✏ Capítulo 43 ✉

A la mañana siguiente, me desperté con una inmediata sensación de pánico.

El corazón me iba a mil, me ardían los pulmones y me escocían los ojos.

Me aterraba la idea de contarle a Tae Hyung que quien escribía las cartas era yo.

Todavía no sabía con seguridad por qué había dejado de escribirme, pero no me pareció una buena señal que ni mi versión epistolar ni mi versión real nos llevásemos demasiado bien con él en aquel momento.

No iba a decírselo.

No, iba a decírselo.

Si se lo decía, al menos podía acabar con ello y seguir con mi vida.

Me puse de lado en la cama.

El montón de dinero que me habían dado mis hermanos (casi cien dólares) estaba encima de mi mesilla y me dió fuerzas.

Podía hacerlo.

[🥀]

Si la cooperación por parte de mi pelo era un buen indicador de cómo iba a ir el día, me esperaba lo peor.

Mi pelo se negaba a ser dominado.

Cuando me presenté en el instituto, mis rizos estaban hechos un completo alboroto.

Busqué a SeokJin con urgencia para ver si había cambiado de opinión, si se sentía raro ante la posibilidad de que Tae y yo estuviéramos juntos.

Estaba buscando una buena excusa para no hacerlo.

Estaba buscando una buena excusa para no admitir que Kim Tae Hyung me gustaba desde hacía ya mucho tiempo.

Sin embargo, cuando encontré a Jin, su sonrisa era aún más radiante que la de la noche anterior.

- Parece que vas a vomitar -dijo, dejando de lado nuestro saludo habitual.

- Creo que voy a vomitar. Y, por cierto, eso también fue lo último que pensé antes de irme a la cama anoche.

Se rió.

- Asumo entonces que has tomado una decisión.

- Sí.

No tenía que preguntarme cuál.

Él ya lo sabía.

- Tú relájate. He leído las cartas, Koo. Nunca le he oído hablar así a nadie. Todo irá bien.

[🥀]

«Todo irá bien. Todo irá bien»

Al principio, pensé en ir directamente hasta él y decirle quién era, pero eso no era propio de mí, de nosotros...

Aunque no había un «nosotros».

En algún momento de la cuarta hora, supe que tenía que contárselo en una carta y meterla cuidadosamente debajo de la mesa en Química.

Así tendría tiempo para procesarlo, para pensarlo.

No tendría que reaccionar de forma inmediata.

Quizás aquella fuera solo otra manera de protegerme, pero sentía que debía hacerlo así.

No obstante, no iba a arriesgarme a que Mingyu me viera escribir esa carta, de modo que saqué una hoja en blanco ahí mismo, en el despacho en el que se suponía que tenía que estar clasificando el correo en los buzones de los profesores, y comencé a escribir la carta.

La empecé como nunca había empezado ninguna de estas cartas:

Con su nombre...

Kim Tae Hyung:
Hola. Como puedes ver, sé quién eres. Hace un par de semanas, fui a entregarle unas cosas al señor Lee y te vi escribiéndome. Me sorprendí muchísimo y, sinceramente, me horroricé. Si supieras quién soy, lo entenderías. No nos llevamos muy bien. Más que nada porque te guardaba rencor. Aunque, por lo visto, todo se debía a un malentendido (hace poco que lo averigüé). Supongo que quiero empezar diciendo que lo siento. Te he conocido primero a través de tus cartas, que siempre me han llenado de tanta alegría que debería haber sabido que quien las escribía iba a ser alguien que me desafiaría y me comprendería a partes iguales. Luego te conocí al margen de ellas y me llevé una sorpresa. En muchísimos buenos sentidos. No sé muy bien por qué has dejado de llevarte mis cartas o de responderme, pero espero que te lleves esta, o tendré que ser valiente y decirte todo esto a la cara. No me obligues a hacerlo. Pero espero que, fuera cual fuese la razón por la que dejaste de escribir, solo sea otro de nuestros malentendidos.
(Por ahí se intuye una canción. ¿Quieres ver cómo se te daría escribirla?)
Y ahora es cuando te digo quién soy para que puedas horrorizarte.

Atte. Jeon JungKook...

Doblé la carta sin releerla, porque entonces no se la daría.

Me la metí en el bolsillo e intenté olvidarme de ella hasta la clase de Química.

[🥀]

En Química, no tardé ni un minuto en deshacerme de ella.

Esperé a que ni Eun Woo ni Mingyu me estuvieran prestando atención y la coloqué en su sitio.

Al sacar la mano, sentí el borde de un nuevo trozo de papel.

Tomé un poco de aire y lo solté.

Una carta.

Después de una semana, me había escrito una carta.

Al intentar abrirla con cuidado, rompí una esquina.

Me obligué a dejar las manos quietas, terminé de abrirla y alisé el papel sobre la mesa.

Siento no haberte escrito. Me pasa lo siguiente: me gusta mucho escribirte. Eres genial, divertido e inteligente, pero ha empezado a gustarme un chico, un chico que me desafía como ningún otro lo ha hecho antes, y al escribirte sentía que le estaba poniendo los cuernos. Aunque no estemos juntos. Y tú y yo tampoco estamos juntos. Pero bueno. Empecé a sentir que no estaba siendo fiel ni a mí mismo ni a él. Debería habértelo dicho la semana pasada en lugar de soltarte esto de golpe. Él todavía no está muy convencido de que yo sea un buen tipo, pero espero que lo esté pronto. Deséame suerte.

La sangre se me retiró lentamente de la cara.

Esta carta podía significar dos cosas.

Una era que yo le gustaba a Tae Hyung.

Yo.

Mi versión real.

Sí que habíamos estado pasando algo de tiempo juntos, ¿no?

Pero luego estaba la otra posibilidad:

Que se hubiera enamorado de alguien completamente diferente.

Después de todo, las cartas eran yo.

Y si se hubiera enamorado de mi yo real, ¿no tendría que haberse enamorado también de mi yo epistolar?

No me decidía.

¿Recuperaba mi carta y esperaba unos días más para comprobar si lo veía con otro chico?

¿O la dejaba ahí y me ponía a rezar por que todo saliera bien, pasara lo que pasase?

La dejé ahí, a pesar de las protestas de mi acelerado corazón, porque, si le gustaba otro chico, aquella era mi mejor oportunidad para conquistarlo.

Después de clase, le enseñé a SeokJin la última carta y pegó un chillido.

- Entonces, ¿tú crees que esto es algo bueno? -pregunté.

- Le gustas. Ve a hablar con él.

Moví rápidamente la cabeza, pensando, por lo que había dicho, que él andaba por los alrededores.

No estaba, y suspiré aliviado.

- Estará en béisbol -dijo Jin- Creo que hoy empezaban a entrenar para la próxima temporada. Ve a buscarlo. Espéralo.

- Le he dejado una carta. La leerá mañana. Hasta entonces, voy a comerme un cubo entero de bombones de caramelo y entraré en un coma alimentario.

- ¿Los bombones de caramelo provocan comas alimenticios? Tanto azúcar causaría lo contrario, ¿no crees? -preguntó, como si de verdad fuera a comerme un cubo entero de bombones.

- Todo lo que sube tiene que bajar.

- Pero eso tardaría mucho.

- Tienes razón. Menos mal que me has hecho entrar en razón.

- Otro motivo para no alejarte de mí.

- Uno entre un millón.

Me apretó la mano.

- Mañana. Mañana va a pasar algo muy grande.

[🥀]
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⚘ Atte. ⚜☦ Ðҽʋιℓ Ɱιɳ ☽⋆

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