𝟔 - 𝑵𝒆𝒗𝒆𝒓 𝒃𝒆 𝒕𝒉𝒆 𝒔𝒂𝒎𝒆
𝕊𝔼𝕀𝕊
Todas las líneas se difuminan,
me intoxicas.
Como la nicotina, heroína, morfina.
De repente, estoy ansiosa y tú eres lo único que necesito.
Lo único que necesito,
sí, tú eres todo lo que necesito.
Abro los ojos poco a poco, dándome cuenta que ya es de noche. Mi cabello húmedo ha empapado la almohada y mi espalda. Unos pequeños brazos están envueltos al rededor de mi cintura, por lo que intento no moverme para no despertar a Lexy.
Hoy Lisa y Derek tenían un compromiso muy importante y llegarían un poco tarde, por lo que me ofrecí a hacer de niñera de mi hermana pequeña, cuando se me pasó del todo el efecto del alcohol y pude llamar para avisarles. Pasamos toda la tarde en la piscina y cuando el sol se ocultó por completo hicimos nuestras galletas de chocolate favoritas con la receta de la abuela.
Lexy es una niña maravillosa. Mientras estuvimos en la piscina ella no paró de contarme sus anécdotas más fascinantes de niña de 8 años. Me contó de lo bien que progresa su amistad con Michael, el sobrino de Seth, y que en este tiempo le ha visto muchas veces. A ambos. También me enseñó todo lo que había aprendido en sus clases de natación a lo largo de estos años y como iba progresando con el alemán. Estaba conociendo mucho a Lexy y por un momento en esa tarde me odié y odié a Lisa un poco más, porque me habían privado de conocer a mi hermana pequeña y yo misma había echado a perder esa oportunidad en estos años.
En algún momento de la tarde Sandy se pasó por aquí y después de unos cuantos margaritas empezó a llorar por lo mucho que nos quería. Recordó y contó como fue el parto de cada una de nosotros, incluyendo a Dylan y Tyler, y nuestras primeras palabras y hasta de cuando dimos los primeros pasos. Un par de horas más tarde no nos quedó más remedio que llevarla a su casa, donde con un enorme ramo de rosas rojas la esperaba su marido. Fiorenzo es 15 años mayor que mi tía y es, probablemente, la definición de la elegancia, es como un modelo bastante mayor de Armani. Como siempre, va impecable con uno de sus trajes de la misma marca, a veces me preguntaba si usaba algo distinto. Se le iluminan los ojos, tan azules como el océano, cuando ve a Sandy y sin pensárselo un segundo más se aproxima a ella y le besa el dorso de la mano con suavidad acompañándolo de un guiño. Sandy sonríe y a pesar de que han pasado casi 30 años desde que se conocen y casaron, a ella aún se le encienden las mejillas con ese gesto de él.
Me suena el móvil sobre la mesilla de noche, trayéndome de vuelta de mis recuerdos, e inmediatamente recuerdo que ha sido eso lo que me ha despertado. Alargo el brazo para coger el móvil, el número de Seth aparece en la pantalla, por lo que contesto sin pensar, sobre todo por la hora que es.
-¿Hola?-Contesto titubeante, en voz muy baja, volviendo a cerrar los ojos mientras espero pacientemente a que hable, más la respuesta no llega hasta pasados varios segundos.
-Hola, Alice. Soy Kimberly-Dice la chica al otro lado de la línea. Una ola de celos me recorre el cuerpo y me invade por completo, quemando cada parte de mi ser. Recuero vagamente un momento como este cuando estaba con Seth. Trago con fuerza y respiro hondo un par de veces-. Necesito que vengas ahora mismo al bar de Tom. Seth está muy borracho y drogado y va a meterse en un lío con gente peligrosa. Tienes que venir a por él, solo se va a ir contigo-Ella habla con rapidez y sus palabras se atropellan. Me cuesta un poco procesar lo que dice, sin embargo la parte de Seth en problemas es lo que me hace ponerme de pie y pedirle de inmediato la dirección del bar.
Lexy se remueve en la cama y abraza con fuerza el osito de peluche entre sus bazos, después con su pequeño puño se talla los ojos y me mira. Las cejas fruncidas y los ojos entrecerrados.
Corro al baño y me lavo los dientes. Después me cambio el pijama por ropa de calle. Cojo un poco de dinero, el móvil y las llaves de casa y bajo a hurtadillas hasta llegar al salón y del mismo modo dirigirme a la puerta de salida. A lo lejos puedo ver el taxi que me está esperando y por un momento me tiemblan las rodillas por los nervios de lo que me deparará al otro lado de esta puerta. Suspiro y tanteo con las yemas de mis dedos el pomo de la misma dudando de si de verdad tengo que ir.
