𝟏𝟗 ☾
Los murmullos en los pasillo no se habían disminuido, al contario habían aumentado.
La estudiante de la Clase 2-A, de cabellos blanquecinos caminaba hacia el aula de los de primer año de Aspirantes a Héroes. Llevaba en la mano una carpeta de color amarilla, que archibaba en ella unos papeles de su padre. Que había olvidado en la mañana.
Así que había decidido entregárselo.
—¡Ahh, Tsuki-chan! —el grito conocido la hizo voltear, notando al héroe profesional rubio de Kosei sónico—. ¿Qué haces por aquí Little moon? —dijo el maestro titular de su clase.
Futōmeina era conocida por el héroe desde que comenzó a vivir con Aizawa, y siempre la había considerado como la sobrina que siempre deseo. Y de ese modo el podía ser el genial y apuesto tío, según él.
Aunque cada vez que lo dijera frente al amargado padre de la albina, este lo envolvía con sus cintas por no querer escuchar sus estupideces.
—Present Mic-sensei, estamos en la Academia. Debe actuar más serio —susurró con una dulce sonrisa al mayor mientras mostraba la carpeta que llevaba—. Aizawa-sensei olvidó su carpeta en casa, y he venido a entregarla.
El rubio hizo un gesto de pensar mientras observaba a la albina, comprendía a lo que se refería la estudiante.
—Has crecido tanto —murmuró con un gesto lastimero que claramente era finjido.
La albina suspiró aguantando una pequeña risa, mientras negaba la actitud tan extrovertida de su tío.
—En fin, no podrás darcelo en este momento —aquella frase produjo desconcierto en la de cabello blanco—. El timbre a sonado, debes ir a tu clase ahora —no dejó que la muchacha se quejara ya que la empujó con cuidado hacia por donde había venido—. Tienes razón ahora sere más responsable. Y ninguno de mis estudiantes debe faltar a clases.
—Pero... —Futōmeina quizo hablar pero no pudo, así que tan sólo suspiró.
—¡Go on, go on, study, Yeaahh! —escuchó a su profesor gritar con un entusiasmo, tan raro como lo que acaba de pasar.
Sin nada más que pueda hacer, volvió por sus pasos, subiendo las escaleras a la segunda planta en donde se encontraba los salones del segundo año. Pero algo extraño sucedía, cuando subía los escalones oía los murmurós y susurró de los demás alumnos.
Otro rumor, pensaba la albina mientras seguía con su camino, notando algunas miradas curiosas de los demás estudiantes de la U.A.
—Las propiedades asociativa, conmutativa, y distributiva del álgebra son propiedades que se usan comúnmente para simplificar expresiones algebraicas —habló el héroe profesional Cementoss mientras escribía en el pizarrón—. Querrás tener un buen entendimiento de estas propiedades para hacer problemas algebraicos más fáciles de resolver.
Algunos alumnos estaban a punto de caer dormidos por las clases de matemáticas que se encontraban teniendo, otros en cambio estaban comúnmente y se encontraban tomando nota de las explicaciones del docente.
Y otros tan solo pensaban en las clases de Héroes que tendrían en la tarde.
Tsuki dejó su bolígrafo aún lado, suspirando y observó por unos instantes a su alrededor. Notando a su rubio amigo mover las piernas constantemente, mientras en sus labios había una sonrisa brillante.
La albina sonrió divertida, sabía que la causa de eso eran las clases de la tarde que tendrían junto a Present Mic.
Por otro lado observó a su mejor amiga a punto de caer dormida en su mesa.
Volvió a su escritura mientras llevaba su mirada a la ventana junto a ella, al hacerlo, notó el reflejo de un muchacho de cabellos alborotados y orcuros, con oregas puntiagudas. Observandola con curiosidad y timidez.
Futōmeina sonrió en el momento en que sus miradas se encontraron por medio del cristal de la ventana, produciendo un sonrojo y la huida del muchacho. Sonrió aún más por aquella acción y se dedico de nuevo a atender a clases, solo que esta vez con una pequeña sonrisa dibujada en sus labios.
—Nejire-chan —llamó la joven de Kosei lunar, mientras ambas se encontraban junto a sus amigos, vistiendo sus trajes de héroe y observando el combate de sus otros compañeros—. ¿Tienes idea de que trata los nuevos rumores?.
Su mirada curiosa se volvió una acusadora, al ver a su amiga de cabello celeste cielo sonreir con misterio.
—Quizas si, quizás no —bromeó la estudiante de segundo año mientras se alejaba para no caer en el interrogatorio de su amiga.
Tsuki suspiró y tan solo le quedó acercarse a Present Mic que la había llamado.
—¡Bien, ahora será el turno de Yumaki-san y Futōmeina-san! —habló con una gran sonrisa el héroe rubio, mientras formaba con una de sus manos el gesto de "rock" —. ¡Ready, start!.
