💕Diecinueve.
Jungkook observaba de vez en vez por el amplio ventanal que componía a la acogedora cafetería; sus manos sudaban sin descanso y sus pies se movían nerviosos, al compás de los sonidos de la fina porcelana con el acero de las pequeñas cucharas.
Cada vez que la campanilla de la entrada sonaba anunciando un nuevo cliente, el alfa llevaba su mirada impaciente a ese lugar, con la leve esperanza de ver a un hermoso omega pelirrojo ingresar al lugar.
Todavía no podía creer que haya tenido el valor de invitarlo a salir.
Como tampoco creía que alguien tan perfecto como Kim Taehyung accediera a salir con él.
Todo se le hacía irreal, y el alfa solo esperaba el momento en que su mente por fin dejara de soñar y despertara en el mundo real. Pero, por más que esperó y esperó, no lo hizo.
Aquella era su realidad, una muy bonita donde tendría una cita con el chico que le gustaba.
Pasaron diez minutos desde que la hora acordada había pasado, y para ese momento los ánimos de Jungkook comenzaban a decaer, ¿Y si se había arrepentido? El alfa había leído muchas veces el sentimiento de ser plantado; pero si era sincero, él no quería experimentarlo.
En algún momento de aquella tarde acogedora se escuchó nuevamente el sonido de la campanilla anunciando un nuevo cliente; el alfa triste no quiso decepcionarse nuevamente, así que optó por ignorarla y decidió concentrarse en el aroma tenue que había dejado el café que ahora yacía frío debido al largo rato que había permanecido sin tocar.
Y fue en una pequeña oleada del viento fresco que iba acompañado del dulzor del coco y la calidez de las almendras que nuevamente pudo sonreír; una fragancia pequeña y sublime que había logrado emocionar cada fibra de su ser.
Había llegado.
Su mirada se quedó quieta en el delgado cuerpo del pelirrojo que degustaba encantado de una torta de chocolate; sus mejillas rellenas y embarradas del líquido marrón lograron causarle ternura, decidiendo que podía pasar una nueva eternidad tan solo observándole.
Taehyung sabía que lo primero que tenía que hacer era buscar al guapo fotógrafo; lo más normal en una cita era buscar a tu acompañante y ya luego degustar de la exquisitez que se presentara en el camino, dependiendo del lugar elegido para la ocasión.
Sin embargo, él siempre se consideró alguien glotón, y admite con sinceridad que lo primero que llamó su atención al llegar al lugar fue la deliciosa torta de chocolate que se exhibía en una de las vitrinas principales.
Y Taehyung amaba el chocolate.
El omega degustó de aquella deliciosa porción, tomándose su tiempo en probar la textura y saborear el sabor en una mezcla perfecta de lo amargo y lo dulce; cada vez que comía chocolate su lobito se ponía feliz, logrando que su aroma se liberara con dulce encanto que lograba robar más de un suspiro enamorado.
Tal y como estaba el alfa que lo veía totalmente embelesado desde una de las mesas del fondo.
Jungkook nunca se cansaría de observar la belleza del omega; su cámara también lo había amado desde el principio, el chico tenía talento y por sus venas corría el arte puro que merecía ser apreciado y valorado.
Todos esos días estuvo admirándolo en silencio, a la lejanía y donde supiera que no molestaría o incomodaría al hermoso chico; sin embargo, cada vez que Taehyung sonreía se creaba un fino hilo que lo ataba a él y lo obligaba a acercarse. Sus ocurrencias y buen humor lo habían cautivado, y siempre se sentía completo cuando su lobo podía olfatear aquella divinidad de fragancia, sintiendo que su arte por fin había cobrado un sentido.
Porque aquel omega era su musa, y él se sentía un completo esclavo de sus deseos.
El omega enrojeció hasta hacer una más que aceptable competencia con su cabello cuando fue consciente de la mirada del alfa sobre él; observó el reloj en su muñeca y un gemido lastimero salió de su garganta al percatarse de la hora.
