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Al llegar a su propia pieza se acostó en la cama y miró hacia arriba.Llevando ambas manos a su pecho,comenzando a acariciarlo sutilmente.

Una suave tonada se escuchaba sobre toda la habitación, las estrellas de celofán.Las cuales estaban pegadas sobre el techo y las cortinas de seda, moradas; meramente púrpuras con lunas entremezcladas,estas se movían de manera lenta a causa de una suave brisa de la noche.

Sus ojos,entrecerrados y una sútil pero esbozada bocanada de aire se adentraba dentro de sí, suave y callada.

Sin ruido alguno siguió acariciandose.

Sonrió atontadamente por lo acontecido hace ya unos 26 minutos.
Lo que tardo en llegar a la casa compartida.
Su puerta estaba cerrada, pero no con llave.
Pasaron unos cuantos minutos más, el adormilado peleaba por no quedarse dormido por lo qué; se metió tres dulces de miel en la boca y tallaba con frecuencia sus ojos.El sonido no ayudaba mucho a mantenerlo despierto y en todos sus sentidos.
No se percató de que afuera de su ventanal había alguien observándolo como una presa fácil,con unas incesantes ganas de morderlo y desgarrarle la piel hasta que suplicara piedad.
Sus caricias lo llevaron en automático a brazos de morfeo.

El vigilante que yacía adentro de sus aposentos fue sigilosamente hasta el dormido y se colocó a un lado de la cama.
Por unos momentos pensó en tocarlo, acariciarlo y olerlo.

—Tal vez yo tengo la intención dé,pero todo lo que veo es que no eres como yo...—En un susurró le habló.

En cambio el era como el aceite;escurridizo resbaladizo.
Y él era como agua cristalina.

Puro.

Paso con la yema de sus dedos, apenas y haciendo contacto con esa piel morena.
Tocó primeramente su frente y fué deslizando su dedo, sin ninguna prisa hacia abajo, pasando por el puente de su nariz, mentón,por la bufanda que traía y finalmente llegó a su pecho.
Mordió sus labios, absteniéndose de querer despertarlo con alguna tontería que se le pasara por esa cabeza.
La cabeza de arriba, la de abajo estaba perdida en su totalidad, esa ya no pensaba,solo actuaba.

Alejó su mano lo más rápido que pudo y sin más solo se retiró del lugar, yéndose de donde había venido.
Sandy se despertó de golpe,se acordó que no había cerrado la ventana y perezosamente se levantó a cerrarla, pisando en el camino lo que parecía ser una envoltura de paleta.
La levantó y eso le provocó un escalofrío.
Decidió poner en su mesita de noche esa envoltura, Bajo mejor las sábanas y se acomodó, parpadeó lento, quedándose viendo aquella envoltura recién encontrada.

Con una sonrisa se durmió y el ajeno que lo visitó hizo lo mismo al irse a la casa en la cual se hospedaba,desde esa noche las cosas se pondrían más interesantes.

Para ambos.

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