(2)



Penny estaba recargada sobre el muelle,Jessie aportaba compañía, los mares iluminados del fulgor del sol, agua de diamantina;en figura retórica pensó.La pirata volteó a ver ese brillo en sus ojos de la chatarrera,era hermosa.
La garganta de Jessie carraspeó, a lo que Penny solo sonrió.

❝—Las montañas pueden acercarse, cuando el día, se deshace, ví tus ojos con el fuego enfrente.Barcos sin tiempo, por la corriente
cuidá siempre esa luz de marfil, que te acompañe hasta las puertas del fin.

Me gusta Leon.—Valde de agua fría.

❝—Y buena suerte, de verdad, que tengas todo lo que no te supe dar.  

Nunca había demostrado sentimiento mútuo, aún que más dá.Jessie era tan ciega como los murciélagos en el día.

Me alegro, ¿Ya se lo dijiste Jess? —Sonó calmada, apaciguada. —No,pero salimos todas las noches, aunque el desaparece cuando pasamos por la casa de los magos,creo que se despide, porque cuando volteo a ver atrás; él ya no está.

Penny no hablo, no opinó y no dijo nada, respectivamente sabía su lugar; pero no podía aconsejar a alguién amado a amar a alguien más.A cambio de ese valde solo pasó su brazo por el cuello de ella y la abrazo así.
Apegando su mejilla contra la ajena.
Ambas rieron,estaban felices.
Estaban, pero sin la n.
Algo repentino ocurrió,Leon llegó y solo tomó a Jessie de la mano para que lo acompañara.

❝—La miré, vi como sus delgados hombros no habían aumentado ni un centímetro, a diferencia de su cabello, que ahora le llegaba casi a la cintura. Sus piernas delgadas y largas, su mirada felina y sus labios rojos, dejaban al descubierto una dentadura perlina.
Su sonrisa y su cuerpo, actuaban así porque ella ya no me pertenecía a mi.El hombre que la acompañaba me la arrebató en un suspiro, ella se fue y se convirtió en el punto suspensivo de mi dramático libro. 

¡Te veo más tarde Penny!—Dijo entre risas traviesas.—Adiós, 𝓙 𝓮 𝓼 𝓼 𝓲 𝓮 .—Apenas pudo despedirce.

Viéndola alejarse; perdiéndose entre la distancia, Penny palideció.
Se ahogó con su propio llanto,hay que entender que las personas son como las olas de mar, vienen y se van.
Sin más que decir se sentó en el muelle.

Sentarme a mirar las olas... Y sentir que se rompen conmigo.—Terminó, cuando la ultima ola se quebro.

❝—Llegó ese momento en el que aprendí a congelar mis lágrimas. Sí, se comenzaron a secar en mis ojos, las lloraba, pero era capaz de contenerlas, de no derramarlas, de tragarme mi dolor y dejarme un nudo en la garganta y una mirada nublada. 

El sol ya se había ocultado, Penny se quedó en el mar de la melancolía.
Y en el frío de la playa; cuando había agonía.
Levantó su cuerpo y sacudió sus piernas, solto una carcajada.Típica de un pirata.
Esbozando sonrisa, se dirigió a su aposento,las medallas y monedas de oro que yacían en sus bolsillos tintineaban a cada paso que ella daba.
Llegó a su hogar, suspiró en alto, comprendió que es mejor soltar.
Mejor dejar, no abstenerse a quedar.

❝—Espero te ame más de lo que yo te ame,te dé más que yo,𝓙 𝓮 𝓼 𝓼 𝓲 𝓮 .

Me encantan las estrellas.—Expresó espontáneo Leon. —¡A mi tambien me encantan!— Prosiguió Jessie.

Leon no se refería a las estrellas del cielo, no eran tan llamativas y fascinantes como la estrella que había estado observando hace tiempo.
Iban caminando en la noche, la vereda normal.Jessie se distrajo por unos momentos,hablaba de cosas que le gustaban.
Pero cuando volteó; Leon ya no se hallaba allí.

¡AY DIOS!— Se fastidió la pelirroja,cruzándose de brazos.

Estuvo caminando más de una hora ella sola,jamás lo encontró otra vez,resentida se fué a su hogar, la tercera vez que lo hacía.
Pero estaba segura que eran sus imprevistos, nada poco usual de la realidad.


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