𝟑 - 𝑻𝒉𝒆 𝒉𝒆𝒂𝒓𝒕 𝒘𝒂𝒏𝒕𝒔 𝒘𝒉𝒂𝒕 𝒊𝒕 𝒘𝒂𝒏𝒕𝒔 (𝐈𝐈)


CAPÍTULO DEDICADO A: ChasingTheHappiness


𝕋ℝ𝔼𝕊

La cama se está enfriando y tú no estás aquí,
el futuro que sostenemos es tan incierto,
pero yo no estoy viva hasta que tú no llamas.
Y contra todo pronóstico ganaré, guárdate tu consejo, porque no escucharé, puede que tengas razón pero no me importa, hay un millón de razones por las que debería perder la esperanza contigo, pero el corazón quiere lo que quiere.

ALICE

Seth no deja de acariciar mi espalda y mi pierna en ningún momento. Sé que es su forma de consolarme y desde luego lo hace. Mi corazón late con rapidez y se siente de maravilla. En todo el tiempo que estuvimos separados estuve imaginando este momento de un millón de formas, incluso lo soñaba y nada se asemejaba a lo que estaba pasando. En mis planes no estaba acabar llorando y mucho menos entre sus brazos. Se suponía que estaba superándolo. Erbärmliche.

Su frente se apoya sobre la mía, manteniéndose muy cerca de mis labios. Se me entrecorta la respiración y me empieza a latir el corazón con fuerza y rapidez. Gott. Estaba deseando esto demasiado y anhelando que todo vuelva a ser como antes.

Suspiro y después vuelvo a respirar profundo. Entspann dich. Y entonces me siento estúpida, porque por primera vez, en todo este tiempo, noto el olor a marihuana, mezclado con la menta y el tabaco, en su aliento y ropa.

-¿Estás drogado?-Pregunto con incredulidad, casi susurrando. Hasta este momento prefería creer que lo que Mia decía era mentira, pero no, él en verdad se drogaba y era tan estúpido que no medía las consecuencias de ello.

-¿Qué? No, nena, yo no... mierda, Alice. Yo nunca haría eso-Balbucea torpemente mientras se pasa las manos por la cara. No me mira en ningún momento, porque está mintiendo descaradamente.

Me remuevo un poco incómoda sobre él; ocasionando un gemido por su parte a la vez que consigo que quite las manos de mi cintura para poder cambiarme de nuevo a mi asiento. Ambos nos quedamos en silencio por un largo rato. Su pierna derecha no deja de moverse y no me quita la mirada de encima a la espera de que le diga o haga algo. Cualquier tipo de reclamo que tenía para él se ha esfumado por completo, dejando mi mente totalmente en blanco. ¡Diablos! No soy su madre. Ni siquiera soy su amiga como para regañarle por sus estúpidas acciones.

Mientras espero que diga alguna cosa me dedico a mirar por la ventanilla. No muy lejos de donde estamos situados hay un parque. Se escuchan las risas de los niños y ladridos de perros. Alcanzo a ver chiquillos corriendo y a sus madres y padres detrás de ellos. No muy lejos de ahí también se puede ver un quiosco y gente comprando. Un poco más lejos de la escena algunos adolescentes sobre el césped. Unos fumando y otros simplemente dándose el lote. Menuda vergüenza ni en mil años podría enrollarme con alguien a sabiendas de qué hay un montón de niños y padres tan cerca. Y más cerca, casi enfrente de nosotros hay un chico con un porro en la mano y cuando se gira hacia nuestra dirección casi puedo ver lo rojos que están sus ojos.

-¿Desde cuándo lo haces?-Le pregunto, sin poder quitar mi mirada de ese adolescente. Tendrá tan solo 13 o 14 años.

Él deja de mirarme y fija su vista al frente, dándose cuenta de lo que yo estoy observando. Después la desvía al parque. El ruido de mi móvil al recibir una llamada lo trae de vuelta a mí para ver mi reacción. Cuando me ve cogerlo se vuelve a centrar en el adolescente frente a nosotros.

