(2)
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Por parte de Sandy se sentía derretirse entre aquellas caricias.Por inercia se fué haciendo para atrás,sin intención de llegar a algo más.
Noche de luna llena,la brisa como el mar, ellos en la mirada perdida del amor.
❝—Una estrella en el cielo...
Sandy; impaciente por corresponder ante tales caricias.Pasó de igual manera las palmas de sus manos en las mejillas ajenas.
Cortando más y más la distancia escasa.
Sus labios estaban apenas por rozarse, pero solo estaba jugueteando con él.
Ante tal acción Leon solo gruñó con leve carraspeo.
❝—Siento tu deseo cuando quieres mi beso...
y una luna de miel en el cielo.
Soy una estrella en el cielo...
Empuñó sus manos el de ojeras visibles en el pecho del contrario y lo empujó sin intenciones de querer apartarlo.Era más una especie de juego que se entrelazaba en el aire. El néctar del sentimiento y el anhelo de los cuerpos.
❝—Ven y toca mi cuerpo sensual...
Alejo suficientemente su distancia, para sentarse en la cama e irse acostando plácidamente.
Tersas y suaves sábanas hechas de seda,sus mejillas tan rojas como las rosas.
Imposible no amarlas, pero tampoco imposible no cuidarse de sus espinas engañosas.
Leon; confiado fué subiendose encima de él.
Sin ninguna vergüenza como la que tenía anteriormente,puso ambas de sus manos al lado de la cabeza de el pelimorado y apreto aquellas sábanas.
Tan suaves como su piel; Blanda, delicada, tersa y persa.Morena, fina y exquisita.
—Un romance de una noche si te apetece.—Susurro el camaleón muy apegado a su oreja.
❝—No hace falta decirlo, fue corto, no hace falta escribirlo,apesta a amor.
En el tiempo que dijo eso logro darle una mordidita a su lóbulo.Un espasmo entremezclado entre excitación lo hizo arquear su espalda perfectamente.
Lo suficiente como para que el ajeno entremetiera su brazo izquierdo por debajo de ella y lo tomase. Como si nunca lo fuera a soltar,residía de él ahora.
Se acomodó entre las piernas de Sandy,acción que conllevó a entralazar sus piernas en la cadera ajena.
Las manos de Leon pasaron sobre su pecho, acariciando todo lo que estaba a su paso.
Y debajo de el estaba una imágen muy linda, un enrojecido chico.El cual se mordía sus labios y batallaba contra ese horrible sueño que tenía el cual poseía mas allá de lo que alguno de los demás pueda soportar.
Dejo de abrazarle con su brazo,enderezó su propio cuerpo. Para poder darse la satisfacción de tocar mejor y saciarse de la piel del contrario.
El cual solo se disponía a soltar unos ligeros chillidos que eran rápidamente acallados por su mano o por la mordedura del labio que se le hizo usual justo ahora por la pena y vergüenza.
Suspiraba con mucha frecuencia cada que el camaleón bajaba su mano; amenazando con tocar otra cosa.En pocas letras su respiración estaba siendo gratamente alterada y el corazón se oía como si alguién tocara la puerta. Queriendo derribarla.
—Que rico se escucha tu respiración.—Soltó sin más el de capucha verde.—Cuando te voy manoseando...—
Intrépido y descarado.
Sus manos traviesas fueron bajando más y más hasta llegar al abdomen de este.Donde por obvias razones supo que era una parte sensible.Hizo círculos en esa zona con su dedo índice,haciéndolo estremecerse como nunca en su vida.Pues era la primera vez que lo tocaban de esa manera y se sentía bien, lo hacía sentir especial y que era lo único al que podría voltear a ver y quizá, solo quizá tal vez venerar.
—Muy lentamente.— Pellizco esa área,provocando un gemido.
Sonrió gustoso de lo que acababa de provocar,no dudó en hacer una pequeña arrimadita de su pelvis a la ajena,tanto le gusto el tacto que lo repitió nuevamente.Pero esta vez lo hizo con un poquito más de fuerza, en consecuencia hizo que la cama diera un rechinido y Sandy diera otro jadeo audible que fue acallado ya por los labios de quien tenía encima.Correspondió de una manera tanto inexperta y dulce.
Quería sentir más allá de lo que el camaleón le proporcionaba,por ello su cadera actuó en forma de círculos y apegándose más para quedar con una cercanía nula.
—Ah.—El arenoso abrió los ojos de golpe al sentir algo por debajo de el.
Mordió los labios del otro por tal sensación extraña, no se sentía mal.Sino que era experimentar algo nuevo que le calentaba la hormona a más de 1,000° centígrados,llevándolo de ida y vuelta.
Como estar encima de una montaña rusa.
Su pecho parecia tal; subiendo y bajando con fuerza.
Perseveras, las manos del adormilado pasaron primeramente sobre los hombros de el,y seguir en camino a sus omóplatos en donde los acaricio plácidamente.Por primera vez no estaba luchando demasiado con el sueño por la adrenalina que sentía.
Después sus manos fueron hasta el pecho de este y fue bajando y bajando.Mantenía la mirada fija sobre el bulto que se hacía ahí.
Tomó el resorte de su short y lo jaló un poco,quería ver que era lo que le deparaba el destino, estaba a muy escasa tela para ser descubierto...
Pero alguien toco la puerta y sus nervios fueron tales que en vez de decir quién solto un..;
—¡E-ESTOY DURMIENDO!—Rápidamente dejo de hacer lo que estaba haciendo.
Por el pavor de que alguien lo viera de tal forma había aventado al otro de un empujón al piso, lo habia agarrado desprevenido que cayó meramente de espalda y eso no sonó muy bien.
—Auch.— Le reclamó Leon desde el suelo sobandose su cadera y levantándose de ahí.
No era bueno inventando excusas, no quería meterse en problemas justo ahora.Por lo que alzo sus hombros desganadamente y se largo como pudo de ahí como un venado recién nacido.Con las piernas temblandole por todo lo acontecido y mareado que estaba.Al final duele menos caerse de la cama que quedarse caliente.
Sandy maldijo al derecho y al revés,se puso una sábana sobre los hombros y se cubrió muy bien con ella y fué a abrir la puerta.
Estaba igual que el otro, las rodillas le temblaban.
—¿Tienes fiebre? Estas sudando y estas muy rojo,¿Ya te enfermaste? ¿Porque tiemblas? ¿Tienes frío?—Preguntó Tara al tocarle la frente.
Sandy solo negó y suspiro,le había arruinado algo posiblemente especial, pero era su culpa.Porque estaba pegando gemidos algo fuertes, después de un largo tiempo dándole una excusa muy estúpida le dejó en paz y este ya con el sueño en la cobija se fue a acostar.Muy apenado por lo que había pasado y llegado;se lamento un rato y se quedó dormido.
Como siempre solía hacerlo.
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