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—¡Bueno, perdón! —se quejó Seokjin comiendo un tazón de fruta—, ¡lo importante es que volvimos!.

—¡Sí!, pero... Seokjin hyung, estamos casi a mitad del año y ¡prometiste volver antes de año nuevo! .

Recriminó Jimin.

—Dios, no pude hacerlo. Nam y yo la pasamos tan bien en Alemania que no fue fácil despedirnos.

—¿De quién?—preguntó el peli azul.

—Oh, no, me refiero al país, a su tranquilidad, el cambio de ambiente fue bueno. Además, estamos de vuelta; no tienen que molestarse y tu bebé no ha nacido Tae.

El mencionado asintió y bufó.

—Estoy harto de esperar, cada día más anhelo que nazca para así conocerlo y tenerlo entre mis brazos.

—Vamos, llevas 5 meses, espera un poco más.—Rio Jin.

—No cambies el tema hyung.

—No Jimin, no discutiré sobre algo tan ridículo, en vez de recibirme con una deliciosa cena se ponen a reclamarme y eso no es justo.

—Bueno, comprenderé—suspiró el peli negro—. Por cierto, ¿por qué sólo tú estás aquí?. Namjoon hyung no está por ningún lado.

—Sí..., bueno... Namjoon no siempre ha sido muy cuidadoso que digamos, ¿recuerdan?.

—Ahora, ¿qué sucedió con hyung?.

—Perdió la maleta.

—¿Es posible? —preguntó Jimin.

—Así es. Especialmente cuando hay alguien que tiene el mismo tipo de maleta, tuvo que quedarse en el aeropuerto para resolver el problema, no tardará en regresar—se acercó al refrigerador—, no puede ser; Jimin. ¿Acaso no comen aquí?, ¡está prácticamente escaso de alimentos! .

—Trabajo todo el día, Jungkook, Gukmin y yo comemos fuera. Sólo hacemos compra de despensa para nuestro hijo.

Jin rascó su cabeza.

—¿Leche de fresa?

Jimin asintió.

—De fresa, de banana y supongo que de durazno, galletas de chocolate, sólo cuando se comporta y es una pequeña recompensa...

—Hmm, excelente—Contestó comiendo algunas galletas y tomando una leche de banana, mientras sonreía y con una de sus manos hacía una señal de like.

—Hyung, ¿enserio?, ¡es bastante caro llenar esa alacena!.

—No te preocupes, una o dos leches, tres o cuatro paquetes de galletas no son nada, además; es un favor para el niño, no debe consumir muchas golosinas.

—Sí, y tú tampoco.

—Es justo que yo me apodere de esto ahora, normalmente no lo consumo así que por una vez, no sucederá nada.

Taehyung bostezó.

—Ah, lo siento chicos. Estoy muy cansado el día de hoy, creo que lo mejor será irme a casa.

—Te llevaremos—contestó Jimin.

Entonces, esa tarde se dirigieron a la casa de Taehyung y Hoseok para asegurarse de que su amigo llegase bien.

[•••]

—¿Estás seguro de esto?.

Preguntó el castaño preocupado, sosteniendo su mano.

Jimin asintió lentamente en silencio.

— Sí. Lo haré, estaré bien.

Trató de sonreír.

—Si necesitas algo sólo dime, entraré, iré por tí.

—No te preocupes.

—Es hora—avisó el chofer.

Jungkook dio un beso corto de despedida a Jimin y luego éste último, bajó del auto para seguir al hombre.

Diablos, de todos los escenarios que podrían sucederle en la vida este era uno de tantos que no había imaginado si quiera una sola vez.

—Ella estará esperándolo en su habitación, le pido que sea cuidadoso, ella no ha estado bien últimamente.

Jimin no dijo nada y volvió a asentir.

Antes de que el hombre abriera la puerta de la casa, soltó un suspiro y una vez que entraron caminaron por los pasillos hasta llegar a la única habitación del hogar. 

Toc Toc.

Fue el sonido de los toques que el hombre dio a la puerta.

—Está aquí.

—Hazlo pasar.

Se escuchó su voz con un poco de tos.

El hombre abrió la puerta para Jimin, una vez que él ingresó, él salió del lugar para dejarlos a solas.

Cuando el peli negro estuvo adentro, no pudo evitar mirar cada espacio de la habitación, especialmente a esa mujer acostada en la cama, cubierta de frazadas y un respirador, devastada y completamente rendida.

Sintió dolor de sólo verla así.

—Jimin.

Llamó ella, haciéndolo reaccionar.

—Estoy sorprendida, a fin de cuentas viniste. Siempre consigues sorprenderme, te crié diferente y sigues actuando justo en maneras poco esperadas para mí, eso... Me alegra un poco.

Dijo con voz cansada y el intento de no soltarse a llorar, porque al parecer ella seguía teniendo ese carácter hasta en esas condiciones.

