☄️ Nɪɢʜᴛ Tᴇɴ ☄️

Canción: Wait. M83

Alerta: Se toca temas de suicidio de forma muy, muy leve; si estos temas son delicados para ti, te recomiendo que no leas esa parte. Es un pedazo del final del capítulo.

Gon había despertado ese día sudando frío, con su corazón latiendo como loco y con lágrimas en los ojos.

Odiaba ese sentimiento de perdida, ese miedo incontrolable al cual no le encontraba razón alguna. Odiaba sentirse ajeno al mundo ese día en el que había despertado así.

Caminaba a su universidad, se sentía solo, triste, engañado. Y lo peor era volver a ver a su madre caer, debía ser nuevamente fuerte por ambos, porque su mamá parecía que estaba por rendirse.

— ¿Gon? —escucho a Palm quien se encontraba atrás de él. El chico la miro y fue a abrazarla, se escondió en el cuerpo de su amiga a pesar de que está era más pequeña que él.

— Ya, ya —la chica acaricio su espalda de abajo a arriba.

— Necesito otro trabajo, mi padre —no quería llorar en ese lugar, a pesar de que no pasaban tantos chicos no quería romperse en ese lugar.

Palm lo tomo de la mano llevándolo a uno de los baños de la universidad que no eran muy transitados.

— Ahora si, explícame todo —la chica lo miro con preocupación.

— Tu... sabes que mi padre murió cuando tenía 9 años en un accidente automovilístico, mi madre trabajo los primeros meses, pero, no aguanto la perdida de mi padre, así que dejó de trabajar y comenzó a gastar el dinero en alcohol y cigarros. Yo no sabía que pasaba con ella, a veces me quedaba sin comer porque ella estaba lo suficientemente borracha para no poder prepararme algo —el chico temblo, no le gustaba recordar esos momentos —. No quería morir de hambre, así que comencé a robarle dinero a mi mamá.

— ¿Robarle? —la pelinegra pregunta.

— Cuando ella estaba borracha, tomaba dinero de su cartera y con ello iba a comprar comida, a veces estaba sobria y ella lo preparaba pero eran raras veces. Comencé a trabajar para mis vecinos, sacaba a pasear a sus perros o cortaba el césped —sonrió con melancolía —. Pero no era suficiente, mamá comenzó a trabajar de nuevo pero la despidieron, así que comenzó a pedir préstamos a los bancos, el dinero se lo gastaba en alcohol y me dejaba lo poco para mí.

Unas leves lágrimas salieron de sus ojos, Palm, estaba sorprendida, ¿por qué no cuidaba a su hijo?

— Por un tiempo me fui a vivir con una tía, pero no podía dejar a mi mamá así que regrese. Cuando cumplí 14 años entre a trabajar en diferentes restaurantes para pagar las cosas de la casa y de mi escuela, porque mamá estaba bastante ocupada pagando los préstamos del banco —el chico sonrió amargamente recordando aquellos días en los que pensaba que jamás lograría lograr sus sueños.

— ¿Ella... te golpeó? —preguntó la chica temerosa y preocupada, no sería extraño que se desquitará con él. Sin embargo, negó con la cabeza.

— Ella jamás me tocó, nunca, ni siquiera me gritaba. Aún así era horrible porque siempre estuvo ausente —el chico miro a su amiga que no sabía que decir —. Era como estar con una desconocida que se hacía llamar mi madre, con el tiempo me acostumbré a verla tirada en el sillón con latas de cerveza o que la casa tuviera un fuerte olor a cigarro, o verla con chupones en su cuello cuando regresaba a altas horas de la noche.

Palm tragó saliva, para un niño ver desecho a tu madre o padre era uno de los peores traumas.

— Entonces, me salí de mi casa cuando cumplí 16, hice muchas tonterías, quería atención de alguien —las lágrimas se acumularon en sus ojos —. No sabes lo mucho que me arrepiento de eso.

Palm no pregunto, no lo hizo porque sabía que para Gon sería difícil de hablarlo, así que solo callo y sostuvo su mano con fuerza.

