𝓔𝓼𝓹𝓮𝓬𝓲𝓪𝓵 ⁰¹

❝ Con sus ojos de ocasos la observaba... ❞

❝ Y sus rebeldes cabellos bailaban con la brisa...❞

❝ De aquel fresco Atarceder.. ❞

Sus pasos sonaban al estar en contacto con el piso de los pasillos de la Academia, con el sol ya en lo alto anunciando la fresca mañana.

La mañana de su primer día como estudiante de la clase 1-A.

T...tarde...llego tarde —murmuró el estudiante mientras acomodaba su viejo anteojo que cubría su anaranjada mirada similar a sus cortos y desordenados cabellos.

Corrían deseando llegar a tiempo, pero había un problema.

El instituto era tan grande que era demaciado fácil perderse.

Mmm....¿Por...dónde? —susurró el joven pelinaranja aún corriendo, pasando frente de las escaleras que llevaban al segundo piso de la U.A.

Pero antes de poder seguir con su búsqueda, se vio detenido por un movimiento brusco departe de las escaleras.

Al parecer unos estudiantes habían chocado contra el joven desestabilizandolo y ocasionando que perdiera sus gafas.

Mis gafas... —murmuró mientras achicaba sus orbes naranjas observando el lugar caminando con cuidado para no perder el equilibrio y caer al suelo.

❝ Esta es una historia de cómo... ❞

Soltó un suspiró y se dedicó a buscar sus lentes, dio unos pasos hacia el frente hasta que su vista divisó de forma borrosa unos zapatos.

❝ El Atardecer.... ❞

—¿Buscas...esto? —una suave voz acarició sus tímpanos logrando que se exaltara.

Aunque su vista fuera mala, pudo descrubir una blanca cabellera, corta sobre los hombros.

Con timidez el joven recibió sus gafas y las colocó con rapidez, y así aquella borrosa figura se volvió única.

¿Estas...mejor? —una sonrisa nerviosa y delicada pinto las labios de la albina.

Y así fue como....

❝ Se enamoró de la Luna.. ❞

La conoció...

❝ Cayó el crepúsculo: el cielo se tiñó de una luz color púrpura oscuro, cubierto de pequeñas estrellas plateadas.❞

❝ »Y de las suave nubes, ella descendió. Bañada en rocíos de plata y calidez tenue, la Luna hizo su aparición. ❞

De nuevo sus ojos se quedaban justo en su pupitre, no podía apartar la mirada de aquellos mechones albinos suaves a la vista. Y sobre todo de aquellas dos pequeñas lunas que decoravan su hermoso rostro.

—¡Oi Uteki..! ¡Uteki..! —la masculina voz de su compañero lo hizo sobresaltarse y por fin apartar la mirada de la aquella muchacha.

El nombrado suspiró y observó a su amigo de cabellos castaños y sonrisa infantil.

—¿Qué sucede Kotaro-kun? —preguntó en calma mientras se decidía seguir las enseñanzas del profesor, agradeciendo de paso que dicho docente no hubiera descubierto a su amigo hablando.

Pues sabía que el maestro Aizawa daba más miedo que nadie.

Tsk... ¿Acaso no lo harás? —habló el castaño mientras el pelinaranja lo observaba sin comprender—. Habló de postularte para presidente de la clase —explicó con pereza recostandose en su mesa, tratando de ignorar las malas vibras que su amigo le mandaba con la mirada al ser tan irresponsable.

Kyōfū cerró sus ojos un momento y acomodó sus lentes, mientras sentía sus mejillas calentarse.

Sabes que no soy muy bueno en hablar frente a las personas —contestó mientras sentía la mirada reprochante de su amigo—. Quizás lo intente el siguiente año —murmuró con intención de esquivar las futuras quejas del castaño, pero para su sorpresa el otro no dijo ni una palabra.

Al contrario, tan solo sonrió divertido, causando que su piel se erizara.

Lastima, ya es demaciado tarde —susurró el castaño a su amigo.

Uteki estaba a punto de preguntarle a que se refería, pero la respuesta a sus dudas vino sola.

Presten atención, deben decidir quién será el representante de la clase, ya se han nominado a los postulantes, ahora deben decidir a uno —habló su docente con tono aburrido mientras abría su bolsa de dormir amarilla—. Deben hacerlo antes del final de las clases, así que empiecen —lo último lo dijo en forma de amenaza mientras se acostaba a dormir.

Postulantes... —pensó y sintió su rostro perder su color al ver su nombre en la pizarra.

¿En qué momento?, se preguntó y observó a su amigo sonreír mientras le daba ánimos desde su lugar.

Había muchos nominados, casi toda la case se había postulados, tan solo quedaba pasar en frente y decidir por quién votar.

El pelinaranja sentía sus mejillas calientes, pues veía a sus compañeros pasar uno a uno. No se atrevía a mirar la pizarra.

Ocultando su rostro en su mesa, dejó libre uno de sus orbes naranjas llenos de curiosidad.

Que se convirtió en sorpresa al verla.

❝ »Y el Atardecer, oculto entre las claras nubes pinceladas de carmín claro. La esperaba ansioso, deseoso❞

❝ »De verla... ❞

Frente a la pizarra, mientras en silencio dibujaba una cruz al lado de uno de los nombres.

El suyo...