Treinta minutos tarde. Un completo delito.
Limpió el resto del chocolate que había quedado en sus mejillas con ayuda de una servilleta, y cuando se sintió medianamente presentable se dirigió a la mesa del fondo, donde un alfa con sonrisa tierna le esperaba pacientemente.
—Lamento la demora —de treinta minutotes, quiso gritar—; espero que no te haya hecho esperar tanto.
Cuánto descaro.
—No lo hiciste —le aseguró el menor, su rostro manteniendo una agradable sonrisa—. De hecho, la vista fue impresionante durante la espera.
El omega tomó asiento frente al alfa y le miró con curiosidad. —¿Qué estabas viendo?
<<A ti>> quiso responder, pero no lo hizo.
—Bueno, el lugar es bonito y acogedor, ¿No te parece?
Taehyung observó el lugar con atención para corroborar que lo que le había dicho el alfa era verdad; supo que así lo era porque a él también le parecía muy bonito y tranquilo.
—Tienes razón, Kookie —le regaló una de sus hermosas sonrisas cuadradas y el corazón del alfa palpitó en emoción.
Ah, él en verdad amaba aquella sonrisa.
—¿Qué se te antoja pedir? —preguntó Jungkook, observando con admiración el tierno brillo que había cubierto a los ojos verdes del omega.
—¿Puedo tomar otra porción de torta de chocolate? —preguntó con ilusión.
El castaño rió enternecido por el entusiasmo del mayor. —Las que quieras.
El pelirrojo aplaudió con auténtica felicidad ganándose un par de miradas curiosas y divertidas. El alfa llamó a uno de los meseros y pidió una porción de torta de chocolate y un café para él.
Esta vez lo tomaría caliente.
—¿Desde cuando te dedicas al modelaje? —preguntó Jungkook, en un intento de crear conversación con el omega.
Taehyung se lo pensó un poco. —Cinco o seis años —respondió—. Pero esta es la primera vez que hago una campaña de productos de cuidado para la piel, meramente para el rostro —confesó—. Por lo general mis trabajos son para exhibir marcas de ropa.
—Es algo nuevo para ti —dijo el castaño, Taehyung asintió.
—Por eso no quería aceptarlo en un inicio; no me gusta trabajar en algo que no conozco —hizo una mueca—; pero mi hermano insistió tanto que no pude negarme.
—Y es grandioso que no te hayas negado —asintió el alfa—. Probar cosas nuevas siempre es excitante, salir de la rutina y aventurarse a lo desconocido —sus ojos oscuros capturaron los verdes contrarios—. Saber que siempre hay algo nuevo, esa mágica novedad que puede atraparte y sorprenderte cuando menos te lo esperes.
—Algo parecido me dijo NamJoon Hyung —sonrió—. Ahora que lo he vivido no me arrepiento, toda la experiencia ha sido grandiosa y me ha dado una de las más bonitas sorpresas que jamás pude haberme imaginado.
—¿Qué sorpresa? —preguntó el menor con una tenue sonrisa.
—Conocerte.
El alfa sintió como diversas tonalidades rojas cubrían gran parte de su rostro hasta llegar a su cuello y orejas, sintiéndose completamente avergonzado y feliz por aquella inesperada confesión.
Taehyung tampoco podía quedarse atrás, cuando su mente procesó lo que su boca había dicho el sonrojo fue inevitable; pero, ¿Qué podía hacer?
Aquel alfa le gustaba, y mucho.
—He notado que eres muy cariñoso con Minnie —comentó Jungkook, en un intento de cambiar de tema y así tal vez disminuir su vergüenza.
El omega frunció el ceño. —¿Minnie?
—Park Jimin —dijo el castaño—. El pequeño omega rubio.
—Ah, la cosita tierna —comentó el pelirrojo con una sonrisa cariñosa.
