría que aceptarlo no había de otra.
Pero esa niña no era una concubina y nunca lo sería.
—Lo siento joven Inoue—su marido hablo primero—Pero está noche quiero pasarla con mi emperatriz.
El rostro de la niña se deformó en uno enojado que de inmediato paso a uno lastimero.
—Pero...—quiso decir algo, Gon no le daría la oportunidad.
—¿Pero, dijiste pero?—le miro con una ceja alzada—¿Vas a cuestionar las palabras de tu emperador?
—¡N-no!—nego varias veces haciéndose chiquita—Por supuesto que no emperatriz. Solo quería acompañarlos, he sido altanera. Me disculpo, ruego que el emperador perdone mi ofensa—junto ambas manos y dió una reverencia. Gon si que rodó los ojos está vez, era una excelente actriz.
—Ya, levántate niña—ordeno Gon con voz fría, Killua le miro sorprendido por su tono más sin embargo no dijo nada, el jamás se metería si el moreno hacía uso de su poder—Deberías disfrutar el festival con tus padres, yo y el emperador estamos bien solos.
—Así es, que tenga una divertida noche joven Inoue—dijo Killua aguantando las ganas de reír al ver el rostro de la chica entre enojo y sorpresa.
—Por supuesto, pido disculpas de nuevo por mi comportamiento emperatriz—la mirada que le envío fue una de odio puro, Gon sonrió. Tenía valor para mirarlo así estando el emperador presente—Emperador, disfruten su noche—le dió una sonrisa a su marido y hasta suavizo su voz. Que descarada ni siquiera intentaba ocultar sus planes.
Una vez que la chica se fue, Gon comenzó a caminar para el lado contrario alejándose un poco de los puestos brillantes, pues al final de la calle había visto una pintura preciosa en uno de los puestos y quería comprarla.
—¿Todo bien?—le preguntó Killua, caminando a su lado viendo divertido el ceño fruncido en la frente del moreno.
—Le gustas mucho a la joven dama—dijo de mala gana—Era de esperarse, ¿no?
—Puede ser—respondió divertido, el moreno le miro con una ceja alzada casi enojado—No me interesa, estoy casado ¿recuerdas?
Eso hizo que inevitablemente se formara una sonrisa en los labios de Gon.
—Tu si que robas miradas Sayuri—dijo caminando a su lado, no había miradas en ellos y si las había realmente no les importaba eran ellos ahora y solo ellos. Además se estaban empezando a alejar un poco de la multitud.
—¿De qué hablas?—le preguntó genuinamente desconcertado.
—El único hijo del señor Katō te ha mirado desde la cena—le dijo viendo la mirada desconcertada del moreno.
—¿En serio?—le preguntó.
—Si, ¿de verdad no te diste cuenta? Durante estos dos días te ve demasiado.
—No puede importarme menos—le resto importancia—He estado ocupada con otras cosas—le miro directamente con una sonrisa divertida.
—¿Ah, si?—se acerco a el tomando su mano pequeña, se sentía emocionado mucho de hecho. Era una sensación hormigueante, una que no le pasaba con nadie más. Solo cuando estaba con Gon. Fue como si una tela blanca le dejara ver más allá de lo que alguna vez vio, el sentimiento era diferente.
—Si—dejo que le tomara la mano, dándole una sonrisa enorme—En realidad las otras personas no me interesan.
Una sensación cálida en su pecho se extendió, la forma en la que el moreno tomaba su mano y lo veía hacía que brillara aún más que antes, la luz de las farolas iluminaban su rostro sonrojado, y la sensación diferente en su cuerpo le hacía querer decir mil cosas que ni siquiera tenían forma en su mente, solo las sentía y quería hacérselas saber.
—Solo tu me interesas, Killua—el moreno apretó la mano con algo de fuerza, lo vio nervioso pero aún así dándole una sonrisa preciosa.
La sonrisa más preciosa que Gon le había dado hasta ahora.
La noche paso tranquila, después de unas cuantas horas más el matrimonio junto a los invitados se fueron al castillo. Ambos chicos estaban extrañados, sentían que de alguna forma algo había cambiado después de esta noche, algo en su relación se había abierto y ninguno de los dos sabía cómo sobrellevarlo.
"Solo tu me interesas, Killua"
"Solo tu me interesas, Killua"
"Solo tu me interesas, Killua"
¿Cómo pudo ser tan tonto? Prácticamente se confesó, ¿eso fue una confesión?, ¿lo fue? Killua solo le sonrió y acaricio su mejilla no dijo nada más.