En la pantalla aparece el nombre y una foto de Mía, así que sin pensarlo cuelgo. Seguramente quiere echarme la bronca y en este momento no puedo lidiar con otro torbellino.

-Empecé con la marihuana a los 16 años-Murmura de repente en voz baja, sin quitarle la vista de encima al chico que aun sigue fumando sin inmutarse, por dos desconocidos que no le quitan la vista de encima-. Con la coca hace más de tres años.

Jadeo, dejando escapar todo el aire que cabe en mis pulmones. Y nuevamente estamos en silencio y lo odio. Odio estos momento tan incómodos cuando para nosotros nunca los hubo. Él siempre tenía algo que contar, cualquier chorrada que nos hiciera reír. Siempre tenía una insinuación sexual que me hiciera avergonzarme y excitarme un poco, no como ahora que está encerrado en sí mismo. Daría todo el oro del mundo por saber en qué está pensando.

-¿Por qué nunca me lo dijiste?

Si, es una pregunta realmente tonta, pero necesito saberlo con todas mis fuerzas. ¿Era falta de confianza? De qué narices se trataba.

-Porque...-Frena de golpe sus palabras y me mira. Me mira con tanta intensidad y fiereza que se me pone la piel de gallina-Mierda, Als. Yo quería que me vieras como alguien en quien podías apoyarte cuando sintieses que no podías más. Deseaba ser tu pilar, nena. La persona que iba a cuidarte de cualquier persona, no un puto drogadicto que a veces no sabía ni donde cojones se encontraba, ¿entiendes?

Estoy totalmente abrumada por su declaración y sobre todo porque yo jamás lo juzgaría. Para mí siempre sería perfecto y siempre lo vería como mi punto de apoyo. Seth era mi nave a otro planeta, aunque mi día fuese una porquería cada vez que estaba con él todo lo malo desaparecía. Solo éramos él y yo. ¿Cómo él aún no se había dado cuenta? ¿Cómo no fue consciente de la forma en que lo miraba y el bien que me hacía? Ojalá algún día pudiera verse como yo lo hago.

-Para mí eras la persona más perfecta de todo el mundo-Él me mira y sonríe, con una sonrisa tan bonita y un poco tímida, esa sonrisita que es la primera vez que veo. Es precioso y mi corazón no deja de latir desbocado, tanto que por un momento creo que me va estallar. Überwinde das.

-¿Sigues... pensándolo?

Él está comportándose como un niño pequeño totalmente inseguro, avergonzado con cada una de sus palabras, cediéndome por primera vez el control de toda la situación. Sin embargo, si contesto a su pregunta perderé todo el control que me ha otorgado.

-¿Puedes llevarme a casa?-Pregunto para cambiar de tema. Él me mira y niega con la cabeza con una sonrisa traviesa. Creo que acabo de perder el dominio de la situación.

-Tienes que comer primero-Y después simplemente arranca sin preguntarme siquiera si deseo hacerlo.

-Tengo que ir a casa-Espeto cruzándome de brazos.

Bien, Alice, acaba de parecer que tienes 10 años.

-Después de comer.

Seth me ha traído al mismo restaurante chino que fuimos al principio de nuestra relación e incluso ha pedido la misma mesa. Wow. No puedo creer que siquiera lo recuerde.

-No tengo hambre-Espeto sentándome en la silla que ha abierto para mí. ¡Que caballeroso!-. Lo digo en serio.

En cuanto la comida está sobre la mesa me siento más que hambrienta, incluso por primera vez en este tiempo escucho el rugir de mis tripas. Esta vez el panecillo no está lleno de aceite y se ve súper apetecible, así que sin pensarlo ni un solo segundo más me lo llevo a la boca. Lecker (Delicioso)

Seth aun mantiene el ceño fruncido a la espera de que coma algo más que un simple panecillo. Agarra el tenedor que está al lado de su plato y enrolla con rapidez los fideos para después llevarlos a mi boca. Me alejo de inmediato.