La estudiante de nombre Yumaki se movió al instante y comenzó a correr hacia la albina, mientras que levantaba las manos y dirigía lianas que salían del suelo hacia su oponente. Tsuki esquivo las lianas y concentrando en una de sus manos una fina capa de energía lunar en forma alargada y puntiaguda la corto, mientras se alejaba y esquivaba los continuos ataques de la otra muchacha.
Su oponente se detuvo y junto sus manos para luego hacer crecer unas lianas esta vez con espinas y más gruesas.
—¿Kosei de tipos liana? —murmuró mientras que daba un salto esquivando dos lianas para luego intentar cortarlas pero no lo logró.
—Te tengo —sonrió la de Kosei de lianas y dirigió su ataque de nuevo hacia la albina, pensando que esta vez podría apresarla.
Pues de eso trataba el combate, entrenamiento de captura, pues como había explicado Present Mic con anterioridad, un héroe no sólo salva vidas en peligro, ni vence a villanos.
Un héroe completo debe ser capaz de capturar al villano, sin la mayor destrucción o caos posible.
Y de eso trataba esa clase.
La muchacha de la lianas, había pesando en que ya tenía a la ojos de luna rendida, pero grata fue su sorpresa al ver que sus dos cruesas lianas con espinas caían al suelo cortadas en pequeños trozos.
—¿Como?...
Quizo preguntar pero comprendió al ver la energía azulada que corría con más intensidad por el brazo de Futōmeina, en forma de una cuchilla que se firmaba desde su codo hasta pasando sus dedos.
La estudiante sí había sido sorprendida por no poder cortar aquellas lianas más gruesas, pero aquello no la detuvo, pues controlando perfectamente su Kosei de energía, aumentó en tan sólo unos segundos su cantidad y logró cortarlo sin problema.
—Su manejo de Kosei es sorprendente —murmuró uno de sus compañeros con emoción, al ver cómo la energía lunar brillaba de forma tenue pero aún así era potente y manejable.
La joven de la lianas frunció el ceño y decidió jugar su truco bajo la manga. Levantó el brazo y al rededor de la zona en donde era el combate, varias lianas de diferentes tipos salieron.
—Ahora verás.
Dicho eso todas fueron directo hacia la albina desde todas las direcciones rodeandola.
Tsuki, sorprendida por su rapidez, decidió que sería mejor elevarse para poder cortarlas con mayor facilidad pues si seguía en el suelo, las lianas la atraparian, pues no sabía desde que parte del suelo podrían salir.
Intento elevarse pero tan solo llego unos metros, abrió los ojos al límite comprendiendo el porque.
Su traje, consistía de almacenamiento extra para cuando la energía lunar que ella almacenaba en su cuerpo llegue casi al límite, además contaba con guías o canales para que dicha energía recorriera su traje y pudiera utilizarla con mayor precisión y sencillez. Pero esa mejora tan solo había sido hecha de la cintura para arriba.
Lo que causa que sus pies no tuvieran la energía corriendo por ella y dificultará el poder elevarse, cosa que aún se encontraba aprendiendo.
—Rayos —se regaño por no haber hecho esa mejora, tan solo teniendo la opción de utilizar más su energía y cortar aquellas lianas.
Esperaba su turno para ser atendida en el taller de Power Loader para mejorar y rediseñar su traje de héroe, se encontraba distraída observado a los diferentes estudiantes del departamento de apoyo, trabajar e ir de un lado a otro con piensas metálicas o diferentes elementos.
—Siguiente..
Volteo al oír la fierte voz del héroe, notando que ya era su turno se acercó a él con su traje en mano, se había cambiado luego de culminar la clase.
—Buenas tardes Sensei, he venido porque necesito su ayuda con mi traje —habló con amabilidad mientras entregaba su traje y el héroe la inspeccionaba.
—¿Quieres hacer algún cambio? —preguntó, pues todo estaba en orden en aquella vestimenta, la vio asentir, así que sacó una hoja de papel y dibujo el traje—. ¿Qué deseas agregarle?.
Futōmeina lo tenía pensado desde su combate contra su compañera.
—Si es posible, quisiera colocar los mismos conductos de energía de la parte superior, en la parte inferior —exclico mostrando la zona por donde corría la energía lunar.
El héroe asintió comprendiendo.
—Eso es sencillo —contestó con calma, mientras examinaba los material que componían el traje—. Necesitaré una muestras de tu Kosei, para poder crear un materia que tenga la capacidad de aguantarla.
La aspirante a héroe creó una pequeña energía y estaba a punto de colocarla en una capsula que el docente le había pasado, pero de repente un estudiante de cabellos color menta se posó frente suyo, asustando tanto al docente como a ella.
—¡¿Cuántas veces te he dicho que tienes estrictamente prohibido teletransportarte aquí Chitoku?! —rugió el hombre al ver a unos de sus alumnos utilizar su quirk e interrumpir su trabajo—. Estos jóvenes de ahora.