La luz de la sala de estar se enciende de repente, provocándome el susto de mi vida. Grito y me choco con la puerta en cuanto retrocedo. Lisa me mira interrogante, una copa con vino entre sus dedos. Con lentitud se levanta del pequeño sillón a un lado en la sala de estar y echa un rápido vistazo a la hora.
-¿Dónde vas?-Pregunta con suavidad, seguidamente acaba con el contenido de su copa.
-Yo...
-A veces hay que dejar ir lo que nos hace daño, cariño-De nuevo la suavidad en su voz y lo que dice me toma tan por sorpresa que me quedo con las palabras en la boca. Me besa la mejilla cuando pasa a mi lado y empieza a subir las escaleras. A mitad de éstas se detiene y vuelve a hablar, sin mirarme-. Ten cuidado.
Cuando la veo desaparecer por las escaleras vuelvo a tomar una larga respiración y me dispongo a salir. El camino de piedra hasta el portón se me hace eterno y siento mi corazón golpear duramente contra las costillas. Una vez llego al taxi el conductor me mira por unos largos segundos y de nuevo a la casa, por un momento creo que está planeando secuestrarme hasta que me pregunta por la dirección. Entonces de nuevo me mira, esta vez el asombro plasmado en su cara.
-¿Está segura de querer ir aquí?
Dudo un poco, pero finalmente asiento y me subo al taxi. Durante todo el camino suena música Jazz y yo estoy a punto de quedarme dormida hasta que finalmente se detiene y es entonces cuando entiendo el porqué de su pregunta.
-¿Es...? ¿Es aquí?
Yo no era una persona que juzgaba por las primeras apariencias ni mucho menos. Pero este sitio tenía muy mala pinta y la gente que veía a lo lejos también. Hombres y mujeres tatuados y vestidos de cuero, todos ellos con un cigarro o cerveza, y algunos con ambos, en mano. De inmediato me vuelven a la cabeza las palabras de la chica que me llamó "va a meterse en un lío con gente peligrosa" por lo que sin dudarlo vuelvo a poner el seguro a mi puerta, echándome totalmente hacia atrás.
-¿Nos vamos entonces?-Pregunta el hombre en cuanto ve mi reacción. Él está mirándome por el espejo, por lo que conecto mi mirada con la de él para que sepa que estoy un poco asustada, pero aún así niego con la cabeza a su pregunta. Anthony, como me dijo que se llamaba, quita el seguro de mi puerta y espera pacientemente a que me baje. Antes de apearme le pagó y doy las gracias por su paciencia.
No me doy cuenta de que ya estoy caminando hasta que escucho el repiqueteo de mis sandalias contra el asfalto. La música cada vez se escucha más fuerte y dejo de oír hasta el latido de mi corazón y respiración agitada. La gente agolpada en el estacionamiento parecen tener un radar que detecta intrusos, porque inmediatamente sus miradas se posan sobre mí. Empiezo a caminar con rapidez cuando visualizo la puerta del dichoso bar de Tom, sin embargo, mientras más camino más parece que se aleja.
-¡Hey, tú!-Oigo la voz de una chica gritar. La ignoro por completo, porque no estoy segura de si es a mí. Rogaba que no-¡Tú! ¡Niña pija! ¿Qué coño haces aquí?
Ella vuelve a chillar, por lo que esta vez si estoy segura de que es a mí. Mantengo la mirada fija en mi objetivo, que es la puerta, que se siente más cerca de lo que en realidad está. Me tiemblan las rodillas y me sudan las manos, tengo la garganta tan seca que me duele cuando trago. No me detengo en ningún momento hasta que me doy cuenta de que están jugando conmigo interponiéndose en mi camino cuando intento pasar. Me quedo callada y hago mi mejor intento por ignorarlos. Cierro los ojos, porque si no los veo, no están. Estaba decidida a irme de aquí con Seth sin meterme en ningún lío. Aunque por otra parte deseaba con todas mis fuerzas que él estuviese aquí, así yo no tendría que aguantar esta situación.
Estoy casi tocando la puerta cuando la chica pelirroja que me ha gritado se interpone en mi camino. Zum Teufel! (¡Demonios!)
-Que no me vista como una guarra como lo haces tú, no quiere decir que sea una niña pija-Espeto con rabia, pero en cuanto ésta me abandona me llevo las manos a la boca y retrocedo un par de pasos.
Ella se acerca a mí, totalmente amenazante, acechándome e intimidándome con su gran altura. Mentalmente me doy una paliza a mi misma y me regaño por querer echarme a llorar. Desde luego yo no tendría porque estar pasando por esto, tendría que darme media vuelta y salir corriendo y dejar que Seth se las arregle él solo. Mis pies parecen estar pegados al suelo porque no consigo moverme ni un solo milímetro.
