Kuroo y Bokuto se habían apresurado a buscarme esa misma mañana para continuar con nuestro trabajo.

-Chicos- contesté al abrir la puerta- ¡Son las 4:30 de la mañana! ¡Largo a dormir!

Ambos, en completo silencio, me vieron unos cinco segundos antes de asentir y tomarme por los brazos para meterme al cuarto. Ni siquiera pude gritar, ellos se ocuparon de callarme con una mano. Me dejaron tirada en el suelo mientras buscaban el cuaderno donde apuntamos todos los posibles escenarios.

-Bien- habló Kuroo-, tú fuiste quién dijo "Lo haremos lo más pronto posible, Mikaela".

Entonces recordé lo que me llevó hasta este punto con mis mejores amigos.

Hace ya un mes que la Universidad había empezado, al ser mi primer año busqué ayuda de quienes me parecían más agradables ¡Y, creanme, estos dos se veían un poco psicópatas ese día! Pero ya iba tarde, así que les pedí la ayuda para orientarme a ellos. Así fue como conseguí un recorrido entero por el campus, me llevaron al cuarto que compartían para conocerlo, por último me llevaron al mío y me ayudaron a desempacar. Sí, muy normal.

Desde entonces no me dejaron de molestar y, como es mejor ir con ellos que contra ellos, los convertí en mis mejores amigos unas dos semanas después. Desde entonces me buscan para llevarme a clases, van a traerme a las mismas para hacer lo mismo y siempre comemos juntos. No fue muy difícil llegar a conocerlos bien.

Pero, al cumplirse el mes, estábamos jugando a ser Cupido en un cuaderno. Escribíamos las personalidades de personas que inventabamos, los describíamos físicamente, recortabamos lugares a los que podían ir, planificábamos las citas y, finalmente, el veredicto final: ¿Quedarían o no como pareja?

En algún momento me emocioné y dije que "Sería increíble poder hacer algo así enserio". Un día después Bokuto había traído a un chico que necesitaba ayuda. Nos dijo el nombre de la persona de la que se había enamorado y, finalmente, nos contó lo malo que era con ese tipo de cosas.

-"Lo haremos lo más pronto posible"- le prometí-, "te ayudaremos con todo esto".

Y, ahora estoy aquí, despierta cuatro horas antes de lo debería, encerrada en mi cuarto con dos idiotas planificando como debería Mikaela Tepes hablarle a Yuuichiro Ichinose. Lo peor es que no tenemos comida.

-Son tan tontos que ni siquiera trajeron comida- suspiro.

Kuroo se levanta.

-¿Voy por algo?

-No, les voy a compartir de mis provisiones- entonces me levanto yo para ir por las golosinas.

Bokuto también se levanta.

-No quiero ser el único que se congela el trasero- luego se acuesta en mi cama para leer el cuaderno.

Cuando ya tengo todo lo que podríamos comer, me siento en la espalda de Bokuto, ya que Kuroo se sentó en su trasero.

-Te recuerdo que es temprano- digo antes de que él grite- no despiertes a nadie.

-Ya entendí- intenta hablar-. Quitense, me voy a sentar.

Con unas risas muy bajas le hacemos caso, entonces terminamos sentados los tres en la pequeña cama del cuarto, yo tengo el cuaderno, por lo que estoy entre ambos.

-¿No creen que el estilo de ese chico es como este otro?- Kuroo regresa a la página anterior-, solo debemos conocer un poco mejor a Yuuichiro.

Mi cerebro grita: ¡Clearke! Y yo presto atención a su idea.

-¿Qué tal si hacemos una encuesta de personalidad? Así podríamos ayudar a más personas.

-¡Estaba a punto de decir eso!- Bokuto toma el cuaderno, que tiene un bolígrafo prendido en la espiral, lo toma y espera-. Me toca escribir, ustedes hablen.

-¿Qué tal si ponemos preguntas mezcladas? Algo así como "¿Como reacciona si...?" y Luego algo como "¿Cual seria su lugar perfecto para una cita?".

-No está mal- apruebo la idea-, ¡Bokuto, tienes que escribir la idea de Kuroo, no masticar el bolígrafo!

Cuando escuchamos sus ronquidos yo le arranco el bolígrafo de entre los dientes para limpiarlo con su camisa. Antes de poder decir otra cosa, Bokuto se recuesta contra mi, siguiéndolo Kuroo. Así de fácil es como nos quedamos dormidos, no sin antes yo haber escrito la idea.

