𝟐𝟎 ☾
Cayó al suelo por quinta vez consecutiva, había caído ya tantas veces que hasta comenzaba a acontumbrarse al picor que el verdoso césped producía al estar en contacto con su piel.
—Debes poner más fuerza en las rodillas y en las manos. Debes mejorar tus movimientos de defensa, recuerda que no debes solo depender de tu buen manejo de Kosei.
También era la quinta vez que oía las mismas palabras.
Futōmeina se levantó con lentitud y limpió la suciedad de su ropa de entrenamiento, y también sacó algunas ramas y hojas de su cabello, atado en una pequeña coleta baja.
—De acuerdo, vamos de nuevo Oto-san.
Eraserhead ocultó la sonrisa que bailaba en sus labios, pues no lo admitiria ni aunque lo arrojará de lo alto de un edificio, pero para él, ser llamado de aquel modo podría hasta ser capaz sacarlo de su adorada bolsa de dormir.
—Bien, prepárate —el héroe profesional se volvió a colocar en posición de defensa.
Al igual que la joven de cabellos albinos y ojos de lunas, quien colocó las palmas abiertas, un brazo recogido y otra extendida frente a ella. Esperando el primer movimiento de su padre.
Aizawa se movió con experiencia y habilidad, dando un salto dio un giro en el aire para dar una patada a su hija de forma directa, en cambio Tsuki cruzó los brazo frente suyo para protegerse, luego en el comentó en que su padre tocó el suelo y tenia la intención de ensestarle un golpe, dio un giro de lado y sujetó el brazo extendido del héroe, quien tratado de liberarse del agarre utilizando el otro brazo.
Futōmeina no tuvo más opción que soltar el brazo del hombre y no fue lo suficientemente rápida para detener el golpe que dio en su pecho y la hizo caer de nuevo.
La sexta vez que lo hacía,
La aspirante a heroína, gruñó por eso y observó como el héroe se acerca con la respiración algo rápida y le ofrecía ayuda para levantarse.
—Has durado más que las otra veces —felicitó a su modo él perezoso docente, mientras observaba a su hija fruncir las cejas—. Pero no lo suficiente como para ganar lo acordado.
Shouta sonrió al recordar las palabras de su pequeña, de que si ella logrará aunque sea una vez echarlo al suelo, él tendría que prepararle Ramen para la cena y además debía permitir de nuevo a sus amigos quedarse a dormir.
Acción que el héroe profesional había prohibido desde la vacaciones, pues cuando había vuelto al día siguiente del que había dejado a los cuatro adolescentes a cargo de su departamento, se había hallado con la cocina quemada y las habitaciones llenas de espumas de lavadora.
El héroe no se quizo preguntar qué había pasado porque de todos modos, colgaria a sus tres alumnos y su hija de un árbol.
—El trato consistía en tan sólo hacerte caer una vez —murmuró la menor haciendo que el hombre dejara sus recuerdos de lado—. Y lo he conseguido.
Antes de que Aizawa pudiera reaccionar sus piernas habían sido encarceladas por las de su hija, que las movía de forma brusca hacia un lado consiguiendo que el cuerpo del mayor se desplomara en el suelo.
Eraserhead tan sólo quedó allí tirado observando como su hija sonreía feliz por haber ganado aunque sea una vez.
Había caído en su trampa completamente.
—Ahhgg
Futōmeina se quejó al dar un estirón a su cuerpo, escuchando como algunos de sus huesos tronaban. Sentía todo entumecido y sin energía.
Maldijo el momento en que había aceptado a su padre, entrenar junto a él por las mañanas. Aunque sonrió al recordar en cómo lo había engañado aquella mañana.
—¡La semana del Festival Deportivo se acerca! —escuchó a su docente decir, mientras peinaba sus rubios cabellos como todo una estrella del rock—. ¡Está vez, los encargados de narrar la maravillosas acciones de ustedes estudiantes, serán el héroe calmado y serio Cementos! —apuntó hacia la puerta que se abría y detrás suyo aparecía el héroe mencionando saludando con una diminuta sonrisa—. ¡And me, su apuesto y sexy docente principal!. I want to hear a cry of joy, say Yeeaahh!
Present Mic levantó ambos brazos y sonrió esperando oír el entusiasmo de sus estudiantes pero tan solo algunos siguieron su juego.
Pues para los alumnos de la Clase 2-A el festival deportivo de este año, no sería como la del año pasado, en donde todas las miradas estaban puestas en ellos por ser de primero. Estaban seguros que este año no sería diferente y los nuevo alumnos de la Yūei serían los que acapararian toda la atención.
