〃∬❨Ιηςσrrεςτσ❩∬〃 ❨Parte 3❩
Odio, el odio lleva al rencor y el rencor al odio, es un círculo interminable de dolor y sufrimiento mental. Sakura odiaba su cabello, odiaba tanto su cabello que había veces en que pensaba, simplemente, arrancarlo de raíz sin importarle que estuviera adherido a su cabeza.
Ella prometió dejarlo crecer por un estúpido capricho a su amor platónico, Sasuke Uchiha, así a su vez rompiendo una bonita amistad que tenía con Ino Yamanaka.
Odiaba su cabello, es el responsable de su miseria.
Lo cuidaba con shampoo de fresas y otros frutos rojos, también con algunos tratamientos para mantenerlo suave. Ahora lo único que quiere es dejarlo que se pudra sin ningún tipo de cuidado extenuante.
Odia su tono de cabello.
Por años se pregunto; ¿Por qué su tono de cabello era distinto al de otros niños?. Admite que ha visto cabelleras únicas y extravagantes, pero en Konoha o sus alrededores no. Kakashi lo tenía gris plateado, al principio pensó que era albino pero su tono de piel no correspondía con los rasgos únicos de esa mutación. Hinata y Sasuke lo tenían azul obscuro, extraño pero no tan extravagante. En cambio ella lo tenía rosa, la mutación de sus genes le dieron una tonalidad más suave que el de su padre, el cual lo tenía igualmente rosa pero más obscuro.
Odiaba destacar entre sus compañeros por su tono de cabello.
Cabello de chicle, frentesota, perro ovejero, etc. Los insultos eran múltiples, tan originales los unos de los otros. Todo por su coloración capilar. Además de ser un blanco ovio para insultos también lo era en el campo de batalla, ¿Quién podía camuflar su cuerpo con ese horrible tono rosa chillón?, Por eso siempre era la primera a la que atacaban o simplemente revelaba su ubicación.
Odiaba el crecimiento de su cabello.
Hace tan solo semanas Sasuke se fue de la aldea, casi dos meses desde que ocurrieron los exámenes chunin y aquella vez en que corto, desde ya hace mucho tiempo, su cabello. Ahora su cabello le llegaba por encima de la cintura, no tenía idea de cómo cortarlo, claro que podría cortarlo ella misma pero quedaría mal alineado. Umph, ni siquiera tenía el privilegio de ser cepillado, mejor que le crezcan rastas.
...Odiaba su cabello...
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—Me puedes ayudar a ordenar esta medicina??.. –preguntó Marco. Sakura dejo el trapo, con el cual limpiaba el polvo de unos gabinetes, y asintió–
Ambos se encontraban en la enfermería del barco. La comida del medio día ya se había servido y ahora Sakura ayudaba en la limpieza de la enfermería. La niña trago grueso, aquel lugar le recordaba a Tsunade y sus entrenamientos, por suerte logro aprender los suficiente para poderse curar, los demás tratamientos los aprendería en base a lo que aprendió con su maestra...
—¿Te encuentras bien?.. –pregunto tranquilamente Marco. Sakura asintió y colocó unos frascos con jarabe para la tos en un espacio vacío– ..está mañana, cuando estabas jugando con Ace.. –ella no diría que estaba jugando, pero aún así no interrumpió al mayor– ..parecías afligida-yoi...
—No es como si te importará, Marco-san, después de todo cuando lleguen a tierra firme me despediré de ustedes.. –dijo sin voltearlo a ver. Marco suspiro–
—¿Por qué no te unes a la tripulación?.. –preguntó una nueva voz desde el marco de la puerta. Tanto Sakura como Marco lo voltearon a ver– ..supongo que a padre no le importaría que te unas..
—No, no tengo deseos de unirme a ninguna tripulación.. –ignoro el comentario de Izou y continuo ordenando mientras los dos hombres discutían algo poco relevante–
—Si escapas, escondete...
Aquellas palabras las había dicho su maestra antes de que la subieran a la fuerza a aquel barco elegante.