— Ahí conocí a mi ex pareja, a Mito y al señor Netero —y también los sueños se intensificaron, conociendo al chico de sus sueños el de ojos bonitos —. Me ayudaron mucho y años después te conocí a ti y mi mamá me había pedido perdón, empezaríamos de nuevo y...

Las lágrimas salieron de sus ojos, se sentía impotente, lastimado y sin saber que hacer; siempre tenía soluciones para todo por más difícil que fuera tenía una solución; ahora, no la tenía.

O su cerebro estaba tan cansado que no formulaba una.

— Gon, está bien —fue interrumpida por las palabras que salieron casi automáticas de su amiga.

— Hace unos días llegó una llamada, mi madre estaba desesperada porque la cuenta de mi padre se disparó con muchas, muchas deudas, nosotros ya llevábamos años pagando la de los bancos, junto a las que teníamos con otras personas, poco a poco estábamos saliendo. Y luego llega mi madre a decirme que tenemos nuevas deudas causadas por mi padre que murió hace 11 años —

— ¿Cómo?, es imposible —

— Nosotros pensamos igual, ella fue a ver todo ese problema y... Nos enteramos de algo... Cuando mi papá choco había peleado con mi mamá horas antes, jamás supimos porque cuando lo encontraron parecía como si nos estuviera dejando —el chico jugo con sus dedos —. Hace poco nos enteramos de que tenía otra familia.

La boca de Palm se abrió sorprendida.

— Tal parece que esa familia ni siquiera sabía de nuestra existencia o al menos queremos creer eso; la mujer está muy enferma, muy, muy enferma. Así que ocupo la cuenta de mi padre para pagar todo lo que necesitara, se quedó sin fondos porque mientras se pagaba su tratamiento, nosotros la ocupabamos para existir y mi madre estaba lo suficiente borracha para no darse cuenta, hasta que se quedó sin fondos pensando que fue por su culpa —miro hacia enfrente, se sentía aliviado por poder hablarlo, por poder sacarlo.

— ¿Cómo está tu mamá? —preguntó.

— Destrozada, mi mamá amaba a mi papá, ella me contó que cuando aún estaban casados tenía ciertas dudas, mi papá llegaba tarde, ya no la tocaba, ya no la besaba, a veces llegaba con otro olor de perfume; mi mamá lo pensó muchas veces pero siempre se hacía la tonta pensando que solo eran coincidencias, esa noche que pelearon mi papá le trato de decir que se separaría de ella. Mi mamá cuando se enteró de la muerte de mi padre intento convencerse a sí misma de que, él no la engañaba. Hasta que hace poco se descubrió que si, que la engañaba y ya tenía otra familia —

— No me imagino su dolor —contesto.

— Ni yo, pero ese es el problema, que de nuevo está tomando, está cayendo de nuevo en la depresión yo no puedo verla así, no más —ya no había lágrimas como si ya las hubiera sacado todas días atrás —. Además están esas deudas con el hospital, mi madre y yo no podemos hacer algo tan horrible. Esa mujer se está muriendo, y... tiene una hija...

Palm se sorprendió aún más.

— ¿Una hija? —

— Tiene 11 años —contesto el moreno.

— Gon, escucha —el chico la miro a los ojos —. Te voy a ayudar.

— ¿Qué?, no, no —el chico nego rápidamente.

— ¡Claro que sí!, eres mi amigo, mi hermano, claro que lo haré —la chica hablo abrazando el cuerpo contrario, el chico se dejó abrazar, necesitaba eso —. Escucha algo se nos va a ocurrir, además de ayudar a tu madre, claro que sí. No te dejare solo, no lo haré.

Y por tercera vez se sentía seguro, esa seguridad que necesitaba y que de niño fue arrebatada, se sentía pequeño estando con Palm, como si de un niño pequeño se tratara, la abrazo con fuerza sintiendo las leves caricias de las manos contrarias en sus cabellos.

Así se quedaron un rato más, hasta que el moreno se levantó con una sonrisa sincera.

— Vamos a nuestras clases —la chica sonrió alegre asintiendo y tomando su mano.

— ¡Vamos! —

Bisky miraba con aburrimiento los papeles en su escritorio, palomeaba algunas cosas, otras las escribía en esos postiks de colores pastel y con pluma negra.