-Seth, no. No hagas eso aquí-Le digo totalmente avergonzada con las mejillas encendidas.

Lo cierto es que Seth lo ha hecho un montón de veces y me encantaba. Me hacía sentir demasiado protegida y querida, pero que lo hiciese aquí delante de toda la gente, me avergonzaba mucho. Además, ya tengo 20 años y no es necesario que lo haga. Podía comer sola.

Él me mira divertido, seguramente queriendo decir un montón de cosas, finalmente niega con la cabeza y no dice nada, aún así me sonríe con sarcasmo. Töricht (tonto)

-Bien, entonces come.

A regañadientes le quito el tenedor de la mano y me lo llevo a la boca. Y de nuevo me sonríe con arrogancia, sabiendo que yo lo haría. Me conoce demasiado. Y estoy contenta. Pero entonces la realidad me golpea y me siento extraña con la situación, porque esto no es lo que esperaba; pero me sirve. Hemos medianamente hablado del tema y aunque faltan demasiadas cosas no me apetece estropear este momento.

Seth me mira todo el tiempo en el que estamos comiendo. Él no deja de morderse el labio inferior y de golpetear la mesa con las yemas de los dedos. Está nervioso.

-No me la follé-Dice de repente, tomándome por sorpresa, provocando que me atragante con el agua que estaba tomando y empiece a toser-Mierda. Alice, ¿estás bien?-Se levanta de inmediato y empieza a golpear mi espalda con suavidad.

-¿Qué has dicho?

No preguntes, Alice. Cállate. Me digo a mí misma una y otra vez. Cállate. Atmet.

-Que no follamos. No hicimos nada de lo que ella te dijo, es una puta mentirosa...

De pronto se me ha ido el apetito y tengo el estómago revuelto. Quiero vomitar. Él sigue explicándose, pero yo no escucho más, no quiero hablar de ella ni de esa noche. No quiero recordar nada.

No vomites.

Supéralo, Alice.

Atmet.

No vomites.

Supéralo, Alice.

Atmet.

Una vez consigo estabilizarme mentalmente me pongo en pie, tambaleándome un poco, bajo su atenta mirada, y camino hacia la salida. Él está confundido. Aún así también se levanta y me sigue a la salida una vez ha dejado unos cuantos billetes sobre la mesa.

-¿Dónde vas?-Pregunta cuando ya está a mi lado.

No vomites.

Supéralo, Alice.

Atmet.

-Te he dicho que tenía que irme a casa-Respondo encogiéndome de hombros, ignorándole por completo.

-No hemos terminado de hablar.

-Yo sí he terminado de hablar-Ni siquiera le miro mientras lo digo y comienzo a andar.

-Por lo menos déjame llevarte a tu casa-Resopla enfurruñado.

Me detengo un momento pensando en si debo decirle donde estoy viviendo. Finalmente resoplo y camino hasta el garaje subterráneo donde está su coche. Una vez hemos llegado él me agarra de la cintura con sus grandes manos y en menos de un segundo me está besando. Al principio estoy desconcertada, pero no tardo mucho en responder su beso. De forma inconsciente llevo mis manos hasta su cabello y tiro de él con fuerza, provocando que gima sobre mis labios y empuje sus caderas contra las mías; haciéndome chocar con el coche a mis espaldas. Él me levanta por el culo y yo lo rodeo con mis piernas. La familiar sensación de lujuria me recorre todo el cuerpo, despertando a su vez todas los sentimientos que creía muertos. El amor y la pasión me inundan por completo y los animalillos en mi barriga se levantan haciendo una fiesta en mi interior.

El sonido de mi móvil rompe la burbuja en la que estaba y me siento enfadada de nuevo. Él es un cabrón que se enrolló con su ex el día de mi cumpleaños. Muerdo su labio inferior con fuerza cuando él se niega a soltarme a pesar de que lo estoy empujando con las manos y a detener el beso.

