[Precuela de "Sospecha de una amiga rubia"]

Sakura ama el lápiz labial rojo, no es de esperarse pues el rojo era su color favorito. Así pues nunca pensó que aquel vibrante color fuera el detonante para comenzar una relación poco usual.

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—Le vas a decir-yoi??.. –preguntó Marco, después levantó dos veces la pesa que traía entre las manos–

—Decir que a quien??

—No te hagas el tonto Izou, incluso Ace lo sabe.. –respondió Thatch, el castaño se encontraba sentado en una de las planchas para hacer pesas, en medio de la de Ace y Marco. Ace, aún lado del castaño, levantó una de sus cejas, aunque no dijo nada, aún le faltaban tres series de levantamiento para acabar–

—La chica probablemente tenga novio, nadie como ella sigue soltera.. –tres pares de ojos voltearon a mirar hacia las caminadoras–

Una joven de al menos veinticinco años, cabello rosa y ojos verdes, se encontraba corriendo sobre una caminadora, estaba vestida con un top deportivo color rosa palo y unos leggins deportivos negros. Trotaba con delicadeza, su cabello atado se balanceaba con cada movimiento, sus caderas se mecían hipnóticamente y sus pequeños pechos rebotaban cada dos segundos. La conocían por la membresía del gimnasio, Sakura Haruno, una joven doctora de un prestigioso hospital del centro. Hermosa, carismática, amable y muy sexy. Izou había quedado prendado de ella al verla por primera vez, de eso hace ya dos meses, pero no hacía ningún movimiento por el simple hecho de que ella ya tenía novio, o al menos eso es lo que el pensaba, ninguna chica como ella podía estar soltera. Así pues Izou se resigno a solo verla de lejos.

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Sakura por su parte estaba concentrada caminando sobre la banda, traía puesto unos audífonos así que no escuchaba nada a su alrededor. Hace unas semanas Sasuke, su ex, y ella habían terminado una bonita relación de cinco años. Todo quedó mutuamente acordado, la chispa en ellos se había acabado, Sasuke acepto que ya no amaba a Sakura y ella de igual manera ya no amaba al moreno, lo apreciaba, pero ya no con todo el corazón.

Ahora Sakura se encontraba soltera y siendo perseguida por un pequeño grupo de pretendientes, a los cuales ella no prestaba el mínimo interés. Ella no quería lo mismo en una relación. Flores y chocolates, estaba arta del cliché barato. Un tipo alto y musculoso, ya había salido con uno y no era como en algunos libros +18 lo describían. Una relación con una chica, aceptaba que el cuerpo femenino era hermoso pero al tener una relación con una chica a sus catorce años, que por cierto el carácter de ambas chocaba, eso le dejo un mal sabor de boca.

Una llamada entro en su celular, apagó la música y colocó el volumen bajo para oír bien a través de sus audífonos...

—Hola?...

—Sakura!!! -era su escandalosa amiga rubia- ..sabes, entre a tu consultorio...

—¿Por qué no me sorprende?.. –dijo sarcástica mientras rodaba los ojos– ..

—Que graciosa.. en fin, encontré un libro interesante..

—Y quieres que te lo preste, ¿No?..

—Si, porfavor..

—Solo me llamaste para eso??

—No!!! Tu abuela me dijo que te dijera que tú castigo terminaba hoy...

Ha si, su dichoso castigo. Resulta que un paciente llegó a hacerse una prueba "rutinaria" de la próstata y, por la sobre estimulación, termino descargando toda su "semilla" en la cara de Sakura. Sakura se enfureció tanto que termino dándole un golpe en la zona baja. Inclusión todo fue llevado a un tribunal con la excusa de haber sido agredido, pero resultó que el afectado ya había ido a hacerse varias pruebas con otras doctoras, en conclusión el agredido fue encerrado por acoso sexual. Sakura también fue afectada, la degradaron momentáneamente a casos pequeños, con resfríos o dolencias imaginadas, estaba arta de su castigo, pero entendía que esa no fue la manera correcta de haber respondido a la situación...

—Al fin.. –dijo aliviada, una risa se escuchó detrás de la línea. Sakura colgó y detuvo la caminadora–

Ya sin nada más que hacer, pues hoy solo tocaba hacer pierna, decidió tomar una ducha, cambiarse e ir al hospital. Cuando estuvo lista fue a los casilleros donde colocaban sus cosas, pero alguien más estaba ahí. Un hombre joven de cabello largo azabache le daba la espalda. El sujeto volteo cuando escucho a alguien llegar, creyendo que era alguno de sus amigos volteo muy quitado de la pena.

Sakura se sonrojo enormemente, ese sujeto era muy apuesto, sus rasgos delicados, su piel de porcelana, el cabello largo bien cuidado, ese sutil maquillaje en sus ojos.. era como ver un ángel. Izou hizo contacto con la de ojos verdes, sus mejillas se colorearon de carmín, y como todo un macho, escapo del lugar.

Sakura lo observó irse, era si dudas la persona más atractiva que haya visto hasta el momento.

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—Tenemos que irnos!!!.. –dijo Izou aterrado–

—¿Por qué? Apenas llegamos, aún me falta hacer tres serie de abdominales.. –se quejo Ace–

Marco y Thatch miraron confundidos al de pelo largo. Izou no dijo nada más y salió huyendo del GYM.

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Hay más mis amores..