ɴᴜᴇᴠᴇ
Después de descansar un poco y con los ánimos de nuevo vivos, era hora de despertar de aquel sueño que tanto me habia gustado vivir el fin de semana con mis padres.
Era domingo y tendría que manejar al menos dos horas en carretera para llegar al departamento que Chaeyoung y yo compartíamos desde hace un poco de tiempo, para al día siguiente acudir a la universidad junto a ella.
¿No era genial?
—¿Ya llevas todo? ¿Tú cepillo dental? ¿El maquillaje? ¿La crema para afeitar?
Reí. Mamá era un poco muy ansiosa a veces.
—Sí mamá, lo llevo todo en la maleta. ¿Tú tienes la cabeza puesta? Espero que no sigas en las nubes.
—Muy graciosa jovencita, te esperaré en el comedor, no hace falta que aprendas cómo bajar una escalera—dijo desde afuera de la habitación, en el pasillo.
—¡Okay!
Bajaría después de retocar mi maquillaje.
Al finalizar la despedida un poco menos normal que las que anteriormente solíamos tener, mamá y yo prometimos visitarnos mutuamente. Ella sabía a la perfección que mi novia la amaba con la vida y que estuviera en nuestro departamento no era problema alguno, más bien, nos faltaba compañía en días en que nuestro hogar se sentía un poco solo.
Estacioné el auto en el garage y apagué el motor. Solían gustarme más las motocicletas, pero al tener que empacar ropa y cosas personales, me pareció una mejor idea usar el auto que papá me regaló durante el último día que viví con ellos.
Al llegar a recepción y saludar al amable portero para después usar la pantalla digital con la qué se lograba el desbloqueo total de la puerta principal (sí, una buena inovación) , fui capaz de percibir el ambiente tan calmado y pacífico del departamento; incluso me atrevería a decir un poco denso.
Chaeyeong seguramente no habría llegado a casa aún.
Bueno, era lo que pensaba hasta que sentí unos suaves labios besar mi cuello, mientras me abrazaban por detrás y rodeando tan delicadamente mi cintura como sólo una persona lograba hacerlo.
Aunque eso no logró evitar que estuviera sobresaltada al recibir aquella muestra de cariño tan de repente, cuando creía que no había nadie.
—¿Me extrañaste?—fue lo que susurró Chae después de separarse.
Su mirada se encontraba un poco perdida y al notar una copa de vino en la pequeña mesa de cristal que habia en el centro de la sala, supe que tal vez estaba un poco ebria.
Pero mi novia no se emborrachaba, aborrecía cualquier tipo de alcohol.
Era tremendamente extraño.
—No imaginas cuánto, fueron los peores días sin ti—dramaticé un poco.
Pero si la había extrañado como el infierno, no engañaba a nadie.
—Eso es genial, pero...
Hizo silencio y su sonrisa se torció un poco, su vista inmediatamente dirigiéndose a mi persona y su expresión no siendo la misma que en un principio.
—Sé lo que hiciste el verano pasado.
¿De qué hablaba?
...
Re feo que quedó el capítulo. Perdónenme, mi internet se fue y no pude actualizar ayer :c
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