-Alice, por favor, vuelve conmigo. Mierda. Sé que la cagué y no volveré hacerlo. Als...

-Vete a la mierda.

Entonces le doy la espalda y comienzo a caminar lejos de él hacia el ascensor.

-Me estás volviendo malditamente loco, mujer-Me grita desde donde lo dejé, pero yo lo ignoro. Esta vez no pienso detenerme.

Llamo al timbre cuando llego a casa de Derek. Espero con impaciencia al otro lado de la puerta a que ésta se abra. El rostro preocupado de Derek es lo primero que veo. Casi me río.

-¿Dónde estabas?¿Estás bien?

Lo miro un poco confundida y asiento. Solo me he retrasado un par de horas. No es para tanto.

-Wow, hola a ti también-Murmuro a la vez que él se hace a un lado para dejarme pasar. Cierro la puerta con el pie una vez estoy al otro lado-¿qué se supone que pasa?

-Mia vino a buscarte y se suponía que estabas con ella-Contesta, resaltando la palabra suponía.

Mia y sus exageraciones.

Estoy un poco abrumada por su sobreprotección y la exagerada preocupación. No estoy acostumbra a esto, quiero decir, nunca nadie se había preocupado tanto porque no volviese a casa con la persona que había dicho que iba a estar.

Espero en silencio frente a él, esperando que diga algo más. ¿Va a regañarme? Aún así Derek no dice nada, lo que me lleva a pensar que tampoco está muy seguro de que más decir.

-Terrence está esperándote en la habitación.

Simplemente asiento y camino hacia las escaleras, aún sintiéndome extraña, a la que fue mi habitación. Antes de llegar a la planta de arriba me doy media vuelta, bajando con rapidez los escalones. No estaba muy segura de hacerlo, pero él estaba poniendo todo su empeño en mejorar nuestra relación, así que no estaba mal que pusiera algo de mi parte. Besando su mejilla digo:

-No tienes que preocuparte, pero gracias.

Entonces nuevamente emprendo mi camino hacia mi habitación. Cuando abro la puerta me encuentro con mi amigo desparramado en la cama.

-¿Hola?¿Qué haces aquí?

Terrence mantiene una sonrisa en la cara mientras se sienta y me saluda.

-Espero que no te moleste que haya venido sin avisar, pero Mia me contó lo que pasó y estaba un poco preocupado. Además tenía ganas de verte.

-Tranquilo, está bien. Me gusta verte y más si es a diario.

Sonrío, porque a mí también me gusta ver a mi mejor amigo. Me retrotrae a los momentos felices de mi infancia y en casi todos estaba él. Me siento a su lado y beso con fuerza su mejilla. A pesar de tener ganas de acostarme y dormir eternamente.

Aunque ahora tuviese mi propio departamento me gustaba venir. Pese a que me quedaba encerrada en la habitación la mayor parte del tiempo, me hacía sentir un poco menos sola escuchar a Lexy por toda la casa jugando o practicando con el piano. Me gustaba observarla y escuchar todo lo que tenía para contar. Era muy relajante.

Ambos nos tumbamos boca arriba en mi cama con la vista fija en el techo como lo hacíamos de pequeños. Permanecemos en silencio por lo que parece una eternidad hasta que Terrence decide hablar.

-Te mentí-Suspiro resignada, asintiendo con la cabeza. Me río con ironía, porque ya ni siquiera me sorprendía que alguien me mintiese-Seth fue a verme unos días antes de que me contaras lo de Kendall con Dylan. Él es un imbécil... y muy cruel. Sé que fui estúpido por mentirte, pero no quería que pensaras que soy una nenaza por llorar delante de ti.

-¿De verdad fue a verte?