Pero aquello no le importaba a un energético estudiante de ojos azules, quien siguió la acción de su profesor y victoreo con los dos brazos alzados.
—¡Esa es la emoción Togata-kun, deberían aprender de su compañero! —dijo para los demás Yamada sin borrar su sonrisa—. Deberían estar más entusiasmados, este año los nuevos héroes que debutaron irán a verlos.
Aquello causó la curiosidad de los demás alumnos que empezaron al sentir el brillo de entusiasmo que su rubio compañero transmitía.
—¿Los nuevos héroes, en serio?, eso suena genial —habló un alumno a otro quien asintió feliz—. ¿Quién crees que irá?. Lavalady, Deadlyshine —así siguió citando a heroínas que eran consideradas las más candentes de todas.
Hasta que su amigo nombró a la Winter Heroine que había debutado ese año y ya había causado furor en todos lados.
Pero antes de seguir hablando de quella heroína Cementoss los había interrumpido para siguir explicando sobre los detalles del festival deportivo.
Los murmullos se oían en todas partes al igual que el sonidos de las pisadas y risas de la multitud.
Se podía notar a las personas adentrándose y dirigiéndose a las graderías para tomar el mejor asiento posible para poder disfrutar de los próximos juegos, protagonizados por los estudiantes de la Yūei.
Aunque la instalación en donde se llevaban a cavo el torneo de los crusos superiores no fuera tan grande como la de los del primer año, aún así era una gran ubicación llamativa para muchos héroes que iban para presenciar a los estudiantes de todos los grados desempeñar su potencial de habilidades en distintas competencias para así captar su atención.
Como había dicho Present Mic, Cementoss y él serían los comentaristas y No. 13 y Vlad King se encargarían de supervisar las distintas pruebas.
Ya por iniciar los alumnos de los diferentes departamentos de la U. A. fueron llamados al centro del estadio.
—Mmgg, probando... Uno...dos.. —la tierna voz del director se escuchó por los altavoces, mientras una de sus patitas daba unos suaves golpecitos al micrófono que apenas alcanzaba—. Esto está muy alto....ahh..gracias.. —murmuró luego de que No. 13 lo ayudará a bajar el atril del micrófono—. Sean bienvenidos queridos espectadores, héroes y docentes. Pero sobre todo, bienvenidos jóvenes estudiantes de los cursos superiores —habló mientras levantaba una de sus patas y señalaba a los estudiantes reunidos frente a la tarima en donde estaba parado—. En este día se llevará acabó el Festival Deportivo de U. A.
La multitud dio un aplauso vivo por aquello, demostrando su entusiasmos al comienzo de las competencias.
—Será la oportunidad de demostrar sus talentos y fuerzas a los héroes profesionales —Nezu habló con seguridad y calma—. Pero lo más importante.
Todos los estudiantes y aún más los de la Clase-A oían con atención las palabras del director de la Academia.
—Serán capaces de demostrarse a ustedes mismos, el fruto de su esfuerzo y dedicación en todo el largo tiempo que han pasado en la Yūei —sonrió y sus orejas se movieron un poco demostrando lo emocionado que se encontraba—. ¡Así que, queridos estudiantes, den lo mejor de ustedes en cada prueba que deban enfrontar y que este festival sea uno de los mejores! —levantó ambas patitas con energía pos sus siguientes palabras.
—¡Plus Ultra!.
Palabras que encendieron la chispa del estusiasmo tanto en los alumnos de la U. A., como en los espectadores.
—¡Aquí tengo una!
Se oían los gritos y los fuertes ruidos que producían dos o tres koseis chocando entre así.
—¡Mantela a salvo!.
Ruidos que eran prueba de que la primera fase del festival deportivo había iniciado.
Tsuki se encontraba esquivando los diferentes ataques que sus contrarios le lanzaban.
Notó una bola de lodo dirigirse hacia ella con rapidez, así que utilizó su Kosei para crear un escudo de energía de forma ovalada, que contuvo aquel conjunto de lodo. Luego observó a dueño de aquel ataque a unos metros suyo, creando dos enormes bolas de lodos más y estando a punto de lanzarlos.
Pero ella fue más rápida y aún manteniendo aquella bola de lodo en su esfera de energía la hizo levitar y la lanzó hacia su dueño, liberandola al segundo de que se estrellara con el estudiante, quien no pudo reaccionar y terminó recibiendo su propio ataque.
—¡Bien hecho Tsuki-chan!.
Escuchó la voz de su rubio amigo quien había sacado su rostro del suelo, asustando a un equipo de contrarios.
