☄️ Nɪɢʜᴛ Fᴏᴜʀᴛᴇᴇɴ ☄️

Decir que estaba nervioso e incómodo, era poco. No supo que pasó, de verdad, simplemente su corazón golpeaba con fuerza cada vez que veía a Killua, su mente le decía que no se alejara.

Y no lo haría, pero, todo era tan difícil, tan raro. Cómo otras veces, cuando mencionaban a Killua, cuando estaba cerca de él; ers diferente, estar con el albino siempre es diferente. Espero en la sala mientras el albino y su madre habían ido abajo en el estacionamiento, él debería irse de aquí.

Se levantó y fue a la habitación de lavado dónde estaba su ropa. La sintió con sus manos aún sintiendo que estaba algo húmeda.

— Es un doncel, ¿cierto? —Gon no quiso escuchar la conversación, de verdad que no fue su intención.

— Si, mamá —respondió Killua.

— Ya veo, solo ten cuidado —

¿Cuidado?, ¿Con él?

— Mamá, no pasará nada. De verdad él es un buen chico —

— Todos son buenos chicos —respondió con ¿Ironía? —. Solo ten cuidado, es un consejo. Me voy cariño.

Gon lo pensó de más, se empezó a hacer historias en su cabeza que no tenían nada que ver con la realidad; cerro la habitación con cuidado y se metió al cuarto de Killua para vestirse. Cuando terminó, la puerta fue tocada.

— Pasa —respondió a lo que el albino acepto entrando.

— Lo siento por lo de mi madre, como a penas me mudé deje varias cosas en su casa —se sentó alado de él, los nervios de Gon volvieron al darse cuenta que... Si su madre no hubiera llegado ellos se hubieran besado.

Wow, en cosas que jamás pensó hacer, se sentía orgulloso, aunque entendía que parte de lo que sucedió también fue por culpa de Killua.

— No te preocupes —contesto sonriendo —. Killua, creo, me tengo que ir.

— Oh sí, espérame en la sala —el moreno salió de la habitación yendo a la sala, dónde vio la pizza a terminar en la pequeña mesa de cristal, las copas con leve líquido rojo.

Ay dios, está fue una de las mejores citas que había tenido.

Yoshio estará súper feliz por saberlo, saco su celular para ver los mensajes encontró algunos de Asa y por supuesto de sus amigos, también tenía uno de su mamá.

Mami🍀

Hola cariño, ¿Cómo te está
yendo con mi nuero?

Espero que bien ;)

Oye...

Mañana tendremos una cena,
en familia, Fuji tiene a alguien
que quiere presentarnos.

Te esperamos, cariño.

Oh, si mamá.
Estaré allá.

La puerta se abrió dejando ver a un Killua con una chamarra normal, unos pans negros y unos tenis, ¿cómo le hacía para verse tan bien con unos simples pans? Gon no lo sabía.

— ¿Vamos? —preguntó

— Claro —ambos salieron del departamento, bajaron al estacionamiento, encontraron el bonito auto de Killua, subieron en él yendo a su casa.

Durante el trayecto Gon le platico un poco de aquella presentación que su padrastro hará el día de mañana, Killua hablo un poco de su madre, aunque varios temas salieron a relucir durante aquella amena charla.

Cuando llegaron a su casa no sabían muy bien como despedirse.

— Fue un día divertido —hablo Gon sonriendo —. Lo disfruté mucho.

— Igual yo, hace mucho no me divertía así —no era mentira, el estrés que llevaba en su cuarto se disipó en el momento en que vio a Gon llegar a él.

— Nos vemos después —sonrió saliendo del auto, Killua asintio, por supuesto debía haber una segunda vez. Con una mano se despidió, para luego encender el auto.

Gon entro a su pequeño departamento con una sonrisa enamoradisa, el haber estado con Killua solos había sido una de las mejores cosas. Amaba el sentimiento de paz y plenitud que había cuando estaba cerca de él.