Sin notar que Bianca la miraba con duda. La rubia suspiro al ver que la puerta de Killua dejando salir al albino con una sonrisa en el rostro.

— ¿Por qué tan feliz? —la chica preguntó con una ceja alzada.

— ¡Esto requiere una celebración, Bisky! —el chico anuncio con emoción.

— ¿Tu?, ¿pidiendo celebración?, pues si, algo bueno sucedió —contesto la chica más para sí misma que para el chico. 

— Bisky, lo logré, complete el trato con los chinos antes que Illumi —la sonrisa de la chica se hizo más grande, levantándose.

— Ven para acá —la chica abrazo al muchacho que parecía un niño pequeño recibiendo su primer estrellita en la frente.

Bianca frunció el ceño, iba o no iba, ahí estaba el dilema, no quería interrumpir lo que sea que estuviera pasando ahí. Sin embargo, si llegaba y Alessandra veía esos documentos no dudaría en ir ella, así que con eso en su mente dió un gran respiro y camino hacia enfrente.

— Buenas tardes —hablo, ambos chicos le sonrieron contestando su saludo.

— Vengo a que me firme estos papeles, señor Killua —la chica le acercó la carpeta que obviamente el albino comenzó a leer.

— Deja de decirme señor, me haces sentir viejo —hablo el joven con una sonrisa.

— Por supuesto —contesto poniendo uno de sus mechones tras su oreja.

— Bueno, jefe lo dejo —la rubia agarro una hojas —. Tengo que ir a sacar algunas copias, nos vemos Bianca.

La chica le sonrió mientras se alejaba, la castaña la miro irse mientras Killua firmaba por fin esas hojas.

— Todo listo Bianca, nos vemos —el chico se despidió y camino por el pasillo hasta desaparecer.

Bianca suspiro, esto era más difícil de lo que pensaba.

Killua miro con alegría la carpeta que llevaba en su mano a la junta que tendría con todos los señores importantes de la empresa y además con el estúpido de su medio hermano.

— Buenas tardes —hablo el hombre con una sonrisa. Siendo reverenciado por todos. La junta comenzó cuando el presidente de la empresa llegó, Illumi estaba al frente de toda la mesa viendo las diapositivas que le mostraban.

— Cómo vemos, la empresa va subiendo de manera rápida sus ventas y su expansión por todo el mundo —hablo uno de los jóvenes que presentaba la gráficas.

— Solo faltan los chinos —hablo un señor de la tercera edad con el ceño fruncido.

— No hay porqué preocuparse señor Kurosawa —el presidente de la empresa hablo con superioridad —. Eso está en mis manos, no falta poco para que caigan.

— En realidad no —Killua sentía que la emoción se le subía por todos sus poros.

— ¿Disculpa? —preguntó el chico de cabellos largos mirando a su odioso hermanito.

— Que ya no debemos esperar, el contrato con los chinos está hecho —el albino dejo que el de cabellos negros viera la carpeta con todos los detalles.

La empresa había estado esperando casi unos dos años en los que los chinos aceptarán el contrato, ahora con solo unos siete meses que el vicepresidente estaba aquí lo habían logrado.

— ¿Cómo? —el pelinegro lo vio con enojo.

— Eso no importa, lo importante es que en una semana me veré con ellos para firmar el contrato —el chico sonrió con suficiencia.

— No se esperaba menos del hijo de Silva Zoldyck —uno de los ancianos hablo con una sonrisa.

— Así es —respondió Illumi con una sonrisa falsa —. Felicidades hermanito.

— Gracias, gracias —hablo el albino con una sonrisa igual de falsa que la de su hermanito.

— Eso merece una celebración, por la empresa y por los estupendos hijos que la llevan a la gloria —el señor Kurosawa hablo con una sonrisa alegre.

A Killua le caían bien los señores de la empresa, eran amables y todos ellos estaban ahí por la empresa; era algo que jamás dudaría, incluso el idiota de su hermano. Sin embargo, no confiaba del todo en él, no era porque su padre los abandonó para irse con él... Era porque había algo extraño que no terminaba de convencerlo.

