𝟐𝟓 - 𝑻𝒊𝒎𝒆 𝒊𝒏 𝒂 𝒃𝒐𝒕𝒕𝒍𝒆
Ig: 13depuisledebut13
𝕍𝔼𝕀ℕ𝕋𝕀ℂ𝕀ℕℂ𝕆
Si pudiera guardar el tiempo en una botella, lo primero que me gustaría hacer,
es guardar cada uno de los días,
hasta que la eternidad pase de largo,
solamente para pasarlos contigo.
Si pudiera hacer que los días durasen para siempre, si las palabras pudieran hacer realidad los deseos, guardaría cada uno de los días como un tesoro y luego, otra vez, los pasaría contigo.
La vida con un bebé no es fácil. Al contrario, es malditamente complicado y loco. De repente tienes a alguien que ha salido por tu vagina y que depende al cien por ciento de estar enganchado en tus tetas.
En apenas unas horas, se me había puesto el mundo patas arriba. Tenía una pequeña criatura berreando cada pocas horas por hambre o un pañal sucio. Seth y Adam siguen siendo encantadores y hacen su labor, pero mi lado más egoísta, que ha salido a flote, no permite que ellos se hagan cargo al cien por ciento. De todas formas ninguno de los dos podía hacer la labor de darle el pecho al bebé.
River había tardado varios minutos en comprender que tenía que meterse el pezón en la boca para poder comer. Los primeros minutos solo lloriqueaba cuando la leche manchaba sus labios y mejillas, hasta que comprendió que yo solo trataba de ayudarlo cuando introducía el pezón en la boca.
Es la primera vez que tengo un bebé en los brazos y lo que es más alucinante, es que el bebé es completamente mío. Tiene las manos más pequeñas que he visto en mi vida y ni hablar de lo bonitos que son sus diminutos pies. La nariz respingada, como un rosado botón, hace que se me salten las lágrimas. Y su pequeña boquita que hace un ruido espantoso cada vez que llora, me vuelve loca.
Y ahora, casi veinticuatro horas después de su llegada, he perdido la cuenta de cuantas veces he tenido que sacarme las tetas para darle de comer. Una de sus pequeñas manitas se aferra con toda fuerza a mi camiseta mientras sigue mamando sin descanso. Los grisáceos ojos comienzan a cerrársele, pero no se da por vencido y sigue en su laborioso trabajo.
-Jodido kiwi suertudo-Murmura mi novio, posicionándose detrás de mi espalda, pasando sus piernas y brazos a mi al rededor y del bebé. Siento el calor de su pecho contra mi espalda y la rapidez con la que late su corazón y me siento totalmente maravillada y como si estuviese en un sueño-. ¿No estás siendo demasiado codicioso no despegándote ni un solo segundo de las tetas de mamá?
Como si kiwi lo hubiese entendido, suelta mi camiseta para, esta vez, colocar su mano sobre mi pecho. Finalmente los ojitos se le cierran del todo, pero no me suelta el pezón. Mi novio y yo no podemos evitar reírnos casi en silencio, para no despertarle, por su audacia sin malicia alguna.
Seth se levanta de su posición y rodea la cama hasta estar frente a nosotros. Con sumo cuidado recoge a River de mis brazos para comenzar a sacarle los gases. Se le da de maravilla.
-¿Y Adam?-Pregunto, colocándome bien la camiseta a la vez que me pongo de pie. Camino hacia el vestidor y busco algo cómodo que usar después del baño.
Seth suelta una risita baja, mientras sigue golpeteando con suavidad la espalda de nuestro bebé.
-Sigue dormido en el sofá. No tiene mucha experiencia desvelándose y luego no dormir mínimo quince horas.
Asiento, riéndome también.
-Ya, se le da totalmente mal tener responsabilidades.
Tenía pensado que nada más nacer River, realizaríamos la prueba de paternidad. Seth y Adam también estaban totalmente de acuerdo, sin embargo, teniendo ya al mocoso con nosotros, esa idea había salido volando por la ventana. Estábamos más centrados en él y en sus necesidades. Nos alarmábamos sin no escuchábamos aunque sea un solo ruidito por su parte. O si estaba más horas sin llorar que la vez anterior.
-No seáis capullos-Dice Adam ingresando a la habitación. Tiene la cara marcada con la forma del sofá y los ojos adormilados-. Os recuerdo que la noche anterior a que el crío llegara, nos la pasamos viendo películas y estudiando para tu maldito examen. Soy un hombre adulto y ya no estoy para estos trotes.
-Oh, no sabía que estábamos tratando con un abuelo-Le digo poniendo los ojos en blanco, tirándole la camiseta que acabo de quitarme. Él la coge al vuelo antes de que le dé en la cara y me la devuelve.
