𝟎𝟓 ☾

Midnight los ayudará y guiará sobre este asunto —habló el héroe profesional Eraserhead mientras se hundía en su saco de dormí de color amarillo.

Pero, Aizawa-sensei. ¿Usted que hará? —dijo un alumno.

Dormiré —contestó sin más y se dejó caer sobre el suelo acurrucandose más en su saco de dormir.

¿Ehh?..

¡Bien jóvenes, como el perezoso de su tutor ha dicho, yo me haré cargo de esta clase! —la sensual voz de Nerumi Kayama o mejor conocido como Midnight la sexy heroina—. En las pizarras que se les dará, escribirán el nombre por el que deseen que les llamen al ser héroes. En otras palabras decidirán sus nombres heroicos —sonrió mordiendo su labio inferior de forma provocativa.

Los alumnos masculinos tragaron saliva en seco, bueno la mayoría estaban sonrojados por dichos actos de la sexy docente.

Los alumnos del frente aceptaron las pequeñas pizarras y los marcadores para luego dejar uno en sus respectivos pupitres y pasar a los demás al compañero de atrás.

Luego al estar totalmente seguros, pasarán al frente a mostrarselo a todos sus compañeros —levantó el brazo derecho y el dedo indice para llamar más la atención de los alumnos—. Pero atiendan, deben pensarlo bien, ya que el nombre que hayan escogido será el nombre por el que serán llamados durante toda su carrera de héroe.

Los alumnos de la Clase 1-A sintieron algo de presión, sus sobrenombres deberían ser buenos.

Ahora comiencen a pensar sobre qué nombre.... —guardó silencio al escuchar el timbre que anunciaba la hora del almuerzo—. Vaya, bien pueden salir. Tendrán tiempo de sobra para pensar sobre este tema, al volver mostrarán su decisión —dio un guiño y una sonrisa para luego salir del salón arrastrado la bolsa de dormir amarilla de su profesor, quien ni despertó por el movimiento.

Ahhh que decisión. Nee Mirio-kun, ¿ya sabes que nombre de héroe elegiras? —Nejire se acercó a su amigo observándolo con curiosidad—. ¿Y tu Tamaki-kun, ya decidiste?. ¿Qué dices de Chicken heart? —dice burlona mientras estira las mejillas del chico de cabellos oscuros—. ¡Te quedaría bien! —rió.

Nejire...basta —logró librarse de su amiga y con rapidez se acercó a la esquina de la pared del salón mientras temblaba—. Eres...cruel...

Mirio cubría su boca con sus manos para no reír, colocó una de sus manos en el hombro de su mejor amigo para consolarlo.

Ya, ya Tamaki, solo es broma —dijo sonriendo el rubio.

Vez le iría bien ese nombre —continúo riendo la peliceleste para luego acercarse a la alumna de cabello albinos quien observaba la situación con una pequeña sonrisa.

Le gustaba estar con esos tres personajes, la calidez que desprendía cada uno de manera distinta la hacían sentir cómoda y a gusto.

Ya había pasado varias samanas, el festival deportivo ya había pasado, los ganadores habían sido tres de sus compañeros, estando entre ellas su prima Kagayaku.

Ella fue eliminada en la segunda fase que consistía en luchas en grupo.

Se sonrojó y salió de sí al sentir unos brazos rodear sus hombros, la risueña Hado la abrazó mientras dirigía una mirada superior y victoriosa a sus demás amigos.

Futōmeina-chan esta de acuerdo conmigo. ¿Verdad Fumei-chan? —la observó con sus ojos brillantes esperando alguna respuesta.

Nejire había decidido llamarla de ese modo desde hace un buen tiempo. Decía que su nombre era muy largo y que de esa forma sonaba más lindo y tierno como ella. Aunque no estaba de acuerdo no le negó llamarla de aquel modo.

Amm... Yo... —ocultó su rostro en su pupitre al sentir la tímida mirada del joven Amajiki.

El se sintió aún más deprimido al oír aquello, creyendo las palabras de su amiga de ojos celestes.

No digas eso Nejire, no creo que Futōmeina-chan piense eso —dijo el rubio tranquilizando a su amigo con personalidad nerviosa—. Mejor vamos a la cafetería que seguro estará llena dentro de un tiempo.

Todos aceptaron y se dirigieron a aquel lugar, al llegar cada uno pidió su almuerzo y se dirigieron a una de las mesas más alejada del centro. Nejire sonrió de forma traviesa y tomó asiento junto a Mirio, lugar que Amajiki solía elegir. El pelinegro nervioso bajo la cabeza y se dirigió al asiento sobrante el cual era al lado de la usuaria del kosei de energía lunar.

La pobre joven moría por dentro al sentir rozar de vez en cuando su brazo con el del muchacho.