—¿Por qué lo llamas así? —quiso saber el alfa, la curiosidad provocando estragos en su interior.
—Porque eso es lo que es —explicó con un encogimiento de hombros—. Es una pequeña cosita tierna que quiero mimar siempre.
Jungkook estuvo de acuerdo; si había alguien en extremo tierno, ese era Jimin.
—Me parece increíble el apego que has creado hacia él.
—A mí también —asintió el pelirrojo—; es algo difícil de explicar pero cuando lo veo un sentimiento cálido se apodera de mi pecho —cerró los ojos—. En esos momentos solo me nace abrazarlo y mimarlo mucho, darle todo el cariño que tengo y siento por él.
Aquella confesión logró sorprender al menor; era increíble la gran sinceridad y afecto que desbordaban cada palabra dicha por el omega; creando una sensación agradable y familiar.
—Es que Jimin es muy lindo —comentó y el omega estuvo completamente de acuerdo.
Ambos permanecieron en un cómodo silencio, sintiéndose a gusto el uno con el otro. Al cabo de algunos minutos una amable mesera llegó con los pedidos.
—Provecho —sonrió la beta, dejando nuevamente a la pareja a solas.
Taehyung relamió los labios ansiosos por volver a probar de aquel manjar; se lanzó de lleno a devorarlo con fervor, provocando pequeñas risas en el alfa que degustaba tranquilamente de su café caliente.
En el tiempo que llevaban compartiendo juntos supieron pequeñas cosas del otro. Jungkook descubrió que Taehyung tenía especial atención con los niños que veía entrar al lugar, también le gustaba comer sin utilizar ningún tipo de cubierto llenándose las mejillas en el proceso; todo en una recopilación de detalles que hizo que se enamorara un poquito más de aquel hermoso omega.
Por otro lado, el omega notó que al menor le gustaba dibujar para calmar sus nervios; las servilletas que les habían ofrecido estaban ralladas con dibujos desordenados que el alfa había estado haciendo de manera descuidada, también pudo percatarse de que siempre llevaba una pequeña cámara consigo, la cual utilizaba para fotografiar pequeños momentos efímeros e inesperados.
Como su rostro lleno de chocolate.
Enrojeció de vergüenza cuando supo que había sido fotografiado en aquellas condiciones; el alfa miraba su cámara con una sonrisa boba en sus labios, mientras que el omega trataba por todos los medios de convencerle para que borrara (según él) aquella horrible foto.
—Kookie, bórrala ¿Si? —hizo un puchero cuando el alfa negó.
—Es la fotografía más hermosa que he tomado.
—Tienes fotografías mías que son mejores —aseguró el mayor cruzándose de brazos.
Jungkook lo miró. —Es ahí donde te equivocas, las fotografías que he tomado solo muestran tu lado sexy y profesional —explicó, creando un nuevo sonrojo en el omega—. Quería tener algo que representara tu esencia, que tuviera esa belleza y espontaneidad que te compone; donde demuestras lo feliz que puedes llegar a ser hasta con las pequeñas cosas —sonrió—. Algo que demostrara el verdadero tú, una imagen hermosa que quiero atesorar solo para mí.
Taehyung quedó derretido ante aquellas palabras tan bonitas; supo que no podía seguir insistiendo en aquello porque muy en el fondo él también lo deseaba.
Deseaba que aquel alfa fuera el único merecedor de todas sus facetas.
Y sabía que, dentro de todas aquellas emociones no sólo el espíritu de su lobo estaría involucrado.
Yoongi estaba de mal humor.
Sí, otra vez.
No, no es por Jimin.
Aún...
Había perdido la cuenta de todas las veces que se vio obligado a borrar de su computadora el discurso de apertura que daría en la fiesta del lanzamiento del nuevo producto.
Siempre era lo mismo; lograba escribir un par de líneas y nuevamente sus pensamientos lo distraían, provocando que la frustración y molestia consigo mismo le llevase a borrar lo poco que había avanzado.