Seth... madre mía. A veces no podía creer que tuviese esa actitud tan tonta y arrogante, por pensar que puede hacer lo que le dé la gana sin medir las consecuencias o pensar en los sentimientos de las personas que lo rodeaban. Para variar, él sólo pensaba en si mismo.

Terrence asiente con lentitud antes de volver a hablar.

-No te lo estoy diciendo para empeorar aún más lo que sea que haya entre vosotros. Solo quería ser sincero contigo, no me gusta mentirte. No es lo que hacen los amigos.

Resoplo otra vez, cerrando los ojos con fuerza en cuanto empiezo a sentir unas punzadas en la cabeza. El poco buen humor que tenía se está esfumando lentamente y la cabeza me late por el dolor creciente.

-Debes saber que no tiene nada de malo llorar. Puedes hacerlo a pesar de ser un chico y tener 20 años. Yo llevo haciéndolo desde que tengo memoria ¿sabes?

Después no volvemos a abrir la boca ni para bostezar. Nos mantenemos en total silencio hasta que Terrence se despide porque ha quedado con su madre para hacer compras.

Derek entra a mi habitación una media hora más tarde para pedirme que me arregle, porque hoy tiene una aburrida cena de negocios a la que, al parecer, tiene que ir con su familia. Falsch (falso) pero aún así le digo que lo haré.

A regañadientes me levanto de la cama y me encamino al baño para una ducha relajante. Cuando salgo de ésta me seco un poco el pelo con la toalla y después me dirijo al armario en busca de un vestido entre los tantos que me ha comprado Lisa. Prácticamente es como revivir mi infancia, porque a Lisa le encantaba hacerme poner vestidos, a pesar de que no me gustaban en lo absoluto.

Cuando ya estoy lista ayudo a Lisa a peinar a Lexy, ya que ella es un completo desastre. Ella se ve increíble, tan elegante y guapa. Con su cabello oscuro recogido en un moño alto y sus ojos del mismo color, maquillados perfectamente.

Lisa es muy guapa, demasiado. Creo que nos parecemos un poco, aunque ella es unos centímetros más alta que yo. También tiene el cabello más oscuro y es un tanto más delgada sin llegar a parecer enferma. Pero mientras analizo a Lisa, por primera vez, me doy cuenta de que no solo tengo parecido con ella, sino también con Derek. Y aunque nunca lo reconocería ante nadie, en cierta parte me alegraba.

Cuando llegamos al restaurante las personas con las cuales vamos a cenar aún no estan presentes, lo cual agradezco, pero me parece de pésimo mal gusto. Conocer gente nueva siempre me ponía de los nervios. No saber como es la gente me inquieta demasiado, además creo que no soy la típica chica que cae bien a primera vista.

-Voy a... necesito ir al baño-Digo una vez ya estoy en pie. Derek, Lisa y Lexy, ya están cada uno sentados en sus asientos. Lo que me da la oportunidad de ir sola sin ser perseguida por mi hermana pequeña.

Me lavo las manos después de haber hecho mis necesidades. Antes de salir de los baños me retoco el pintalabios tras un largo suspiro. Cuando me acerco a la mesa me doy cuenta de que ya han llegado las otras personas: Dos hombres y una mujer.

Derek sonríe cuando me ve y acto seguido se pone en pie. ¡Presentaciones no, por favor!

-Y ella es Alice, mi hija mayor-Habla con una sonrisa, provocando así, que todas las personas en la mesa me miren.

Se me abre la boca y enrojecen las mejillas cuando veo a uno de los hombres. De todas las personas que imaginaba poder ver de nuevo, alguna vez en la vida, él no estaba en la lista. Él me mira de arriba abajo sin cortarse siquiera, con una enorme sonrisa mientras se pone en pie y besa mi mejilla. Sé que me ha reconocido también.

-Alice-Él saluda con cordialidad, acercándose a mí para poder besar el dorso de mi mano, fingiendo que es la primera vez que nos vemos. Wow-Adam. Encantado de conocerte.