Hado-san, ¡¿por qué?! —pensaba la albina observado a su amiga, quien le sonreía con picardia.

La joven Hado estaba al tanto de su atracción hacia su nervioso amigo, se había dado cuanta hace unos días y había tomado la decisión de ayudarla.

¿Qué nombre decidirán? —dijo Mirio luego de un tiempo de silencio mientra disfrutaba de su delicioso ramen.

Yo estaba pensando en uno —Nejire levantó la mano con estuciasmo para llamar su atención—. ¡Me llamaré Nejire-chan!

¿Nejire-chan? —dijo el rubio confundido—. Mmm es un sobrenombre bueno —dijo y desordenó el cabello de su amiga quien rió.

¿Y tu Mirio-kun? —preguntó acercándose a el.

Mmm. Aún no lo se.

Contestó pensativo y riendo mientras cerraba los ojos, había pensado en aquello desde que el sensei dio la explicación de que trataría la clase.

¿Qué tal Mitoga o Worlds Crosser? —dijo Nejire dando aun más nombres.

Así estuvieron diciendo distintos nombres para cada uno. Mientras Futōmeina y Amajiki disfrutaban de sus almuerzos en silencio atendiendo a la conversación de los dos alumnos.

¿Qué dicen ustedes, Futōmeina-chan, Tamaki? —dijo el rubio—. ¿Ya saben qué nombres de héroes escogerán?.

Yo...aun no... —susurró Tamaki agachando la cabeza con nerviosismo.

La albina solo negó con la cabeza.

¡Ahhh!, ¿Qué nombre debo escoger? —se lamentó Togata mientras hacía un pequeño puchero—. Debe ser algo que me caracterice. Algo que represente mis metas...

¿Qué tal.... Le... Lemillion? —dijo de repente ganando la atención de los demás.

Lemillion —murmuró el rubio con sus orbes azules brillando.

Así....es —suspiró tratando de reunir fuerzas ya que la pesada mirada del joven Togata se encontraba sobre ella en todo momento, lo cuel le causaba aún más nerviosismo—. Me....me habías dicho que tu sueño....era salvar a...a un millón de personas, —levantó su mirada para ver a aquellos azulados ojos que brillaban cada vez más por sus palabras—. No puedes salvar a todo el mundo....pero si a un millón.... Así que Lemillion.

Nadie habló por un tiempo hasta que el rubio se levantó de su lugar de repente y saltó sobre su tímida amiga. Reía y la abrazaba dando vueltas.

¡Lemillion, me encanta!. ¡Seré Lemillion! —dijo con estuciasmo desbordando en todas sus acciones.

La soltó luego de un tiempo y abrazo a Nejire quien también festejaba y reía. Ambos se alejaron de repente lanzando victoreos y sus nombres de héroes repetidas veces. Hasta detenerse y decirles que irían a comprar unas bebidas, para luego volver a caminar alejándose.

Tsuki y Tamaki quedaron en silencio como siempre lo hacían cuando sus amigos los dejaban solos, un silencio cómodo según pensaban ambos jóvenes.

Pero la joven albina no quería quedar tan solo allí, deseaba poder entablar aunque sea una pequeña conversación con el de orejas puntiagudas.

¿Eso....fue extraño, verdad? —habló de repente provocando un pequeño susto al muchacho.

Si....lo fue —respondió sin verla y moviendo un lado a otro su comida—. Pero...viniendo de....Mirio no tanto. Él es...asi —habló sinceramente y sonrió por los recuerdos que tenía con el rubio.

¿Lo....lo estimas mucho no? —preguntó al notar su sonrisa y el chico se sonrojó.

El....el es mi mejor amigo y si —asintió esta vez viéndola a ella—. Lo estimo mucho aunque a veces....sea muy energético —quedó en silencio un rato pensando, ganando aún más la curiosidad de la muchacha—. Y ruidoso...y me haga hacer cosas que...

Tamaki guardo silencio al ver a su amiga reír, sus mejillas volvieron a sonrojarse.

El es así —respondió sin borras su sonrisa mientras lo observaba—. Eso lo hace deslumbrante como.....como un Sol.

Amajiki quedó observándola, ¿cómo un sol? , era lo mismo que el pensaba de su mejor amigo y de Kagayaku. Acaso ella...

Sintió su pecho oprimirse pero ignoró aquella sensación.

¿Ya has pensado.....que nombre elegir? —susurró tratando de cambiar de tema.

Tsuki, suspiró y negó nuevamente.

No...no tengo nada en mente.

El de cabello azabache y desordenado la observó, se perdió en su rostro, detallaba cada característica de la albina.

Ojos de luna, brillantes y cautivantes, labios rosados y bonitos, al igual que sus rosadas y sauves mejillas. Su brillo era tenue pero totalmente cálido, el muchacho quedó maravillado por la vista dejando de lado por primera vez a su sol.