Un proceso repetitivo que ya lo tenía con la irritación al borde.
Los recuerdos de los momentos vividos horas atrás estaban presentes en su mente con una fuerza estremecedora; el miedo que brilló en los ojos del omega, para luego sentir con nitidez aquel aroma que tanto le había atrapado y...
Nuevamente estaba pensando en él.
—Maldición. No lograré nada con esto —murmuró con molestia, saliendo de su estudio para buscar algo de beber en la cocina.
Caminó un par de pasos en silencio, eso le agradaba de su casa, que siempre se mantuviera silencios...
—¡AHHHHHHHHHHHHHHHH!
Olvídenlo.
—¿Y ahora qué te pasa? —preguntó el alfa con un tinte de irritación.
El rubiecito lo animó a acercarse para mostrarle lo que había encontrado de manera accidental.
—Eso es horrible —murmuró, apuntando hacia algún punto de la pared.
Yoongi llevó su mirada al punto indicado y no pudo evitar la estridente carcajada que salió de lo profundo de su ser cuando por fin supo a lo que se refería el omega.
Se trataba de una de sus pinturas. Era la cabeza de medusa del año 1597, un cuadro de arte que había sido creado por Caravaggio; en ella se mostraba la cabeza recién cercenada de aquel monstruo mitológico chorreando sangre y con una expresión horrorizada que casi provocaba piedad.
—Es una obra de arte —dijo Yoongi riendo.
—Una obra de terror más bien —refunfuñó el rubiecito, sin percatarse de que se había situado levemente detrás de la espalda del alfa.
Yoongi rodó los ojos y empezó a caminar.
—No pienso discutir temas de arte con alguien que no los entiende —comentó el alfa, sabiendo que el omega lo seguía de cerca.
—¿Me dijo ignorante? —preguntó el menor, sintiéndose ofendido.
Yoongi lo miró de reojo. —¿Dije eso?
Jimin estrechó los ojos, mirándole de manera acusadora; el alfa desvió la mirada mientras silbaba de manera descuidada cuando el rubiecito lo apuntó con el dedo.
—Quedamos que ya no habrían faltas de respeto —le recordó el omega.
—En eso quedamos —asintió el alfa con convicción.
—El tacharme de ignorante es una falta de respeto —acusó el menor.
—No he hecho tal cosa.
—Sí lo hizo, no directamente, pero lo hizo.
Yoongi rodó los ojos y retomó su camino hacia la cocina.
—Lo único que te dije es que no pensaba discutir ese tipo de temas contigo.
—¿Porque me considera ignorante?
—Tú lo dijiste —dijo el mayor, tomando un jugo de mandarinas de la nevera.
Jimin se guardó el rap de insultos que tenía perfectamente preparado; observó el reloj de pared y sonrió gustoso.
—Ha llegado el momento de irme.
El pelinegro tomó un sorbo de su bebida y le miró. —Bien.
—Por favor, asegúrese de leer mucho y tomar sus medicinas.
La sonrisa de malicia del menor le dio mala espina.
—¿Medicinas? —preguntó.
El pequeño asintió con energía. —Su madre dijo que su estado de demencia era severo, así que debo asegurarme de que todo vaya en orden.
Tenía que decirlo, claro que sí.
—¡PARK JIMIN!
Ah, como amaba finalizar su jornada de trabajo de manera exitosa.
He saldado mi deuda, *inserte tono solemne*
Bueno, aquí está el segundo y último capítulo del día.
Ambos capítulos los escribí arriba de un árbol de mangos así que las frutas me inspiraron JAJAJAJAJAJAJAJAJAJA.
Lo malo fue que al momento de bajar caí de trasero como buena mensa que soy. 🤠
Nota de 19 nov 2024: (Las confianzas que tenía en ese entonces 💀) 👆
En fin, cuídense mucho y recuerden que los amo. 💕
💕YOONGLH.
Pintura que asustó a Jimin.
7/?
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