—Verte aquí es...

—No iba a venir—Decidió responder.

La mujer trató de mantener su ligera y falsa sonrisa.

—Vaya..., era..., lo correcto, supongo.

—Lo era, pero decidí hacerlo, dale ese mérito a Jungkook y a ese niño que tanto odiaste, francamente no esperaba que la mujer que dijo que fui un estorbo toda su vida y que siempre se percató de mis errores en lugar de mis triunfos...,me llamara. Pero bien, supongo que el verte en estas condiciones es la razón.

De alguna manera las palabras de Jimin dolieron, y bueno, ella sabía que él tenía la razón. Era justo.

—Hijo...

—Por favor, no me llame de esa forma.

—Ah..., está bien—respiró con el poco aire que sus pulmones podrían permitirle—. Yo..., sólo quería verte, han pasado algunos años desde lo que pasó, yo..., no tomé bien nada sobre tu embarazo ni la existencia del bebé, no estaba de buen humor y...

—Y hoy que estás completamente vencida y postrada en una cama ¿decides arreglar las cosas? , entonces—se acercó—, ¿tu mal humor se fué?.

La mujer no pudo evitar llorar, no podía aguantar por más tiempo. Era fuerte, pero quizá no tanto como creía.

—Perdóname.

—Me diste la espalda, y todo esto no ocurrió sólo por enterarte de mi hijo, lo hiciste desde que llegué a tu vida, siempre. Siempre me trataste como una basura, para tener que dar de que presumir a tus falsas amigas, porque las odiabas, sólo porque tú no eras felíz. Siempre traté de dar lo mejor de mí para tí y no para mí mismo, siempre quise sorprenderte, que me amaras, que me dieras tiempo junto a ti, que me abrazaras y me calmaras cuando estuviera asustado, nunca sucedió.

Sin darse cuenta, él también estaba llorando.

—Jimin...

—Yo siempre busqué una razón "madre", una entre tantas negativas, para que te quedaras siempre a mi lado y me demostraras que detrás de esa dura y amarga faceta estaba una mujer amorosa, no lo hiciste. Siempre fui tu decepción y sólo por eso creíste que también lo sería aún después de enterarte de la existencia de Gukmin, me gritaste, me humillaste,me golpeaste y ese día decidiste que estaba muerto  para tí.  No puedo creer que seas tú quien esta vez llamó, quien esta vez decidió que quería verme o escucharme por primera vez, cuando las veces anteriores era yo quien siempre estuvo dispuesto a escuchar o a querer pero no a recibir lo mismo.

Jimin estaba molesto, por supuesto que también estaba destrozado, no quería ver así a su madre a pesar de todo la amaba, pero dolía sentir aquellas heridas abriéndose nuevamente de sólo recordar todo lo que pasó junto a ella.

Sin duda, él quería perdonarla por todo pero no podía. ¿Cómo borrar todo el daño?, ¿cómo hacerlo si se trataba de su propia madre? .

Cualquier otra persona no importaba.

Si tan sólo se tratara de otra persona más.

— Te eduqué y quise lo mejor para tí. No lo entiendes ahora, pero estoy segura... Pronto lo comprenderás, tienes un hijo y querrás darlo todo por él, querrás que él te pague por todos esos grandes esfuerzos que haces día a día y así...

Jimin rió.

—Estamos de acuerdo en algo, mi hijo lo es todo para mí, claro que quiero y seguiré estando dispuesto a todo por él, pero no espero recibir logros o si quiera... Obligarlo a hacer todo lo que él no quiera sólo porque a mí me parece. No, no comprendo y ni ahora ni nunca podré comprenderlo, porque no quiero ser como tú, no quiero ser controlador, no quiero que mi hijo no tenga la confianza de decirme cuán mal o bien se sienta y tampoco quiero que mí hijo me tema. Nunca pensaremos de la misma forma señora Park, así que; lo menos que espero ahora es que me diga el motivo del por qué quería que viniera hasta aquí.

Parpadeó en un intento por hacer que más lágrimas sean derramadas.

Después de unos segundos de silencio, ella suspiró profundamente.

—Nunca he sabido pedir perdón, no he sido la mejor madre, eso ya lo sé Jimin. Tampoco espero que puedas perdonarme, pero no puedo hacer más ahora, sólo puedo pedirte perdón desde el fondo de mí corazón y con las palabras... Más sinceras que puedo decir a alguien. Yo..., yo no quise causar tanto daño en tí cariño.

Lloró una vez más.

—Y... Y comprendo que no quieras saber más de mí, porque jamás fui buena contigo...

Jimin estuvo a punto de salir de la habitación.

— Tengo cáncer. En etapa terminal.

El dolor en su corazón era incomparable a otras veces, ¿su corazón podía ser capaz de soportar más dolor?.

