[No es una nota, este también es un capítulo, es una carta oculta]

(My Time)

El frío.

Parecía que era lo único que podía sentir.

De lo único que podía estar seguro.

¿Mi corazón dolía?.

No estoy muy seguro de eso o de  qué es, de dónde proviene esa molesta sensación que duele y me consume con el paso de los años.

Pero no estaba confundido, ya no lo estaba.

Porque quería verlo, sólo estar con él.

Mirarlo y tocarlo.

Quiero tocarlo.

Quiero llamarlo.

Pero ¿qué hago?.

Jodidamente le quiero a mi lado.

Lo amo.

Y son estos pensamientos y estas palabras las que nunca creí dirigir a una persona.

¿Cómo hago que confíes en mi?.

¿Sabes que sólo quiero hacerte feliz?.

He perdido mi tiempo. Tal vez lo he desperdiciado, he visto que el tiempo ha cambiado la vida de muchos,pero la mía...

Permanece intacta. Intacta y sin sentido porque tú no estás aquí.

Tu recuerdo es como un mantra. Uno al que soy adicto.

Le dije a la luna que te amaba.

Cada noche le confieso lo que siento.

Ella es mi fiel amiga, guarda muy bien mis secretos.

Pero ahora quiero que lo sepas, más que nadie.

No elegí amarte.

Pero en este y en cada momento, quiero elegir hacerte sonreír y amarte como nunca.

Hacerte sentir querido y nunca alejarnos.

Porque duele, no puedo permanecer más de esta manera, cariño estás en cada parte de mi ser.

Un amigo dijo que el amor no llega dos veces, que puedes querer y besar a muchos.

Pero amar a uno.

La persona correcta a veces llega de la manera inesperada.

Y lo sé porque tú llegaste a mi.

Pero así también te fuiste, te alejaste. Y te amo tal como eres, quiero que también lo sientas, que te enamores de mi.

Si es el momento de dejar esta rutinaria vida lo haré.

Mi contrincante no parece querer rendirse, pero tengo que decir :

Rendirme tampoco está en mis planes.

Renunciar a esto, jamás.

Por primera vez estoy tan seguro de algo, por primera y última no te dejaré ir.

La carta en el pequeño baúl bajo llave.
La carta que escribió, la que era el último secreto entre la blanca y brillante luna y el chico castaño que decidido con lo que haría, comenzaba a entregarse al relajante mundo de morfeo.