—Ups —Mirio volvió a meter su cabeza dentro de la superficie al activar su Kosei y luego de un segundo la desactivó para salir frente a ellos y encestarle unos golpes dejándolos fuera de combate.
Aunque a las chicas ya las había dejado afuera al tan solo salir completamente desnudo del suelo.
—Mirio-kun, vístete —lo regaño la albina sin voltear a verlo mientras le pasaba su traje de gimnasia.
—¡Ahhh, lo siento! —rió avergonzado mientras comenzaba a vestirse—. ¿Qué tal vamos? —preguntó al ya terminar de ocultar de nuevo sus partes íntimas, aunque sabía que sólo sería por un corto tiempo pues debía seguir utilizando su Kosei para defender su objetivo.
Futōmeina volteó y le mostró las tres banderas que tenía en la mano.
—Hasta ahora hemos obtenido tres banderas, serian cuatro con la nuestra —dijo sonriendo al ver a su amigo celebrar.
La primera etapa del festival deportivo, consistía en caza de banderas. Los alumnos se dividían en un grupo de cuatro miembros y competían contra todos para cazar la mayoría de banderas posibles, y sólo se les entregaba una bandera a cada equipo.
Por lo cual aquel que se quedara sin ninguna sería descalificado al terminar el tiempo.
—Eso es genial —habló el rubio con una sonrisa—. ¿Dónde están Tamaki y Nejire?.
Preguntó, pues los cuatro habían tenido la suerte de tocar juntos o más bien, Nejire se había encargado de reunirlos rápidamente al oír que ellos serían los que escogerían a los miembros de su equipo.
—Han quedado a defender la bandera —explicó hasta sentir el suelo temblar y ver que unas lianas salían de ella e intentaban someterla.
Pero había podido esquivarlas y quedar junto a su compañero, quien se había puesto en guardia, listo para otra sesión de combate contra otro grupo contario.
Mientras que frente a ellos se hallaban tres alumnos, uno de al parecer quirk elástico, pues sus brazos eran muy alargados y se arrastraban por el suelo. Mientras que otro tenía los dedos hechos de alargadas ramas de árboles y también estaba la muchacha de la lianas.
Tamaki se protegió de un ataque de un estudiante contrario, conviertiendo su brazo en una gran almeja y luego lo sujetó a él y sus compañeros con su otro brazo convertido en tentáculos, y los movió con fuerza hacia arriba lanzandolos hacia donde Hado volaba y lanzaba ondas de choque con su Kosei.
La muchacha de cabellos celestes, había notado el movimiento de su compañero y no dudo en atacar a aquellos que intentaban robar su bandera, cargado en sus brazos su energía los lanzó lejos de su zona, dejándolos fuera de combate.
—¡Bien hecho Tamaki-kun! —felicitó al chico de orejas puntiagudas quien sonrió con timidez.
—También lo hiciste bien...Nejire-chan —contestó y luego dio un suspiró cazador, defender la bandera de su equipo de constantes ataques sin duda no era tarea sencillas, sería mejor si Futōmeina y Mirio volvieran junto a ellos—. ¿Puedes ver algo de ellos? —preguntó a su curiosa amiga que aún levitaba sobre el lugar.
Pero volvió a suspirar al verla negar luego de unos minutos, comenzaba a preocuparse pues desde hace varios minutos sus dos amigos había partidos en busca de otras banderas para asegurar su victoria.
Amajiki tan sólo esperaba que ambos se encuentren bien y sigan dentro del examen.
—Tks...
Tsuki soltó una queja por haber sido capturada por aquellas ramas que su contrincante utilizaba, la había sujetado del brazo izquierdo por un descuido y ahora no podía librarse.
—¡Tsuki! —Mirio quizo ir a ayudarla pero la voz del chico lo hizo detenerse
—¡No te muevas, ni trates de utilizar tu particularidad, la lastimare hasta que no pueda mover el brazo! —habló el chico de piel marrón al igual que ojos, ya casi agotado pues tan solo quedaba el, ya que sus compañeros había sido derrotados por ambos alumnos de la Clase 2-A —Entrega las banderas y la dejare libre.
Togata no haría semejante cosa, sabía que su amiga podría librarse si utilizaba su Kosei pero como la había oído antes de que todo comenzará, deseaba reducir lo mayor posible su uso, pues aún quedaba más pruebas por pasar. Observó a los hermosos ojos de luna de Tsuki y sus mismos orbes zafiro se iluminaron.
—¡De acuerdo, pero dejala libre! —respondió luego de unos minutos acercándose con las manos en alto hacia el otro muchacho, hasta ser sujetado también de pies y brazos por quellas ramas, y como había prometido no utilizó su Kosei.