Y cuando él tenía un sentimiento así, nunca se equivocaba.

— Tal vez podamos ir a comer el sábado por la noche —el albino hablo con una sonrisa —. Este inicio de semana está llena de cosas, sería mejor trabajar en ellas y luego celebrar.

Todos ahí, asintieron con una sonrisa, dejando el lugar para comenzar a trabajar.

Killua miro el cielo, últimamente estaba nublado todos los días, y también de una manera extraña podía recordar algunos sueños.

Está vez fue diferente, no soño con ¿esa chica o chico de cabellos largos?, si no, con un palacio. Eran extraños porque dentro de ellos siempre había angustia y enojo, era un sentimiento horrible que prefería no sentirlo de nuevo, jamás. Su celular sonó, por lo que el muchacho lo saco de su bolsillo viendo la pantalla; era su madre.

— ¿Qué pasa madre? —el chico escucho la música detrás de aquel aparato.

— ¿Podemos ir a comer? —la voz de su madre sonó triste, seguramente su padre tenía que ver con ello, aún así no pregunto. Sabía que era mejor hablar con ella después.

— Claro madre —contesto.

— Trae a Bisky contigo, entre más seamos mejor —

Le dijo que si, por lo que cuando colgó y dejo su celular en el bolsillo de su pantalón notó que pequeñas gotas comenzaban a caer. La gran ventana junto al gran pasillo mostraban al elegante chico que miraba con nostalgia la vista; sin conocer el porque y aún así sintiéndolo en su pecho.

— Vamos no digas tonterías Machi —el azabache hablo limpiando algunos vasos y poniéndolos boca abajo.

Gon contaba el dinero que había en la caja y hacía anotaciones.

— Digo la verdad, odio escuchar esas afirmaciones estúpidas en mi uni —la chica escupió mientras guardaba algunos trates.

— ¿De que hablan? —la linda chica de cabellos negros hablo, viéndolos mientras pasaba su trapo en una de las mesas cercanas.

— Machi afirma que la primera emperatriz no fue una mujer si no un hombre doncel —el chico la miro con una ceja alzada.

— ¿Un hombre?, no fue Retz Ashikaga la primera emperatriz —como futura psicóloga Palm había tenido que estudiar la mente de los donceles así como sus principales transtornos mentales que solían tener, y la primer mujer en hablar de ello fue la emperatriz de Japón. La primera de hecho.

— No, no fue ella —la chica nego.

— ¿Entonces quien fue?, a mí siempre me explicaron que fue ella, en libros de historia siempre es ella —el moreno alzó su mirada de las hojas con curiosidad. La pelirosa sonrió satisfecha por lo que Gon había dicho y preguntado. 

— ¿Saben que aún los doncel tiene discriminación?, ¿cierto? —todos asintieron —. Claro que en los libros de historia que les enseñan a los niños no lo pondrían, por suerte estudio historia y, fue un hombre.

— Cuenta bien, yo quiero conocer la historia detrás —el azabache de baja estatura hablo.

— Fue un hombre doncel, como saben antes hacían pasar a hombres con la habilidad de dar a luz en mujeres, así también escondían la homosexualidad, o simplemente muchos de ellos eran asesinados. Así que a él le pasó lo mismo —la chica se sentó en un banco, para seguir relatando.

Gon sintió mucha curiosidad, así que dejando la pluma en la mesa miro a su compañera.

— Su nombre como mujer fue Sayuri Yoshino —la chica hablo sin notar que Gon casi se cae al escuchar el nombre, algo dentro suyo rasgo, dolió, imágenes aleatorias salieron en su cabeza.

No fue notado por ella, pero si para Palm que lo vio preocupada.

— No se sabe su nombre original, pero fue un chico al que hicieron pasar por mujer que se casó con uno de los príncipes del norte de apellido Ashikaga —

— Espera, ¿uno de los príncipes?, no se supone que solo existió un principe, ¿el emperador Haruto Ashikaga con quién se casó Retz? —el azabache preguntó con duda.