-¿Qué coño acabas de decir?-Pregunta con brusquedad, cerniéndose sobre mí. Es demasiado alta gracias a sus tacones, aunque estoy segura de que si se los quitara seguiría siéndolo.
Mi subconsciente me grita una y otra vez que no sea una cagada y que actúe. Lo mío no son las peleas para nada, aún así opto por intentar parecer lo más intimidante posible. Decido imitar la postura y actitud amenazante que tantas veces vi en Seth: mandíbula y puños apretados. Estoy del todo segura de que no resulto ni la mitad de amenazante de lo que él lo es.
La gente ha empezado a amontonarse a nuestro al rededor esperando que haya una pelea, algo que por supuesto no habrá por mi parte. Me tiembla tanto el cuerpo que creo que parezco un flan, echo un rápido vistazo a la puerta calculando cuanto tardaría en llegar hasta ésta sin morir en el intento. Quería llorar y gritarle a Seth que deje de ser un borracho estúpido y que venga a ayudarme.
-¡Déjala en paz, Megan!-Alguien dice a mis espaldas, con la voz tan calmada que podría adivinar lo que está haciendo, no tardo más de dos segundos en distinguir a quien pertenece y estoy tan contenta que siento un cosquilleo en todo el cuerpo que me indica que puedo moverme por fin. ¡Amber!
-¡Solo íbamos a divertirnos!-Se queja, sin quitar ni un solo segundo su mirada de mí, aún así retrocede y yo, por fin, dejo escapar todo el aire que estaba reteniendo.
-Es la novia de Seth, ¿sabes? Y estoy segura de que no querrás que le parta la cara al imbécil de Rob.
Finalmente me giro hacia Amber una vez ya todos se han ido. Me tiro a sus brazos de inmediato, abrazándola con fuerza. Cuando me separo de sus brazos agarro su cara y beso sus mejillas repetidas veces.
-¡Dios! Amber, estoy tan contenta de verte-Ella rueda los ojos con burla y después se ríe, esta vez es ella la que me abraza.
-¿Qué se supone qué haces aquí, chica?¿De verdad ibas a pegarte con Megan?-Pregunta, la burla tiñendo su voz mientras me mira de arriba abajo-Iba a destrozarte, lo sabes, ¿no?
-Por supuesto que lo sé. Además no iba a pegarme con nadie, mi plan era salir corriendo-Entonces ella estalla en una fuerte carcajada; haciendo que yo también ría un poco, a pesar de que lo que digo es totalmente cierto-¡Joder!¡Seth!-De repente el porqué de estar aquí me golpea, por lo que sin dar ninguna explicación a mi acompañante me dirijo al bar. Amber un poco confundida me sigue sin decir una sola palabra.
Esperaba encontrarme con un gran alboroto cuando entrase, pero no hay nada. La gente está tranquila, cada uno a lo suyo. Tras dar un rápido vistazo al bar encuentro a Seth. Está sentado en una de las mesas del fondo, con la cabeza gacha junto a cinco hombres repletos de tatuajes y muy corpulentos que probablemente le doblan la edad. Sus hombros se sacuden ligeramente y él no levanta la cabeza para nada.
Por un corto y mínimo segundo se me detiene el corazón por la simple idea de él estando herido, la angustia se instala en mi pecho y la bilis empieza a subirme hasta la garganta,
pero inmediatamente todo desaparece en cuanto él levanta la cabeza. Él está riéndose. ¡Está riéndose con esos hombres!
¿Esto era una broma? ¿Una cámara oculta o algo así? Con toda la furia creciendo dentro de mí me dirijo a la barra en busca de la tal Kimberly, la cual ni siquiera sé como es. Estoy tan cabreada que quiero darle un puñetazo a ella y una paliza a Seth por haberme mentido y hacerme venir hasta aquí a esta hora.
Amber tira con fuerza de mi brazo, haciéndome chocar contra su cuerpo, cuando me ve caminar decidida hacia la barra, más bien, hacia la rubia detrás de ésta.
-Seth está ahí, corazón-Dice señalando la mesa que yo ya había visto. Él sigue riéndose con esos hombres y bebiendo de la jarra con cerveza. Hay un cigarrillo entre sus labios, el cual solo se quita cuando va a beber. Tiene los ojos entrecerrados por el humo-Ve a por él, nena-Entonces me empuja con la cadera en esa dirección mientras ella se dirige a la barra.
Seth me ve cuando estoy a pocos pasos de él. Una enorme sonrisa de arrogancia y ojos rojos me reciben, se pone en pie tambaleándose un poco.
-Os dije que vendría-Exclama e inmediatamente se ríe. Los hombres junto a él sacan dinero de sus jeans negros y se lo entregan.