—No hay solución, yo...sólo quería verte por última vez, saber si estabas bien, y... Aunque no lo parezca, estoy muy orgullosa de tí, siempre lo estuve. No lo demostré como muchas otras personas lo hacen pero... Te amo cariño, sé que eres y serás un gran padre para Gukmin, incluso..., sé que tú y Jungkook lo harán bien.  Todos mis bienes y demás, te pertenecen, eres mi único hijo y sólo quería decirte que en cuanto muera todo pasará a ser tuyo, tuyo y de Gukmin.

Jimin quería estar enojado, quería seguir molesto como en un principio, quería mantenerse en esa misma postura, pero no podía. Y ni si quiera sabía por qué sentia que se traicionada a sí mismo. Pero sabía que no la volvería a  ver nunca más.

Era tan frágil como ella, podía enojarse hasta llorar sin así quererlo, pero así era él. Tan impulsivo e idiota, tan duro como una roca por fuera, pero muy sensible, tanto como para traicionar el coraje que sentía y darse la vuelta para correr y abrazar a su madre, para llorar en sus brazos. Juntos, ambos derramando lágrimas.

Y esa sería la primera y última vez.

Y pensar que ese día, había recibido una llamada de ese número de teléfono,  era una verdadera sorpresa. Tantas veces se debatió entre ir o tratar de ignorar el hecho.

—Es tu madre Jimin—acarició su mejilla—. No puedes ignorarla por siempre. Creo que por lo menos, sería correcto que..., escucharas su versión.

Por eso las palabras de Jungkook habían hecho que él decidiera asistir y verla una vez más.

[•••]

Habían pasado sólo algunos meses, por lo menos un par más, Jimin tuvo un día pesado desde el amanecer.

Primero, había llevado flores a la tumba de su madre, había acompañado a Taehyung a comprar algunas verduras para la cena que haría con Hoseok esa noche. Y también se había apresurado a llegar a casa para vestir al pequeño.

Sin embargo, cuando llegó desesperadamente a su hogar, se sorprendió mucho al encontrar a Gukmin y a Jungkook discutiendo, lo que le pareció un poco tierno.

—Necesitas ponerlo en tu cabeza.

—¡No quiero!—se cruzó de brazos.

En cuanto vió a su otro padre llegar, el pequeño corrió para abrazarlo.

—¿Qué sucede?.

Jungkook se puso de pie después de haber estado en cuclillas para estar a la altura del niño.

—Gukmin no quiere ponerse el gorro.

—Vamos, no puedes negarte niño.

Lo miró un tanto amenazante.

Gukmin hizo un tierno puchero.

—No quiero ser un león, por eso no quiero ponerme el gorrito.

Jimin rió en compañia de su novio.

—Hijo, sólo es una pequeña fiesta con... Disfraces de animalitos, no importa si por hoy simplemente eres un león.

— Tu otro padre tiene razón, no tiene nada malo ser un león.

—Yo quería ser un conejito.

—Ser un  león o un conejo, no importa. Tuviste muchos trajes de conejo cuando eras bebé, por ley aunque hoy seas un león siempre serás un lindo conejito. Piénsalo.

El niño lo pensó.

Jimin sonrió nuevamente y sacó un pequeño paquete de galletas.

—Toma, las compré para tí.

El menor sonrió y tomó el paquete de galletas entre sus manos.

—Aunque debes prometernos que lo harás bien sin importar que este no sea tu personaje favorito, a veces no siempre podrás conseguir lo que quieras Gukmin.

El menor asintió y abrazó a sus dos padres.

Esta era una de tantas fiestas con temáticas  de parte del Colegio del niño.

Aquella tarde asistieron al lugar rodeado de niños, maestros y disfraces de animales por todas partes. Sólo ambientes infantiles.

Taehyung estaba emocionado, también había asistido puesto que a pesar de estar próximo a tener a su primer hijo estaba muy orgulloso de Gukmin y siempre había cuidado de él.

—Mi Taehyun lucirá grandioso en un traje de tigre cuando por fin empiece el maternal.

—Claro Taehyungie, aunque aún falta tiempo para eso amor—contestó dándole un besito en la mejilla, Hoseok.

Los niños habían participado en un baile, todos habían bailado tiernamente y finalmente fueron coronados.

Al finalizar el día, yendo de vuelta a casa; Gukmin no paraba de hablar sobre lo felíz que se sentía por haber ganado una corona.

—¡Soy el rey!.

—Por supuesto Gukminie—sonrió Jimin—. Te lo mereces, te esforzaste y..., ¿viste que después de todo no era mala idea ser un león?.

—Creo que puedo darme cuenta ahora papá.

Sonrió de vuelta haciendo felices a sus tíos y a sus padres.











>>>>>>>>>>>Este es un capítulo nuevo, en realidad así que no sé si hay errores espero que no.

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