Son realmente idiotas.

Despertamos con una hora de retraso, entre gritos y empujones, logré cambiarme para largarnos a la segunda clase de la mañana.

-¡No vemos en el lugar acordado, chicos!- me despido de ellos en la entrada.

-¡Adiós, Izzy!- se despiden.

Mi clase pasa con mucha rapidez, casi no siento el tiempo, así que lo disfruto al máximo. Tengo dos horas libres después de las cuatro clases de la mañana.

Al terminar con mis estudios, voy a dejar mis cosas a la clase que me tocará después del descanso, me queda más cerca también para ir al lugar donde Kuroo y Bokuto esperan por mi. Por primera vez en ese mes me hicieron esperar a que aparecieran.

-¡Oya!- cuando los visualizo entre la gente los llamo.

-¡Oya oya!- responde Bokuto.

-¡Oya, oya, oya!- responde Kuroo en la lejanía.

Sí, son especiales, dan ganas de abrazarlos hasta ahogarlos.

Y, en menos de veinte segundos, tengo a ambos chicos frente a mi, sonríen con mucha malicia también.

-¿Qué? Usé el código- me excuso.

-Yay- se ríen.

Giro los ojos, es algo inevitable con estos dos.

-Vamos, hora de ayudar a Mika-kun- tomándolos de los brazos los guío al lugar indicado.

Entre bromas llegamos a la mesa en la que nos esperaba Mika, él parecía imperturbable justo antes de que los desastres andantes nos sentáramos con él.

-¡Hola, chico solitario!- habla Kuroo-, espero no te molestemos.

Mika nos sonríe con amabilidad.

-Queremos hablarte- yo tomo seriedad- sobre el plan.

-Te escucho.

Coloco el cuaderno sobre la mesa y busco la página con los planes A, B y Z.

-Bokuto- llamo-, no me jodas ¡El cuaderno es serio, idiota! ¡Deja de dibujar aquí!- le doy un golpe en la nuca-. Te di un cuaderno especial de dibujo ¿Qué lo hiciste?

-¡Si me estas gritando no me pegues!- se queja-, aquí lo tengo, esos son de antes de que me lo dieras.

Mikaela nos ve divertido, sus labios tiemblan un poco, debatiendo entre reírse o no.

-Perdón- me disculpo por la imprudencia-. Aquí está todo- le explico señalando lugares del cuaderno-. Es un plan principal, el A, y dos planes de reserva por si metemos la pata en algo. El plan A consiste en acercarnos al objetivo hasta que sea tu amigo y puedas declararte un tiempo después ¿Te parece? Detallamos en esta lista- giro la hoja- con pequeñas cosas que pueden ayudarte cuando lo conozcamos más. Por ahora solo tiene tres cosas. ¿Te parece?

-Sí, está bien, me gusta... Y prefiero ir despacio con esto.

-¡Bien!- ya aprobado el plan llega la hora-. Kuroo, dale el contrato, dile donde firmar y donde no para que no nos venda su alma.

Kuroo obedece y explica el contenido de nuestro pobre contrato, Mika escucha con mucha atención mientras Bokuto me enseña sus dibujos.

-Este se parece a ti- le hago saber.

-Es un búho cornudo...

-¡Exacto! Es por eso.

Antes de que continuáramos discutiendo por el búho, Kuroo nos interrumpe.

-¡Nos vendió su alma!- grita, levantando el contrato.

-¡Eso no es verdad!- se queja Mika.

-¡Ahora le harás culto al Señor de los Búhos Mitad Gato con los cánticos del Oya Oya!- cada uno toma posición de rezo.

-¡Bienvenido, hermano Búho y Gato!- Bokuto lo alaba.

Mika gira los ojos, pero no se niega.

-Está bien, está bien, no es nada grave y es mi forma de agradecerles por ayudarme...

Entonces la emoción de verdad se expande.

-¿Estas seguro?- pregunto sin creermelo.

-No tengo muchos amigos...

-¡Mika, te queremos!- Kuroo y Bokuto se levantan para abrazarlo mientras yo tomo fotos.

Esta será nuestra primera misión como Cupido. No fallaremos, eso lo tenemos muy claro.

Tomo el cuaderno y me voy a la primera página, esa donde Kuroo se esmeró en escribir con letra legible "Planes De Cupido". Yo escribo entonces nuestra primer meta:

∆MikaYuu∆