-Adam-Mi voz sale en un tono susurrado, provocando que su sonrisa se ensanche aún más.

-Me alegra mucho volver a verte-Adam habla en voz muy baja, pero aún así puedo notarla teñida de burla-. Esta vez sin estar drogada y borracha-Después de terminar de hablar él me abre la silla para que me siente y a mi lado se acomoda él-. Esto va a ser interesante.

Todas las miradas se mantienen en nosotros hasta que el padre de Adam saca el tema de los negocios y ambos pasamos a segundo plano.

SETH

-¿Pudiste hablar con ella?¿Te perdonó?¿Te pegó? Vamos, Walls, abre la puta boca y cuéntame qué narices pasó.

No puedo evitar reírme por la reacción de Amber sobre un tema que no es de su incumbencia. Desde que había visto a Alice mi humor había mejorado notablemente y mis hermanas lo habían notado. Me quedo en silencio mientras ella sigue insistiendo, esta vez, sin embargo, no lo hago porque no quiera contárselo, sino para que ella siga rogando. Amber es una auténtica cotilla.

-Vamos, Seth, sé que te mueres por contármelo, así que no me hagas rogar más. Por lo menos hazme un resumen.

-No voy a contarte nada, así que deja de ser un grano en el culo y lárgate de mi departamento.

Ella se ríe y al contrario de lo que le he dicho que haga, se repantinga más en el sofá. Después me sonríe con arrogancia. La tan conocida sonrisa de los Walls.

-Bueno, entonces buscaré a tu chica para que ella me lo cuente. Puedo ser muy persuasiva, ¿sabes?-Posteriormente saca la lengua y se relame los labios.

Zorra.

-Ella no es como tú, gilipollas. A Alice le gustan las pollas. Le gusta mi polla, para ser más exactos.

-Porque es lo único que ha probado-Dice, encogiéndose de hombros-. Yo también creía que sólo me iban las pollas hasta que probé los coños.

-Joder-Por un momento el pensamiento de Alice con otra chica me pone jodidamente cachondo y a la vez celoso por la sola idea de otra persona que no sea yo, la esté tocando tan íntimamente. Aparto las imagines de golpe-. Cállate la boca y te lo contaré.

Mi hermana simula tener una cremallera en la boca la cual cierra. Ruedo los ojos y doy una calada a mi cigarro antes de hablar.

-Hablamos y ella lloró, porque soy un hijo de puta. Me preguntó si me drogaba y la llevé a comer. Y por último la besé y le pedí que vuelva a ser mi novia y Alice me mandó a la mierda.

-Wow...

-¿Wow? ¿Es la única mierda qué vas a decir?-Le pregunto con enfado.

-No... mierda, no, pero es que... wow...

-No voy a volver a contarte nada. Joder.

-No, espera. Lo que quiero decir es que... Alice es muy bipolar y tú también, imbécil. Pero ella no volverá contigo hasta que no dejes de ser tan capullo y empieces a ser romántico y esas gilipolleces que nos gustan a las chicas. Pero claro, si sigues siendo un cabrón te va a mandar a la mierda cada vez que la veas.

-Bueno, tú cómo chica que se supone que eres...

No puedo terminar de hablar, porque Amber me tira un cojín a la cara.

-Soy una chica, gilipollas.

-Bien, vale. Como chica que eres, ¿qué te gustaría?

Amber se lo piensa un rato, dando varios tragos a su cerveza y caladas a su cigarrillo mientras tanto. Suelta el humo con lentitud antes de volver a hablar. Definitivamente Alice y Amber no tenían nada en común.

-No lo sé. Tal vez ir a alguna cita, ridículas flores y osos de peluches. Mierda. Seguro que me encantarían las joyas.

-Joder. Bien, creo que necesito un poco de práctica. No tengo ni puta idea de cómo hacerlo.

-Claro que no, eres más como una especia de Neanderthal o algo así-Ella dice riéndose, como si esto fuese un tema de broma o algo por el estilo. Me mantengo totalmente serio en todo momento, sin dejar de darle vueltas al tema.