Nunca había tenido pudor delante de ellos y mucho menos después de que ambos presenciaran como un bebé se abría paso entre mis piernas, por lo que quitarme la camiseta delante de ellos no significaba nada. El Seth de antes hubiese corrido para taparme de inmediato, no como ahora, que ni se inmuta porque Adam esté mirándome. Me gusta mucho esta nueva faceta. Y lo que significa.
Me dirijo al baño sin escuchar lo que tiene que decir, dejando que ambos se ocupen de kiwi o lo que tengan que hacer, aún nos quedaba una noche larga.
Mientras me ducho, no puedo evitar echar un rápido vistazo a mi cuerpo. Los pechos más grandes y llenos de leche es lo más raro que alguna vez creía que podría experimentar. El vientre todavía sigue conservando su tamaño y las piernas y caderas más gruesas de lo que podría imaginar y desear.
Toffee, tumbada al lado de la alfombrilla del baño, por fin puede descansar. Porque aunque esté encantada con el nuevo miembro de la familia, el hecho de no poder dormir bien la mayor parte del tiempo también le está pasando factura. Ni siquiera se inmuta cuando salgo del baño.
Me visto rápidamente con la enorme camiseta que cogí del cajón de Seth y unos pantalones cortos. De esta forma, sacarme una teta en cualquier momento, es sumamente fácil.
Cuando salgo de la habitación, Adam tiene en brazos a kiwi, el cual está lloriqueando, mientras que Seth reúne todo lo necesario para cambiarle el pañal. Me siento en mi sitio habitual en la cama, viendo como ellos van de un lado al otro con el bebé.
Soy muy afortunada y hasta este momento no me había dado cuenta de ello. Como todos, ellos tienen muchos defectos, pero son maravillosos, han trabajado juntos desde el principio, sin apenas aguantarse solo por mí y River, y ahora, meses después podría decirse que son amigos y se comportan como los mejores padres.
-Bien, vale. Esto es asqueroso-Dice Adam, quitándole el pañal a kiwi, el cual ha dejado de llorar una vez se ha librado de esa pesada molestia-. Te amo, River, pero esto de que cagues en un pañal no es lo mejor para que nos llevemos bien.
-Deja de ser una nenaza, Soul. Solo es un poco de mierda.
Seth suelta una carcajada, tirándole las toallitas húmedas y pañales, después desaparece de la habitación. Minutos más tarde reaparece con un plato lleno de comida, el cual me tiende de inmediato.
-Tienes que comer un poco, mi amor-Asiento, tomando el plato con rapidez. Me rugen las tripas en el segundo en que el olor de la comida me inundan las fosas nasales.
-Gracias, Sethie.
Veo a Adam rodar los ojos y hacer una mueca como que va a vomitar, no sé si por la forma en que llamo a mi novio o por el pañal que tiene en las manos. Creo que es más por la primera.
-Este par son terriblemente melosos, sin importarles quien esté delante. Ya los conocerás-Está hablándole a River, el cual no parece muy interesado en la conversación.
-Cierra la boca y no le digas esas cosas de sus padres-Adam solo se limita a mover la boca como si estuviera haciéndole burla a Seth y éste parece genuinamente divertido por las idioteces del alemán.
-Parece que tengo tres niños a los que cuidar y no solo uno.
-¿Significa eso que también vas a darnos el pecho?-Pregunta mi novio, elevando ambas cejas con picardía. Me sonrojo de inmediato ante la escena que se arma en mi cabeza. Demasiado tentador y caliente.
-¡Porqué no! Sería interesante, ¿Verdad?-Hablo tan bajo que a penas logro escuchar mi voz. Por sus caras sé con seguridad que ellos si me han escuchado y a pesar de estar en mi peor estado, aún con la barriga, el pelo hecho un desastre y las tetas chorreando leche, ellos me miran con tanto deseo que me siento increíblemente sexy.
Gracias, chicos.
A pesar de no verme la cara, sé que estoy como un tomate. La siento caliente y a punto de estallar, por lo que intento distraerme con mi comida.
-Será mejor que comas, amor, o se te enfriará la comida.
Seth cambia rápidamente de tema, carraspeando después. Se va corriendo al baño, agarrando su toalla en el camino. Acto seguido, se escucha el sonido del agua corriendo.
Esta escena me teletransporta inmediatamente a cuando todavía no éramos novios siquiera. Seth huyendo de la habitación al baño para solucionar su problema. El hecho de que él se pusiera cachondo con lo que podría pasar, hace que el cosquilleo en mi entrepierna aumente de forma considerable.
-Ahora mismo vuelvo, ¿De acuerdo?
Adam deja con cuidado, a un pequeño kiwi ya completamente dormido, sobre la cama antes de repetir la acción de Seth e irse hacia otro lugar.
-Estos son algunos de los problemas que tienen los hombres, amor-Digo bajito, procurando no despertar al bebé que se remueve y hace pequeños y encantadores ruiditos a mí lado-. Shhh, shh, bebé. No te despiertes ahora.