— Pues no, tal parece hubieron dos hermanos, hay cartas que indican que eran dos hermanos. Incluso en uno de los diarios de Retz mencionan al hermano menor de su esposo —

— ¿Por qué no se sabe el nombre del hermano? —preguntó Gon con la voz algo temblorosa.

— No se sabe, es como si a Sayuri y a él los quisieran borrar de todo, hay partes de muchos pergaminos quemados, como si estuvieran borrando sus existencias —la chica dijo.

— ¿Entonces por qué se sabe de ellos?, ¿Por qué dicen que fueron el primer matrimonio imperial? —preguntó Palm.

— Por Retz, ella escribió en su diario mucha cosas, por ejemplo y algo que recuerdo mucho de esa página es: El tiempo pasó, los árboles de cerezo volvieron a crecer y yo aún no puedo dejar de llorarles, mis verdaderos amigos, el primer matrimonio imperial, jamás romperé mi promesa; esa fue la primer página que hablo de un primer matrimonio, además de que muy por fuera de ella y su marido hubieron muchos otros pergaminos que hablaban sobre el primer matrimonio, por mucho que quieran esconder algo, siempre habrá un pequeño hilo de dónde jalar —

Gon escuchaba aquello con sorpresa.

— Además, mi profesor de historia antigua cree que la princesa  Nyoko no fue hija del matrimonio Ashikaga, si no del primer matrimonio —la chica sonrió al ver la cara de sus amigos, sin embargo se espanto al ver la mirada de Gon —. ¿Gon, estás bien?

— ¿Yo?, si, si, lo estoy —su corazón palpito con fuerza al escuchar el nombre de Nyoko, porque cuando lo escucho unas palabras que el había escuchado tiempo atrás; llegaron a su mente —. Sigue por favor Machi.

"¿Nyoko?, es lindo, ¿no es así?, porque en nuestro pequeño tesoro"

— Mi profesor, dijo que cuando él leyó algunos pergaminos del concejo se dirigían a la princesa como si no fuera hija legítima de los Ashikaga, incluso hay varias cartas que se referían a ella como la niña sin padres, aunque la emperatriz Retz siempre la trato como su hija, es gracioso porque Nyoko se convirtió en una emperatriz con los años —

— Y la más importante —contesto Gon con una sonrisa —. Ayudo a medicina, a la teoría de la enseñanza.

— Y no te olvides de la más importante, en su gobierno se visibilizo oficialmente a los donceles, por decreto imperial —contesto Machi.

— Entonces estás diciendo que posiblemente Nyoko fue hija de un doncel —afirmo Mito que salió de la cocina para sentarse en un banco con su abrigo en mano.

— Así es, señorita Mito —contesto la chica.

— Tiene sentido, por lo que se Nyoko estuvo bastante ocupada haciendo que no dañaran a los donceles, al menos en su imperio —contesto Feitan quien estudiaba derecho.

— Así es —hablo la estudiante en historia —. Además, ella siempre paso a sus generaciones una historia que de hecho aún se sigue contando con el tiempo. En fin, estamos de acuerdo que la primera emperatriz fue un doncel. En todo caso hay más pruebas en los registros de cuando aún estaban en guerras la nación del norte y sur —

— ¿Cuáles pruebas? —preguntó Gon con curiosidad.

— Oh, porque en ese tiempo hay muchas cartas de los ciudadanos, como pergaminos que hablaban de la princesa Sayuri, decían que casi no salía del palacio, además de que cuando lo hacía no hablaba para nada, los mismos concejales y el mismo padre se referían a ella con 'él', además de que en varias canciones y poemas hablan de un hombre que fue emperatriz, hay muchas pruebas pero, ¿ustedes creen que eso lo van a poner en los libros de historia?, si aún son considerados aberraciones por mucha gente, ¿creen que de verdad lo pondrían? —todos pensaron en su pregunta.

— Gente de mierda —hablo Palm enojada —. Estamos en 2021, ¡dios!, que dejen esas tonterías.

Gon estuvo distante a la conversación que se originó ante el comentario de su mejor amiga. Lo único que pensaba era en esa sensación extraña que tenía su corazón. Cuando por fin todos se despidieron, Gon saliendo de la cafetería recibió una llamada.