Muerdo con tanta fuerza mi labio inferior que empiezo a notar el sabor salado de la sangre en mi boca. ¿A qué se supone que estaba jugando? Estoy tan enfadada ahora mismo que lo único que quiero hacer es golpear su cara una y otra vez hasta que esa tonta sonrisa arrogante desaparezca de ella.
-¡Vámonos ahora mismo!-Murmuro entre dientes. Me siento tan humillada bajo el escrutinio de estos hombres que lo único que quiero es salir pitando de ahí.
Él solo se limita a asentir, sin borrar en ningún momento la tonta sonrisa de la cara. En cuanto está a mi lado empiezo a caminar hasta la salida, sin dejar que me toque.
⏭
-¿Quieres que te llevemos a casa?-Seth le pregunta a su hermana, aun arrastra un poco las palabras mientras habla.
-No-Niega con la cabeza lentamente-. Josh está esperándome-Entonces se encoge de hombros y sonríe, con lo que empiezo a suponer es la sonrisa inocente de los Walls, ya que esa expresión la he visto muchas veces en Seth.
-¿Estás de coña?¿Otra vez con ese hijo de puta? ¿Y Tiffany?-Pregunta un poco enfadado, cruzando los brazos sobre su pecho. Amber simplemente se encoge de hombros y sacude su mano en despedida, ignorando por completo a su hermano mayor.
Una vez Amber ha desaparecido de nuestra vista extiendo la mano hacia él cuando lo veo abrir la puerta del copiloto para mí. Elevo las cejas y niego de inmediato, extendiendo la mano en su dirección.
-Las llaves-Él frunce el ceño, pero tras hacer un poco el tonto me las entrega.
-¿Sabes conducir?-Pregunta cuando ya estamos dentro del coche, cada uno en su asiento y los cinturones puestos.
-Por supuesto que sé conducir-Contesto, haciéndome rápidamente un moño desordenado con una de las gomas que llevo en la muñeca. Estaba tan enfadada y nerviosa que me cuesta arrancar y situarme en la carretera principal para llegar a su departamento. Seth sigue tan borracho que me toma el pelo varias veces y me hace ir por donde no es. Mientras él no deja de hablar y jugar conmigo yo lo único que quiero hacer es darle un puñetazo.
En silencio aparco su coche en la plaza que le corresponde y del mismo modo nos bajamos de éste para ir al ascensor y después a su departamento. Una vez en su piso mi idea es asegurarme de que se acueste y esté bien y después llamar a un taxi e irme a casa.
-¿Nos vas a hablarme?-Él pincha con sus dedos mis costillas, en un vano intento por hacerme reír, porque sabe exactamente donde tiene que hacerlo, pero lo único que consigue con eso es hacerme enfadar más, por lo que exploto.
-¿Pero de qué narices vas, Seth?-Grito, perdiendo por completo todo rastro de paciencia que me quedaba-Desapareces por Dios sabe cuantos días y entonces haces que me llamen a las 3 de la mañana diciéndome que estás en problemas. Y cuando llego te encuentro tan feliz de la vida, riéndote como un imbécil y para colmo haces una especie de apuesta sobre lo idiota que es Alice que va a ir detrás de ti como si de un perro se tratase. Y estoy hart...-Entonces él me besa y yo olvido todo lo que tenía que decir. Una de sus manos me agarra por la nuca y la otra está en la cinturilla de mis pantalones cortos impidiendo que me mueva de mi sitio. En un principio intento alejarle de mí, empujándolo con mis manos sobre su pecho.
Sus labios se mueven sobre los míos con algo de desesperación. Rindiéndome, rechazo cualquier pensamiento de alejarle, por lo que dejo ascender mis manos hasta su cabello, del cual tiro con suavidad porque sé que eso le gusta. Con lentitud empieza a retroceder hacia su habitación, ahora sus manos están en mi cintura por lo que no le resulta nada difícil desabotonar y bajar en el acto mis shorts en el instante en que llegamos a la cama.
Tanteo el borde su camiseta con las yemas de mis dedos para segundos después quitársela por la cabeza, únicamente en ese momento es cuando nos separamos, inmediatamente sus labios vuelven a estar sobre los míos. Poco a poco empieza a descender con suaves besos por mi barbilla y cuello, donde chupa y lame. Su mano libre juguetea con los bordes de mi tanga mientras que con la otra masajea mi trasero.
Estaba segura de que mañana me iba a arrepentir mucho de esto, pero en este momento me estaba abandonando a disfrutar y gemir por lo que me estaban haciendo sus labios y manos. Seth se pone de rodillas frente a mí, ayudándome a quitar las sandalias, a la vez que se pone de pie me quita la camiseta; dejándome únicamente con mi tanga negro, Seth repasa el encaje con lentitud hasta llegar a mi clítoris apretando un poco con la yema de su dedo corazón.