Kiwi lleva con nosotros casi veinticuatro horas y aún no se nos ha pasado por la cabeza avisar a nuestros familiares. Por mi lado, aún no quería decirle nada a mi familia hasta no saber cuál de los dos era el padre, no quería hacer la situación más incómoda para ninguno de los dos. Mis padres, sin yo quererlo, saben que he tenido algo con ambos chicos, lo cual es bastante vergonzoso.
Todo ocurrió cuando en una de las tantas reuniones de mis padres con los de Adam, ellos mencionaron de lo contentos que estaban de que su hijo y yo estuviéramos en una relación, claro que en ese momento Seth y yo ya habíamos vuelto, pero Adam seguía entre nosotros.
◊
River está dormido y la casa excesivamente silenciosa menos por la ligera respiración de Toffee y el tictac del reloj de la cocina. Seth y Adam no están dormidos, pero tampoco están en su mejor momento. La tranquila casa está hecha un desastre, no solo porque en el momento que rompí aguas los chicos se volvieron locos yendo de un lado a otro, sino también porque escuchar a un bebé llorar hace que los padres primerizos enloquezcan. Ese era nuestro caso.
-Podéis ir a dormir-Murmuro desde la cocina, comenzando a recoger lo que está sucio para meterlo en el lavavajillas.
Adam niega con la cabeza, pero se arrellana mejor en el sofá, cruzando los brazos sobre el pecho. Seth tampoco dice nada, sin embargo, tras estirarse un poco, se pone en pie y viene hacia mí.
-Te ayudaré primero con esto, amor-Me besa la mejilla cuando pasa a mi lado. Recoge algunas cosas en su paso y las empieza a guardar en su debido lugar-. De hecho, tú tendrías que volver a la cama. Acabas de parir no hace ni un día, Als.
Fuera sigue haciendo frío, pero con la calefacción al máximo ni siquiera lo sentimos. Mary, quién comúnmente es la encargada de la limpieza, está en unas largas vacaciones, por lo que ahora nosotros nos haremos cargo de ello por el momento. La casa está tan silencioso que es demasiado extraño, antes tendríamos la música a tope, y estaríamos teniendo sexo por cualquier parte de la casa. Ahora, medimos nuestros movimientos para no hacer el más mínimo ruido, y nuestra música, se ha convertido en unos ronquidos y el tictac del reloj.
-¿Cómo te sientes? Debes estar agotada, amor.
Lo medito un poco, deteniendo mis movimientos. Soy consciente de que no estoy tan cansada como debería estar, pensé querría echarme en la cama y no levantarme hasta que River tenga la suficiente edad como para independizarse, sin embargo, la situación ha sido todo lo contrario. Siento que tengo la energía recargada al máximo.
-Estoy bien...-Murmuro, a la vez que me seco las manos con la toalla y vuelvo a dejarla en su sitio-. Creo que aún no soy del todo consciente de lo que acaba de pasar.
A las pocas horas, había caído en un pesado sueño, del cual solo pude salir cuando escuché el llanto de kiwi. En un principio pensé que aquel sueño se estaba repitiendo, pero en cuanto abrí los ojos y vi a Seth sosteniendo al pedazo de carne que es nuestro bebé, supe que era del todo real.
Si bien es cierto, en las primeras horas no pude ni moverme, tenía las piernas entumecidas y el dolor de espalda estaba matándome, a parte de obviamente, por el lugar que había salido River. Después de las diez horas, más o menos, pude levantarme, bajo la vigilancia de ambos chicos que no me querían dejar mover ni un solo dedo.
La peor parte fue cuando tuve que ir al baño y parecía que estaba desangrándome ahí mismo, recordé, tras el pánico inicial, todo lo que nos habían dicho en las clases de preparación al parto. Esto era normal.
-¿Cuándo vas a volver a clase? ¿Le has escrito a tus profesores?
Asiento lentamente, a la vez que me muevo casi del mismo modo, hacia la nevera. Saco la botella de zumo de arándanos y le doy un largo sorbo antes de volver a hablar.
-Les envié un correo mientras estaba dilatando, entre contracción y contracción. Por suerte no queda mucho tiempo de clase y todos están de acuerdo que vuelva únicamente para los exámenes.
-Puedes dedicarte a estudiar, yo me ocupo de River-Se acerca a mí y me besa en la frente-. Sabes que se me da bastante bien esto de cuidar a niños.
Sonrío, contagiada por su reluciente sonrisa y la pullita que me tira nuevamente. Oficialmente somos padres y tengo al mejor padre al lado.
El tema de la prueba de paternidad aún estaba en la cabeza de los tres aunque no lo habíamos mencionado desde que acordamos tener una buena convivencia, así que a pesar de que quisiera hacerlo cuanto antes, aún tenía un poco de miedo de saber la realidad.
-Sé que serás mejor que yo cuidando a River-Comento casualmente, jugueteando con el cuello de su camiseta-, pero por lo menos soy la única que puede darle de comer.
