Capitulo 5 |Primer discordia.

Ryo.

Después de buscar a Izana y no hallarlo por ningún rincón de la casa, mi límite se acabó... Subí corriendo hacia la habitación, al llegar mi maleta esperaba intacta al par de la cama.

—No no, yo me largo. Me largó de aquí.

Busque dentro de mi bolsa, la tarjeta negra de Izana. Al verla la lleve al pecho pues me esta me ayudaría a comprar el boleto de regreso para esconderme y después la enviaría por correo.

O lo chantajeria a cambio de olvidar el dinero que el mismo me dió a cambio de su favor de ebriedad.

Tome la maleta, y al abrir la puerta, retrocedí pues el menos inesperado estaba enfrente. Izana.

—De todas las habitaciones que hay, decidiste usar. —observo el interior.—, la mía.

Entre cerro los ojos, tal parece que venía quedandose dormido.

—No sabía que era tuya.

Su mirada se recorrió hacia mis pies y noto la maleta, y en mi mano la tarjeta.

—Sabandija maldita, te dan la mano y te agarras el pie... —sus manos me empujaron hacia atrás dejando caer la maleta.—, cínica ladrona, ¿A dónde crees que vas.?

Continúa empujando hasta llegar a la cama dónde me hace caer. Reincorporandome rápido con el enfrente pero impidiendo que me levanté pues me golpea quedarme quieta.

—Me dijeron que me andabas buscando,¿Para qué? —sus manos se posan en su cintura.

Hasta ahora me he percatado que esta ebrio, pues se tambalea lentamente y el olor de su aliento a alcohol junto a una sonrisa de oreja a oreja lo confirma.

Toma asiento a un lado mío sobre la cama.

—¿Querías dormir empiernada conmigo? —su dedo recorrió de mi hombros hasta mi espalda. Eso me provocó levantame rápidamente.

—Me basto con saber que solo una vez paso...

—¿De verdad? Rebotaste todo eso... —apunto con dedo mi cuerpo posando su vista entre mis piernas.—, encima de mi.

Eso me hizo entrar en vergüenza y por timidez me tape con mis manos aunque tuviera ropa me dio pena. El me miro de pies a cabeza y arrugó los labios.

—¡Ahg! —suspiro decepcionado.

—Me causas la misma repulsión. —Contesto.—, y esto... —hago referencia a mi cuerpo con mis manos.—, no lo tendrás ni en tus mejores sueños.

El ademán y la forma que lo dije me hizo sentir una pena enorme pero por dentro orgullosa de algún atributo en mi.

—¿Tan segura estas? —arqueo la ceja poniendo su rostro de lado.

Saco una risa recorriendo todo mi cuerpo nuevamente, su ironía se hace notar con la ceja alzada y después un gran carcajada me hace sentir tonta por hacerlo.

—Estaría desquiciado sí deseara estar contigo... —con sus dedos comienza a armar una lista de palabras.—, eres aburrida sin un sentido de gracia, ladrona, tonta, nefasta aparte de horripilante, inútil, ignorante y pobre...

—¡No es necesario que me insultes.! —alzo la voz conteniendo no lanzarle la lámpara del buró.

—Y aun me faltan más cosas... —añade con una sínica sonrisa.

—Te presto mis dedos para me sigas enumerando todo eso. —decaigo la voz porque después de la cena cualquier palabra al punto de creer esos títulos.—, ya fue suficiente con tu hermana.

—Te lo mereces.

—No sé en qué estaba pensando en andar buscandote, no me interesas ni eres mi prioridad solo lo hice por tu padre.

—Pienso lo mismo no creas que vamos a estar juntos por amor.

—Amor es lo último que voy a sentir por ti. —setencio al verlo.

Nunca me había sentido tan despreciada como en esta familia pero tampoco le dejaría ver la declinación de mi persona ante la adversidad llamada familia Kurokawa.

—Recuerda estás aquí porque me debes un favor, no porque disfrute de tu compañía.

—Y la tuya seguramente es linda, ¿No?

—A comparación de la tuya, es perfecta.

Narrador.

Izana termino por mandar al sillón a dormir, y el plácidamente en la cama. Muy temprano se había levantado

Al momento de llegar al primer piso, Ryo paro enseguida en las escaleras al ver que Emma, pues no quería otra escena más incomoda que la noche anterior. Venía atada de manos junto a una chica pelirroja de ojos, tes clara de cafés llamada, Hiruka.

La rubia, no hizo caso omiso solo observó y ignoro por completo, en cambio la otra chica la noto enseguida que llego examinandola de pies a cabeza a sostenerle la mirada.

—¿Quién es? —pregunto la peliroja. Deteniendo su caminar hacia la sala.

