Querida humanidad...

¿Por qué todos parecen olvidar?

Olvidar que existo, que estoy allí, olvidan lo que quiero decir y se pierde mi razón de existir.

Estoy de pie justo junto a ti, preparada para hablar, pero siempre que abro mi boca hay un "espera, déjame terminar, ¿Te puedes callar?"

Y mi alma parecen apachurrar y a mi espíritu doblegar, siento que mi corazón se parte a la mitad y aparece una vez más la niña que fui alguna vez que la sociedad logro asesinar.

Temo ser imprudente, que lo que yo diga no sea algo decente.

Temo sonar como tonta y que luego la persona junto a mi diga "¡Que fastidiosa!".

Me siento apartada, no soy escuchada.

A nadie parece importarle lo que yo digo o lo que pienso y me siento..., como si no fuera importante, como si mi voz fuera un lastre, totalmente reemplazable.

Y mis reemplazos serían pedazos de porcelana tirados en el suelo, incapaces de moverse u opinar, algo mucho más fácil de manejar que yo la verdad.

Siento las palabras clavadas en mi garganta, como dagas que destinadas a cortar a alguien, pero como se quedan atravesadas solo me lastiman a mi.

Estaban destinadas a correr fuera de mi garganta, a ser buenos argumentos, buenas ideas, chistes graciosos, comentarios lindos, pero todos fueron evadidos.

En un principio si salían de su escondite en lo más incógnito de mi garganta, pero luego de un tiempo comenzaron a quedar atoradas.

Y es frustrante, porque cada año nuevo prometo sacarlas, prometo que seré diferente, que sere mejor y me verán diferente, pero eso nunca pasa, y siempre, siempre, siempre...se quedan atoradas.

Aún espero a la persona que venga a rescatarme y de mi torre bajarme, pero eso nunca pasa.

Nunca parezco ser escuchada.

(Basado en hechos reales)