— ¿Bisky? —preguntó con sorpresa.

— ¡Hola!, oye sé que no nos conocemos mucho pero... Quería saber si me acompañabas a ciertos lugares —la chica hablo con algo de timidez en su voz.

— ¿Yo?, ¿por qué yo? —preguntó el chico comenzando a caminar.

— Porque me caes bien duh —el chico sonrió ante su tono de voz —. Es solo que necesito ayuda, no quiero sonar estúpida pero Yoshio está por cumplir años, así que Killua y yo hemos decidido organizar una pequeña celebración, pero el tonto de mi jefe está ocupado y yo no quiero ir sola a los lugares que tengo pensado, y tú me caes muy bien, ¿me acompañas? —

Gon sonrió, desde que Bisky entro a la cafetería la verdad era que el aura de la rubia era tan cálido y divertido que le encantaría conocerla más. Mucha más a ella, a Yoshio y... también a Killua, ¿por qué no?

— ¡Claro! —contesto.

— ¡Ay!, muchas gracias. Te veo en... mmm, ¿dónde quieres que nos veamos? —se escucharon algunas voces.

— ¿Dónde estás? —preguntó el moreno comenzando a caminar.

— En la empresa, aún no termino mi jornada —la chica hablo, pulsando algunos botones de la impresora.

— Si quieres voy para allá y te espero, ¿tu turno ya termina? —

— Si, me falta una media hora —hablo la chica —. Entonces espérame abajo en recepción y yo llego bajo y nos vamos.

— Okey —colgo, vio la hora en la pantalla de su celular; 6:40 p.m.

Más al rato compraría comida para llevarle a su madre, la iría a ver hoy. Quería hacerlo días atrás pero la terca mujer le había dicho que no, que ella podía sola y que no dejaría que descuidara su escuela por ella. Camino con los audífonos puestos hacia la empresa de vinos de los Zoldyck que no estaba muy lejos de su trabajo.

Al llegar vio el edificio de color negro con la gran z de color dorado con negro, la puerta de color plata le hizo sentir pequeño. Jamás había entrado, siempre le miro porque el edificio era estéticamente hermoso, pero jamás entro. Un licor de ese lugar costaba literalmente su pequeño departamento.

Entro viendo la elegancia en el lugar, se sentía extraño en ese lugar. Habían personas caminando por todos lados, varias se le quedaron viendo; trato de moverse porque era incómodo para él. Vio a una chica de cabellos rojos que hablaba con otra mujer, ambas lo miraron, la extranjera asintió y se acercó a él.

— ¡Hola!, ¿buscas algún vino en particular? —preguntó la chica con una hermosa sonrisa.

— No, yo... Estoy esperando a alguien, no vengo a comprar nada —contesto el chico con una sonrisa tímida.

— Oh ya veo, ¿a quién esperas?, si lo conozco puedo llamarlo —la mujer hablo con amabilidad.

— No te preocupes, ya le mandé mensaje dijo que vendría en un momento, muchas gracias —hablo agradecido.

— No es nada, si necesitas algo en recepción —la chica camino hacia un elevador, Gon se quedó mirando su cabello, le gustaba mucho.

Siguió esperando en su lugar mirando algunos cuadros de vinos que estaban en el lugar, hasta que las puertas de uno de los elevadores se abrieron, Gon volteo esperando ver a la rubia, sin embargo, no contó que en vez de ella viera a Killua bajar con otros señores y un chico un poco más alto que él.

Ambos se miraron, Killua abrió los ojos sorprendido, al igual que Gon quien alzó su mano para saludarlo desde lo lejos. El albino dijo volteo a los señores hizo una leve reverencia y camino hacia el moreno.

— Hola Gon, ¿qué haces aquí? —decir que no estaba algo emocionado por verlo era una gran mentira.

— Hola, espero a Bisky —hablo el chico sintiéndose nervioso, Killua lo ponía así.

— ¿Bisky? —su mente trabajo rápido hasta que recordó el cumpleaños de Yoshio —. Oh, ¿por el cumpleaños de Yoshio?

— Exacto por eso mismo, dijo que estabas ocupado y que no quería ir sola a dónde irían ambos —contesto.