-¿Estás segura de que quieres hacer esto?-Pregunta. Su voz suena mucho más ronca que de costumbre mientras sigue jugueteando con mi clítoris. Me tiene abrazada por la cintura con su brazo libre y su boca vuelve a estar en mi cuello y clavículas.
Soy ahora mismo una caja de gemidos e irreconocibles murmullos y no puedo articular una sola palabra, porque él ahora ha retirado un poco la seda de mi ropa interior y ha logrado introducir un dedo. Estoy a poco de llegar a mi orgasmo con sus lentos movimientos cuando Seth detiene sus acciones.
-Quiero tenerte en mi boca cuando te corras-Dice, sonriendo-. A la cama, nena.
Me empuja suavemente sobre la misma. Tira de mis piernas hasta que mi culo está al borde cuando ya estoy tumbada, dejando así que mis piernas queden colgando. Recorre mis piernas con las yemas de sus dedos, en roces tan suaves que se me eriza la piel, hasta llegar a mi ropa interior, la cual no quita todavía. Sus labios hacen el mismo recorrido que han hecho sus manos y con toda la sutileza y lentitud desliza mi tanga con los dientes, rozándome la piel con la aspereza de la barba incipiente.
Me besa en los labios una única vez, un casto beso, antes de descender y enterrar su cabeza entre mis piernas. Mordisquea el interior de mis muslos para posteriormente separar aún más mis extremidades y empezar a lamer y chupar mi clítoris. Introduce con extrema lentitud dos de sus dedos mientras sigue lamiéndome. Acelera el ritmo del índice y corazón en mi interior, al igual que el de su lengua. Me retuerzo bajo sus manos y boca y gimo sin parar, él clava sus dedos en mis muslo para evitar que cierre las piernas. Arqueo la espalda y tiro de su cabello con fuerza, manteniéndolo en el sitio exacto en el que está. Seth se ríe, enviando una oleada de vibraciones y placer por todo mi cuerpo y en la zona que más sensible tengo en este momento. Las lágrimas han empezado a agolparse en las esquinas de mis ojos, ninguna se derrama sino hasta que los cierro con fuerza y grito, dejándome llevar por el creciente fuego en mi vientre. Todo el cuerpo me cosquillea, vibra y sacude por el maravilloso orgasmo al que me ha llevado Seth. Me sentía ascender al cielo por horas y horas, días y años, ya que el precioso chico entre mis piernas no dejaba de lamer y mover sus dedos.
No sé realmente cuanto tiempo pasa hasta que mi respiración se regula del todo y mi cuerpo deja de temblar. Seth se ha movido de su posición y está acostado a mi lado, sin embargo sus manos no descansan en ningún momento, ya que ahora mismo está recorriendo mi vientre con una de ellas.
-He echado de menos tu sabor.
Está tan relajado acostado de lado, con su cabeza apoyada en la palma de la mano que no está toqueteándome. Me deleito unos cuantos segundo con la vista ante mis ojos antes de empujarlo totalmente sobre la cama.
-Meine schicht (mi turno)-Me pongo sobre él mientras hablo. Recorro su pecho con mis uñas, arañando con suavidad. Al igual que hizo él beso brevemente sus rosados labios y punta de la nariz antes de empezar a descender por la barbilla, cuello y clavículas. Muerdo con delicadeza el pequeño pezón que se encuentra en mi camino. Sigo bajando y al llegar a los oblicuos los repaso con la lengua. Seth me ha ahorrado parte del trabajo y únicamente está con los bóxer puestos por lo que se me hace más fácil deshacerme de ellos. Su bonita polla se yergue y rápidamente cae sobre su vientre cuando está liberada, las venas marcadas al rededor de ella. La toco simplemente con la uña del índice previo a cogerlo con mi mano, la cual empiezo a mover de arriba abajo hasta que esta completamente erecta y gotitas de líquido preseminal comienzan a salir. Las recojo con la lengua y después lo introduzco en mi boca.
Seth gruñe y jadea por el calor de mi boca al rodearlo; gime en voz tan alta que por un momento creo que todos los vecinos van a escucharnos. Tiene las pupilas tan dilatadas que sus ojos se ven negros y en un rudo movimiento agarra mi cabello en una coleta para apartarlo de mi cara.
-Eres preciosa, cariño-Lo dice sin dejar de mirarme consentir su miembro. La mano libre acaricia desde mi mejilla hasta el labio inferior, en el cual hay saliva que él retira con el pulgar. Sus caderas se sacuden al encuentro de mi boca para hacerlo más profundo y sigue gimiendo y gruñendo descontroladamente. Está tan perdido que apenas reconozco su voz y lo que dice-. Voy a... ¡Mierda! Voy a correrme, nena.