-Existe la leche en polvo, listilla-Dice él, dando un pequeño golpecito en mi nariz con su dedo índice.
-Lo sé, listillo, pero... He decidido que únicamente le daré el pecho. Es lo mejor para él.
-Ciertamente envidio a ese mocoso ahora mismo, porque estos van a ser los cuarenta días más largos de mi vida.
Me río, apoyando mi cabeza en su pecho. Él da suaves caricias en mi espalda baja y yo inmediatamente me siento aliviada de un dolor que ni siquiera era consciente que tenía. Como un gato, restriego mi mejilla en su pecho, totalmente encantada por sus caricias.
-Als, tienes que volver a la cama. Acabas de parir no hace ni un día, no tendrías que estar aquí de pie...
-¿Cuándo vamos a comenzar con la mudanza?-Interrumpo, soltándome de sus brazos-. Me gustaría que River esté en casa lo antes posible.
-Als... Ahora no creo que sea el mejor momento.
-Sé que la casa está más que lista para que vayamos. Solo falta decorarla seguramente y comenzar a hacer nuestro hogar allí.
-Cariño, sé que quieres hacer todo eso y créeme quiero lo mismo que tú, pero en este momento lo más importante es tu recuperación y que descanses mucho. Adam y yo estamos aquí ahora mismo para que todo sea más llevadero y resulte lo más fácil posible.
-Sois maravillosos y agradezco que os preocupéis tanto, pero ahora mismo no necesito descansar en lo absoluto.
Él no dice nada más, pero casi puedo leer sus pensamientos por la forma en que me mira. Una parte de mí, y estoy segura de que la misma parte en él, sabe que si en este momento vuelvo a la cama probablemente no encuentre la forma de levantar.
Había leído mucho sobre la depresión posparto y rezado, como llevaba tiempo sin hacer, para no formar parte de ese porcentaje, sin embargo, con mi historial psicológico soy carne de cañón para padecerla. Así que esa era la principal razón para no querer detenerme.
-Por lo menos podemos montar su cuna, aunque de momento no será necesaria por el colecho, pero aún así quiero ver su cuarto listo. Por favor, Seth.
Resopla pesadamente, volviendo a cogerme entre sus brazos. Una vez más me besa en las mejillas, párpados y labios para después sonreírme.
-Queríamos que sea una sorpresa para cuando estuvieras lo suficientemente recuperada y pudiéramos comenzar a llevar lo que falta, pero dada la situación debo ser honesto contigo y decirte que está todo listo. Solo faltan algunos detalles en la habitación del bebé y mover toda tu ropa, tal vez darle tu toque personal, pero está todo como lo querías, aunque no hablamos mucho de ello.
Me quedo momentáneamente en silencio sin saber muy bien que decir. Sonrío, una sonrisa que poco a poco se abre espacio en mi cara, porque por un momento todo parece demasiado increíble.
Hace unos meses Seth y yo estábamos más lejos uno del otro de lo que podríamos imaginar. No lo odiaba, claro está, pero en mi cabeza no cabía la posibilidad de que retomáramos nuestra relación otra vez, quería estar lo más lejos posible de él y hasta planeaba empezar una relación con Adam en Alemania.
Había comprado mi billete para volver y continuar mis estudios lejos de Seth, pero entonces el descubrir que estaba embarazada cambió todos los planes. No estaba para nada segura en ese momento como tomaría la noticia Seth, tal vez una parte de mí quería que se alejara y me dejara en paz para siempre, pero evidentemente no fue así. Su reacción fue mejor de lo que esperaba y ahora, apenas unos meses después, estábamos planeando una mudanza con un bebé durmiendo en la habitación de al lado.
Estaba en mi preciosa historia de amor con el chico de mis sueños y el bebé más hermoso que hubiera visto e imaginado nunca.
-Te amo, lo sabes, ¿no?
Él finge pensarlo, tirando más de cerca mi cuerpo contra el suyo. Me besa con fuerza en la cara y el cuello haciéndome reír ruidosamente. Envuelvo mis brazos en su cuello, deleintándome en lo bien y bonito que se siente las cosquillas en mi barriga.
-Lo sé, pero me gusta escucharlo-Regresa sus besos a mis labios, besándome con lentitud-. Dilo otra vez, amor.
-Te amo, te amo, te amo-Repito en cada uno de los besos que presiono en sus labios-. Gracias por esta familia, Seth.
-Gracias por ser mi novia y el hijo maravilloso que me has dado.
Tarareo y una vez más me apoyo en su pecho.
-Mañana sin falta haremos la prueba de paternidad, ¿Vale?
-No es necesario, ¿Vale? Aunque no te voy a negar que deseo con todas mis fuerzas que Kiwi sea mío, pero aun si no lo es, voy a amarlo y cuidar de él lo mejor que pueda. No me hace falta una ridícula prueba de paternidad para sentirlo como mío.