Y hoy se levantó temprano, mucho de hecho. Simplemente cuando despertó ya no estaba ni siquiera desayuno con el, Kumiko cepillaba su cabello mientras las otras tres mujeres preparaban las ropas que hoy usaría.
—¿Crees que lo haya tomado como una confesión?—le preguntó a la castaña que sonrió divertida.
—Tal vez.
—¡Kumiko soy tan tonto! Pero es que ayer no sé—se hizo pequeño en su lugar apretando sus rodillas—Él me miraba de forma diferente.
—Gon, Killua siempre te ha mirado de forma especial—le dijo sosteniendo varios mechones de cabello.
—Si, pero esta vez lo sentí más diferente—tomo una horquilla con la que empezó a jugar—¿Crees que tenga una oportunidad con él?
—Tal vez—siguió con su trabajo, haciendo un precioso peinado.
—Pero a él no le gustan los hombres... Sabes eso es lo peor. Soy un hombre Kumiko, no una chica—dijo desanimado.
—¿Y eso que?—preguntó frunciendo el ceño.
—Si yo fuera una chica que se casó por conveniencia tal vez enamorar a Killua no fuera un problema... Pero aquí la diferencia es que soy un hombre fingiendo ser una mujer—suspiro dejando la horquilla en el suelo y tomando un espejo para verse en el—Por más que parezca Sayuri, Killua sabe quién soy.
—También están las posibilidades de que a Killua no le importe eso—le alentó.
—Es mejor no ilusionarse—un nudo se formó en su garganta—Hoy por fin se irán, y en unos meses será el festival.
Cuando por fin estaba hecho su disfraz, Gon fue a la biblioteca donde Tomoki daría las siguientes lecciones. Kumiko lo acompañaba caminando a centímetros detrás de el, como siempre el lugar estaba por completo solo. Con aburrimiento tomo un libro y se sentó para leerlo aunque realmente no le estaba poniendo atención.
—Los mandamientos de Maigo Hanyuu—escucho una voz frente a su mesa—Es un buen libro de estrategias militares.
¿Militares? Ni siquiera lo estaba leyendo.
—Es muy interesante—dijo dando una sonrisa cordial, adivinando el nombre del chico frente a el—Joven Katō.
—Me parece admirable que una mujer de su posición quiera leer ese tipo de lecturas—dijo, con una leve sonrisa.
—Es importante que la emperatriz también sepa de estás cosas—dijo fingiendo interés en la plática, Kumiko había ido por té por lo que ahora estaba solo con este hombre. ¿Por qué todos parecían tener la confianza de pasarse por su hogar como si fuera suyo?
—Eso la hace ser una mujer digna de admirar. Si me permite decirlo—el hombre le sonreía de una forma que le daba un poco de escalofríos.
—Gracias—¿dónde estaba Tomoki?
—He de decir, emperatriz que los rumores se quedan cortos ante su belleza—le sonrió de nuevo, forzó una sonrisa llena de gratitud.
—El emperador cree lo mismo—dijo dando una sutil sonrisa—Aunque el admira más inteligencia, ya sabe.
—He escuchado que son un matrimonio fuerte—el chico dejo sus manos detrás de su espalda.
—Lo somos—le sonrió, suavizando su expresión—¿No debería estar preparándose para su partida?
—Así es, solo vine por un libro. Para pasar el rato—asintio, en ese momento la puerta se abrió. Era Tomoki con varios libros.
—Perdón por la tardanza emperatriz, joven Katō buenos días—el concejal camino a la mesa dejando los libros, notando el ambiente algo incómodo.
—Buenos días excelencia, me pasó a retirar que tengan un buen día—el hombre salió de la habitación con un libro en manos.
—¿Por qué los invitados se pasean por el palacio como si fuera suyo?—le preguntó a su profesor que le dió una mueca incómoda.
—El general Watanabe lo pidió así, nos dijo que no les dijeramos—el moreno rodó los ojos.
—¿Y quién se cree?, solo porque Killua ha estado bastante ocupado—suspiro—Fue bastante peligroso que incluso los hospedaran en el palacio interior.
—Estoy de acuerdo.
—Ese viejo, perdón Tomoki, sé que es tu padre...—pero al ver que el chico nego con la cabeza callo.
—En realidad yo no me llevo bien con él—el pelinegro se sentó en la silla frente a el—Desde la muerte de nuestra madre... Se convirtió en otro hombre al que jamás pude comprender, nos dejó a la deriva a mi y a mi hermano. Creame que el único respeto que le tengo es por su antiguo trabajo a la nación del norte.
—Lo siento mucho Tomoki—le dió una sonrisa triste.
—Si... Aunque eso ya está superado—le resto importancia—Por ahora lo mejor será que empecemos las lecciones.