Se e acostó en su cama viendo millones de mensajes por parte de Palm así como también por parte de Yoshio.

Yoshio ❤️

Necesito que vengas mañana
a la oficina ;)

Te tengo que dar algo ❤️

Mañana estaré allá,
¿a qué hora? Jajaja
Es que también tengo un
compromiso con mis padres.

Mmm temprano

10 de la mañana ;)

Ahora sí, amigo mío quiero
que me cuentes con
✨ audios ✨ todo lo que pasó
AAAAAH

Gon sonrió, y haciendo caso comenzó a mandarle audios a Yoshio, platicando todo lo bueno que estuvieron haciendo, le platico literalmente todo hasta la parte del casi beso.

Esa noche durmió bien, al inicio, hasta aquella pesadilla.

Gon miraba todo desde tercera persona, no podía moverse, no podía hacer nada solo mirar.

Era una habitación japonesa, muy antigua, demasiado diría él, habían unas personas arreglando la habitación, usaban kimonos iguales, como si fueran un uniforme. Poco después entro alguien, una mujer de cabellos largos y negros que llegaban hasta la cintura, llevaba una sonrisa en sus labios pequeños, su piel era morena y sus ojos de color avellana.

Sintió una fuerte emoción mirarla, una nostalgia triste arraso su cuerpo inerte. Aquella mujer sentó y detrás de él un joven de cabellos castaños largos entro, Gon no entendía porque al verlo sintió una inmensas ganas de llorar junto con un cariño especial. La mujer palmeaba sus piernas con una sonrisa, haciendo que el muchacho fuera y recostara su cabeza en ellas; las delicadas mano de ella acariciaban su cabello como si de un niño se tratara.

Era como ver la imagen de una madre o hermana mayor cuidando de su pequeño hermano o hijo.

Era una escena preciosa, que solo lo hizo querer llorar, sin entender ¿Por qué?, sin entender ¿Por qué soñaba con esto?

¿Por qué esa mujer se le hacía tan familiar?

¿Por qué ese chico despertaba emociones tan contradictorias?

Y entonces todo cambio, el lugar que antes tenía luz, tranquilidad y paz ahora era un lugar en llamas. Todo se caía, se derrumbaba, Gon no quería saber porque ese lugar estaba así. Los sonidos de las personas gritando, llorando; todo era un caos horrible.

Y entonces vio a ese hombre, al mismo chico, llevaba un uniforme de guerra, y una gran katana. No entendía porque su mirada era fría, tampoco entendía porque estaba arremetiendo con aquella mujer que se veía cargaba un bebé.

El miedo se apoderó de su cuerpo, así como la desesperación, quería huir de ahí. No quería ver.

Se levantó sudando, con las mejillas mojadas tal vez por las lágrimas. Se sentó en su cama, vio la hora en el reloj que estaba en la mesa las 8 de la mañana.

Se levantó, se metió a bañar con una sensación pesada en el pecho, sentía como si lo vigilarán, como si ese hombre podría venir y hacer lo mismo que hizo con esa mujer. Salió de la regadera vistiendo algo cómodo, pues al final de cuentas de ahí se iría con su madre.

Salió de su departamento y se fue de camino a la empresa, esperaba ver de lejitos a Killua, tenía la sensación de que así sería, poco a poco fue olvidando el sueño que había tenido aunque la sensación de miedo aún estaba algo presente.

Llegó a la empresa casi 10:15, habían personas por todos lados caminando con sus buenas ropas y sus carpetas de color negro. Él espero a que Yoshio bajara, ya que al llegar le mando mensaje, pocos segundo después el japonés bajo saludandolo con una hermosa sonrisa.

— Te conseguí algo que te encantará —fueron a la oficina del mismo que de uno de los estantes saco algunos libros de pasta blanca de color café se las entregó —. Son traducciones, de libros, recuerdas lo que me dijiste de la emperatriz Retz, bueno digamos que son copias de las traducciones de sus diarios y cartas, aunque encontré otras cosas interesantes.