❝ »Pues desde que su mirada de ocaso la había notado. Bailando por el cielo con su vestido de estrellas. ❞

❝ »No pudo apartar la mirada. ❞

❝ »Y desde aquella vez siempre la observa, tímido... ❞

¿Iremos a estudiar hoy?

La voz de su compañera Hado Nejire llegó hasta su pupitre, mientras él los observaba charlar con energía.

Detallando la suave sonrisa que se pintaba en los labios de la luna, al hablar con sus amigos.

—¡Claro, nos vemos en mi casa! —respondió el rubio con una gran sonrisa mientras veía a su amiga de cabellos celestes dar saltitos por poder reunirse con sus amigos—. ¿Verdad Tsuki-chan?.

La nombrada volteó a verlo y sonrió un poco pues antes se encontraba perdida en sus pensamientos, al notar que cierto chico pelinegro se había marchado acompañado por cierta rubia como el sol.

Mmm... Me parece bien —contestó con calma, cubriendo su débil amargura.

Que quizás para los demás fue desapercibida, pero no para cierto joven de cabellos naranjas y ojos de atardecer. Que siguiendo los latidos de su corazón y la calidez de sus mejillas

❝ »Deseando poder acercarse.. ❞

Tuvo la valentía de acercarse...

—¡Futōmeina-san!...

❝ »Y hablarle... ❞

Habló con las mejillas teñidas de carmín y las manos temblorosas, que se movieron a un lado de su rostro al notar a la nombrada voltear a verlo.

—¿Uteki-san?

❝ »Dando por fin un paso más hacia su amada Luna. ❞

❝ »E iniciando un nuevo capítulo... En el abasto cielo teñido de carmín. ❞

❝ »Donde en cada crepúsculo, su corazón florecia mientras las esperaba. ❞

Kyōfū-kun...

Sus orbes pinceladas de naranjas se abrieron a la par y su brillo se comparó con el brillo del sol que teñia el cielo de tonos cálidos al despedirse.

Futōmeina sonrió con las mejillas algo rosadas mientras aún observaba al pelinaranja.

Gracias por preocuparte, estoy bien —sonrió cerrando sus ojos y ladeando un poco la cabeza, para luego alejarse y despedirse de ellos.

Dejando a un pobre chico con el corazón latiendo como loco.

❝ »Endulzando sus emociones.. ❞

¡Uteki-san! —lo sacudió su amigo al ver que él ya no podía mantener la compostura, pues había dejado de funcionar.

❝ »Acelerando su corazón. ❞

—¡Dime Tsuki, Kyōfū-kun! —dijo la albina con una sonrisa al joven mientras se disponía a contestar la pregunta de su compañero castaño.

Sin notar las corrientes que producía en él, en cómo sus mejillas se pintaban de carmin al verla.

Y cómo su mirada se iluminaba al verla reír.

❝ »Aumentando su amor.. ❞

❝ »Pero por más que lo ignorara, no podía olvidar. ❞

Gracias por acompañarme —habló Uteki con una sonrisa tímida, mientras caminaba junto a la albina por los pasillos de la U. A. hacía la salida—. Había olvidado que el Vice-presidente no vendría hoy, perdón...por haberte molestado Tsuki-chan —suspiró recordando la reunión en que ambos habían participado al final del último día de clases.

Sus mejillas se tiñeron de carmin como comúnmente lo hacía al oírla reír. Como en ese momento.

No es nada, fue entretenido —sonrió Tsuki mientras observaba como el cielo se convertía en una pintura de colores cálidos.

Donde el atardecer cubría el cielo y acariciaba las estrellas que comenzaban a aparecer. Dando despedida al día y la bienvenida a la noche.

Y a la Luna que comenzaba a aparecer.

La paso bien junto a ti —murmuró con sus orbes de luna brillando y el rocío plateado de la energía lunar cubriendo su cuerpo con su calidez.

El joven se detuvo en las puertas de la Academia, mientras sus latidos lo ensordecian y aquellas palabras se ubicaban en lo más profundo de su corazón.

Tsuki.... —murmuró deteniendo también a la nombrada que volteó a verlo.

Pero alguien los interrumpió.

—¡Uteki-san! —un grito detrás de ellos interrumpió al muchacho.

Una estudiantes de orbes violetas y mechones oscuros había llegado. Diciendo que había olvidado hablar sobre algunos temas más entre los presidentes de las clases.

Kyōfū-kun.... —murmuró Futōmeina preocupada por el estado de su compañero.

El nombrado suspiró y sonrio con calma, mientras se acercaba a la luna.

Esperame frente a la Academia —murmuró en un susurró mientras sin esperar respuesta se alejaba junto a la muchacha de orbes violeta.

❝ »Que el Atardecer es tan solo un instante. Que se termina cuando el Sol se despide. ❞

—¡Tsuki-chan!...

La voz del joven de cabellos oscuros como la noche cubrió el silencio de la noche que se avecinaba.

❝ »Y Nunca podría estar junto a la Luna.❞


Sus pasos se detuvieron y su cuerpo quedó pegado a las paredes de la U. A. que le daban cobijo en aquel momento.

Mientras oía

❝ »Pues la Luna...

También me gustas Tamaki...

A su corazón desgarrarse...

❝ »Siempre estuvo acompañada por la Noche.❞

Nota de la Autora:
Mi corazón.... Duele..

Aquí esta uno de los especiales —no se como lo escribí—. Espero que lo disfruten, en unos días se publicará el segundo o mejor decho de que trata.

Ya casi se culmina este libro.

Gracias por leer!

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top