Gon asintio comenzando a escuchar las lecciones de su maestro. Por otro lado dentro del despacho del emperador, Killua veía las hojas de papel con enojo mirando a su hermano que tenía una expresión neutral.
—Tenemos las pruebas necesarias para acusarlo—hablo, con una sonrisa fría—Por fin, esa basura será deshechada.
—Nuestro padre piensa que lo mejor será sacarlo lo antes posible del castillo, si él se enterará de la verdad. Sería peor para nosotros—dijo Haruto jugando con el cordón de su uniforme.
—Antes del festival—sugirió—No lo quiero cerca por más tiempo.
—Ni yo—asintió su hermano—Esas mujeres fueron de mucha ayuda.
—Tu también, infiltrarse en la casa de un general importante—le sonrió con orgullo—Fue perfecto.
Ambos se sonrieron, Haruto pensaba que quien realmente estaba trabajando duro era Killua:—Lo estás haciendo bien hermanito, muy bien de hecho—se acercó para revolver sus cabellos albinos haciendo que Killua rodara los ojos—¿Y dime, como está tu Gon con todo el tema de los bebés?
—Mal—hablo sonrojándose por las palabras de su hermano "Tu Gon"—Esta harto de que esos idiotas le pidan bebés como si fuera sencillo hacerlos.
—Me imagino—dijo imaginando a su cuñado, debe ser horrible tener ese peso sobre su espalda—Debo agregar que ni uno de los dos está listo para ser padres—hablo Haruto con una sonrisa demasiado divertida al notar el color rojo en la piel pálida de su hermanito, el albino menor asintio ante sus palabras—No te estreses y tampoco les hagas caso.
—Si...—respondió pensativo. Haruto suspiro, desde que tiene memoria recuerda a su hermano siendo muy serio y privado con sus emociones solo cuando se sentía muy presionado dejaba salir todo lo que tenía encerrado.
—Killua, puedes hablar conmigo—le dió una mirada que le generara confianza—¿Lo sabes, cierto?
—Hay algo... Raro conmigo—le dijo después de analizar sus palabras.
—¿Raro?, ¿cómo raro?—indago curioso.
—Ayer Gon dijo algo—dijo sin mirar a los ojos de su hermano, en cambio miraba el pincel que estaba descansando en la mesa—Me hizo sentir extraño.
—¿Extraño?—le miro con una ceja alzada—¿De qué forma?
—Es un sentimiento reconfortante y me gusta—sintió sus mejillas calentarse—Pero, no sé qué nombre darle... Ni como proceder.
—El nombre que le quieras dar va estar bien Killua, son tus sentimientos y cada uno de ellos están bien—creía saber de qué se trataba, lo había notado desde hace varios meses. La forma en la que Killua veía a Gon no era una normal, una de simples amigos que deben completar una misión.
—¿Cualquier sentimiento?—le miro preocupado, como un gato asustado sin saber dónde esconderse. Le recordaba a cuando su madre estaba en ese estado de sueño eterno, cuando se aferraba a su pierna sin poder decir nada más que mirar con espanto el cuerpo de su hermano.
—El amor no es malo—le sonrió, Killua le miro con ojos grandes con un sonrojo tan brillante que le hizo sonreír—Si es lo que sientes está bien, si la persona te brinda muchas cosas buenas y nuevas entonces no es un error.
—¿Y si es eso, cómo tengo que proceder?—le preguntó verdaderamente perdido. El emperador de Japón, aún era un niño.
—Demuéstralo, apuesto a que Gon también está igual que tu—el menor balbuceo algunas cosas que realmente no entendió sin dejar de mirarlo con un poco de burla.
—Nunca dije que fuera Gon—se defendió.
—A mi no me engañas Kil—dijo haciendo que su hermano bufara por el apodo que usaba cuando eran niños.
—Se acabo la plática—se tocó la cien con cansancio—Tenemos cosas que hacer—miro a su hermano que le dió un asentimiento.
—Solo no huyas de tus sentimientos y disfrútalos. ¿Bien? O te acusaré con haha¹ estás avisado.
—Todo menos con ella—le dió una sonrisa compartiendo el sentimiento divertido—Ya vete.
—Como ordene emperador—el chico salió de la habitación dejándolo con nuevos pensamientos. Tenía que volver a hablar con Retz.
El cielo se había pintado de hermosos colores naranjas y amarillos. Gon pensaba que podría ser el perfecto paisaje para una pintura, pero tendría que ser en otro momento.
Ahora, tenía que dar una sonrisa llena de falsa cordialidad. Escuchando la palabrería sin chiste de las familias, mirando el rostro acongojado de la menor de los Inoue.