—Nadie importante. —menciona Emma echando la mirada a otro lado mientras Hiruka seguía firme al ver cada movimiento de la pelinegra.

Ryo dedico una tímida sonrisa, pues el que llega saluda y como no paso aquí. Ella lo hizo primero sin una correspondencia.

—¿Es importante para Izana.? —susurra a ella.

—No, si tu estás aquí. —la escucho decirle.

Ambas rieron y se echaron a andar hacia el comedor de la terraza. Ryo se quedo observandolas, maldecía en cuanto tomo la decisión de venir a esta casa.

Termino por llegar al comedor donde, el señor Kurokawa estaba sentado listo con una servilleta en sus piernas y Draken hacia lo mismo.

—He invitado a Hiruka a pasar el fin de semana con nosotros. —anuncio Emma al mismo tiempo que Ryo llego por detrás.

—No hay habítaciones disponibles... solo del servicio. —hablo el señor Kurokawa. Volteo hacia ambas chicas.

—Se quedará conmigo... —irrumpio Emma.

—¡Ryo! —una sonrisa energica salio de su rostro.—, Ven aquí, siéntate conmigo. Por favor, Ken sírvele.

Ambas voltearon a verla fulminando a la pelinegra cuando atravesó el lugar hasta sentarse a una silla a su lado.

El desayuno ha empezado.

Ambas frente a Ryo y padre. Los demás hermanos aún no bajaban, finalmente el esperado hizo presencia.

—Hasta que llegas, hermano. —la emoción de ver a Izana llegar al comedor fue demasiada hasta levantarse.

Ryo.

Voltee hacia Izana, necesitaba explicaciones del porque la llegada de la chica fue tan inoportuna y la forma que ambas se tornaban conmigo era intenso.

Izana no tomo importancia a su comentario y solo se dirige hacia nosotros.

—Buenos días... familia. —hablo al caminar moviendo la cabeza.

—Tanto tiempo... —la voz clara de la pelirroja entono la atmósfera.

Pude ver claro como el detuvo su caminar y sus ojos se abrieron y también lentamente giro la cara hacia el otro extremo.

—Hiruka... —menciona Izana con una ligera sonrisa asimilando a quien observaba.

—Izana... —dijo en un suspiro la contraria.

Ella se levanta del asiento e inmediatamente se abalanza a sus brazos, el la recibe con gusto quedandose abrazados por varios segundos.

Pues, quien era ella.

Demostraron demasiado cariño y un pequeño rastro de nostalgia en su abrazo.
Draken me mira de reojo tratando de entender mi reacción, la cual es incomoda como la de el.

—¿Ya acabaron? —interrumpe el señor Kurokawa.—, estamos desayunando, si no tienes hambre retírate Izana.

Observa a su padre y a mi, toma la mano de la chica y hace que se acorruca en su cuello.

—Me voy entonces. —dio la vuelta y emprendió la huida.

—¡Izana! —le grito pero el no se detuvo.—, ¡izana.!

Volteó a ver a Emma y esta dedica a todos una sonrisa triunfadora. Si esto era raro, hoy sobrepasó el límite de la incomodidad que sentía con ella..

—¿Te parece bien traer a la ex de tu hermano donde esta ahora su novia?. —interroga hacia su hija.

—Solo vino a visitarme porque me extrañaba, papi. —contesto sentándose.

—Viajo desde muy lejos para solo verte.

—También le comente sobre la fiesta del arranque con tu campaña a la presidencia y eso la motivo.

—No la quiero ahí. —setencio.—, y un desaire con esa mujer sera una mancha para.

—¿Y porque ella ira.?

—Porque, por el simple hecho de ser novia. —poso su mano en mi mano.—, esta noche serás tu quien sea el centro de atención.

—¿Porque yo.?

—Ya lo sabras, ve a buscar a Izana. Tengo un regalo para ambos. Anda, anda.

Hace levantarme, a poca ganas me voy en busca de el. Y claro debe de estar con esa chica, su ex novia y hasta ahora entiendo su padre no la quiere ni en pinturas.

Narrador.

— ¿Tan rápido cambias de nuera consentida?  Para que la llevarás, no es de la familia. —Emma se quejo. Por el favoritismo a Ryo que antes era para su amiga, Hiruka.

Los planes de candidatura estaban marchando bien, tenía un puesto mediano en las escuestas ante los demás participantes  y estaba apostando todo por la estrategia de su asistente, según Jamie este seria un cambio radical si bien era ejecutado.

—Esta noche, anunciaremos el compromiso de Izana con Ryo ante la prensa.

Fue la noticia más inesperada, Draken tosió por la impresión y Emma su rostro cambio a uno confuso y molestó.