Gon lo miro sorprendido, tomo la pequeña caja que se le estaba entregando.

— ¿Cuánto te debo? —preguntó, la risa del pelinegro se hizo presente en la oficina.

— ¡Nada!, es un pequeño regalo, no fue tan difícil encontrarlos, simplemente te lo quise dar —sonrio amablemente —. Aunque si te voy a pedir que me vuelvas a contar todo lo que ayer no pudiste.

Gon se sonrojo por dos cosas, claramente por el recuerdo de casi haber besado a Killua y el otro por el cariño que Yoshio le tenía, lo quería mucho, desde el primer momento en que lo conoció se sintió bien con su compañía.

— Dime Gon, ¿Besaste a Killua? —

Detrás de la puerta una pelirroja había escuchado parte de la conversación sobretodo lo último, se alejo de la oficina caminando a la suya enojada, por supuesto.

— ¡Bianca! —la chica chillo cuál niña berrinchuda —. ¿Quién es Gon?

— ¿No lo sé? —claro que sabía, pero no se lo diría para nada.

— ¿A no?, ¿Por qué toda tu me dice que si? —preguntó con una sonrisa amable —. No puedo creer que de quién me estaba cuidando no termino siendo quien me robara a Killua, si no, otro doncel.

¿Que mierda tenía Killua con los donceles?

— ¿Cómo sabes que es doncel? —la castaña de lentes preguntó.

— Los ví entrar a la oficina de Yoshio y era más que obvio, todo su cuerpo grita a los cuatro vientos que es —

— ¿No crees que es mejor buscar a otro hombre? ¿Que te quiera? —su amiga preguntó acomodándose los lentes.

— ¿Para que?, Que me quiera es lo de menos Bianca —hizo un gesto repulsivo con su rostro —. Lo único que quiero es el dinero y no hay hombre más rico aquí que Killua, su hermano no cuenta porque tiene pareja y no.

— Ale, no creo que sea bueno —la chica trataba de cambiar a su amiga de idea.

— Tranquila Bian, algo se me está ocurriendo —su sonrisa era satisfecha, mucho de hecho.

Bianca decidió no hablar más, de todas maneras parecía que estaba hablando sola, Alessandra jamás la escuchaba. Rodó los ojos, siguiendo con su trabajo en la laptop.

Alessandra pensó perfectamente en un plan para alejar a Gon de Killua, o al menos el inicio de uno.

Gon salió de la oficina de Yoshio con una sonrisa, llevaba su caja en los brazos para bajar del elevador. Cuando esté abrió, vio a Killua dentro col varios hombres mayores a él.

Ambos se miraron, Gon le sonrió, el albino hizo lo mismo.

— Vayan primero señores —dijo con una sonrisa amable y una voz serena, ayudo a Gon con la caja.

— No debiste hacerlo, ¿No estás ocupado? —preguntó el moreno a su lado.

— Nop, una pequeña junta, nada del otro mundo —llegaron a la siguiente planta, fueron a la salida de la empresa, los empleados veían con sumó interés a su vicepresidente ayudando a un doncel con una caja, es decir, era raro ver a Killua tan sonriente con ojos brillosos.

— Me despido, nos vemos luego Killua, cuídate —estiro la mano para que el chico le diera la caja, Killua se la dió.

Killua pensó mucho en lo que iba a hacer, cuando Gon tomo la caja y camino para irse, Killua se agachó un poco dejando un leve beso en su mejilla. Gon se sonrojo de inmediato haciendo reír a Killua, los empleados veían lo sucedido como si fueran la cosa más rara que habían visto.

Las recepcionistas abrieron la boca sorprendidas y un tanto emocionadas.

— M-me tengo que ir, cuídate —el doncel salió casi corriendo del lugar con una sonrisa tonta en los labios.