Miró por un rato un elegante frasco color perla con tonalidades violetas, sonrió por lo bajo al recordar a Hinata. Ella era tímida y nunca destacaba, siempre se ocultaba hasta atrás de las personas y casi nunca hablaba. Era mejor que las cosas hubieran salido así, después de todo quién se habría imaginado que detrás de aquel sujeto de porte magnánimo en realidad se escondiera un horrible ser lleno de egoísmo y desdén hacia quienes caminaban en la tierra...
—Sakura.. –la pelirrosa volteó a ver al rubio– ..te llaman en cubierta..
Ella asintió y dejo atrás unas cajas con pastillas, luego vendría a acomodarlas.
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—¿Que sucede, Shirohige-san?.. –preguntó la rosada enfrente del mayor–
—¿Hay algo que me tengas que decir?.. –la pelirrosa se vio nerviosa, ella no esperaba esa respuesta, mucho menos que se la dijera con ese tono, un tono que te da a entender que ya sabe todo–
—No.. –mintio aún cuando el mayor ya sabía toda la verdad–
—Bien.. –por algún motivo la pelirrosa se sintió decepcionada consigo misma– ..por cierto, si te sientes incómoda con la cercanía de Ace solo dile que se aleje, se siente muy unido a la tripulación, no dejes que el tomé una desición que tú no quieres...
—Lo haré, Shirohige-san.. –bajo la cabeza apenada, ¿Pero apenada porque?. El mayor sonrió de forma paternal–
—Muy bien, puedes seguir con tus labores..
La niña asintió y, después de una pequeña despedida, corrió hacia la enfermería, aún tenía que terminar de ordenar las cosas y limpiar unas mas.
Sakura estaba consciente de que jamás de los jamases podría unirse a una tripulación pirata, además de serle fiel a su aldea tenía principios que seguir, no podía simplemente morir. Ella tenía que vivir por ellos, vivir por sus padres y el sacrificio que hicieron..
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Una elegante figura traspaso las puertas de Konoha, la aldea oculta entre las hojas. La persona iba montada en un palanquín que cargaban cuatro fornidos hombres, traía puesta una extraña vestimenta con un casco de vidrio sobre sus hombros. Las personas a su alrededor abrían paso para que pasara, era hipnotizante la forma etérea en la que aquel hombre se manifestó, como una deidad o un ángel arribando al suelo mortal.
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—La quiero a ella..
Era la primera vez que no se ponía detrás de nadie, quería tomar valor y enfrentarse a sus miedos. Nunca pensó que aquella sería la última vez en que vería a su familia y amigos.
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—¿Es la única con ese color de cabello?..
Sakura tembló bajo la mirada de aquel sujeto, el junto a sus "súbditos" estaban delante de la Hokage discutiendo, o más bien el discutía y ella escuchaba, nadie podía hablarle directamente, el era Kami.
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—¡Sakura!
—¡Hija!
¿Que padre se quedaría quieto sin hacer nada mientras veía como su hija era lastimada?.
...
Nunca escucho algo como eso, era un arma nueva que conoció de la peor forma. Sus padres cayeron en cámara lenta al suelo, llenos de sangre y perdigones. Estaba en shock, no podía gritar, solo llorar en silencio. Ahora lo menos que dolía era su espalda quemada.
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—Sakura.. –toco la frente de la menor, estaba hirviendo y sudaba–
Varias lágrimas bajaron de los ojos cerrados de la niña. Marco sintió pena, nunca pensó que ver a una niña llorando entre sueños le causará malestar.
Un débil murmullo salió de los labios rosas de la menor, Marco se acercó para poder oírla con claridad...
—Ma-ma.. –Sakura abrió sus ojos de par en par–
Se sentía inútil, se sentía débil, odiaba sentirse así. Marco la cogió en brazos, Sakura engancho sus brazos detrás de la nuca del mayor y se acurruco cercas de su cuello...
—No me dejen.. por favor.. –murmuro en shock aún alucinando con tiempos pasados–
—No lo aremos-yoi..
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Espero que les haya gustado, preguntas y opiniones serán bien contestadas.
Nta: Después de hablar con Shirohige Sakura continuo con su trabajo, luego fue acostarse a su "habitación" y ahí fue cuando tuvo aquella pesadilla, Marco fue a avisarle que ya estaba la cena.
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