Tira de mi cabello para apartarme y llevarme hacia él. Me besa con fuerza, haciendo que nuestros dientes choquen. Un hilillo de saliva sigue uniéndonos aún cuando él se separa y escupe en su mano, la cual pasa por mi entrada; dos dedos se introducen antes de darle paso a su pene. La sensación de él llenándome por completo me lleva otra vez al borde de la excitación y placer y creo que estoy a punto de correrme de nuevo. Sus dedos se clavan en mis muslos mientras embiste con fuerza y rapidez, con su mano libre hace que envuelva su cadera con la pierna, de ese modo llegando más profundo. El placer y dolor se unen en una línea tan fina que en cualquier momento se va a romper y nos hará estallar en un glorioso orgasmo.
-Vuelve conmigo-Dice con la voz rasposa y palabras entrecortadas. No respondo, porque no quiero y no puedo entonces se detiene-Vuelve conmigo-Repite. Estoy tan frustrada por la falta de fricción y placer entre mis piernas que lo único que hago es mover las caderas contra él.
Ante mi falta de respuesta y mis movimientos lo único que hace es empujarse una única vez con extrema lentitud y suavidad.
-Vuelve conmigo, Alice-Nuevamente empieza a moverse, llevándome a la cima del placer, pero entonces cuando mis gritos y gemidos le advierten de mi estado él se detiene.
-Seth...-Lloriqueo con frustración. Intento que se mueva empujándolo con mis manos en su trasero, pero no lo hace. Ni siquiera se inmuta o desplaza un centímetro.
Segundos después él me da lo que tanto deseo y vuelve a repetirme que vuelva con él, pero ante mi falta de respuesta se detiene. Torturándome de ese modo por lo que se me hacen horas. Las lágrimas se agolpan en mis ojos, porque empieza a ser molestamente doloso y angustiante, por lo que me rindo y acepto.
-Si. ¡Diablos! Sí, Seth, vuelvo contigo-Exclamo con toda la frustración creciente en mi pecho, las lágrimas se derraman y hacen un lento camino hasta llegar a mis orejas. Él sonríe ampliamente y me besa varias veces por toda la cara y entonces vuelve a moverse a un ritmo torturador; pero increíblemente placentero hasta que tras varias estocadas ambos nos corremos.
Descansa la cabeza entre mis pechos antes de dejarse caer a mi lado y envolver mi cintura con fuerza. En menos de cinco minutos todo se desvanece y me dejo arrastrar por el sueño.
Cuando me despierto ya está todo iluminado por los rayos del sol. Aún me tiene abrazada y su pene se ha despertado incluso antes que él y se presiona contra el hueso de mi cadera. Quito su brazo con toda la sutileza del mundo y me pongo en pie.
-¿Dónde vas?-Tiene la voz pastosa por el sueño y los ojos cerrados, ya que el sol entra justo contra su cara.
-Voy al baño-Digo, inclinándome sobre él para besar su mejilla-Vuelve a dormir, cariño.
Ya dentro en el baño, después de haber recogido mi ropa, me visto y peino todo lo deprisa que puedo. Abro con mucho cuidado la puerta del baño y corro sin hacer ruido en mis pisadas hasta la entrada de su departamento.
⏭
Me duché nada más llegar a casa de mis padres. Lexy salió a recibirme al ver el taxi frente al portón. Estuvimos charlando un buen rato hasta que Derek tuvo que llevarla a sus clases de piano. Ahora mismo estoy en la cocina sentada en uno de los taburetes de la isla central, frente a mí hay un tazón con frutos rojos que me como con extrema lentitud.
Estoy nerviosa y a la espera de que Seth venga, porque sé que lo hará. Sé que va a estar confundido y furioso cuando le diga la verdad, cuando le diga que no pienso regresar con él.
El sonido de una botella contra el mármol me hace levantar los ojos y encontrarme con los orbes oscuros de Lisa. Va vestida impecable en un vestido ceñido al cuerpo de color rojo que resalta aún más el pálido de su piel y la oscuridad de su cabello. Tiene en la mano dos copas vacías que deja sobre la encimera y rellena con vino. Después me extiende una y la otra se la lleva a los labios. Agradecida le sonrió e imito, bebiendo todo el contenido de golpe, puede que lo necesitara para desestresarme un poco. Lisa toma asiento frente a mí y vuelve a rellenar ambas copas.
Habíamos hecho esto un par de veces, intentando de algún modo arreglar un poco nuestra desastrosa relación. Tocamos varios temas, pero nunca íbamos directas al grano de lo que realmente teníamos que hablar.