Killua sonrió, su ánimo ahora estaba por los cielos, sin que le importará la mirada de sus empleados en él, camino al elevador y subió al piso donde tendría aquella junta.

Gon camino al departamento que su mamá compartía con su pareja, pensando en el buen día que había empezado a tener. Paso una hora, el moreno se encontraba ya dentro del departamento hablando con su madre. Ella portaba un vestido que amarillo con puntos blancos que le llegaba hasta las rodillas, unos zapatos bajos de color café, leve maquillaje y su cabello suelto.

Se veía linda, llena de vida. Cómo siempre se debió ver su madre, ella nunca debió dejar que su brillo se pagará y ahora agradecía porque lo estaba recuperando poco a poco. Ambos lo hacían.

— Te ves muy linda madre —sonrió el chico ayudandola con la mesa.

— Es un día importante, quería verme bien —respondio terminando de cocinar lo último.

Gon sonrió, no entendía que iba a pasar, su madre no quiso decir más porque ella tampoco sabía mucho. Era una sorpresa para ambos; a los treinta minutos la puerta fue abierta, Fuji entro con el rostro algo cansado por el trabajo, en una de sus manos llevaba un pastel, Gon se acercó para ayudarlo.

— Bienvenido a casa, cariño —Gon se alejo con la caja en las manos viendo que su madre caminaba hacia el hombre con una sonrisa. Una hermosa sonrisa.

— Espero que no haya sido un inconveniente para ti venir, Gon —el hombre hablo viéndolo con una sonrisa agradecida.

— Para nada, es bueno venir —se sentía cómodo y cálido.

Hablaron un rato más, la plática se iba entre ambos, no fue hasta que la puerta fue tocada que Gon y Valle se vieron desconcertados.

— Hay... Alguien que quiero que conozcan —el hombre los miro con nervios —. Cielo, yo he hablado de él en tu presencia y tú lo conoces.

Su madre lo vio desconcertada aún así asintio con la cabeza.

— Gon, eres parte de mi vida, de la vida de Valle. Quiero que tú también lo conozcas —suspiro —. Quiero que ambos entiendan que él también es su familia.

Valle y Gon se miraron para luego ver cómo Fuji iba y abría la puerta revelando un chico que usaba ropas elegantes, tes pálida, cabello negro, con una sonrisa cálida.

— Él es Kuroro —hablo el hombre —. Mi hijo.

Los recuerdos del sueño llegaron a Gon como una explosión, la sensación de miedo, tristeza y desesperación se hicieron presentes de nuevo en su cuerpo.

Cuando conectaron miradas, la sensación se hizo aún más fuerte. Sus manos temblaban, y por su mente lo único que pesaba era esa imagen donde el fuego consumía todo, dónde habían gritos.

Dónde había dolor.


Holiii ❤️

Ya sé, me tarde otra vez ajajaj, la escuela me está matando y tuve un viaje que hice, no tenía tiempo ni ganas la verdad.

Yyyy JAJAJA hace poco había tenido la sospecha de que tenía covid pero la descartamos totalmente. La cosa es que ahora sí, sucedió:(

Ayer me hice la prueba (que por cierto me dolió hasta el alma) y pues si, tengo covid. Hasta ahora no me he sentido taaaan mal; pero espero que con el paso de los días no me ponga peor xd.

Equis, espero que con esto pueda escribir un poco más ya que pues voy a estar en mi cuarto las 24/7 ajjaja.

En todo caso y quiero que sepan, que ya estamos llegando a la recta finaaaal :00 o sea todavía falta un poquito pero ya vamos llegando. De hecho habrá un viaje al pasado muuuuuuy largo y después uno más pequeño, si lo tengo previsto bien después del viaje pequeño Soulmates por fin llegaría a su fin.

Yo:rando

En todo caso espero que les haya gustando este capítulo que fue corto y literalmente fue para integrar a Kuroro jajajaj.

Los quiero ❤️

Cuidense mucho:(

Bye bye ❤️

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