El joven de las ramas le arrebató las banderas con una de las ramas de sus brazos con una sonrisa victoriosa, y luego se dispuso de hacerles pagar por haber dejado a sus compañeros fuera de combate. Pero antes de que pudiera mover un dedo Mirio volvió a hablar.
—Aunque dudo que ella misma no pueda librarse —murmuró con una sonrisa de lado pintado en sus labios.
Y justo en ese momento la pierna de Tsuki había atravezado su cabeza gracias a su Kosei de permeabilidad y había dado justo con el rostro del otro estudiante.
Lanzandolo lejos de ellos y tumbandolo al suelo.
Mirio había notado la mirada cómplice de Tsuki y siguió con sus indicaciones, hasta el momento en que la vio por el rabillo del su ojo actuar, pues al estar distrayendo al muchacho, la albina tuvo lo opotunidad de realizar una patada, pues sus piernas se encontraban libres, y gracias al buen manejo de Mirio sobre su Kosei, había atravezado su cabeza y le había dado de lleno al muchacho.
Un movimiento que por suerte había salido bien.
El chico cayó inconciente y sus brazos volvieron a la normalidad dejando libres a los dos amigos que sonrieron con entusiasmo a lo sucedido.
—¡Eso estuvo genial! —chilló Togata con fervor, mientras abrazaba a su amiga, quien reía por su actitud.
La hija de Eraserhead tan solo despeino los cortos cabellos de su mejor amigo y luego volvió a sujetar las banderas que habían caído al suelo.
—Será mejor volver, hemos tardado mucho y no podemos dejar a Nejire y Tamaki sólos defendiendo la bandera —habló con tranquilidad observando a su amigo asentir con una mirada y sonrisa radiante que le produjo una sonrisa más grande.
Debían seguir esforzándose para sí poder seguir mejorando.
—¡Y luego la patada de Tsuki-chan atravesó mi cabeza y le dio directo en el rostro! —explicaba el rubio aspirante a héroe con las manos en movimiento constante, mientras trataba de describir lo mejor que podía aquel momento—. ¡Lo dejó inconciente, en serio fue increíble!.
Futōmeina reía de forma nerviosa por la energía con la que su amigo contaba a sus demás compañeros, también se encontraba feliz de que aquel inconciente movimiento haya funcionado bien.
Aunque en su mente aún agradecía al cielo de que Mirio haya sido capaz de hacer intangible tan solo su cabeza por unos cortos segundos, ya que, de no haber sido así. El pobre hubiera recibido una potente patada en la cabeza.
—¡Eso se escucha genial Mirio-kun, Fumei-chan! —los felicito Hado tan emocionada como el rubio.
Tamaki se encontraba sentado en los asientos de espera para el comienzo de la segunda etapa, mientras se terminaba la breve pausa que Present Mic había anunciado luego de que el tiempo del primer encuentro llegará a su fin.
El muchacho observaba a sus tres amigos charlar con alegría, notando a la joven albina reír con facilidad frente a las ocurrencias de su mejor amigo. Algo que amargó su garganta y lo hizo querer alejarse por unos minutos.
—Felicidades Mirio, Tsuki-chan...hacen..un buen aquipo —murmuró levantándose y ocultando sus mejillas teñidas de rosada claro—. Iré...a los vestidores...ya, ya vuelvo.
Y a pasos rápidos se alejó del lugar perdiéndose en la puerta que daba al pasillo y dirigía a los vestidores.
—¿Tamaki-kun? —murmuró Tsuki con preocupación tratando de ir tras el, pero su rubio amigo la detuvo diciendo que él iría a verlo, tranquilizandola con una dulce sonrisa para luego ir por donde el muchacho de cabellos oscuros había ido.
Tan solo le quedó suspirar y esperar que todo esté bien.
—No te preocupes Fumei-chan —escuchó a su mejor amiga decir, mientras le regalaba una sonrisa comprensiva—. Tan solo debe estar agotado, pues ha dado todo su esfuerzo en defender la bandera.
La albina sonrió y asintió dándole la razón.
—¡Ahora que recuerdo, Tamaki y yo también hicimos algo genial! —el entusiasmo arrasador volvió a los ojos azules de Nejire mientras se disponía a contar en cómo habían mandado volar al grupo de contrarios que habían intentado tomar su bandera.
Mientras era oída por Futōmeina, quien había dejado de lado el asunto de sus dos amigos.
—¡Tamaki, oye espera!.
Mientras tanto Togata había alcanzado a su mejor amigo en medio del pasillo.
—¿Qué sucedió haya afuera? —preguntó con curiosidad a la extraña acción de su amigo—. ¿Tienes algún problema, o sucedió algo malo?.