—Lo siento Power Loader-sensei, pero no pude evitar venir al verlo —habló el alumno sin despegar la vista de la energía que Tsuki se encontraba sosteniendo en una de sus manos—. ¿Qué tipo de energía es? ¿Es tu Kosei, puedes crear una gran cantidad? —se puso a hacer preguntas mientras sus manos se movían de un lado a otro.
Power Loader suspiró negando con la cabeza a la personalidad de su estudiante.
—Futōmeina-san, él es Chitoku, alumno del segundo año del departamento de apoyo. Obsecionado con todo lo que tenga que ver con energía de toda clase —lo presentó el docente, haciendo sonrojar al muchacho por tal descripción su persona.
La albina se presentó y se dedico a contestar las anteriores preguntas del chico.
—¿Acaso..tu eres, a los que todos llaman...La Prodigio? —exclamó con gran júbilo el chico al poder ver frente suyo a la aspirante de la que hablaban en los rumores.
—¿Pro...prodigio? —sin comprender y con los nervios de punta por ser llamada de tal forma, preguntó de qué estaba hablando—. ¿A qué te refieres?. Yo...no soy..
Pero fue interrumpida por el arrollador entusiasmo del creador de máquinas de apoyo a héroes.
—¡Eres tú, de la que todos hablan! —la señaló, mientras sus ojos color sandia brillaban aún más—. La estudiante de perfecto control de su Kosei Lunar, y una de las más resaltantes de este año, junto a los Tres Grandes —sonrió mientras notaba las mejillas de la muchacha teñirse de carmín—. Tú eres. ¡La Prodigio de la U.A.!.
Futōmeina quedó en blanco al oír el sobrenombre dirigido a su persona, sintió los nervios cubrir su cuerpo y la timidez haciéndose pasó por sus reacciones.
—Yo... —ahora comprendía la actitud de Tamaki al recibir semejante atención y peso de llevar un sobrenombre de esa magnitud.
—Ya, ya, dejala respirar —dijo Power Loader, llegando en su ayuda al notar a la alumna de la Clase A, a punto de desmayarse.
Aún con aquellas palabras en la cabeza, se despidió de ambos, para dirigirse hacia su salón. Queriendo preguntar a sus amigos, si aquello de ser llamada La Prodigio, era real.
Pero no tubo que ir muy lejos para darse cuenta que si era verdad, pues al caminar por los pasillos del primer piso de la Academia, oía los murmurós y aquel sobrenombre en ellos al estar ella presente.
—¡¿Tu comenzaste el rumor?!
Oía la risa de Mirio detrás suyo y los intentos de Tamaki en detener el correteo que ella y Nejire se encontraban haciendo.
—Tan solo la extendí —respondió con una sonrisa divertida Hado, al ver las mejillas rojas de Tsuki—. Había oído de ella el día en que nuestro rumor se había extendido por toda la Yūei. Pero aún no tenía fuerza —se acercó con cautela hacia su amiga albina y la abrazo tratando de calmarla—. Yo tan solo hice que todos conocieran. ¡A la Prodigio de la U.A.!.
Futōmeina bufó cruzandose de brazos, recordando el bochornoso momento que había pasado al ingresar en la aula de la Clase 1-A en donde estaba su padre. Había ido a entregarle su carpeta en su tiempo libre, pero calculo mal, y se encontró con sus alumnos saliendo de la clase.
Aún podía recordar sus miradas brillantes y sus insistentes preguntas sobre el sobrenombre con la que la habían bautizado desde ese día.
—No debes estar así Tsuki-chan —habló Togata con una sonrisa mientras revolvía sus cabellos blanquecinos—. ¡Es un gran apodo!.
Futōmeina suspiró calmando sus nervios y sonrió agradeciendo a sus amigos el apoyo y los intentos de hacerla sentir tranquila.
Así los cuatro caminaron hacia sus casas, Tsuki metida en sus pensamientos, hasta sentir el débil sujetar de su mano. Levantando la mirada se encontró con el perfil izquierdo del tímido muchacho quien con dicimulo entrelazo a sus dedos y los ocultó en el bolsillo de su enorme chaqueta.
—Te...define —la aterciopelada voz del joven Amajiki llegó a ella en medio de un débil susurró.
Lo volvió a observar y notó sus mejillas teñirse de un carmín claro, para luego posar sus ojos en ella de reojo y sin separar sus manos.
—Aquel sobrenombre...lo hace —volvió a hablar con un toque de dulzura en sus palabras, repitiendo las misma que ella había dicho cuando a él y a los demás los bautizaron con su apodo.
Futōmeina ocultó su rostro con sus cortos cabellos y dejó bailar en sus labios una tímida sonrisa.
—Gracias...Tamaki.
El joven aspirante a héroe también sonrió y ambos siguieron caminando detrás de sus dos amigos, quienes no dejaban de hablar y contar diferentes anécdotas sobre su día.
Con sus manos aún entrelazadas y ocultas de manera silenciosa dentro del bolsillo del muchacho.
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