—¡Lo que faltaba! Que esa ramera va a formar parte de mi familia. —se levanta azotando toda la mesa. 

Mientras Emma iba en marcha, draken alzo la vista ante toda la escena el se había mantenido en silencio, pues no le correspondia opinar del tema familiar. 

—¿Tienes también un reclamo, Ken.?

—Ninguno, señor.

—Bien, ve por Emma.

Sin rechistar, se levanta e inmediatamente va en su búsqueda.
Atrapandola en la sala, iba molesta.

—¡Emma! Detente. —hablo alto para que lo escuchara. Claro no lo escucho y seguio con su camino, corrió hacia a ella atrapandola en sus brazos y calmar el enojo.

—¡Estas feliz también! Esa tipa podrá encimarte cuando desee.

—¡Que! Porque no puedes aceptar la relación con Hiruka se acabo, ahora ella es la novia de tu hermano y pronto su esposa.

—No por desicion propia, papa hizo que Izana terminara con ella...

—Bueno ahora esta enamorado de Ryo, es aceptar la nueva relación.

—Ellos no están enamorados, Draken. No los has visto, a leguas se ve que un amor no luce así.

—¿Entonces como se ve? ¿Así como nosotros.? —cuestiono. Ella se mantuvo callada.—, contéstame.

—Ahora no se trata de nosotros, se trata de mi familia.

—Te soy sincero, no reconozco nada de lo que eramos antes.

—¿Estás terminando conmigo?

—No.

—Dejame sola. —empezó a moverse de sus brazos.

Pues recordar el pasado a la evolución de una relación eran sinónimos de quejas y nostálgias a lo que fueron una vez.

Draken insistió a abrazarla pero ella se apartaba.

—¡Déjame sola.!

Dejo de insistir, y ella se marchó hacia el estacionamiento.

Minutos antes.

— ¿Porque no me avisaste que vendrías?

—Tengo que... —contesto la peliroja. Dando la vuelta y quedar frente a el. Invitando a que pusiera sus manos en la cintura.

—Para nada.

Caminaban por los pasillos de la casa.

—¿Quien es esa,? —pregunto refiriendose a Ryo.—, y porque tu padre a trata tan bien.

Izana se apacigua al rechazo de su padre hacia Hiruka. Conteniendo su rostro en sus manos.

—Esa, no tiene relevancia aquí, solo es para mantener contento al viejo. Yo te quiero a ti.—habla y añade un beso sobre sus labios.

—Eso me da alivio. Sabes que los negocios de nuestros padres hayan salido mal, no van a acabar con mis sentimientos hacia ti, Izana.

—Ni los míos cambiaran.

Se han detenido en un pasillo.

—¿Qué haces? —pregunta ella. Cuando Izana comenzaba a besar su cuello.—, te extrañe demasiado.

—Y yo a ti. —contesto sacandole un jadeo cuando sintió las manos del peliblanco en su trasero...

Ryo.

Una de tantas las discordias qué pude vivir con esta familia, primero su hermna y ahora su ex novia juntas en la misma casa. Faltaba que viniera un perro a morderme.

—¿Y ese engrendo del diablo donde se metió? —buscaba por los pasillos.

Pase por una puerta, y unls extraños sonidos me hicieron detener para oir bien y si eran lo que sospeché, unos gemidos se colaban acataron mi atención. Detuve mi caminar enfrente de ella, decidida a tocar o irme.

Abrí la puerta y vaya sorpresa... El estaba dentro con aquella chica, en un situación muy comprometedora.
Sobre un buró, el deborava su cuello con ambas manos en sus senos, mientras que ella lo masturbaba tan cerca de su entre pierna.

Los quejidos eran de ambos. Fue en un segundo que que la mujer se percato de mi presencia y no se contuvo a hacerlo con mas ritmo, un gemido salió de Izana hasta abrir los ojos y girar hacia la puerta.

Se detuvo por segundos...

—Lo siento no quise interrumpir... —deje el shook y me regreso al pasillo. Asimilando lo que acabo de pasar.

No sabía por dónde mirar, o donde esconderme. Fue algo muy incómodo verlo estando con alguien más.

No me dolía, ni me importaba pero si sentía pena por su padre. El piensa que estamos juntos como pareja y quiere vernos en un futuro lleno de hijos, lo lastimaremos cuando se entere de la verdad.

Dejando en un hilo el encargo del señor Kurokawa huí a la terraza, necesitaba pensar.

El no merece esto, debe saber la verdad. Me lo repetí varias veces en la cabeza.

—Tu mama no te enseño a tocar. —su voz me interrumpe.

Volteó y viene acomodándose la camisa dentro del pantalón mientras se limpia la boca del labial corrido.

—Y a ti no te enseño a guardar respeto.

—No digas estupidecez, no eres nada mio.