-Lo que dijiste anoche-Empiezo a decir y ella me mira, elevando una de sus cejas-¿Cómo sabías que iba a ver a Seth?
Lisa me regala una sonrisa empática y bebe el contenido de su copa. Vuelve a rellenarla y entonces se dispone a hablar.
-Tuve tu edad, ¿sabes?-Hace una pausa tras decir eso. Ha desviado su mirada de mí al mármol de la isla-Hice muchas cosas de las cuales me arrepiento. Y volví una y otra vez a la persona que me hacía daño, como tú estás haciendo.
-No he vuelto con Seth-Me defiendo con rapidez. Ella asiente y sonríe, una sutil y cálida sonrisa-¿Quién era esa persona?
Lisa parece irse mentalmente de aquí. Su mirada está fija en un punto detrás de mí y no vuelve a mirarme hasta pasados varios minutos. Por un momento creo que no va a decir nada y que he estropeado el momento tan ameno que teníamos y va a irse, pero entonces vuelve a mirarme y veo toda la determinación que puede tener para afrontar este tema. Creo que ni siquiera yo estoy lista para hablar de esto, aun así me mantengo estoica en mi asiento.
-Tu padre-Contesta, soltando todo el aire que tenía retenido. Ambas, como si de un espejo se tratase, bajamos la mirada a nuestras manos y después cogemos la copa y de un trago bebemos todo el contenido. Sin pedírselo ella rellena mi copa después de hacerlo con la suya-. Derek y yo tuvimos una relación muy complicada cuando éramos jóvenes.
-¿En que puto de la historia apareció Philip?
-Estuvo presente todo el tiempo, por eso es que fue complicada, cielo.
Oh. Cielo.
-Puedo saber que pasó-Le digo titubeante, repasando el borde de mi copa con la yema del dedo índice.
Lisa suspira y asiente, tomándome por sorpresa lo receptiva que está. Decido aprovecharme un poco de la situación y me preparo mentalmente para hacerle todas las preguntas que han rondado mi cabeza a lo largo de mi vida.
Abre y cierra la boca, buscando, supongo, la respuesta a mi pregunta, pero entonces oímos el ruido de un motor frente a nuestra casa. Ambas nos miramos brevemente y después, instantáneamente, a nuestros relojes para asegurarnos de que no es Derek. Casi puedo reconocer el rugido del coche y por el ritmo al que empieza a latirme el corazón sé de quien se trata.
Me pongo en pie, sabiendo que el fin del mundo está cerca, y me dirijo hacia la puerta para abrir el gran portón que me separa de mi destino. Respiro hondo, viendo cómo el Escalade avanza el largo camino de piedras hasta llegar a la entrada, donde ya estoy esperándolo. Se baja con lentitud de su coche, luciendo como un auténtico modelo mientras se quita las gafas de sol y el cigarro de los labios. Diablos.
-Hola, nena-Dice con una sonrisa en los labios. Después se inclina para intentar besarme y yo retrocedo un paso. Me mira confundido, su sonrisa debilitándose por un corto segundo-. Pensé que cuando decías que ibas al baño, te referías al de mi departamento, no al de la casa de tus padres.
Respiro hondo un par de veces antes de hablar, las palabras atascadas en mi garganta me queman, deseando salir y quedarse para siempre dentro de mí.
-Necesito que me dejes en paz, Seth. Estoy muy arrepentida por lo que pasó anoche. Y...
-¿De qué coño hablas?-Murmura en un tono demasiado bajo. De repente parece un pequeño niño herido y confundido mientras retrocede varios pasos, como si con mis palabras lo estuviera golpeando-Tú... tú dijiste que ibas a volver conmigo.
Trago con fuerza, aún siento la quemazón en mi garganta, solo que esta vez viene acompañado por el horrible sabor de la bilis, y me preparo para lo que voy a decir a continuación. Me clavo conscientemente las uñas en las palmas de las manos, necesitaba sentir ese pequeño dolor, porque iba a destrozarlo.
-Solo lo hice para poder correrme. Yo... realmente no quiero volver contigo, Seth. Los días en los que no diste señales de vida me dieron todo lo que necesitaba y el tiempo me aclaró las ideas, por lo que ahora sé que no quiero regresar contigo. Siento haber jugado con tus sentimientos.
-¿Estás de coña? ¡Joder! ¡Claro que estás de coña!-Él se pasea de un lado al otro frente a mí, agarra con fuerza su cabello, tirando por un momento antes de volver su vista a mí-¡Tú no has tomado esa decisión de mierda!-Grita, agarrándome del brazo, sin ejercer casi presión, pero tirando de mí hacia él. Me sobresalto por el susto.
