𝑷𝒓𝒐́𝒍𝒐𝒈𝒐

¿Qué es lo que más te gusta?.

—¿Ahh?..

Una voz femenina sonó en con un tono de confusión, mientras oía aquella pregunta la cual no sabia porque debía responder pero aun así con el seño fruncido y acomodando sus lentes se dignó a hacerlo.

No hay una sola cosa que más me guste —habló la muchacha de cabello verdoso oscuro atado en una coleta, mientras comenzaba a guardar su herramienta maldita con la que estaba entrenando minutos atrás.

Pero si debería elegir algo, diría que lo que más disfruto hacer es entrenar y aprender a manejar nuevos tipos de herramientas malditas —dijo Maki mientras colocaba en su hombro a su naginata ya guardada—. Más aun cuando se trata de un oponente fuerte.

En eso llegó a su mente dos de sus compañeros que también usaban una herramienta maldita.

Mientras la Zenin se encontraba recordando algunos de sus mejores entrenamientos, entre unos arbustos salió un enorme panda el cual saltando sobre ella comenzó a gritar.

¡Esa no es la respuesta, debes decir Panda, te gustan los pandas!.

—¡Quítate de encima tonta bestia peluda!.


—Tsuna tsuna...

El estudiante de cabellos albinos respondió la pregunta mientras levantaba el pulgar para afirmar su respuesta sin dudarlo.

El usuario de la técnica del Discurso Maldito se encontraba buscando a sus amigos hace unos minutos antes de detenerse y responder la pregunta.

¡Es panda, la respuesta es panda!.

Grito detrás de él, el cuerpo maldito en forma de un adorable panda, mientras intentaba derribar a su amigo. Pero Inumaki reaccionado más rápido lograba esquivarlo haciendo que caiga al suelo de cara.

¿Takana? —preguntó el albino a su amigo al verlo caer de tan fea manera.

Creo que la respuesta a esta pregunta es muy obvia. ¡La respuesta correcta es panda! ¡Panda!.

El cuerpo maldito Panda, se encontraba sentado dentro del aula de su curso mientras junto a él estaba Toge negando con la cabeza detrás suyo.

¡Ya deja de repetir lo mismo mas de 5 veces!.

Gritó la usuaria de herramientas malditas mientras que con el estuche de su naginata trataba de golpear al enorme panda, quien esquivaba todos sus golpes. Pues aún no se había vengado por haberse lanzado encima de ella.

¡Okaka!.

Y Inumaki gritaba tratando de detener a su compañera.


¿Uhhm...qu...qué es lo que más me gusta?.

El tímido murmuró salió de los labios del joven de cabellos oscuros y una nerviosa mirada de tono azul océano. Quien llevando una mano a su cuello comenzaba a sonrojarse al tratar de responder.

Okkotsu tragó saliva al saber cual era su respuesta, pero sus nervios lo hacían decir solo balbuceos poco entendibles.

Pues...l..lo que más me gusta es... —su mirada tímida barrio los pasillos por donde se encontraba antes caminando, esperando que no hubiera nadie cerca para escucharlo.

Sobre todo cierta muchacha de cabellos oscuros como la noche.

E..es.. ¡Es pasar tiempo con Azumi-chan!...

Respondió con rapidez y sin medir el tono de su voz, lo cual al darse cuenta ocasionó que su sangre subiera hasta su rostro, pintándolo por completo de un tono carmín intenso.

Comenzando a balbucear nuevamente cubrió su rostro con sus manos.

Mientras que, detrás de él, tres curiosas caras se asomaban por medio de la puerta.

¡Eso ya lo sabe todo el mundo! —habló Maki asustando al pobre de Yūta, quien volteando se encontró con sus tres amigos que lo miraban divertidos por su estado.

¡Shake!. —afirmó Inumaki mientras movía sus cejas de arriba a bajo con picardia.

El pobre joven quería que se lo tragara la tierra mientras su cuerpo comenzaba a temblar de nervios y su rostro no podría sentirse más caliente.

¡Maki-san, Inumaki-san!...

Habló entre tartamudeos sin poder defenderse de las burlas de sus amigos.

¡Es panda, pand..!.

Habló de nuevo el jodido panda queriendo cambiar la respuesta de su compañero, pero esta vez si logró ser detenido por un fuerte golpe de la Zenin.

¡Que te calles!.

—¿Qué es lo que más me gusta?... veamos ...

Sentada en uno de los lugares del comedor, se encontraba la joven de cabellos oscuros al igual que sus ojos, se encontraba pensado acerca de su respuesta.

Que no notó la puerta abrirse detrás de ella, algo lejos.

Puerta por donde se encontraba entrando el joven Yūta luego de haber logrado huir de sus amigos.

El chico levantó la mirada y al instante sus orbes se bañaron de un bonito y cálido brillo, al igual que sus mejillas de un suave sonrojo de tono rosa.

Al ver a la joven Fushiguro la alegría lo sacudió al instante.

Estaba a punto de acercarse y saludarla cuando de repente.

Lo que más me gusta —la escuchó hablas mientras veía como se cruzaba de brazos con calma—. Es Yūta por supuesto...

Escuchó la respuesta que había dado.

—¿Mmm?...

Luego de haber respondido la pregunta, Azumi se había levantado para irse en busca de sus amigos, al recordar al joven Okkotsu había sentido ganas de ir a verlo y pasar el resto del día junto a él.

¿Yūta?... —habló confundida mientras se agachaba para estar más cerca del suelo.

Y ver el cuerpo del nombrado tirado, con los ojos cerrados y el rostro completamente rojo. Hasta pensaba que podía ver humo salir de su cabeza pero pensó que solo era imaginación suya.

Oi Yūta, oi.... —lo llamó mientras empezaba a moverlo.

Pero el pobre habia caído inconsciente.

Mientras ambos se encontraban frente a la puerta.

De una de la ventanas apareció una bestia de blanco y negro acaparando por completo la atención.

¡Es panda, panda!...


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