—Fue un placer y un honor pasar tiempo con ustedes, majestades—dio una reverencia, mostrándose linda e inocente—Sera un verdadero goce verlos de nuevo en el festival invernal.
—Para nosotros será lo mismo—dijo Killua por compromiso más que nada.
—Que tengan un excelente viaje—dijo Gon atrayendo la mirada de la adolescente que la miro con una sonrisa tan falsa que le hizo sonreír. No le gustaba tener que "pelear" por un hombre, porque para empezar ambos eran de diferentes mundos pero en verdad le daba tanta gracia que está niña quisiera advertirle con su mirada algo que jamás lograría cometer.
Cuando los padres se despidieron de ellos, llegó el momento de la familia Katō. El anciano fue rápido con su despedida en cambio su hijo lo miraba con insistencia, quiso rodar los ojos. ¿Por qué?, tal vez pensaba que si Killua podía tener un harem y aventuras por todos lados ella como emperatriz también, sin embargo... Gon no estaba interesado. Incluso se le hacía tan aburrido este tipo de cosas; decidió ignorarlo viendolo solo cuando el mismo emperador se despidió de él.
—Esperaré con ansias para verlos en el festival—miro ambos dando un poco más de tiempo a él. Ya harto de esta situación Gon se acercó más al cuerpo de su marido haciendo que el mismo albino de forma inconsciente y rápida pusiera una mano al rededor de su cintura.
—Seran días memorables para todos nosotros—dijo Killua con seriedad notando el descontento en Gon.
—Que tengan un buen viaje—fue lo único que dijo. La última familia fue más rápida de lo que pensó, se despidieron prometieron a ayudar en todo lo que pudieran con el festival. Gon tenía que decir que de las tres familias esta era la menos insoportable.
Cuando las carretas se alejaron, Killua y Gon entraron al palacio, el albino soltó su agarre en la cintura del moreno.
—Por fin termino—hablo dando un suspiro aliviado.
—Por fin—contesto sin mirarlo. Gon había notado este comportamiento extraño en el albino, más alejado de él como nervioso. ¿Será por lo que dijo ayer? La idea de que todo cambiará por sus sentimientos le hizo sentir demasiado mal. Caminaron juntos por los pasillos del palacio, ambos llegaron a los jardines interiores a los que ambos entraron, las doncellas y los guardias se quedaron afuera.
—Killua... Lo que dije ayer—si podía arreglarlo, si había la mínima posibilidad de que volvieran a lo mismo de antes lo tomaría. El albino lo miro curioso, para luego forma una mueca alegre.
—También eres el único que me interesa—las palabras se atoraron en su garganta, incluso lo miro asustado notando el sonrojo que se iba formando en el rostro de Killua—No lo olvides.
Una vez más lo dejaba ahí sin herramientas con las que defenderse, sintiéndose expuesto ante el brillo especial que los ojos de Killua tenían. De sentirse cada vez más atrapado por sus sentimientos al albino que ahora le sonreía de una forma tan diferente. Nuevamente se sentía ilusionado.
Bajo el cielo naranja y la brisa fría.
Holaaaa
¿Cómo están? Yo bien, ¿hicieron algo en halloween o en día de muertos?
Oigan la semana pasada ya no saque capitulo porque tuve unos días horribles JAJJAAJJA paso algo que hizo que no tuviera ganas de escribir y además estuve bastante ocupada.
Pero, por fin pude terminar esta cosa.
Ayuda me encantan los celos (no romantizo) en la ficción la verdad. Pero, siento que este Killua no es tanto(? O sea si los tuvo para darse cuenta de que sus sentimientos por Gon son distintos. Pero tampocooo es taaaaan celoso, aunque habrán un poquito más.
Dónde si van a ver es en "tus labios sabor cereza" muchos de hecho JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJ yyyyy me gusta como está quedando esa historia.
Cómo última cosa me estoy volviendo a ver hxh. Ayuda el amor que ya le tenía a Gon solo aumento.
Es que mirenlo 😭😭😭😭😭😭, todo bonito. Todo golpeado.
Ayuda tengo muchas capturas JAJAJAJAJAJAJ que las voy a dejar aquí porque necesito fangirlear con alguien que no sea yo o mi hermano.
Tremenda la bronca que se tenía Killua con Leorio en ese capítulo AJAJAJAJAJAJAJ ayuda incluso Kurapika estaba igual. No los culpo.
Se las regalo ;).
Penúltima tengo más pero las ire reservando JAJAJAJAJ. No diré nada sobre está JAJAJAJAJAJAJJAJAJAJAJ.
Y última. Vean a Gon todo enojado porque no le dejan ver a Killua akskqkakskwk.
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