-¡Tienes que irte!-Le grito, armándome de todo el valor que puedo, ignorando el acelerado bombeo de mi corazón y las lágrimas queriéndose acumular en mis ojos. Aún siento el nudo mi en garganta, pero lo ignoro por completo, como también ignoro el temblor en mis piernas-¡Y dejarme en paz, porque no quiero volver contigo! ¡Ni ahora ni nunca!
-Cierra la puta boca ahora mismo, Alice-Ya no está gritando y me ha soltado, sin embargo la ira en su voz y desconsuelo que veo en sus ojos me dejan helada. Veo a cámara lenta como sus puños se aprietan con fuerza, dejándole los nudillos blancos, a ambos lados de su cuerpo.
Sin darme cuenta empiezo a retroceder, porque ahora se ha alzado completamente sobre su 1'80 y luce demasiado intimidante. Sé que no va a dañarme físicamente, aún así no puedo evitar sentirme acobardada y mas, porque es la primera vez que está tan furioso conmigo y eso no me gusta en lo absoluto.
Ambos desviamos la mirada hacia la puerta cuando se abre y de ésta sale Adam. Inmediatamente recuerdo a Lisa decirme que él estaba esperando a que llegue Derek para solucionar un tema del trabajo. El castaño mira alternativamente de Seth a mí varias veces antes de posicionarse a mi lado.
¡Dios, ayúdame!
-¿Nos vamos ya?-Pregunta, envolviendo a la vez su brazo en mi cintura.
¡Cristo, óyeme!
Me quedo tan quieta en mi sitio, en algo parecido a un estado de shock al escucharle. Nosotros ni habíamos quedado en ningún momento, por lo que rápidamente asumo que lo está haciendo para empezar una pelea.
¡Dios, ayúdame a desaparecer ahora mismo!
-¡¿Por esta mierda te has ido?!-Él nuevamente grita, haciéndome dar un pequeño salto en mi sitio, complemente sobresaltada por su exabrupto-¡Estás diciéndome que no vas a volver conmigo por este hijo de puta! ¿A qué coño estás jugando, Alice?¿Qué cojones está mal contigo?
-¡Solo quiero que me dejes en paz!-Chillo, fuera de mis casillas. Las palabras quieren salir a borbotones por mi boca, pero las retengo todo lo que puedo, analizando cada una de ellas-Antes follabas con chicas todo el tiempo y lo único que hacías con sus teléfonos era intercambiarlos con mis hermanos, las dejabas esperando una estúpida llamada que nunca llegaba, ¿por qué no haces lo mismo conmigo? ¡Déjame en paz!
-¡¿Eso es lo que quieres?!¿Que te deje en paz? ¡Pues bien! ¡Lo haré!-Grita también, sus voz sale tan ronca que parece un gruñido. Le brillan los ojos con tanta intensidad que casi puedo oír mi corazón romperse un poco más por él.
Empieza a caminar nada más terminar de decir la última palabra y yo estoy a punto de correr hacia él y decirle que es mentira todo lo que le he dicho, que no quiero que me deje en paz y que no me arrepiento de lo sucedido la noche anterior, pero entonces, la mano de Adam me agarra con suavidad por el antebrazo, deteniéndome por completo.
-Si quieres que te deje en paz, ir detrás de él no es la forma de conseguirlo-Habla con simpleza, encogiéndose de hombros.
-¿Qué narices haces aquí?-Cuestiono con brusquedad, deshaciéndome de su agarre para empezar a caminar hacia dentro, una vez he visto desaparecer el coche de Seth. No veo a Lisa por ningún sitio, así que un poco más aliviada me dedico a subir las escaleras hacia mi habitación, con Adam a mis espaldas.
-¿Nos vamos ya?-Repite, dejándose caer de espaldas sobre mi cama-Tengo tiempo libre y estoy algo aburrido.
Siento una punzada en el pecho cuando veo en una esquina, cerca a la ventana, las rosas que Seth me compró. Adam ha recostado la cabeza sobre el peluche y estoy tentada a decirle que se aparte, pero antes de hacerlo me muerdo la lengua con fuerza.
¿Qué demonios he hecho?
-Oh, vamos, no llores.
No tenía ni idea de estar llorando hasta qué Adam lo ha dicho. Noto las lágrimas calientes resbalar por mis mejillas con rapidez hasta morir en mis labios y barbilla.
-Tengo algo para que te sientas mejor-Elevo una ceja sorprendida, viéndolo sacar una pequeña bolsita con pastillas de dentro de sus jeans. Frunzo el ceño en confusión y me cruzo de brazos, esperando que diga algo más, que me aclare la cabeza-. Extasis-Entonces sonríe.
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Que los Dioses antiguos y nuevos os guarden .
IG: 13DepuisLeDebut13
Próximo capítulo el sábado ✍️
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