Amajiki tan solo negó y no se despegó de la pared a la que estaba pegado su frente, dándole aún la espalda a su rubio amigo. En cambio Togata tan solo pudo suspirar y recostar su espalda en la pared cerca de su mejor amigo, mientras pensaba que pudo causar el cambio en él.
—Acaso... —murmuró mientras volteaba a observarlo con sus ojos azules llenos de curiosidad—. ¿Has tenido problemas con Kagayaku-san?.
Al oírla el de orejas puntiagudas negó con rapidez y sentía sus orejas arder a igual que su rostro.
Mirio volvió a suspirar, todo lo que preguntaba, el muchacho lo negaba, observó el techo por unos minutos hasta que en su cabecita dorada una idea iluminó su mente.
—¿Fue con Tsuki-chan?.
Sus ojos fueron testigos del cambio de actitud de su mejor amigo al mencionar a su compañera de clase, frunció las cejas tratando de comprender la situación. Tan sólo se quedó allí observándolo, viendo cómo despegaba su rostro de la pared y también se colocaba de la misma forma que él, con la espalda pegada a la pared y la vista en el suelo.
Amajiki sabía que su amigo no lo dejaría libre hasta que explicara lo que sucedía.
Pero ni el mismo lo sabía.
Tan solo era testigo de aquellas extrañas sensaciones que se producían en él, al ver los constantes acercamientos o momentos entre Mirio y Tsuki.
—Me...siento extraño Mirio —murmuró con la vista puesta en sus calzados deportivos que movía constantemente—. Siento...un ardor y...picor en...mi pecho al...verla —susurró sintiendo sus mejillas calientes y sus manos temblar.
El rubio examinaba los gestos de su mejor amigo ya suponiendo a dónde iba todo esto, sólo un débil suspiró y desordeno sus cortos cabellos dorados, para también llevar su vista azulada al suelo.
—A ti... —el tono con el que había hablado se oía serio, aquello había hecho levantar la mirada de Tamaki y hacerla posar en él, quien también lo observó directamente—. ¿Te gusta....Tsuki?.
Aquella pregunta causó en el joven de desordenados cabellos oscuros una explosión de emociones, y también que unos pequeños recuerdos de los momentos que había pasado con Futōmeina llegarán a su mente.
Cada agarre de mano, cada silenciosa sonrisa regalada, cada miradas compartidas.
Tuvo que recostar su cabeza en la pared y cerrar los ojos para no marearse por tantos pensamientos que tenía en la cabeza. Mientras sus manos temblaban como si tuvieran frío al igual que su cuerpo.
Pero.
Todo aquello se detuvo al volver a oír a su mejor amigo hablar.
—Crei... —se tomó su tiempo pues no quería causar más confusión en su amigo, pero tampoco quería no recibir una respuesta a su anterior pregunta—. Creí que te gustaba....Kagayaku-san.
Al oír aquel nombre Amajiki abrió los ojos al instante, era cierto, a él le gustaba Kagayaku Taiyō, la prima de su mejor amiga.
Desde el primer año, aquella que solo había llamado su atención, y había hecho que la observará desde el primer día de clases donde la vio hablando con la demás compañeras de clases, con aquella brillante sonrisa y sus bonitos ojos dorados.
Era cierto, a él le gustaba Kagayaku.
Pero, y los momentos con Tsuki.
¿Eran sólo eso?, ¿tan sólo eran momentos?.
—Tamaki —la voz de Mirio lo hizo volver en sí—. ¿Quién te gusta en realidad?.
El nombrado levantó la vista y dejó sus ojos oscuros en los azulados de su amigo, mientras su corazón daba un retumbar que según el había sido más en forma de queja que de aceptación a sus siguientes palabras.
—Me...gusta...Kagayaku... —murmuró con debilidad pero luego ignoró las dolorosas palpitaciones en su pecho—. Me gusta Taiyō-chan —dijo esta vez con voz calmada y en un tono normal mientras seguía observando a su mejor amigo, esperando una reacción de su parte.
Pero la reacción del rubio no fue la esperada.
—Me alegra oírlo —una sonrisa se dibujo en sus labios y sus hermosos orbes de zafiros brillaron suavizando su mirada, que estaba aún dirigida a su amigo, estando listo para seguir hablando.
—Pues a mí si me gusta Tsuki.
Nota de la Autora:.
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Hola....
Jaja no tengo nada que decir, tan solo que he quedado dolida como ustedes.
Jaja espero que les haya gustado y que disfruten del capítulo, pues lo bueno esta por llegar!!.
Gracias por leer!!
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