— Oh, si, iré a comer con mi hermano y otras personas por negocios —el albino dijo, viendo que Gon evitaba mirarlo a los ojos.

Bueno el estaba igual, no sabía que tenía este chico que le hacía sentirse emocionado y nervioso a la vez.

— Espero que te vaya bien —dijo el moreno viéndolo por un momento con una sonrisa.

Las puertas de nuevo de abrieron, dejando ver a la rubia quien camino hacia ambos chicos.

— Eres muy puntual Gon —la chica hablo saludando al moreno, para después ver al albino —. Y tú, ¿no deberías estar con tu preciado hermanito?

— Ni me lo digas, no quiero ir —se sincero el chico, viendo su reloj —. Pero tengo que, llegas temprano a la casa y se cuidan.

Los miro a ambos.

— Lo que diga, jefe —canturreo la joven.

— Cuídate también —dijo Gon con una sonrisa, recibiendo una de Killua.

Bisky, quien era experta en Killua, miro la interacción en ambos, incluso desde que se vieron en aquel bar. Además cuando salió del elevador Killua parecía nervioso y Killua jamás se ponía nervioso.

Nop, eso nunca. Ni siquiera con Gianna.

— Vamos Gon —hablo la chica enganchando su brazo en el contrario.

Salieron del lugar, dirigiéndose a diferentes establecimientos. Bisky le platicaba como era Yoshio para que se diera una idea y así pudieran escoger un buen lugar.

— ¿Le gustan los museos? —preguntó Gon.

— Mmm si, fan número uno —contesto la chica entrando a una librería.

— ¿Por qué no lo llevan a uno?, que no haya ido obviamente y después lo llevan a... Comer y por último al karaoke —dio su idea.

— ¿Por qué no vamos en grupo? —la rubia dijo agarrando un libro —. El arte se disfruta más cuando hay muchas personas.

— Es una buena idea —dijo Gon, viendo el reloj. Ya daban las 8:30 habían estado caminando mucho, no le molestaba así dejaba de pensar en todos sus problemas.

— Invitaré a todos en el grupo, en realidad nos llevamos muy bien y mi bebé Yoshio necesita tener amigos, amigos reales —hablo, viendo a Gon quien asintio.

— Claro, yo también trataré de decirles para que hagan tiempo, sobre todo Leorio —dijo el chico tomando un marcador de flores sakura. A su mamá le gustaban mucho esos árboles, a él no. Los odiaba y no sabía la razón, pero cuando su madre leía siempre tenía separadores así, antes de que todo esto sucediera su mamá había comenzado a leer de nuevo.

Pago el separador junto a una pluma con diseño para guardarlo en su mochila.

— ¿Quieres ir a comer?, aunque no comería mucho. La madre de Killua quiere ir a cenar —la chica hablo y cuando Gon quiso contestar su celular sonó, vio que la pantalla decía mamá, así que contesto rápidamente haciendo una seña de disculpa a la rubia.

— ¿Mamá?, iré a la casa —pero paro en seco al escuchar el sonido de una ambulancia.

— ¿Gon?, eres su hijo, cierto, ella... —la voz era de un hombre, uno que no conocía —. Ella está siendo llevada al hospital.

— ¿Hospital? —preguntó en shock. Escuchaba las palabras de ese hombre, aún así su cerebro parecía estar dormido, sentía las lágrimas formarse en sus ojos, pero no sentía nada. Lo que más había temido durante años, había sucedido; su madre lo estaba abandonando de nuevo.

Bisky vio que el moreno perdió el color, sus ojos se volvieron llorosos mientras asentía efusivamente.

— V-voy para allá —fue lo último que ese hombre escucho.

— ¿Gon?, ¿todo bien? —pero supo que no fue así, al ver las lágrimas en los ojos del moreno.

— Mi mamá, tuvo una sobredosis —el chico hablo con lágrimas, su padre lo abandonó y ahora su madre hacía los mismo.

— Tranquilo, ¿dónde está? —la rubia hablo, tenía que tener la mente fría y ayudar a su amigo.