Ruedo los ojos, porque sé que él está aún más ansioso que yo por saber la verdad.
-Y yo deseo que sea tuyo, Seth. Aunque hay algo en mí que me dice que lo es, que es nuestro.
-Es necesario-Adam irrumpe en la cocina de golpe, soltando esas palabras con rudeza. Poca de la gracia que siempre emplea en su tono desaparece las veces que tocamos el tema-. Ambos necesitamos saber si es un Soul o un Walls, ¿No? No quisiera meterme yo en esta bonita familia.
Antes de que podamos decir algo más los gritos de River acaban con la conversación. Nos ponemos alerta de inmediato y como si tuviéramos un petardo en el culo, salimos corriendo a la habitación.
Me duele todo a cada paso, pero no me paro hasta que estoy en la habitación y veo esa pequeña cara volverse rojiza, arrugada y empaparse en lágrimas.
-Mamá está aquí, bebé-Lo cojo en brazos, con toda la delicadeza que puedo reunir y comienzo a mecerlo-. Shh, shh, mocoso, no llores.
Siento un par de ojos posarse en mí, pero los ignoro, saliendo de la habitación con River en brazos. Camino hasta la que sería el dormitorio del bebé y está el dichoso cambiador. Él sigue lloriqueando hasta que lo tumbó y quito el pañal.
-Bien, bien, ya está. Se siente genial, ¿eh?
Pareciera que me entiende, porque se queda mirándome fijamente con los bonitos ojos en un azul grisáceo. Es un niño tan bueno que ni siquiera llora cuando le paso la toallita húmeda por todas partes y echo la crema contra las escaldaduras.
-¿Mamá lo hace bien?-Solo tuerce un poquito los labios y manotea. Abre la boca en un suave y silencioso bostezo que enternece cada célula de mi cuerpo-. ¿Quieres volver a dormir?
Vuelvo a cogerlo y mezo con lentitud. Su pequeña boca busca de inmediato mi pecho y ya sé qué es lo que debo hacer. Esta vez en lugar de ir a la cama, me siento con cuidado en la mecedora, me levanto la camiseta lo suficiente para que pueda agarrarse en el pezón y coma.
El dolor me hace fruncir el ceño y jadear, pero no me quejo y dejo que siga a lo suyo. Tarareo una canción que escuché que en algún momento Seth usó para dormir a Allyson y repaso con delicadeza su cara con la yema de mi dedo índice. En el poco tiempo que llevamos conociéndonos, ya sé que es la forma en que le gusta que lo acaricie para que se duerma, después, cuando ha acabado de comer, le gusta juguetear un rato más con el pezón hasta que lo deja para que pueda sacarle los gases.
-Muy bien, amor-Sigo haciendo lo que le gusta hasta que comienza a cerrar poco a poco los ojos-. Debe ser agotador acabar de llegar a un nuevo lugar, ¿eh?
Mis ojos también se sienten pesados a medida que sigo acariciándole y nos balanceo en la mecedora.
◊
Cuando abro los ojos estoy en la cama, River está a mi lado, en el colecho durmiendo plácidamente, y Seth al otro lado. Las persianas están bajadas, así que no estoy segura de la hora que es, pero no se oye un solo ruido fuera y Adam no parece estar por ningún lado. Toffee también está durmiendo, así que trato de moverme lo menos posible, asumo que Seth se ha ocupado de ella, por lo que vuelvo a acomodarme un poquito más en mi sitio y dejar que el sueño me venza.
Parece que solo han pasado unos pocos minutos cuando escucho el pitido de mi móvil al recibir un mensaje. Frunzo el ceño, dudando en sí es tan importante como para tener que levantarme, hasta que varios pitidos más se hacen eco en la silenciosa habitación. Temiendo que pueda despertar a Kiwi me levanto de inmediato y lo reviso.
De Adam (2:30 am):
Me he ido a casa.
De Adam (2:31 am):
Creo que lo mejor es que os deje solos hasta que sepamos quién es el padre.
De Adam (2:33 am):
Pero si es mío no pienso irme a ningún puto sitio.
Os escuché hablando hoy en la cocina sobre vuestra bonita familia y me sentí malditamente celoso, como si no perteneciera a ese puto lugar.
De Adam (2:35 am):
En cuanto puedas salir de casa, tenemos que hacerle la prueba a River y acabar con esta mierda ya.
De Alice (2:37 am):
Ok. Siento que te hayas sentido incómodo con lo que escuchaste.
Pienso en escribir algo más, pero lo borro de inmediato. Al fin y al cabo Seth y yo somos una pareja y Adam... Bueno, Adam era el posible otro padre, pero eso no significaba nada más. No quiere decir que si es el padre, Seth y yo romperíamos, seguiríamos tal y como estamos, pero con la diferencia de que Adam podría tomar decisiones sobre Kiwi, más no, en nuestra relación.