Sentía que la Luna eclipsaba al Sol.

La....luna tiene... su propio brillo y capaz.... de eclipsar al Sol... —dijo Tamaki, para luego sonrojarse pues lo había dicho sin darse cuenta—. Yo...

Futōmeina lo observó sorprendida, sonrió con calidez y se levantó.

Es mejor volver... Ya ha terminado....la hora del almuerzo —murmuró sin verlo pero sin borrar su sonrisa.

El futuro héroe bajo la mirada arrepentido y creyendo que la albina se había molestado por lo dicho. Se levantó y la siguió sin decir nada, con aura deprimida.

Sujetó la perilla de la puerta que correspondía a su salón, ella y Tamaki no habían hablado desde que salieron de la cafetería.

El joven deprimido por el momento incómodo que se sentía. Y preguntándose qué podía hacer para arreglarlo.

Togata-kun será un héroe increíble, tan brillante como el Sol —habló luego de todo el trayecto—. Pero eso no significa que tu no puedas también serlo —volteó a verlo encontrándose con la sorpresa reflejada en su rostro—. Creo que lo sobrevaloras y te subestimas a ti mismo —siguió hablando dando una pequeña sonrisa—. El también lo sabe Togata-kun, y yo también. Sabemos que eres más increíble que el Sol. Ten más confianza en ti Amajiki. Tú eres.... —hablaba sin nerviosismo y tartamudeos.

Futōmeina-chan... —sentía sus mejillas calientes pero igual no dejaba de verla.

Tu eres quien incluso devora al Sol —susurró y abrió la puerta para dejar a aquel chico sin poder moverse y prosezando sus palabra.

Alguien incluso...que devora al....Sol —susurró.

Sus ojos brillaron y una sonrisa se formó en sus labios.

Ambos habían encontrado sus nombres de héroes.

¡Fantástico nombre Kagayaku, muy fogoso! —habló la sexy heroína Midnight—. Togata es tu turno.

El nombrado sin esperar más se levantó de su lugar y se dirigió al frente con el pequeño pizarrón en sus manos.

¡Mi nombre será Lemillion, no podré proteger a todos pero haré todo lo posible por salvar a un millón! —decía con entuciamos—. ¡Así que seré Lemillion!.

La mayoría fue contagiado por su entuciamo y aplaudieron a su compañero.

Un gran nombre muchacho —la docente sonrió de lado y el rubio fue a su lugar—. Amajiki te toca.

El de orejas puntiagudas tembló al oír su nombre, a despacios y torpes pasos se fue acercando a la heroína pasando al lado de la ojos de luna, la observó sin poder evitarlo y ella lo notó respondiéndole con una sonrisa tranquilizadora. Con más calma él también le sonrió haciendo sonrojar a la joven, aquella acción le causó ternura.

Yo.... —tragó saliva y quedó callado, sus ojos se movieron a un rubio energético dándole ánimos al igual que una curiosa de cabello celeste, sonrió de forma diminuta y concentró su mirada en la persona que lo había ayudado a escoger su nombre.

Tsuki sintió su cuerpo temblar por los nervios que sintió por aquella mirada, también sentía la mirada divertida y curiosa de Nejire, pero la ignoró para seguir observando al joven que causaba aquellos nervios en ella.

Mi... Mi nombres será Suneater —mostró su pizarra con aquel nombre—. Seré quien devore..hasta el propio Sol.

Todos guardaron silencio, produciendo más nerviosismo en el pobre chico, pero todo aquello se evaporó al escuchar unos suaves aplausos. Vio a la albina sonreír de forma resplandeciente al igual que sus ojos, Mirio también imitó la acción de su amiga al igual que muchos alumnos más.

¡Esa es la actitud, ya puedes volver. Bien hecho! —Midnight sentía la vibra positiva que había dejado aquel estudiante—. Esto es genial, hasta ahora todos han escogido grandiosos nombres. Bien sigamos, Futōmeina pasa adelante.

La usuaria de la particularidad de energía lunar se dirigió hacia la maestra, suspiró por última vez controlando sus nervios y dio a conocer el nombre que había escogido.

Eclipse..

La maestra curiosa leyó lo escrito en la pequeña pizarra.

¿Cómo el eclipse lunar? —preguntó un compañero y ella negó.

Como el eclipse solar —habló con seguridad y empezó a explicar—. que se produce...cuando la Luna oculta al Sol —sus orbes de luna brillaron—. Yo....yo seré...la opacidad del Sol -finalizó su explicación.

Tamaki volvió a sentir sus orejas rojas, pero sonrió de forma pura, observó a aquella cálida luna.

Tsuki también sonrió hacia el.

Ambos estaban decididos ser grandes héroes.

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