— La internaron en Shimogamo —dijo, la chica asintio. Pidió un taxi y lo llevo para allá.

Killua miraba su celular con impaciencia y preocupación. Estaban ya en el restaurante pero Bisky no llegaba, no contestaba el celular ni los mensajes.

— ¿Ya le marcaste? —preguntó Alluka con preocupación.

— Ya lo hice, pero no contesta —dijo el chico con una mueca.

— Hijo, ¿no sabes a dónde fue? —su madre hablo, quien ya también había hecho su parte llamándole.

— Ya lo hice —antes de que pudiera hablar, el celular sonó y Killua contesto rápidamente —. ¿Dónde estás?, ¿estás bien?

— Lo estoy, Killua sucedió algo —el albino frunció el ceño al escuchar el eco además de algunas otras voces que le decían que estaba en un hospital.

— ¿Qué pasó? —preguntó.

— Es Gon —su corazón palpito fuerte, el miedo abrazo su ser como si algo dentro de él lo hubiera alertado con solo escuchar su nombre. Como si no quisiera que volviera a pasar.

— ¿Qué le pasó a Gon? —preguntó con duda, con miedo. Sin entender porque, aunque ya para este punto no entendía ni su mismo cuerpo y sentimientos.

— Es su madre, me quedaré con él. Está en un estado de shock, llame a Palm también viene en camino —la chica hablo viendo al chico con la mirada perdida, con el café en sus manos.

— Iré allá, tengo que ir por ti, y... entre más personas hayan apoyando a Gon mejor —una excusa barata para poder ir a verlo, su ser rogaba por verlo y saber que estaba bien o por lo menos hacer algo para que esté bien.

Eran desconocidos, ¿y aún así sentía este miedo intenso por él?, que diablos le sucedía.

— Pero estás con tu madre, ya es muy de noche y sabes que no me gusta que manejes a tantas horas de la noche, ve a casa —la chica hablo.

— Ya está decidido —

Cuando la llamada termino, su mamá lo vio preocupada.

— Es un amigo, su madre está en el hospital —dijo con una mueca, su madre llevo una de sus manos a sus labios con una mueca sorprendida.

— Vamos, para que lo vayas a ver —la mujer hablo tomando su bolso.

— Las iré a dejar madre, no sé a qué hora nos iremos y quiero que descanses —el albino hablo, aunque la señora Zoldyck no quiso aceptar en un inicio. Lo hizo.

Cuando las dejo, Killua iba de camino al hospital, se sentía nervioso y a la vez iba pidiendo a todos los dioses que la madre de Gon sobreviviera. Una sobredosis de medicamentos podía ser mortal, al menos si la persona llevaba mucho tiempo sin ser atendida.

Esperaba de verdad que esperaba que se pusiera bien. No solo por ella si no por Gon, se estacionó y salió de su auto.

Esperaba que todo fuera bien.

Holaaa ❤️

¿Les gustó?

¿Cómo están?

Oigan quieren un ship con Bisky, es que estoy entre ponerlo o no ponerlo, diganme, ¿lo quieren?

Actualicé súper rápido JAJAJJAAJ orgullosa de mi 😔👌, de hecho iba a publicar desde ayer pero no tengo internet desde el domingo :/ y no pude.

Con referente a la siguiente historia, miren que en un principio ganaba el omega y el extraño ramo de rosas negras y luego quedaron empatados, me esperaré un poquito más xd. De todas formas si una gana voy a tratar de ver de qué otra forma publique el otro sin que me quedé tiempo y pueda. Para que todo estén contentos. ❤️

Entre otras cosas altas ganas que tengo de una fanfic con temática de  transmigracion 👀, las que leen danmei sabrán de lo que hablo 👌😔 .

Además de que quiero hacer una versión de películas de princesas versión gay y Killugon/Gonkillu JAJJAAJ.

Y... Una de piratas, ¿por qué?, porque amo a los piratas JAJAJA, ya veré si hago alguna historia con las tres temáticas mencionadas en un futuro.

Cómo sea, lxs quiero mucho. ❤️

Nos leemos la siguiente actualización, cuidense y tomen agua :3.

Bye bye ❤️.

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