-Vuelve a la cama, amor-La voz somnolienta de mi novio me hace apartar la mirada del móvil y dejarlo a un lado tras apagar la pantalla.
Vuelvo a la calidez de la cama en un segundo y al siguiente me acurruco otra vez en los brazos de Seth que nuevamente me otorgan el confort suficiente para volver a dormirme, aprovechando que nuestro bebé descansa plácidamente a un lado de nosotros. El chupete se ha convertido en nuestro mejor aliado y el sonidito que emite cada vez que succiona es encantador.
-Adam se ha ido-Murmuro con los ojos ya cerrados-. Creo que está enfadado.
-Que le den-Dice Seth. Tiene la voz pastosa por el sueño, por lo que no sé si está enfadado o le da absolutamente igual como pueda sentirse Adam.
No digo nada más, primero, porque Seth está muerto de sueño y segundo, porque River está dormido al otro lado y no me perdonaría por nada del mundo el haberlo despertado.
A la mañana siguiente, y tras tener que levantarnos un par de veces más en medio de la noche, conseguimos que River duerma lo suficiente hasta las 8 am. Se ha levantado berreando y hambriento.
Toffee nos ha abandonado en mitad de la noche harta de escuchar al nuevo miembro de la familia y de que encendiéramos la luz. No la culpo en lo absoluto, si pudiera hacerlo lo haría sin dudar.
-Buenos días, kiwi-Digo casi en un susurro, acariciando su rubia cabecita. Él aprieta con sus diminutos dedos el otro pezón mientras que no me quita los ojos de encima. Es demasiado bonito-. ¿Has dormido bien?
Obviamente no obtengo respuesta de su parte, pero me encanta hablar con él.
-Mami te ama mucho, bebé. Eres maravilloso y muy bonito-No dejo que acariciar su cabeza y mofletes-. ¿Prefieres a Adam o a Seth? Creo que no te pareces mucho a ninguno de los dos.
Y es cierto, desde que lo tengo en brazos he tratado de encontrarle el parecido con alguno de ellos, pero no lo veo por ningún lado. Probablemente cuando la familia de alguno de ellos lo vea, encontrarán el parecido hasta en el blanco de los ojos.
El sonido de las llaves resuena en la silenciosa casa. Kiwi está volviendo a dormir después de haber comido y cambiando el pañal.
Escucho las pisadas de Toffee contra el parqué corriendo hacia el baño y después la voz de mi novio y su preciosa cara asomándose desde la puerta.
-Buenos días, amor. He traído tu desayuno favorito.
Después desaparece por la puerta. Escucho el ruido del agua correr y a Seth hablar un poco con Toffee. Me escabullo rápidamente de la habitación, aprovechando que kiwi está dormido, hacia la cocina, dónde veo la caja de bollos sobre la encimera. También hay dos vasos de café a un lado y aunque nunca he sido fanática el no haber podido tomarlo durante el embarazo hace que el primer sorbo se sienta de maravilla.
-¿Cómo sabías que me apetecían estos bollos?
Él simplemente me sonríe y besa la mejilla cuando pasa a mi lado. Toffee corre directamente a su plato de comida para desayunar también.
-Has estado pidiendo lo mismo durante los últimos meses de embarazo, así que asumí que te gustaría comerlo otra vez.
-Definitivamente sí-Doy un mordisco tras mis últimas palabras. La crema se escapa del bollo por todas partes y me mancha los labios y dedos-. ¡Dios! Amo esto.
Seth se ríe, pasándome una servilleta para que me limpie, pero como todas las veces anteriores la rechazo y chupo mis dedos.
-¿Adam no ha escrito?-Niego con la cabeza-. No le sentó bien la conversación de ayer.
-Está enfadado y a la espera de la prueba de paternidad. Podemos hacerlo hoy, me siento genial como para salir.
-Joder, claro que no. Después de un parto se necesita mucho reposo, mi hermana no salió de casa hasta que no pasó una semana y no volvió al trabajo hasta que Micheal cumplió un año.
-Quiero acabar con esto cuanto antes, Seth, estoy harta de vivir con la duda de quién es el padre y no poder decírselo a nadie, porque no quiero que mis padres crean que soy una zorra que folla con cualquiera y por eso no sabe quién es el padre de su hijo.
-Vamos, amor, no digas eso. Eres joven y estabas disfrutando de tu sexualidad como cualquier chica de tu edad.
-Supongo que tienes razón, pero aún así hagámoslo hoy, ¿Vale?
Seth solo asiente, apretando los labios. Estoy segura que quiere decir que no, pero a la vez no está dispuesto a llevarme la contraria y que esto acabe en una discusión y más porque después del parto me he vuelto mucho más sensible que antes.
-Vale. De momento podemos continuar la serie que estábamos viendo. River está lleno, limpio y dormido, así que tenemos un par de horas para nosotros antes de que comience a llorar otra vez.