—¿Para esto me trajiste? Para ver como te chingas a otra en mis narices...

—No me digas que debo guardarte fidelidad.

—No que va, pero si respeto a tu casa y respeto a tu padre. El pobre piensa que estamos juntos y enamorados.

—¡Yo no estoy enamorado de ti! Estás aquí porque necesito mi herencia, ¡entiende por el amor de dios! Eres un puto juguete qué compre con dinero.

Sabía a que venia cuando me comprometí a venir aquí con él, pero que me tratara como una cosa, era demasiado a saber que me regale a el por dinero.

Lastimo mi dignidad y los ojos se nueblaron a llorar...

—¿Qué? —se sorprendío.—, solo por una cogida, ¿te enamoraste de mi.?

—El amor es algo que no conoces su significado. —rodaron lágrimas de ambos ojos. Limpie inmediatamente.—, y si tan hombre eres, arregla esto tu solo. Yo me largo.

Rodee se cuerpo dispuesta a irme y dejar esta casa y olvidarme de todo. Al hacer eso Izana atrapa mi brazo regresando frente a el.

—¿A dondes crees que vas.?.—apreto mi brazo.—, sabes demasiado y sí mi dinero no regresa a mi, tu tampoco volverás a tu vida miserable.

—Suéltame.

—¿Para que? Para que huyas como puta llena de dinero robado, tú no te iras hasta que yo te ordene hacerlo.

—Te lo pagaré.

—¿Como? Ah, si ya se como. Dejando que cualquiera te ande cogiendo.

—Y a ti que te importa si es así.

—Conmigo tienes algo mejor que tu asquerosa vida alla...te quedas aqui, solo seras bonita y bien portada ante las especulaciones para tener el estatus social como la nuera perfecta del futuro presidente.

Vivir una vida donde el ciclo de violencia era la misma.

—Suéltame.

—¡Entiende.! —esta vez tomo ambos brazos y me sangoloteo.—¿No es una vida buena para alguien como tú?

—Izana. Suéltala. —la voz de Draken interrumpió el caos.

—Estos no son tus asuntos, Ken. —espeta mirándolo.

—Lo son, —camino hacia nosotros.—, sueltala, la estás lastimando.

—¿Asi? Entonces que harás...

Aprovechando que su atención la tiene el rubio, jalo mi brazo liberándome por completo y en cuanto se percata se gira intentando tomarme de nuevo pero mis pies se mueven rápido hacia Draken.

Saliendo de el lugar y de Izana. Sin mirar atras corro por las escaleras saliendo haya la entrada por detras de mi escucho varias pasos, tal vez izana o draken. Tal vez ambos.

—¡Espera! —fue la hoz de draken que me detuvo.—, ¿Estás bien?

Draken llega por detras de mi. Atando sus manos en mis brazos y dandome la vuelta.

—¿Porque permites que te trate así.?

No podía revelar nada, pero en esta casa era quien más confiaba aunque le conociera solo un día.

—Problemas maritales.

—No, esto es violencia. ¿Izana te violenta?

—No.

—Puedes confiar en mi, yo puedo ayudarte. Ryo, no estas sola.

Ay draken. Si tan solo hubiera conocido a alguien así hace unos años. Mi vida no estaría de esta manera.

Desde ayer en la noche que lo conocí, su aura y la presencia que tiene sospeche de un ángel y eso es ahora. Un persona maravillosa, Emma se gano la lotería con el.

Me ate a su cuerpo abrazándolo. Sentí tambien como rodeo mi cuerpo.

—Gracias, es bueno que alguien escuche mis problemas. —me acurruque en su cuerpo. El daba ligeras palmadas en mi cabeza.

Unos pasos hicieron aparición cerca de nosotros, llamaron mi atención. Y a draken también.

Inmediatamente se soltó de mi cuerpo y voltee hacia la persona que llego a nosotros.

Una mujer rubia semi alta de tes blanca. Curiosamente los mismos ojos ambar que Emma solo que con ligeros matices de líneas de expresión en su rostro. Fuera de eso, era Emma de mayor.

El se inclino hacia la mujer para después reincorporarse.

— Señora Karen. —hablo firme y bastante nervioso.—, Ryo, te presento a la madre de Emma.

Sonreí al verla. Ella simplemente me reorrió con la vista y regresó a ver a draken.

La madre de izana y emma. Habia llegado sin darnos cuenta y nos encontro en un acto muy acaramelado al novio de su hija, la favorita al parecer y la novia de mentiras de su hijo Izana.

Iba de picada en picada desde que llegué y aún faltaban más horas al día.

Notita Autora:

Ryo, hermana te cayó la ley. ¿Cómo creen que trate Karen a Ryo?

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top