Estaba mirando fijamente al Einstein del techo de SeokJin porque no era capaz de mirarlo a él.

Prefería que me juzgara el póster.

— Tengo que contarte una cosa.

— Vale...

Jin se sentó en la silla de su escritorio.

— ¿Recuerdas que me estaba carteando con alguien en Química? —le dije a Einstein.

— Sí. ¿La chica esa?

— ¿Chica?

Hacía tanto tiempo que había dejado de pensar que mi amigo por correspondencia era una chica que tardé un poco en acordarme de que al principio así lo creía.

— No. O sea, sí, pero luego he descubierto que no es una chica.

— ¿Cómo lo averiguaste?

— Dijo algo de que era un chico en una de sus cartas. Perdona. Pensaba que te lo había dicho.

— No pasa nada.

Esperé un momento.

Esperé a que soltara algún gritito de emoción o murmullo de felicidad.

Algo que indicara que pensaba que era algo bueno...

Que mi amigo por correspondencia fuera un chico.

Pero no lo hizo.

Se quedó en silencio, seguramente porque yo parecía estar muy alterado.

Me incorporé para mirarlo a la cara. 

Su expresión estaba igual de seria que la mía.

— ¿Te acuerdas de que hace años lo dejaste con un chico porque se estaba
interponiendo entre nosotros? —pregunté rápidamente.

Él asintió.

— ¿Te refieres a Tae Hyung?

— Sí.

Se rio un poco.

— Sí, claro que me acuerdo.

Se calló un momento y luego añadió.

— No quiero que pienses que tú fuiste la única razón por la que Tae y yo rompimos. Ambos se quejaban el uno del otro constantemente y me cansé, pero lo mío con Kim no habría funcionado aunque tú no hubieras estado en medio.

Asentí y luego le solté:

— Kim es mi amigo por correspondencia.

SeokJin no contestó.

— Kim Tae Hyung —repetí para dar énfasis.

Apenas me lo creía yo.

— Es él quien ha estado escribiéndome en Química.

Me coloqué el bolso, que había tirado sobre su cama al entrar, sobre el regazo.

Luego saqué todas las cartas y se las di a Jin, pero mi mejor amigo no hizo ademán de tomarlas.

— Y voy a dejar de escribirle. Ya —dije con firmeza— Hoy no le he escrito,
aunque él a mí sí. No voy a volver a escribirle jamás.

Él seguía sin decir nada, y me di cuenta de que había algo que faltaba en su expresión:

Sorpresa.

Entonces caí en cuenta.

Él lo sabía.

Le había dicho que tenía un amigo por correspondencia.

Y Kim estaba en su clase de Química escribiendo cartas sin la más mínima discreción.

Y él lo sabía.

Era muy observador.

Me puse de pie y volví a meter todas las cartas en mi bolso.

— ¿Por qué no me lo dijiste? —quise saber.

— Porque lo odias y parecía que te emocionaba mucho lo de las cartas.

— ¿Desde cuándo lo sabes?

— Desde no hace mucho. Lo juro.

— ¿Por qué no me lo dijiste? Al verlo esta mañana en mi mesa me he sentido como si me hubieran dado una bofetada. Un avisito no habría estado mal.

Seok levantó las manos.

— Lo sé. Esperaba que con el tiempo sus cartas te demostrasen que no era alguien con quien quisieras seguir escribiéndote. Porque lo odias.

Fruncí el ceño.

— Lo odio, sí, pero sus cartas son diferentes...

La expresión de Jin se oscureció un poco.

— Espera, ¿te gusta? ¿Por sus cartas?

El corazón me dio un vuelco.

— ¡No! No me gusta. ¿Qué? Para nada.

Seok asintió.

Parecía aliviado.

— Te gusta Jong-In, ¿no?

— Kai... Está bien. Es... Lindo.

Él suspiró.

— Serían perfectos el uno para el otro si se dieran una oportunidad.

— ¿Por qué estás empeñado en emparejarme con él? —pregunté, poniéndome las manos en las caderas.

Jin se encogió de hombros, pero su cara lo decía todo.

— Pensé que sería la mejor opción para ti.

— ¿Mejor que quién? —pregunté.

— La alternativa.

— ¿Kim?

— ¡Sí!

El aire pareció escapárseme de los pulmones y me quedé sin habla.

SeokJin estaba celoso.

No quería que supiera que me estaba escribiendo con Tae Hyung porque estaba celoso.

Aunque hubiera salido con él hacía dos años y ya no le gustara, seguía celoso.

— Lo siento —dijo otra vez, con la voz más suave— Pero no debería importarte. Ni siquiera te gusta Tae, ¿no? Sería demasiado violento si tenemos en cuenta la historia al completo. No sé, yo lo dejé por ti hace dos años.

— Pero no lo dejaste por mí... Acabas de decirlo.

Él miró al suelo y luego levantó la vista rápidamente, pero no antes de que yo supiera la verdad.

Sí que rompió con él por mi culpa.

Porque no era capaz de llevarme bien con él.

Siempre lo había sospechado, pero él siempre me decía lo contrario.

Y ahora ya estaba seguro.

— Vale, ya no voy a interponerme —le solté— Vuelve con él.

Él tomó aire, sorprendido.

— Ahora estoy con NamJoon. No quiero volver con él.

— Tú solo quieres que yo no lo esté.

— Has dicho que no quieres estar con él.

— Y no quiero.

¿Qué me estaba pasando?

— Tengo que irme.

Me dirigí hacia la puerta.

— Koo, espera.

— No puedo con esto ahora mismo.

— Lo arreglaremos, ¿verdad?

— Sí —respondí enseguida— Pero ahora no.

[🥀]

Solo eran las ocho y media de la tarde, pero ya estaba en la cama, observando el techo.

Nadie me juzgaba con la mirada desde ahí arriba; solo estaba la pared vacía, pero me sentía igual de mal.

Suspiré.

¿Por qué me había enfadado tanto con SeokJin?

Una razón la sabía:

Porque me había mentido.

A propósito.

Eso me dolía.

¿Podría volver a confiar en él?

Pero...

¿Había algo más que me molestaba, aparte de la confianza perdida?

Quizá, solo quizá, me habría gustado que me dijera que no pasaba nada si me colaba por Kim.

Pero no era eso.

Para nada.

Sin embargo, en cierta manera, podía entender que Jin fuera tan posesivo.

Dos años atrás, yo le había alejado de Tae Hyung.

No fui un buen amigo.

Los ruidos de la casa resonaban a mi alrededor:

Mis hermanos se estaban preparando para ir a la cama en el baño de al lado, mi madre les estaba gritando para asegurarse de que se cepillaban los dientes durante dos minutos, Jimin se estaba riendo mientras hablaba por teléfono en el pasillo y mi padre le estaba pidiendo que bajara el volumen.

Me obligué a cerrar los ojos y escuché el ruido de mi familia en lugar del de mi cabeza.

Mañana sería mejor que hoy.

Tenía que serlo...

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⚘ Atte. ⚜☦ Ðҽʋιℓ Ɱιɳ ☽⋆