Asiento de inmediato, caminando hacia el sofá. Seth se sienta a mi lado y coloca un cojín en sus piernas para que pueda tumbarme ahí. Gimo en el momento en que mi cabeza toca la almohada.
Lamentablemente nada más poner la serie no puedo evitar que se me comiencen a cerrar los ojos. El agotamiento más las caricias en mi cabello y cara hacen que comience a quedarme dormida.
En medio de mi ensoñación, descubro que me ese tipo de caricias me gustan tanto como a mi bebé y es la mejor forma de hacernos dormir.
Parece que solo han pasado cinco minutos cuando siento un suave zarandeo. Me quejo, dándome la vuelta en el sofá tratando de ignorar lo mejor que puedo a la persona que está susurrando en mi oído que me despierte.
-Odio tener que despertarte, amor, pero al parecer el pequeñín tiene hambre.
Me quejo nuevamente, pero esta vez sí abro los ojos. Frente a mí se me muestra la imagen más perfecta que alguna vez creí que podría ver. Seth lleva solo sus pantalones de pijama y tiene a River en brazos, el cual solo lleva el pañal. Tiene la cara ligeramente roja y un tierno puchero en los labios que amenaza con empezar a llorar en cualquier momento.
Se me derrite el corazón de inmediato. Estiro los brazos hacia mi bebé. Automáticamente busca mi pecho y yo sonrío.
-Definitivamente es mi hijo-Murmura Seth con diversión-. Ambos amamos tus tetas.
Ruedo los ojos, pero no puedo evitar reírme también, algo sonrojada debo decir. A pesar del tiempo que llevamos juntos, aún en ocasiones, sus comentarios obscenos me hacían avergonzarme.
-No digas esas cosas delante del bebé-Trato de regañarle, usando el tono más autoritario que puedo en medio del deleite que supone ver a River tranquilizarse en mis brazos.
-Ya tienes ese tono de madre, nena, pobre kiwi cuando se porte mal. No quiero estar en su lugar-Se burla un poco, con cierta ternura en su voz.
-Oh, vamos, tengo que mejorarlo mucho-Él niega con la cabeza, sentándose a nuestro lado-. ¿Crees que se parece a alguno de vosotros?
Seth vuelve a centrar la mirada en el bebé que sigue en mis brazos mamando como si no hubiera un mañana. Ya tiene los ojos cerrados, pero no deja de succionar.
-Creo que tiene tu nariz, aunque supongo que aún es demasiado pronto para saber a quién se parece realmente. Michael y Allyson parecían adoptados cuando nacieron y ahora el mocoso es idéntico a Ashley.
-Tienes razón, es demasiado pronto.
-Lo es, pero espero que se parezca a ti. Un mocoso con tus ojos y esa maravillosa forma de ser, sería increíble.
Sonrío, inclinándome un poco para poder besarle. Me devuelve el beso, uno suave y cargado de amor y cuidado.
No podemos seguir hablando, porque el sonido de llaves contra la cerradura nos calla de inmediato.
Adam ha vuelto.
-Espero que estéis listos para hacer la prueba y acabar con esta mierda.
Se ve totalmente distinto al Adam que había sido durante estos últimos meses y vuelve a parecer el capullo del principio del verano. De hecho, es evidente que ha estado bebiendo gran parte de la noche.
-Que te jodan, Soul, no tienes el puto derecho de irrumpir aquí con esa actitud de mierda-Espeta Seth poniéndose de pie para poder encararse a Adam-. Haremos la prueba, pero cuando Als pueda salir de casa, no cuando tú quieras.
-Esto nos urge a los tres, dejad de jugar a las casitas y moved el culo. Si no es mío, me iré a la mierda y os dejaré seguir siendo la parejita feliz sin tener que saber nada de mí.
Seth se ríe con ironía, acercándose aún más a él. Me apuro a sacarle los gases a Kiwi para poder de algún modo detener lo que podría convertirse en una pelea absurda.
-¡Gracias, Adam, eres tan jodidamente bondadoso!-La ironía se derrama en las palabras de mi novio-. Aunque sea tuyo nosotros seguiremos siendo una pareja y cuidaré del mocoso como si fuera mío. Seguiríamos siendo una familia y tú un intruso.
Está vez es el turno de Adam de reírse. No hay ni un poco de emoción en su risa y los puños apretados a sus costados lo hace más evidente.
-¿Eso crees, Walls? ¿Crees que seréis una familia feliz? River probablemente creerá que eres el capullo que ha jodido su hogar y por eso sus padres no están juntos. Serás el puto intruso.
Coloco a kiwi lo mejor que puedo entre varios cojines para que no vaya a caerse y me apuro a intentar detenerlos antes de que esto se ponga más feo.