-Genial, Amber, avísame cuando seas graciosa- Me pongo de pie y camino hacia la puerta tras coger mi billetera-. Vamos a tomar unas cervezas. Necesito mucha ayuda con esta mierda del romanticismo para tener de vuelta a mi chica.

Amber rueda los ojos, pero aún así me imita y sigue. Cuando se trata de cerveza a los Walls nos puedes llevar hasta al infierno.

-Esto es muy complicado y nos va a tomar demasiado tiempo. Tendré que cancelar mi cita con Tiffany-Amber hace un puchero a la vez que saca su móvil.

-No me das pena, así que quita esa cara, porque conmigo no funciona esa mierda. Tienes toda una vida para follarte a Tiffany.

-Bien, bien. Deja de ser un gilipollas de mierda conmigo, yo no soy Alice para aguantar tu humor y carácter de mierda.

Hablar con Amber es mucho más fácil que hacerlo con cualquier otra persona. Ella puede ser una auténtica perra cuando quiere. Incluso a veces creo que se parece demasiado a mí.

Miro con impaciencia a Amber mientras ella se come tranquilamente un hot dog para después darle un par de sorbos a su coca cola.

-Joder, Seth, ¿puedo siquiera comerme esta mierda en paz? Estás dándome mucho por culo con esa mirada.

-Tras comerte cuatro mierdas de estas, ya va siendo hora de que empieces a hablar o hagas algo, idiota.

-Simplemente tienes que seguir siendo tú, solo que menos gilipollas, egoísta, cabrón y capullo. Extrañamente está enamorada de ti-Ella se encoge de hombros tras regalarme una falsa sonrisa-. Espero que mi ayuda te sea más que suficiente-Entonces se pone de pie y besa mi mejilla para después empezar a caminar hacia la puerta.

¿Qué cojones? ¿Esta perra es mi hermana? Yo también me pongo de pie luego de dejar unos billetes sobre la mesa y salir detrás de ella.

-¿Qué mierda de ayuda es esa?-Protesto cuando ya estoy a su lado.

Amber se ríe y me mira con algo de ternura, pero yo no le encuentro nada de gracia.

-Mira, Seth, si quieres ayuda sobre el amor y romanticismo, creo que tendrías que hablar con Ashley, ya que ella lleva 7 años casada con... con como quiera que se llame su marido. Tú y yo apestamos demasiado en este tema.

-¿Entonces como consigues que funcione tu relación con Tiffany?

-Ella pone todo lo que hace falta en una relación, ¿sabes? Y yo me dedico a no cagarla, pero sobre todo, me dedico a no follarme a otros u otras. Que es lo que realmente importa-Ella me habla con lentitud, como que si de un niño pequeño se tratase-. Alice te ama tal y como eres, pero, hermanito, la cagaste cuando te enrollaste con Sierra y eso lastima que te cagas. Vas a tener que hacer mucho si quiera recuperarla.

De pronto las palabras de Alice diciéndome lo perfecto que era para ella se repiten en mi cabeza una y otra vez, haciéndome sentir aún más gilipollas de lo que ya me siento.

-Siento no poder ayudarte, pero esto no es lo mío-Se pone de puntillas y besa mi mejilla-. Ahora deja de lamentarte y ve a recuperar a tu chica, nenaza-Antes de irse me empuja para que empiece a caminar hacia mi coche.

Amber tenía razón, tendría que dejar de lamentarme e ir a buscar a mi chica, porque si, aunque ella no lo admitiese, seguía siendo mía.

⬇️⬇️

Gracias por esperar y seguir aquí ❤️
No os olvidéis de votar y comentar. También compartid la historia con vuestros amigos y conocidos 😂🤗

Que los Dioses antiguos y nuevos os guarden .

IG: 13DepuisLeDebut13

Próximo capítulo el sábado ✍️

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top