-¿Os estáis escuchando? Estáis siendo unos imbéciles ridículos-Me posiciono en medio de ambos, extendiendo los brazos para separarlos lo máximo posible-. Adam tiene razón, voy a vestirme y vamos a ir ahora mismo a hacer la prueba, no tiene sentido retrasarlo más. Es hora de acabar con esta mierda.
◊
Me duché lo más rápido que pude y alisté el bolso de kiwi, no sabía que más podría necesitar a parte de pañales y lo necesario para por si lo ensuciaba. También un par de baberos y poco más. Arreglar a River es fácil, coopera bastante bien y no llora para nada, pero el hecho de que sea tan pequeño y tener que sacarlo a la calle a penas un par de días después de que haya nacido me ponía los nervios de punta.
-¿Estás seguro de que con esta ropa estará bien abrigado?-Pregunté con nerviosismo-. Es aún muy pequeño... Tal vez no tendría que salir todavía.
Adam rodó los ojos, pero me sonrió.
-No seas dramática, estará bien. Los críos son resistentes-Había dicho él, pero por otro lado no confiaba en su palabra en lo absoluto, porque él sabe lo mismo de bebés que yo.
-Estará bien, nena-Confirmó Seth, dándome un suave apretón en el hombro.
Cogí al bebé en brazos para colocarlo en el carrito. Los tres habíamos tardo un siglo y medio en descubrir como plegar el carrito y poder meterlo en el maletero del coche. Así que ahora era mucho más fácil.
Llegamos a la clínica unos veinte minutos después y ahora estábamos esperando a la prueba estuviera lista. River lloro cuando le metieron el bastoncillo en la boca y la única forma de calmarlo fue dándole de comer.
Seth y Adam están a ambos lados y no han abierto la boca para nada. Están nerviosos y no son los únicos, él más tranquilo de todos es River y lo envidio demasiado porque no tiene ni idea de lo que está pasando en este momento.
Nos dijeron que tardaría un día y que podían enviarla a casa. Por un momento se me olvidó la dirección de donde vivimos y tuve que mantenerme callada unos segundos. Extrañamente estaba más que nerviosa.
Según Seth sea cual sea el resultado nada cambiaría entre nosotros, pero todos sabemos que si cambiaría. Tal vez se abriría una brecha entre nosotros y no tendríamos manera de salvar nuestra relación.
La sola idea me daba ganas de vomitar.
Adam se fue a casa después de la prueba y no volvió a dar señales de vida más que para preguntar a qué hora debería de estar en casa para saber los resultados.
Seth y yo no volvimos a tocar el tema, pero hacía que el ambiente se sintiera pesado y denso. Estaba deseando, a medida que avanzaba el día, que se acabara de una buena vez. Por otro lado el tener a River hacía que estuviéramos bastante entretenidos.
-¿Está bien el agua? ¿No estará demasiado fría?-Había preguntado yo varias veces, porque íbamos a darle su primer baño a River-. O demasiado caliente.
Seth me había mirado con comprensión y besado en la mejilla. También sonrió y procedió a desvestir a River.
-Quédate tranquila, amor, está bien el agua.
Me preparé mentalmente para escucharle llorar y hacer todo un escándalo por el contacto con el agua, pero al contrario de lo que creía, se lo tomó bastante bien. Se dejó hacer y hasta pareció disfrutarlo. Seth y yo respiramos más tranquilos una vez lo tuvimos limpio, vestido y alimentado. Se durmió al instante en que comió y nos dejó cenar tranquilos.
-Ese Aro es un idiota-Comentó Seth, sim quitar la vista de la pantalla-. Deberían dejar que Edward le dé una paliza.
-Edward no podría con él. Emmett sin duda podría hacerlo mejor, es genial.
-Bueno, si, concuerdo con eso. Es más fuerte, sin duda.
Después seguimos hablando sobre como de sobrevalorado están Edward y Jacob y que probablemente Emmett y Jasper son mil veces mejor. Coincidimos en eso totalmente.
Vimos parte de la saga hasta que nos quedamos dormidos. Kiwi no lloró hasta las 3 am y después otra vez a las 5 am y durmió hasta que el timbre hizo que el bebé comenzara a llorar, lo cual nos despertó a todos.
Seth se encargó de recibir el correo y posteriormente de avisar a Adam de que ya teníamos las pruebas en mano.
-¿Entonces? ¿Vas a decirlo ya?
Todos estábamos nerviosos y las manos me temblaban cuando intenté abrir el sobre. Tenía las pruebas y nuestro futuro en las manos.
Me salto todo el relleno en la hoja hasta llegar a lo más importante. Respiro hondo por primera vez desde ayer antes de poder hablar.
-Adam, tú no eres el padre.
Hola, hola, aquí vuelvo con un capítulo nuevo que espero que os guste.
Ante todo quiero disculparme por el retraso y prometo no volver a tardar tanto.
Nos leemos en un próximo capítulo, dejadme saber en los comentarios que os parece el capítulo.
Un besazo (:
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top